El aire estada ya demasiado frio y se maldecía a sí mismo por no secarse antes de salir, pero las ansias de ver al lindo tejón rubio era motor suficiente para arriesgarse “ni que me fuera a dar pulmonía” pensó al instante, pero en definitiva había sido una mala idea.
-¡Achuu!- estornudó ruidosamente frotando su nariz, “lo que me faltaba” sacudido su cabello fuertemente y entró al calor del castillo. Buscó con la mirada a Scorpius, sabía que no podía dejar las cosas así y debía disculparse antes de que se fuera a dormir.
Lo divisó levantándose de la mesa en dirección a la cocina, se veía aun molesto, la arruga en su entrecejo no mentía y aceleró el paso. “es ahora o nunca”. Cerciorándose que conocía ese castillo casi como la palma de su mano, calculó el lugar adecuado para interceptar al rubio. Agradeció que la mayoría de los alumnos estaban en sus salas comunes o cenando, y con un hábil movimiento jaló al rubio detrás de una columna.
-¡James!- chilló, siendo callado por la mano del mayor. Los ojos grises lo miraron demandantes, se podía leer a leguas lo que exigía, aunque consternado y aun molesto se veía adorable, pero el otro no cedió.
-Perdón por sorprenderte así, pero tenía que hablar contigo y disculparme por lo de hace rato, se que estuvo mal, pero sabes cómo me irrita ese cuatro ojos-
-No le digas así- dijo con evidente molestia mirándolo fijamente, James suspiró y asintió condescendiente.
-Tienes razón, ya no lo llamaré así, pero no tienes idea de cómo me exaspera….-
-Pero me doy una idea- dijo sin incomodarse por la suave presión que ejercía el azabache con la esperanza de que no huyera- Jamsie, no te estoy pidiendo que te lleves de fabula con él, que tomen té y galletas a la hora de la merienda charlando como amigos de años, pero lo único que espero es que no se comporten como críos, inténtalo, por mi…- era imposible discutir con esos suplicantes ojos de plata y le dio la razón.
-Ok, Ok, solo por ti lo haré, aunque si ese me mueve la boca, yo no respondo a lo que pueda decirle, como hace rato…- viendo la mirada aun molesta se sintió derrotado- está bien, era broma, no le contestaré, seré la persona más dulce del mundo, pero espero algo a cambio-
Eso descolocó al peliplata, pero no pudo evitar sonreír con lo que le decía. Apenas lo había perdonado y ya estaba pidiéndole sabe dios lo que cruzara su mente esos instantes.
-¿Y que podría ser eso?- preguntó siguiéndole el juego para averiguar a qué se refería.
-Mmm… no lo sé… tal vez a esto- dijo dándole un rápido beso en la frente- o esto- exclamó comenzando a atacarlo con rápidos besos por toda la cara, sacándole risas al otro tratando de que fueran los mas quedas posibles para que no les llamaran la atención.
-James, ya detente o nos regañaran los prefectos- dijo entre risas el chico. Aunque adoraba esas muestras de afecto haciendo a su corazón dar saltos de alegría, no podía permitirse caer tan fácil.
-Hueles taaaan rico…- dijo inhalando profundamente pegando su frente contra la suya, adoraba a ese rubio, cada parte de él y ni hablar de su fragancia dulzona mesclada con su suave aroma natural, tan sublime que de ser por el permanecería en esa posición por el resto de su vida.
-Basta…- dijo entre risitas al sentir que lo estaba olfateando- me tengo que ir, buenas noches- dijo dándole un rápido beso en los labios desconcertando al mayor que aturdido lo soltó logrando así su escape a su sala común.
-Como te adoro…- dijo esbozando su usual sonrisa sumergida en su deleitable mundo de ensueño, mientras veía ese hermoso chico alejarse.
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Con paso lento, pero seguro, el invierno llegó cubriendo todo a su paso con una impresionante capa blanca; los adornos no tardaron en inundar el gran comedor con campanillas doradas, copos cayendo en el techo sin llegar a caer al suelo y un imponente árbol de navidad cubierto hasta el tope con brillantes esferas, listones y demás, teniendo un deleitante aroma a pino permanente gracias a un hechizo.
Scorpius por su parte suspiraba audiblemente y no importaba cuantos pellizcos le diera Eddy, parecía que estaba en otra dimensión. Las cosas con James iban tan bien que temía por su corazón que saltaba emocionado con tal intensidad cada que se estaba con el azabache.
Cada acción realizada y por parte del otro le daba mayor certeza de sus sentimientos y cada que estaban juntos James le sonreía tan hermosamente acompañado de su refrescante risa y sus furtivos besos que siempre lo atrapaban con la guardia baja, tan lentos y dulces que siempre le robaban el aliento.
-¿Por qué besa tan bien?- más que una pregunta era una exclamación, ya que era obvio él porque, pero esa boca nublaba su pensar y lo hacía divagar en los momentos menos oportunos.
