Eddy estaba absorto, en su mente se había formado una idea muy austera para pasar el día de los enamorados, pero lo que sucedió ante sus ojos como cámara lenta no estaba dentro de ese pensamiento; solamente pudo atinar a sentir el pesado cuerpo sobre el suyo que lo apresaba con fuerza y cuando menos se lo esperó sus quejas fueron calladas con los labios del rubio sobre los suyos.
James sabía que algo le habían hecho a su querido Scorpius y pagarían por ello de eso estaba seguro, el se las cobraría con intereses. Su corazón bombeaba frenético y una ira asesina se apoderó de él cuando lo pudo observar con claridad cómo se abalanzaba contra un chico tan familiar con lentes.
-Mi querido Eddy, te amo muchísimo… eres maravilloso, te quiero, te adoro…- refregando su cuerpo siguió besándolo como si no hubiera un mañana, deslizando ambas manos por su pecho.
-Wow, wow, wow, ¿Qué te creer que haces? ¡Espera! Scorp! ¡Espera, espera, maldición!- bramaba tratando de zafarse de ese agarre tipo lazo del diablo.
-¡MALDITO SUMMERS, ESTÁS MUERTO! ¿CÓMO PUDISTE HACERLE ESO A SCOR? ¡EXPULSO!- gritó el azabache con un rápido movimiento de mano separándolos al momento- ¿CÓMO TE ATREVISTE?-
-Yo no hice nada, imbécil- profirió tratando de jalar aire con todas sus fuerzas pero era imposible, el ojigris no era tan pesado, pero estaba colocado precisamente en sus pecho restregando su rostro como si de un gato se tratase impidiéndole inhalar con facilidad.
-¿Ah sí? Entonces como explicas que esté en ese estado- el rubio se volvió a aferrar a su brazo con la intensión de volver a besarlo.
-Te amo Eddy ni sabes cuánto, sin ti no se vivir, eres como el aire que respiro...-
-Ya, ya, ya y tú me estas sacando todo el que necesito, quítate de encima- dijo algo avergonzado para después ponerse de pie dando una gran bocanada de oxigeno.
-No pensé que fueras tan rastrero como para darle amortenia, el ya tomó su decisión y me escogió a mí, ¿que no puedes vivir con ello?-
-En primera, ni creas que puedes llamarme como se te pegue la gana Trollmes, en segunda mi inteligencia no me permite gastarla haciendo una tontería como una pócima de amor, aparte ¿para qué quiero un muñeco obsesionado conmigo si no me puede amar de verdad?-
-Porque lo amas- dijo con firmeza.
-¿Y que con eso? No por ello estoy dispuesto a obtener su amor por la fuerza, por si no lo recuerdas soy su amigo y aunque el friendzone no es algo tan emocionante como suena, estoy satisfecho porque él es feliz con ello...- dijo cansinamente forcejeando con el rubio que lo seguía a cada paso como un pollito con una mirada pretenciosa.
James lo examinó de arriba a abajo, odiaba, realmente odiaba tener a su lindo Scorpius colgado del cuello de ese mequetrefe cuatro ojos, pero aunque no se tragaba por completo su choro mareador de ser completamente inocente, estaba decidido a llevarle a enfemería aunque sea a rastras, para que lo curaran y de paso con el profesor Stump para que le dieran veritaserum para saber a ciencia cierta si él era el culpable o no (aunque a sus ojos era culpable)
Exasperado de ver la dulce expresión en el pálido rostro lo quiso separar con todas sus fuerzas para que no siguiera tocándolo, pero súbitamente sintió un jalón en el sentido contrario haciendo que su mano con la que lo había sujetado, ardiera.
-¿Qué demonios fue eso?- preguntó Ed curioso señalando el humo de la mano del mayor- eso no se ve correcto... pero para nada, parece como si hubieras puesto la mano en el fuego- dijo con un aire divertido el Hufflepuff.
"Y así se sintió" pensó decaído, eso en definitiva no era normal.
Llegaron con prisa a la enfermería para encontrar todo un campo de batalla allá adentro. Mínimo una docena de alumnos de todas las casas tumbados en la cama y otro tanto haciendo fila.
-¡Maldición!- gritaron al unísono los chicos, James comenzó a refunfuñar cruzado de brazos -¡Poppy necesitamos tu ayuda!- exclamó siendo reprendido con la mirada severa de la sanadora.
