-!Chicos!- llamó Harry estirando su mano para saludar a sus pequeños hijos y sobrinos- ¡Scor!-exclamó muy emocionado de verlo, puesto que hacía mucho que no lo veía tan de cerca y para su sorpresa creció más de lo que recordaba, pero aun así seguía siendo el vivo reflejo de su padre, exceptuando que tenía el semblante mas dulcificado como Astoria “con un Draco Malfoy es más que suficiente” pensó sonriendo siendo casi tecleado por sus tres hijos.
-Papá!- exclamó Rose abalanzándose contra el auror pelirrojo que extendió sus brazos para recibir a su princesa- pensé que no ibas a venir por nosotros, como me hiciese la otra vez- reprendió severamente la castaña frunciendo el entrecejo.
-Ahh Rosie, solo me retrasé un par de minutos- dijo un poco avergonzado, puesto que no admitiría por nada del mundo que se había olvidado que a él le tocaba recogerla.
-Claro, un par de minutos, fue casi una hora que estuve esperando- “realmente es la hija de Hermione” pensó suspirando, era imposible ganarle.
Todos se despidieron de sus amigos prometieron reunirse prontamente y se dirigieron al auto mágico que había comprado Harry.
Cuando todos llegaron a La Madriguera fue toda una tronadera de besos por parte de Hermione y Molly quienes estaban más que dichosas de recibir a su progenie, pero en definitiva la conmoción más grande fue la llegada de cierto rubio.
-Por Merlín! Mírate pequeño Scorpius estas tan grande, déjame abrazarte!- exclamó la matriarca Weasley- aunque estas demasiado flaco, debes de comer más!- tanto James como Harry rodaron los ojos, puesto que para Molly siempre era la misma cantaleta de querer alimentar a medio mundo.
Scorpius sonreía radiante expresando lo mucho que había extrañado a la señora Weasley con sus constantes mimos y tan gratas atenciones y también corrió a saludar con tal fraternidad a Hermione, llamándola “tía” como le había pedido que la llamara la castaña.
-Aww pequeño sigues siendo una dulzura- el rubio se sonrojó.
-Pero es MI dulzura- exclamó Lily poniendo su brazo sobre el delgado hombro del ojigris, mirando descaradamente a su hermano por el rabillo del ojo, quien estaba hecho la furia y para rematarle le dio un beso en la mejilla muy cerca de la boca.
-Li-Lu, pequeño demonio!- bramó James queriendo ahorcar a su hermana, quien comenzó a corretear entre risas por toda la casa seguida muy de cerca por su hermano.
Dando una larga mirada alrededor, la acogedora sala de La Madriguera, el calorcillo del hogar, el maravilloso y tan clásico reloj de pared con las figuras de los Weasley y el agradable aroma de la comida en la estufa “cordero, papas, budín yorkshire y muchas especias… en definitiva extrañaba esto” pensó muy gustosamente el rubio.
*/°*°/*°*/°*Dos semanas después*°/*°*/°*°/*
Estirándose a más no poder, Scorpius se recargó pesadamente en el hombro de su querido James, quien solo se movió un poco apretando los ojos y siguió sumergido más allá en el mundo de los sueños; tomaba su mano tan sobreprotectoramente como si de soltarlo el alma se le escaparía, aunque también era para reafirmarse que el estar con el rubio no era solo uno de sus tan dulces sueños.
Scorpius comenzó a cerrar sus ojos, se la había pasado de lo mejor posible, todo gracias a su padre que le dio permiso de aterrizar casi todas las vacaciones en La Madriguera con la promesa de ir a Malfoy Manor para navidad. El rubio estaba encantado de despertar todas las mañanas al lado de James, aunque en un principio le había costado algo de trabajo, puesto que el cuerpo de James era más grande que el de Eddy, pero eso no duró mucho, puesto que encontró la manera de disfrutar de ello y ahora dormía como un bebe sobre su pecho como en los viejos tiempos.
-Ashh golpea a ese troll de montaña y juguemos Snap explosivo!- demandaba Albus agitando las cartas en su cara para que le prestara atención.
-Al, deja de comportarte como chiquillo, si Scorpi no quiere jugar, déjalo-dijo Rose quitándole las cartas- jugaremos tu, Hugo y yo- el otro rechistó.