-Por Merlín, no quiero ni imaginarme que es lo que sucede en esa cabeza tuya, pero por favor guárdate tus pensamientos porque no quiero tener pesadillas del cabeza de troll y tú besándose, que horror- dijo el ojiverde apretando sus ojos mientras espantaba las imágenes de su rostro. El rubio sonrió.
-Ya déjalo en paz, Albus, mejor alégrate de que nuestro pequeño este feliz- dijo Aris abrazando a su ojigris amigo.
-Bueno ya hablando en serio Scorps, ten cuidado, nada de manoseo, toqueteo o lengua, si se propasa contigo golpéalo con todas tus fuerzas y sal corriendo- Dijo Agni con verdadera preocupación y Lorcan asentía con la cabeza mientras se cruzaba de brazos, no había risa en sus palabras <”habla enserio”> se dijo un poco nervioso <”¿pero a que se refiere con lengua? ¿Para qué?”> Esa era una pregunta que por el momento no tenía ni idea de aquí se refería pero asintió de todos modos.
-Espero que James no se atreva a comerte de un bocado…- dijo Rose pensativa. Albus y Eddy se estremecieron con ese comentario.
-Ignóralos, Scor, eres muy tierno para entenderlo, pero lo único rescatable de lo que dijo es que cualquier señal de alerta lo golpees con todas tus fuerzas y huyas- las palabras de Eddy le hicieron reír, ya que estaba seguro que James no le haría daño o algo que no quisiera… pero para tranquilidad de todos sus amigos asintió, afirmándoles que sabia defenderse.
Mirando el reloj de pared, exclamó que tenía que irse, ya que James lo esperaba y levantándose muy animado salió en dirección del lago negro.
-¿No vas a acompañarlo?- preguntó Rose un poco preocupada.
-Claro que no, ya está dado de alta de mis consultas, aunque sigue siendo un ingenuo inconsciente de lo que sucede más allá de su nariz, está aprendiendo y necesita seguir haciéndolo y yo ya no puedo ayudarlo en eso…- dijo desganado recargándose en la castaña que se sorprendió del acto, pero no dijo nada.
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< “La primera nevada…”> pensó James al observar el tupido manto que se había formado y los suaves copos que caían del cielo. Alargando su mano alcanzó a atrapar uno y lo observó detenidamente <”mucho mejor de los que le hice a Scor…”> pensó desanimado, pero sabía que para su regalo de navidad mejoraría su hechizo.
Se sentía tan tranquilo y en paz, tener nuevamente a su lado al rubio era tan reconfortante pero a la vez le recordaba una y otra vez su maldita estupidez de alejarlo, proponiéndose que tenía que recompensarlo, aunque por más que tratara ese sentimiento no se iba.
Había hecho llorar a quien más ama y eso no se lo podía perdonar, aunque lo hizo por un bien mayor, eso no lo exentaba de la culpa. Con una rápida invocación de un tempus supo que ya faltaba muy poco para reunirse con su rubia obsesión.
-Ahora que hare…- se quedó meditabundo unos momentos. Quería sorprenderlo, así que con una sonrisa en sus labios se fue corriendo a su sala común, por su capa de invisibilidad.
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Scorpius llegó con Icarus en su brazo, su pequeña lechuza se sentía alegre e inquieta cerca de su dueño y dejándose acariciar la cabeza, emprendió el vuelo en esa suave caída.
<”Primero Agni advirtiéndome de lenguas y ahora Rose de que me cuide que no me coma… ¿Qué acaso James es un hombre lobo?”> Se preguntó incauto "aunque dudo que haga algo que yo no quiera" se dijo con alegria antes de ser atrapado por los tonificados brazos de James que se había abalanzando contra él y lo tiró al suelo.
-¡Me asústate!- chilló el rubio dejándose abrazar por esos cálidos brazos. Tenerlo así de cerca, su cuerpo sobre el suyo, ahora cubiertos por la capa de invisibilidad hacía latir su corazón a mil por hora –Estas helado, James- lo miró fijamente con su par de ojos tan claros como la plata que charolaban con la blanca nieve haciendo que cientos de destellos salieran de ellos.
-Ya te he dicho miles de veces que no me gusta el invierno, es tan frio…-
-No me digas ¿en serio? Si no me lo dices ni me entero- dijo lo más seriamente que pudo pero sin dejar de sonreír.
-jaja, no tienes que ser tan acido, señor sarcástico…- dijo el mayor con fingida molesta- pero hasta yo puedo decir que tiene sus ventajas- dijo acurrucándose en el pecho de Scor, que al escuchar los fuertes latidos que por unos segundos pensó que solo eran los suyos, sonrió desvergonzadamente, saber que causaba tal sinfonía en el rubio lo emocionaban de tal forma que no lo podía contener.
El rubio no le importó el pesado cuerpo sobre el suyo, ni el evidente palpitar de su corazón, muchísimas más veces de las que podía contar había estado en esa forma con el mayor, aunque ahora era diferente por la intensidad de sus sentimientos, se sentía tranquilo que todo lo que sentían era reciproco.
Acariciando los oscuros cabellos una pregunta se instaló en su cerebro, y no era la primera vez, pero sabía que tenía que decirlo en ese momento antes de que algo pasara y se quedara con esa duda que constantemente le asaltaba.