-Señor Potter deje de sentirse tan importante con trato preferencial... ¿que no ve la cantidad de alumnos que hay?-
-Pero esto no es normal- berreó apuntando al rubio aferrado con ambas manos a las mejillas arreboladas de Ed, quien con todo su autocontrol se alejaba de él.
-¡Ahh ya me tienes arto! ¡Desmarius!- conjuró el de lentes al instante que el heredero de los Malfoy caía pesadamente al suelo inconsciente y era atrapado por un exasperado James que gruñó por el dolor que sentía en su cuerpo al tocarlo.
-¡Jodidas maldiciones!- gritó depositando con cuidado al dulce angelito inconsciente en la silla más cercana y sobó sus manos adoloridas regresándolas a ver, estaba enrojecidas con laceraciones profundas.
-Señor Potter deje de hacer tanto escándalo en la enfermería- dijo con una mueca molesta Madame Pomfrey echándole un vistazo más de cerca- ¿y ahora que le sucede? ¿A caso sigue golpeando arboles a diestra y siniestra?-preguntó con burla la mujer. James rodó los ojos.
-Lamento informarle señora P. pero al parecer Scorpius no es simplemente víctima de una amortenia, seguro es algo más fuerte porque también le afecta aquí a Potter…- la sanadora lo regresó a ver y con un suave movimiento revisó al paciente lanzándole un Ennervate que cuando recuperó la conciencia volvió a perseguir a su objetivo de cabellos cobrizos.
-¡Ya déjalo de una vez!-
-¡Cállate! Te odio ¿Qué no lo entiendes? ¡Suéltame, maldito! ¡¡Te odio no quiero verte!!- la sanadora exhaló con fuerza, eso estaba muy raro y reprendió a los dos con la mirada.
-Mm ustedes dos van a tener que explicarme que fue lo que pasó…-
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Su boca formó una línea recta con cada pizotada que lo alejaba de su tan cómodo escritorio, realmente odiaba que lo interrumpieran cuando calificaba exámenes, pero si Poppy lo mandó a llamar es porque era algo importante y no podía fallarle.
Después de todo el frenesí que se armó, ya solo quedaban un par de estudiantes incapacitados, siendo afortunados los que dormían o fingían dormir puesto que no fueron presa de la mirada iracunda del profesor Stump.
-Scorpi!- chilló Aris cubriendo su boca cuando vio a su querido amigo colgándosele del cuello al ojiazul quien aunque se veía crispado poseía un leve sonrojo que no pasó desapercibido por su amiga- ¡Eddy! ¿Qué le hiciste?- regañó cruzándose de brazos mirándolo severamente.
-¿Por qué todos creen que le hice algo? Nada, no le hice nada, alguien me está queriendo inculpar…- dijo buscando apoyo de James quien no agregó nada, pues estaba como zombi aun dolido por las crudas palabras que recibió.
Tras un breve análisis y detenida observación al paciente lo adormeció, puesto que ya le tenía arto ver su constante muestra de afecto y todo el relajo que se armaba entre esos tres individuos. En pocos minutos estudió y comprobó la inocencia del Gryffindor y Hufflepuff dejándole un mal sabor de boca “esto tomará más de un rato” pensó iracundo, pero sin demostrarlo en su rostro.
-Señorita Whitmore…- se dirigió el profesor de pociones con su usual taciturnidad y arrastre de palabras- ¿usted sabe si el señor Malfoy recibió algún chocolate, filtro, dulce que podría haberlo conducido en este estado? porque esto realmente parece una pócima de amor muy peculiar…- la chica cerró los ojos intentando recordar si había notado algo raro que comiera.
-La verdad no sé… no obstante recuerdo que Lily Luna le dio algo… pero no creo que haya sido ella… es casi como su hermana…-
-Maldita Aris, ¿cómo puedes desconfiar de mi y no de ella?- bufó molesto el tejón cruzándose de brazos sentándose con pesadez al lado del inconsciente rubio.
-Como sea… el punto es que pude identificar la clase de pócima que se empleó y creo poder tener como nuevo al señor Malfoy…- los chicos dieron un suspiro de alivio.
-¿Y en qué consiste profesor?… si se puede saber…- preguntó con timidez la Hufflepuff.
-Es una pócima muy antigua pero muy poderosa y compleja que me sorprende que algún chiquillo de la escuela pudiera hacerlo con éxito… si mal no recuerdo las malas lenguas la llaman “La venganza de Anteros”… utilizada más que nada por brujas que no eran correspondidas… esta pócima ata a una persona emocionalmente con otra encegueciendo sus sentidos y revolviendo sus pensamientos haciendo creer que ama a dicha persona incondicionalmente, al igual que la amortenia, pero en este caso crea cierta repulsión y odio hacia la persona que ama de verdad…- James abrió los ojos de par en par aguantando la respiración, eso explicaba muchas cosas.