-Qué horror, no es divertido sin Scor ni Lily…- Rose entrecerró los ojos ante tal ofensa y el azabache solo tragó duro- aunque creo que no estaría mal jugar…- aunque apreciaba su vida, ya era tarde puesto que Rose le aventó el libro que tenía más cerca dejándole una terrible marca en medio de su frente puesto que le había golpeado con la dolorosa punta del lomo y se levantó echando humo por sus orejas.
-Debiste de tener más tacto- exclamó el rubio apartando los rebeldes cabellos negros de las mejillas de James acomodándoselo todo hacia atrás.
-Es que ya sabes cómo es, siempre esta quitándole lo divertido al snap explosivo evitando que exploten las cartas! ¿Qué chiste tiene eso?- dijo sobando su dolorido golpe; su amigo asintió, a veces la castaña podía ser demasiado control freak (como la llamaba más de una vez Albus) pero el rubio no lo tomaba por algo malo, puesto que le daba más variedad a lo que esperaba- Creo que le lanzare la quebradora para que despierte- dijo maliciosamente el ojiverde y el rubio negó.
-Déjalo dormir, Al, pliiss- pidió suplicante.
-Asshhh ahora todos se están poniendo aburridos- bufó molesto- creo que revisare si hay correo! Rody aseguró darse una vuelta para jugar quiddich y Eddy prometió armar una bomba fétida para el closet de Trollmes- dijo entre risas ante su nueva motivación.
-Ese enano y su maquiavélica mente- dijo con voz ronca el azabache frotando sus ojos con la mano que aun sujetaba la de Scorpius.
-Jamie!!- dijo en un gritito el rubio- ¿te estabas haciendo el dormido?-
-Nup, está durmiendo plácidamente pensando en todo lo que voy a hacerte y aun no hago en estas vacaciones pero no me dejó seguir soñando toda la verborrea del duendecillo…- el rubio se sonrojó.
-Hum hablando de mentes maquiavélicas… aunque dudo que haya sido algo malo puesto que tu “amigo” sigue dormido- dijo señalando a su pantalón haciendo que le mayor ahogara una risita.
-¿Cómo estás tan seguro?- preguntó con la ceja arqueada- estos pantalones son muuuuy amplios- dijo al momento que ponía la pálida mano en una comprometedora zona, provocando una adorable reacción del otro al quitar la mano como si se hubiera quemado.
-James!- chilló- eres un pervertido!-
-Pero al parecer no soy el único- dijo dándole un rápido beso, ganándose varios golpes en el pecho.
-Si serás- dijo avergonzado parándose de un golpe- en palabras de mi padre “te mereces un buen escarmiento”- dijo dedicándole aquella mirada que tenía mucho que no veía, esa mirada que solo un Malfoy podría hacer.
-Uyy mira como tiemblo, tendrás que disciplinarme, cariño- dijo guiñándole el ojo, para después salir corriendo y Scorpius lo siguió muy entusiasmado.
James estuvo a punto de encerrarse en su cuarto, pero el rubio fue más rápido y lo acorraló contra la pared y ambos reían de lo lindo.
-Como en los viejos tiempos…- exclamó aun tratando de recuperar el aliento, quitando el ahora más largo flequillo platinado de los ojos grises- creo que ya necesitas un corte, tejón- dijo deslizando lentamente sus manos por la pequeña cintura del rubio quien aun respiraba pesadamente.
-C-Creo que me lo dejare largo…- dijo algo avergonzado- aunque espero no parecer niña, si no, seguro Aris y Rose me comienzan a trenzar el cabello-
-Pero te vez tan lindo así… ¿acaso quieres parecerte al rudo Draco Malfoy?- dijo haciendo la voz más grave sacándole risitas al menor- ¿o será acaso por que dije que me gusta mucho el cabello largo?- las mejillas del ojigris ganaron más color y bajo la mirada- ¿acerté?- dijo juguetón mientras acariciaba los platinados cabellos con delicadeza, empapándose de su deleitable aroma y su preciosa textura tan sedosa, que se resbalaban de sus dedos.
-P-Por supuesto que no, James, quiero ser un rockero- dijo sacándole la lengua y comenzó a reír.
-Claaro, ya te imagino con tus chamarras de cuero, innumerables tatuajes y delineador negro bajo tus ojos…- dijo trazando con el pulgar los parpados tan suaves, para después descender hacia la nariz- dudo que en esta naricilla respingona le vallan los piercings- dijo con voz soñadora fluyendo hasta los rosados y tan apetecibles labios que se le antojaban, pero aplicando todo su autocontrol solo se limitó a tocarlos.
