Las clases iniciaron sin prisa y como estaban programadas, por tanto todos los alumnos regresaron abatidos al castillo tras unas fabulosas vacaciones que ansiaban que por algún motivo no terminaran, pero para unos jóvenes Hufflepuff era muy distinto, puesto que estaban llenos de energía y ansiosos por lo que les depararía ese siguiente semestre en compañía de su grata amistad.
Todos estaban en el gran comedor desayunando, o mejor dicho siendo espectadores de la gran narrativa de la colada Lily Luna en la mesa de los tejones, contando lo que hizo en sus vacaciones (o juraba haber hecho), desde viajar a los galápagos y poder comprobar sus maravillosos paisajes paradisiacos, una aventura en Alaska a punto de descubrir al abominable hombre las nieves y el aprendizaje de remoción de maldiciones en medio del rio Nilo, cortesía de su tío Bill.
Los Huffle están tan absortos y maravillados, que los únicos que dudaban seriamente de que hubiera algo de verdad de todo lo que decía eran Eddy y Rose. El primero solo atinó a bostezar y recargarse cómodamente en el hombro de Agni quien escuchaba atentamente lo que la Sly tenía que decir y la segunda por su parte prefirió regresarse a su mesa puesto que su plan de conversar con sus amigos tranquilamente se había truncado y alegó antes de irse porque tenía mucho por leer en lugar de escuchar historias fantasticas.
Por su parte Scorpius solo se alzó de hombros ya que no hacía mucho había escuchado esa historia y estaba más concentrado en buscar a cierto azabache con la mirada sin ser consciente de que alguien lo veía profundamente.
-Maldición, Ric, ¿porque jodidas no me dijiste que Aurora dejó tarea?! Demonios!- chilló aferrándose al brazo de su amigo.
-No es mi culpa que te sacara del salón por impertinente antes de que terminara la clase, aparte tanto Freya como tu servidor te recordamos que habían dejado de deberes, así que no es mi problema que estuvieras muy ocupado corrompiendo mentes jóvenes en las vacaciones- declaró el Gryffindor tratando de zafarse del agarre del ojicafe quien alegaba con todas sus fuerzas que había sido culpa suya.
-No seas tacaño y pásame tu tarea-
-Suéltame alimaña que arrugas mi uniforme…-
-Tendré que sacarte la información a besos cuchurrumin- canturreó James abalanzándose sobre un muy exasperado Ricard y todos sus amigos comenzaron a reír,;Scorpius rodó los ojos disimulando una sonrisa y se acercó.
-¡Ya basta Jem, Jem, de acuerdo! Pero no te pasaré mi pergamino, la info está en la biblioteca, en el libro de astronomía avanzada lo encontraras todo, ya bájate de mí que me robas mi masculinidad-
-Ash, aja, como si necesitara de tu virilidad con toda mi sensualon cuerpo-
-¿Necesitas ayuda, Jamsie? Creo que debo de de hacerme responsable por haberte hecho un corruptor de menores- Ricard ahogó una risotada y James de un salto sujetó por el hombro al rubio.
-Eres un amor, Malfoy, por favor, llévate a este idiota-
-Idiota y todo, pero aun así me amas Ric ya no lo niegues mas, que la verdad te hará libre- dijo esquivando un plato de fruta que salió volando en su dirección y se llevó al rubio hacia la biblioteca.
Cuando se encontraron por fin solos, James lo abrazó fuertemente, deleitándose con la suavidad de su piel y su sedoso cabello libre de gomina, pero más que nada de su peculiar aroma a manzana, seguro era un nuevo jabón que le habían regalado sus abuelos, pero sentía que le quedaba adecuado.
-Mmm, necesitaba mi dosis de Scor… no sabes cuánto te eché de menos…- Scorpius sonrió de lo lindo apartándolo escasos centímetros para perderse en esos ojos castaños, tan peculiares con tenues y casi imperceptibles vetas ocre que le conferían ese brillo travieso de su personalidad que tanto le encantaba
-Eres un exagerado, solo fue una semana que no nos vimos- dijo entre risas.
-¡Un calvario! ¿Cómo puedes decirlo tan fresco? ¿Qué acaso no me extrañaste?- dijo haciendo un puchero como un niño que no consiguió el juguete que tanto quería y le dio un beso rápido en sus labios.