El maestro los miró insensible sin una gota de tacto en su semblante para después continuar–Por tanto, el señor Malfoy permanecerá un par de días aquí en observación para estar seguros que no me equivoco, pues el filtro para anular su problema es difícil de elaborar y tardado, por ello lo dividiré en dos tomas, la primera para anular los efectos tipo amortenia y el segundo para lo más delicado que es el refuerzo para evitar un decaimiento… -
<…-Ahora, retírense a sus salas comunes que la hora de visita terminó- dictaminó secamente. El azabache estuvo a punto de reprocharle su decisión y a echarle en cara que no se movería ni un solo centímetro de ahí- Por favor obedezca, que teniéndolos aquí de bulto no ayudan en nada…-
James estaba harto de estar ahí impotente sin poder hacer nada, simplemente contemplar aquello tan doloroso que se atrevieron a hacerle a su querido Scorpius y el amor que le profesaba a su disque “amigo”, aunque sabía que no era verdad, aun así le lastimaba.
De un brinco el ojicafé se puso de pie y veloz como rayo salió corriendo del lugar; tenía una idea y nada ni nadie le separarían de ahí. Las personas en la sala se regresaron a ver entre sí, sin entender siquiera una pizca de lo que ocurrió en la mente del Gryffindor
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Con los ojos abotagados, varios bostezos y unas terribles ganas de dormir, James estaba fielmente a la espera de la hora de visita, después de cinco días, Madame Pomfrey declaró que las cosas se efectuarían en la manera en la que dijo el profesor y en compañía de Eddy ingresaron, ya que a Poppy le recalentaba que hubiera demasiado alumnos en su lugar de trabajo.
Para James lo fundamental era que su querido rubio estuviera mejor y ya después se encargaría de encontrar al culpable “pero si no fue el idiota de Summers… ¿Quién fue?” la idea de que haya sido su hermana le causaba escalofríos, lo veía poco probable, pero sabía que era capaz de eso y más.
Sin ganas de prolongar la incertidumbre y nerviosismo en los jóvenes, la sanadora se aproximó a administrar la dosis de antídoto a su paciente y tras un “ennervate” despertó.
Parpadeando varias veces, Scorpius se incorporó; sentía la claridad de lleno sobre su rostro y se sentía algo perdido y desubicado. Frotando sus ojos con el dorso de su mano sintió unos pares de ojos mirando en su dirección y todo como un flashback regresó a su mente provocando que sus cristalinos ojos se empañaran.
-¡Jamsie, perdóname por todo lo que dije!- chilló el rubio abrazándose con fuerza a los hombros del azabache como si de un salvavidas se tratase, pero dicha acción le generó un irremediable dolor que le hizo caer hacia atrás. Asustado, Scorpius regresó a ver sus manos y al joven en el suelo ahogando un grito que se transformó en un gruñido en su garganta.
-Para tus ánimos, Scorps que le haces daño a tu cielito lindo…- dijo con sorna el de lentes haciéndole un molinillo en su cabeza. Aun estaba aturdido por lo que había pasado, necesitaba respuestas- descuida, el está bien, solo es un bebe llorón-
-Pero…- contestó consternado mirando con tristeza a James que le costó trabajo levantarse.
-Descuida cariño, estoy aun en una pieza- dijo con media sonrisa- lo importante es que tu estés bien…- Scorpius los miró con detenimiento, primero a uno y luego a otro.
-¿Que fue de lo que me perdí?- en una mirada complice se preparon para contarle lo que le ocurrió.
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Con un Scorpius más tranquilo de saber lo que sucedió, James le encargó a Ed que hiciera guardia en compañía de Aris por si se le ofrecía algo al rubio puesto que el iría a saldar cuentas pendientes. Agradeciendo por lo bajo no tener trabajos pendientes para que nada truncara su afrenta, comenzó a avanzar.
A grandes zancadas se acercó a la mesa de las serpientes donde la campante pelirroja cenaba junto a su gran círculo de amigos; no queriendo esperar se aproximó hasta quedar a escasos centímetros de ella y jalándola por el hombro la giro obteniendo un bramido de molestia de su parte.