-Jamsie…- dijo en un hilo de voz sintiendo su corazón arder de lo rápido que latía, aquello lo ponía tan emocionado, tenerlo así, ansiando sentir su calidez más cerca, quemando su piel. Queriendo acercarlo más, deslizó sus manos desde el pecho de su novio hacia su cuello. El de ojos castaños ahogó un suspiro y dio un paso hacia delante para ahora ser él quien lo tenía arrinconado. Y de un tan lento movimiento acercó su rostro para que sus labios se acariciaran, lento, disfrutándose.
Aquellos besos enloquecían a James, puesto que aunque amaba cada parte de ellos, desde su forma, su sensación hasta su tan dulce sabor; quería hacer más, mucho más, que lo excitaba en mala forma, pero sabía que sería ir más allá de lo que podía darle al rubio y no quería asustarlo. Sin embargo esa vez, el rubio estaba más demandante, moviéndose bajo él a un ritmo más rápido y exquisito, que no pudo evitar querer explorar y probarlo. Con su lengua delineó su labio inferior, tan jugoso que no pudo evitar mordisquearlo, obteniendo un par de jadeos del ojigris, dándole a entender que podía continuar y siguió aquello unos minutos más.
Que importaba el aire para ellos, puesto que Scorpius era lo único que necesitaba y con un todo por el todo, se la jugó a aprovechar la boca entreabierta de su amor para meter su curiosa lengua que demandaba participar más.
-Mmghh- gimió el rubio siendo presa de la sensaciones, jamás pensó en aquello “así que a esto se refería Agni” le dijo el último suspiro de cordura en su cerebro, pero fue callado al momento por sus instintos y desenfrenos y dejó que su tímida lengua tocara la de James, mandándole una corriente eléctrica de ida y venida haciéndolos ahogar un suspiro a ambos. James se aferró con ambas manos a la espalda del tejón, quien se dejó hacer, dejando al maestro enseñarle y sin pensarlo, sus piernas se movieron en automático apresando la cintura del mayor.
-Oh, Scor…- gruñó en su boca, sin descuidar ni un segundo su tarea, sentir tanto en ese acto, temblando por él llenándose a cada segundo de su presencia y su entrega, sentía que no lo aguantaría y el avasallante fulgor en su interior explotaría en piromanía en el cielo.
-¡Qué demonios están haciendo!- ambos aturdidos y suspendieron de tajo su contacto mirando de donde provenía aquel grito. “maldición” pensaron al unisonó, uno abochornado por la escenita que había montado y el otro molesto por haber sido interrumpido- A la cocina, ¡ahora!- demando Harry señalándoles el camino y tratando de calmarse ante lo que había visto “por dios, Draco va a matarme”
Ambos chicos se dirigieron a la cocina apesadumbrados, Scorpius se dio un par de palmadas en las mejillas tratando de calmar su rubor “¿Qué acabo de hacer con James?” se reprendía mentalmente, el había sido el que comenzó y había incitado al otro “ahh y yo diciendo que tenemos que llevar la fiesta lenta y voy y le salto encima”
Internamente James se alegraba que la casa estuviera medio vacía, puesto que quería hablar seriamente con su padre, aunque no era la forma en la que quería que se enterara, pero ya lo hecho, hecho y no se arrepentía por nada.
Tomando asientos, se situaron frente al patriarca Potter y James le dio una mirada rápida al rubio y por debajo de la mesa le tomó la mano para darle fuerza.
-¿Quieren explicarme que fue aquello?- preguntó cruzándose de brazos, el mayor tomó una gran bocanada de aire y habló, aunque mucho mas rapido de lo que esperaba.
-Papá, amo a Scorpius, siempre lo hecho pero hasta hace unos pocos meses recobramos nuestro vinculo que rompí por las tonterías que pasan en mi cabeza…- hizo una pausa para inhalar- el me perdonó y comenzamos a salir… lo que viste allá fue simplemente nuestra muestra de amor- "por circe, esto no salió tan bien como esperaba" pensó algo consternado.
Harry intentó evitar sonreír, aunque ya sabía de los sentimientos de su hijo, tan profundos por todos esos años, aunque jamás espero que alcanzaran al rubio, así que ver para creer.