-Claro que sí, pero eso no te quita lo exagerado- declaró- aparte, ¿no tienes tarea que hacer?- preguntó curioso al ver la expresión de molestia que le dedicó a su pergamino.
-Sí, sí, sí señor exigente… pero si termino temprano me tendrás que compensarme con mas besos- dijo juguetón dándole otro beso antes de dirigirse a la sección en la que se suponía que estaría su libro salvador.
Aunque casi no pudo ayudarlo como era debido, puesto que el tema de las nebulosas y estrellas rojas aun no era algo que abordaran en clase, James le aseguró que la idea de tenerlo cerca le motivaba a dar lo mejor de sí para terminar antes de tiempo y era cierto, puesto que estaba ciento por ciento concentrado en su cometido ya que la creciente necesidad de tener entre sus brazos a su rubia obsesión acrecentaba más con cada libertad que se daba con él y que era correspondida con tan condescendencia y tanto amor; ansiaba más.
“Por todos los dioses, ¿Qué tan pervertido puedo ser?” pensaba apurando su pluma sobre el papel mirando su libro y al rubio que estaba atento a sus movimientos “concéntrate” se repetía.
Con fastidio se recargó en el hombro de su querido ojigris, tanta tarea que se suponía que tenía que hacer con calma a lo largo del puente, la realizó en tiempo récord en menos de treinta minutos.
-Estoy esperando mi recompensa- dijo cerrando los ojos señalando con su índice su boca que el rubio solo pudo cubrir con su mano para que no hiciera algo irresponsable que les acarreara problemas.
-¿Qué te parece si vamos al lago negro?- preguntó con una mirada inocente que se le antojó relamiéndose los labios.
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El clima estaba agradable, el sol brillando en lo alto con muchas nubes esponjosas tan estáticas que parecían simples incrustaciones de algodón puestos para una escena de fotografía y para su deleite el viento silbaba parsimonioso en sus oídos.
Esbozando una picara sonrisa rodeó con su brazo la cintura del menor quien estaba sorprendido por la iniciativa, pero no le molestaba en absoluto, simplemente estiró los brazos para apresar el trigueño cuello de su interlocutor dejándose llevar por el arranque de romanticismo del otro.
Besó con ansias los tiernos labios rosados entre abiertos, lo adoraba y no le cabía duda de ello, lamió afanoso ese preciado manjar que era lo más sabroso que alguna vez probó y estaba seguro que nunca se cansaría de ello.
-Te amo, te amo tanto…- expresó quedamente entre besos, recorriendo con sus manos la delicada espalda que temblaba ligeramente.
-Yo también… Jamsie… mucho…- contestó siendo presa del deseo, quería contestarle adecuadamente todo lo que le sentía, pero no podía, su lengua se enredaba cada que quería decirlo, su raciocinio como espuma se desbarataba entre sus manos, sus piernas temblaban y solo podía percibir todo lo que le daba James y todo lo que estaba empeñado en trasmitirle sin la necesidad de palabras.
<…-Mghh, !Ay! tus manos están frías- dijo interrumpiendo su unión ¿a qué hora las manos del azabache se habían colado bajo su túnica? No tenía idea, pero se había sentido tan bien como todos los vellos de su piel se erizaron con ese contacto.
-Rayos, realmente pensé hacerlo, pero no creí que lo haría, perdóname, Scor ¿no te asuste verdad?- dijo realmente consternado el de ojos cafés que le pareció realmente adorable.
-Tranquilo, solo me asustó sentirlo de repente, pero no porque no me gustara…-dijo tímidamente.
-¡Ahh Scor, podría comerte!- exclamó al momento que lo cargaba dándole una vuelta. Con una sonrisa imborrable cayó en el pasto aun bien sujeto del rubio.
-¿Comerme? Te vas a empachar- dijo ladeando la cabeza haciendo que el mayor riera.
-Eres increíble, pequeño- dijo haciendo que el otro se recargara en su pecho mientras jugaba con sus dos manos tan suaves, ya con el corazón mas acompasado se quedaron así unos minutos disfrutando de su cercanía mientras observaban en calmado oleaje del lago.
<..-I like your smile, I like your vibe, I like your style but that’s not why I love you… Hey, do you feel, do you feel me? Do you feel what I feel too? Do you need? Do you need me? You’re so beautiful… but that’s not why I love you I’m not sure you know that the reason I love you is you being you just you… yeah, the reason I love you is all that we’ve been through and that’s why I love you…-
-¿Que cantas Jamsie? Suena lindo…- dijo tiernamente echando la cabeza hacia atrás para poder ver el rostro de su amor. El moreno se sorprendió desviando la mirada avergonzado.