-¿Pero… que? ¡Joder, James! ¿Qué no vez que estoy comiendo- dijo indignada la Slytherin poniéndose en pie- Seguro estas molesto porque no te di tu dulce de San Valentín pero te lo mereces- dijo entre risas sacándole la lengua.
El azabache solo la miró con furia y de un jalón la sacó de gran comedor. Cerciorándose que estuvieran los suficientemente alejados la soltó para tenerla de frente. La chica se veía pasmada porque no entendía a que se debía tanto secretismo con su hermano.
-Li-Lu… tienes que decirme de una buena vez que demonios le diste a Scorpius… porque si no…- su voz temblaba y su clásica sonrisa no estaba presente, Lily se sorprendió, tal vez era la primera vez que veía a su hermano tan molesto que incluso sintió miedo.
-Maldición James, solo fue un chocolate no es para que te pongas así de celoso… a parte no solo le di a él también a Albus, a Rose y a Hugo…-
-Pues Scorpius está en la enfermería porque alguien le dio amortenia o bueno alguna cochinada parecida…- la pelirroja puso los ojos de plato con la boca abierta, no podía creer que alguien se haya atrevido a hacerle eso.
-Maldita sea… ¿pero quién…?- preguntó en voz baja repasando con los ojos lo que había pasado con los chocolates; ella los había hecho, pero no sola y la que se encargó de elaborarlos casi por completo había sido…- ¡Por las barbas de Merlín! Fue Cassy, ella hizo casi todo… maldita ardida…- James no tenía ni idea de a quién se refería, ya que las amigas de su hermana eran demasiadas que era casi imposible de diferenciar para él cual era cual.
<…-¡Tuvo que ser ella, está loca! Bueno, no sé qué tanto, pero creí que era una loca sana, no una loca, loca…- quería preguntarle cómo podía estar tan calmada teniendo una amiga con síntomas de demencia, pero la intención de averiguar si era ella la causante de todo y la premisa de hacerla sufrir con sus propias manos iba primero.
-¿Sabes donde esta?- preguntó con un ligero tic nervioso en pierna que sabía que le ayudaría a correr lo más rápido que podía para atraparla.
-Nup, pero esto sí- dijo al momento que sacaba el mapa del merodeador de su morral- juro solemnemente que mis intenciones no son buenas- James frunció los labios.
<...-¿Qué? Ashh si te pusiste de esa forma por el mapa es por su culpa, tu no me quieres prestar la capa y Al tampoco quería soltarlo, así que se lo robé- dijo dándole una repasada rápida observando las motitas negras con diversos nombres, buscando uno en especifico- ¡chirriones! ¡Está en camino a la enfermería!- grito regresando a ver a su hermano abrumada y antes de que pudieran decir “snitch” emprendieron la carrera.
Subiendo a toda velocidad al primer piso siendo el mayor mucho más rápido, que fue el primero en localizar a la susodicha con su melena rubia que ondeaba al ritmo que iba dando ligera brinquitos quitada de la pena. James en un desenfreno sacó su varita.
-¡Levicorpus!- la chica soltó un chillido al ser levantada por los aires.
-Maldita Casiopea ¿Cómo pudiste?!- gritó Lily sacando al momento desenfundando su varita- ¡Everte Statum!- conjuró mandándola a volar contra la pared y con largos pasos se acercó- Nadie se mete con mi pequeño Scorpius- dijo con una severa mirada aun apuntándole dispuesta a lanzarle otro hechizo.
-Lily…no cabe duda que son demasiado lentos… no puedo creer que les tomara cinco días en averiguarlo, dan lastima…- dijo con una maliciosa sonrisa relamiéndose el labio que sangraba por el impacto del previo hechizo que recibió. James inhaló con fuerza y apretó su varita entre los dedos- ¿Qué sucede Jamie te divertiste por las dulces palabras que te dijo Scorpi?- antes de siquiera pensarlo el Gryffindor atacó.
-¡Aqua Eructo!- el chorro de agua pegó de lleno en su rostro, tan potente que impulsó su cabeza hacia atrás golpeándose contra la pared mientras chillaba.
-¿SE PUEDE SABER QUE ES LO QUE ESTAN HACIENDO?- una severa voz los llamó haciendo que con un “finite” terminara el encantamiento. Minerva McGonagall que realizaba su paseo de rutina tenía el ceño fruncido y la vena de la frente brincando por la molestia ante semejante espectáculo- James Sirius y Lily Luna Potter, espero que tengan una buena explicación-