El por su parte no tenía ningún problema que esos dos se quisieran, es más, estaba agradecido ya que como decía una y otra vez Albus, Scorpius le daba cordura y madurez a su hijo… pero la pregunta del millón era ¿Cómo se lo tomara el rubio mayor?
-Realmente estoy muy feliz porque estén juntos, muchachos, si se quieren, quien soy yo para separarlos- pensó seriamente puesto que el estaba en situación semejante y sería demasiado hipócrita de su parte si no los apoyara- pero aquí el verdadero problema es lo que opine Draco… él te aprecia mucho James no lo dudo, pero su tozudez puede dificultártela mucho y eso ni hablar de tu abuelo, Scorpius…- el rubio asintió, al momento que se instaló una pregunta en su mente “¿Draco? ¿Desde cuándo llama a mi padre por su nombre?”
-Hablaré con ellos adecuadamente y sé que el señor Malfoy me adora, es imposible no hacerlo- Harry le dirigió una mirada punzante a su hijo que solo se alzó de hombros- ok, ok, ok, no tanto así, pero me haré acreedor de los sentimientos de Scor y no les quedara de otra más que darnos su consentimiento-
El azabache mayor se dio por bien servido, no sin antes implorarles que no se estuvieran besuqueando por toda la casa, puesto que a Albus o a Ron le podría dar un ataque “y no es al único” pensó el ojigris imaginando como se lo tomaría Agni o Eddy cuando por fin les dijera. Y también les imploró que no hicieran nada “gracioso” que podría traerles consecuencias.
-Oye James… ¿sabes desde cuando paso eso que tu papá tutea al mío? No es que me moleste, pero se me hace raro… -
-Pues la verdad no estoy al tanto de los detalles, pero parece ser que nuestros padres se llevan bien… mmm… bueno más que bien… es algo extraño, puesto que se mandan cartas y se encuentran supongo que a beber o algo así… pero ni Albus ni yo hemos querido ahondar en el tema, dijera mi abuelo “si te metes en camisa de once varas, seguro te quedas atorado”- Scorpius se quedó serio por unos segundos, aquello no tenía sentido, se suponía que sus padres se odiaban, bueno tal vez no a tales extremos, pero estaba casi seguro que su papá no toleraba al señor Potter y ahora resulta que son una especie de amigos “¿porque no me lo dijiste, papa?” pensó dando un sonoro suspiro.
-Mmmm… bueno, como sea… oye donde está tu mamá, hace mucho que no la veo y no ha aparecido ni una sola vez…- hasta ese momento caía en la cuenta de aquello y se dio una patada mental al notar que no había preguntado por ella. James tragó duró y su mirada café se ensombreció.
-Mamá está en Suiza… pero creo que pasará el 24 y 25 con nosotros...-
-¿Cómo? ¿Por qué? ¿Está enferma?- preguntó consternado, levantándose de la silla, ganándose la atención de Albus, quien se había metido a la casa por un bollo.
-No, claro que no, es solo que se consiguió un novio y ahora esta viviendo allá con él... dios aun no puedo digerirlo muy bien- exclamó alzandose de hombros mientras se recargaba en la silla.
-Porque no me habian dicho nada?- exclamó molesto, para después regresar a ver a Albus. El ojiesmeralda se alzo de hombros un poco avergonzado.
-Lo siento…- dijo el menor de los Potter suspirando.
-Simplemente no vi el tiempo adecuado para decirte, pero creo que es lo mejor, ¡asi no se estan peleando a cada rato! deja decirte que eran peleas monumentales y por nimiedades... solo espero que mi pá encuentre a alguien especial- dijo sonriendo, acariciando los lacios cabellos platinados y con ternura tomó su barbilla dandole un rápido beso en los labios- ¿que te parece si jugamos afuera?- preguntó acercando su rostro haciéndole sonrojar- les daré una ventaja de veinte segundos- le guiñó el ojo y el otro asintió- uno, dos, tres…-
-¿Q-Q-Q-Que demonios fue eso!!??- pregunto aturdido Albus señalándolo aun con la quijada destrabada, el rubio rodó los ojos y lo tomó del brazo para que comenzaran a correr- ¡¿ahora qué?!-
-Vamos a construir una fortaleza de nieve- dijo radiante Scorpius y Albus comprendió al instante relajando su pose “en definitiva, como en los viejos tiempos” dijo siguiéndolo al lugar las lejano para comenzar.