-¿Soy suficiente?- James clavó automáticamente los castaños ojos apartándose suavemente- me refiero a que… no soy una chica y digo… eres “James el rompecorazones”- musitó tratando de que lo ultimo sonara gracioso restándole importancia pero esa era la espinita que mas dolía y hasta ese momento cayó en la cuenta de ello, aun de vez en cuando le venían los recuerdos de verlo demasiado “compenetrado” con esa chica que tanto le hizo sufrir.
-Scor, te amo, siempre te he amado incondicionalmente, sé que no eres una chica, por Godric no necesito lentes, incluso te vi desnudo varias veces cuando tomábamos duchas juntos cuando éramos más pequeños…- ambos se sonrojaron al recordar aquello.
<…-Eres hermoso incluso más que cualquier chica y esa faceta promiscua sé que no la puedo borrar, ¿me arrepiento de ello? Por supuesto, pero siempre la arrastrare con culpa de las mil tonterías que cometo… por favor olvídalas, trata de hacerlo ya que no lo volveré a hacer… más que nada lo hacía con la esperanza de algún día dejar de verte lascivamente y que alguien pudiera arrancarte de mi corazón, sin embargo nunca funcionó…
<…-Pero ya estas nuevamente aquí conmigo y no hace falta volver a esas estúpidas andanzas ya que todo lo que necesito esta frente a mis ojos… seré completamente devoto a ti y nadie más, se que suena a puras choradas pero créeme solo lo hice para tratar de olvidarme de mis sentimientos por ti, en la espera de que pudiera tener un cambio de corazón pero no fue así…- dijo rozando sus nudillos con su tersa mejilla como si aun no pudiera creer que realmente estaba tocando esa piel- Scor…¿Qué sientes por mi?- preguntó haciendo que el rubio ganara color.
-Me…gu-gustas…- dijo en voz baja mientras sentía que esa mano recorría de arriba abajo su mejilla su voz temblaba- te… quiero- dijo apretando los ojos y sintió la mano descender hacia su cuello erizándole cada uno de sus vellos- te quiero mucho…- en un suspiro mientras James lo callaba con sus labios, tan puro y casto como nunca pensó besar a alguien que le respondía de la misma forma.
<…-Jamsie… yo… me gustaría saber si somos… digo… quiero decir… ¿somos… como…no-no-novios…?-el azabache agradecía de lo más profundo de su ser que esa dulce inocencia de su personalidad permaneciera intacta en esos tres años separados.
-Solo si tu quiere serlo mi adorado Scor aunque sé que todavía no puedo decir que eres mío, adoro decirlo… nuestros sentimientos laten en un solo corazón tan acompasado pero tan profundo que no puede ser de otra manera… por Merlín que cursi sonó eso pero no hay otras palabras que lo describan… aunque ahorita que lo recuerdo quería preguntarte formalmente en casa de tus padres ya que aclararas bien tus sentimientos por mí, pero creo que te me adelantaste- dijo entre risas y besó la frente del rubio.
No había duda en su voz más que seguridad y todos esos sentimientos que ni él mismo se sentía capaz de expresar correctamente y sin más que decir siguieron besándose lento y sin prisas con dulces caricias, hasta que sus cuerpos se entumieron por la frialdad del ambiente.
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Arreglando sus cosas, Scorpius quería mantener en secreto su ahora formal relación con James, ya que quería decírselas con calma en las vacaciones (y temía por como reaccionarian todos mas que nada), pero por lo pronto, pensaba darles la sorpresa a Albus y Rose de que pasarían juntos la navidad en La Madriguera por primera vez después de tres años.
-Eddy- llamó emocionado a su amigo que con una exhalación lo rodeó con sus brazos.- parece que estamos muy emotivos…- dijo sonriendo el rubio picándole la mejilla.
-Es solo fiebre de heno, el estúpido árbol no deja de hacerme lagrimear- dijo con gravedad el de lentes.
-Te quiero Eddy, te voy a extrañar-
-Y yo a ti, blondo- dijo abrazándolo con fuerza.
-Vamos a reunirnos después de navidad y año nuevo ¿verdad?- la ilusión en los ojos grises, y esa bella cara de perrito pidiéndole que lo adoptara le hacía imposible negarse.
-¿Y perderme la oportunidad de molestar a James durante las vacaciones? Por supuesto que jamás faltaría, ten por seguro que nos veremos- Los demás Huffle que llegaban se unieron al abrazo.
Ya en el andén los ojos verdes y cafés brillaron emocionados cuando vio que Scorpius se iba con ellos.
-¿Enserio?- fue lo único que preguntó Albus quien aun no podía creer que fuera verdad- ¿ya le avisaste a tus padres?- el rubio asintió.
-!Scorpius, me alegra tanto! No sabes cuánto te extrañamos en las navidades, la abuela Molly pegara el grito al cielo de la emoción- dijo Rose emocionada.
Todos estaban seguros que esas vacaciones serian inolvidables.