-¿Estaba cantando en voz alta?- el ojiplata asintió- eso no es nada cool…- declaró cubriendo su boca con su mano queriéndose dar de topes con el árbol más próximo- ¿estuvo malísimo?-
-Claro que no solo los cuervos comenzaron a graznar…- comenzó a reír al ver el semblante de pánico en el mayor- era broma Jamie, jeje, para nada cantas mal, de hecho me pregunto porque no me habías cantado antes, no sabía que lo hacías tan bien…- dijo entre cerrando los ojos- vamos, sigue cantando…-
-Nup el momento se fue- el rubio hizo un mohín divertido sujetando la cabeza del pelinegro para unir sus labios nuevamente.
-¿y ahora?-
-Mmm, creo que necesitare como otros diez de esos para entrar en ambiente…- dijo con disimulo- Oye Scor ¡ya se acerca San Valentin!- declaró emocionado súbitamente ganándose que el otro entrecerrara los ojos ante el cambio de tema- ¿Qué me vas a regalar?-
-No lo sé… tal vez vaya a Honeydukes a comprar algo…-
-No, no, no Scor, ¡no te atrevas! Eres mi dulce novio y tienes que darme algo hecho con amor- la felicidad en su voz lo desarmó, realmente no esperaba hacer algo para esas fechas, puesto que no se sentía con la confianza de entrar a la cocina de Howgarts para pedir algo así, pero verlo tan conmocionado con ello suspiró.
-Pero a ti siempre te dan cientos de chocolates las chicas, no necesitas unos míos, incluso con tanto dulce se te pueden picar los dientes…-
-Pero no quiero los de nadie más que los tuyos- parecía niño chiquito demandando algo.
-¿Y que se te antoja?- dijo declarándose vencido por el aura brillante que desprendía James.
-No lo sé, algo delicioso como un pastel de chocolate, unos bombones, un mousse, galletas, una paleta, lo que sea, pero que este hecho por ti, quiero que tenga todo tu amor y devoción por mí-
-Ja! Lo intentare, pero no te prometo algo grande- dijo finalmente.
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Con los días transcurriendo con prisa, los quehaceres no disminuyeron ni un solo segundo, pero todos estaban sumamente emocionados con el gran anuncio que se celebraría abiertamente el día de San Valentin esperando que fuera mucho mejor que años pasados que habían resultado tremendos desastres con filtros de amor volando en todas direcciones, algunos muy poderoso y otros de plano mal hechos que enviaron a más de diez a la enfermería.
Tanto Aris como Rose, se pusieron manos a la obra para ayudar a Scorpius con el regalo de James, ya incluso habían preguntado a los elfos si les daban chance de usar una de sus mesas y un horno; siendo que las pequeñas criaturas accedieron gustosos ofreciéndoles su ayuda con lo que necesitaran.
-Entonces ya decidiste que vas a hacerle, ¿verdad?- preguntó Aris emocionada viendo que el rubio sacaba una libretita de su bolcillo.
-Sí, quiero hacerle un volcán de chocolate, pero como a James le gusta la vainilla se me ocurrió ponerle una crema en el interior incluso encontré un hechizo facilísimo para mantener el chocolate aparte de la vainilla y no se juntaran, se verá precioso cuando lo corte-
-¡Aww que lindo! Ojala se me hubiera ocurrido algo así, mmm, que envidia, yo solo hare unas galletas y las decoraré con chocolate- dijo una sonriente Aris.
-A mi solo díganme que hacer, porque esto no me gusta mucho…- dijo la castaña alzándose de hombros “espero que ese día se inolvidable” pensó emocionado Scorpius poniéndose manos a la obra.
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El mero día había sido todo un barullo desde muy temprano en la mañana, la atmosfera rosa con incontables globos por doquier en forma de corazón y todas las chicas y chicos estaban emocionados por entregar sus obsequios a sus amados; Scorpius no era la excepción puesto que sentía su corazón latir con fuerza ante la expectativa de hacer feliz a James.
Ya todo estaba listo pero aun no quería proceder, los nervios a flor de piel no eran buena señal "se lo entregare en la tarde" se dijo emocionado apresando contra su pecho la caja roja bellamente decorada con un listón dorado " es muy Gryffindor que seguro le encantará"
En el transcurso del día quiso repartir los chocolates de almendras que hizo a sus amigos, que se quedaron sin palabras por su acción que enseguida se aproximaron a agradecerle.
-Eres un amor Scorp-
-¡Ese es mi blondo!, ven aquí y dame amor- dijo con reticencia Eddy atrayendo a su amigo para darle un abrazo, no sin antes decirle algo en un murmullo casi imperceptible- lo que te den no lo comas, no sabes con qué tipo de vieja loca te enfrentes- el ojigris se le quedo viendo sopesando sus palabras y asintió.
Aunque no pensó que iba muy enserio su advertencia, pues cada chica que quería darle un chocolate, Eddy se lo quitaba de las manos y lo ponía en una bolsa especial con fondo extendido con magia.
Cuando por fin sintió que era el momento adecuado se puso en pie, pero fue rápidamente asaltado por quien menos se lo espero.
-¡Mi príncipe Scor, ven, ven primor que te quiero dar algo!- dijo con su usual buen humor e irónica sonrisa.
-¿Lily que sucede?-
-Mira, Cassy y yo hicimos esto y te quiero compartir uno, están deliciosos, este azul es para Al, este rojo para el idiota de James, este rosa para Rose, que ironía, el naranja para Hugo y este verde es para ti- el rubio agradeció gustoso probando lo que le estaba dando para después quedarse serio, sabia extrañamente bien, no es que dudara de Lily pero no esperaba que supiera así, aunque había algo en el sabor que no cuajaba por completo en su interior.
-¿Rico, vedad? Claro no como lo que tú haces pues por eso serás mi linda esposa, ahora me voy que tengo que entregar los demás-
Scorpius solo se quedo de pie asintiendo viendo mientras se alejaba la pelirroja sintiendo algo raro en su interior, como si olvidara algo.
-¿Listo Scorpi? ¿Ya se lo vas a entregar?- pregunto Aris con una sonrisa de oreja a oreja moviendo su brazo de un lado al otro demostrando su buen humor.
-Claro, voy a buscarlo al campo de quiddich- respondió en automático girando sobre sus talones y emprendió la partida dejando estupefacta a la Huffle que tenía la intención de acompañarlo.
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Saliendo de su práctica, James estaba más que ansioso de recibir su chocolate de su tan querido Scorpius y estaba listo con un regalo para él, por fin había encontrado la falla en sus copos de nieve e incluso ya sabía cómo poder manipularlos para que formaran el nombre de su adorado.
Sin proponérselo enfocó su vista en una cabellera rubia que avanzaba candoroso por el jardín y sonrió, puesto que se propuso sorprenderlo. A grandes zancadas se aproximó para saltar enfrente de él; empero la reacción espera distó con creces de la realidad, pues esperaba que saltara a sus brazos o mínimo lo abrazara, pero lo único que consiguió fue que siguiera de largo como si no lo hubiera visto.
-Hey, cariño ¿Qué estamos jugando a la ley del hielo?- preguntó deteniéndolo por el brazo a lo que el rubio lo regresó a ver como si apenas cayera en cuenta de que estaba ahí y con un ademan se zafó de su agarre- si es un juego, no es divertido- declaró queriendo volver a sujetarlo sintiendo al instante algo raro en su mano.
-¡Oye, suéltame! ¿Qué te crees?- dijo sin una pizca de risa o falsedad que heló al mayor. Lo miró de arriba abajo, se veía perdido y mas pálido que de costumbre.
-¿Cómo que qué me creo? Soy tu novio ni más ni más y ya déjate de juegos que no me está gustando-
-¿Por qué seria novio de un idiota que se burló de mi por tanto tiempo y que me hizo sufrir? - el mayo alzó una ceja ante las endurecidas facciones del rubio.
-Porque me quieres…-
-Solo hay una sola persona a la que amo y no es ti ahora suéltame de una buena vez-perdiendo toda su fuerza obedeció la demanda al momento que el menor comenzó a buscar con la mirada algo que pareciera que encontró, porque con una boba sonrisa comenzó a correr en esa dirección.
James aun no podía digerir bien lo que acababa de escuchar y aunque sentía su corazón doler decidió seguirlo, eso no podía quedarse así, no lo permitiría.