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No quiero ser tu amigo por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Pheww aqui me tienen! (despues de mi intento fallido de subir el capi ayer! epic lolz!!)

quiero agradecer a kaorugloomy, Luis, CaocTaisho y yukicandy!! wii gracias por comentar chicos!! son lo maximo!! *O* ahh como adoro leer sus comentarios! son lo mejor de mi dia a dia! :D

espero que disfruten este capi tanto como yo disfrute haciendolo!!

a leer se ha dicho!!~

*/°*°/*°*/°*°/*Seis de la tarde en Malfoy Manor*/°*°/*°*/°*°/*


Con parsimonia entró a la sala principal, realmente le agradaba aparecerse en ese lugar, el cual siempre pensó que era demasiado frio y hostil para su gusto, pero resultó ser tan agradable y elegante con un inigualable buen gusto y calidez; había tanto de su amado rubio en el ambiente, en cada esquina, pared y rincón, que simplemente no se pudo resistir al encanto de la Mansión Malfoy.


-¿Draco?-preguntó Harry tomando asiento al lado del alborotado rubio que está hecho la furia tras recibir la carta de su pequeño expresando a muy grandes rasgos como iba su año escolar y el incidente de la celebración del día de san Valentín.


Era notorio su afán de no ahondar en detalles y eso solamente le daba a entender la magnitud de lo que pasó. “¡Hasta ahorita se te ocurre decirme Scorpius! ¡Ya me escucharas jovencito!”Pensaba con aprensión.


-Esa estúpida niña como se atrevió a hacerle algo así a mi hijo...- refunfuñaba y despotricaba en voz baja mordiéndose las esquinas de sus uñas como cuando estaba alterado. El azabache con un gesto de ternura tomó su mano para que ya cesara su molestia.


-Ay Draquis no aguantas nada cielito- dijo con burla Astoria que pasaba por ahí en busca de sus arracadas doradas que hacen juego con su vestido negro ajustado.


-Tonta Astoria, como no te importa lo que le hicieron y dices ser su madre...- dijo destilando veneno el rubio entrecerrando los ojos.


-Scorpius está bien, no le pasó nada, además Jimmy te informó que se encargo del asunto- dijo quitada de la pena. “¿Jimmy? ¿Mi Jamie?” Pensó Harry, pues quien más si no.


-¿Desde cuándo te carteas con mi hijo?- pregunto curioso el ojiverde.


-Desde la navidad, al parecer ha querido venir a la mansión para charlar conmigo sabe Merlín de qué, pero no he podido atenderle por diversas razones... parece que nunca es el momento adecuado….- dijo sin regresarlo a ver ya que su cerebro seguía dando vueltas con lo mismo a 1000 revoluciones por minuto.


-Ahh, hola Harry ¿cómo te ha ido? ¿Cómo está la familia?- inquirió tranquila Astoria viéndolo a través del espejo como si apenas cayera en cuenta que estaba ahí.


-Muy bien, gracias Tori por preguntar, por lo que veo tu estas de fabula- dijo risueño.


-¿Tori? ¿Quién es Tori?- preguntó Draco como sí no tuviera sentido lo que dijo.


-Yo tontín, es una linda forma de llamarme- el rubio arqueó una ceja con incredulidad y la otra sonrió maliciosa-el hecho que no te gusten los diminutivos no es mi culpa- se regresó a ver al espejo satisfecha de su apariencia y regresó a verlos,


<…-Bueno si me disculpan, me tengo que ir, mi ardiente cita me espera, cuídense muñecos- con despampanante jovialidad les dio a ambos elegantes roces en sus mejillas en señal de despedida -espero que no ensucien ni desordenen mucho mi lugar favorito ¿ehh? Que acabo de remodelarlos- expresó entre risas antes de partir notando el leve sonrojo de los hombres que se regresaron a ver de soslayo.


-¿De cuándo acá son tan amiguis tu y ella?-preguntó entre asombrado y divertido dejando de lado su carta que nada más le daba dolor de cabeza.


-Desde que la conocí mejor y supe que no andaba tras tus huesitos- recargó su cabeza en su hombro con cariño sintiendo las hebras platinadas rozar sus mejillas.


-Já- exclamó sarcástico- es imposible que esa mujer este tras los huesitos de alguien para algo más que pasar el rato, aparte dice que los rubios no son exactamente su tipo-


-Pero aun así la “señora Malfoy” te simpatiza- el rubio rodó los ojos, pero no lo negó. Tenía una interesante amistad con su aun esposa, una camaradería que se forjó desde que se conocieron debido a su matrimonio arreglado.


-Es más que obvio… como tú y la ahora ex señora Potter-  Harry asintió, los buenos términos en los que quedaron  él y Ginny era casi lo mismo que la actual relación de los Malfoy.


-Tenemos algo en común… nuestros pequeños- la declaración dada no le dejó de otra más que concordar con ello. El rubio comenzó a pasar sus largos dedos de pianista sobre la rebelde cabellera y sonrió.


-¿Y tienes alguna idea del motivo e insistencia de tu hijo?- preguntó inquieto.


Harry dudó si decirle lo que sabía, pues tenía noción del tema que se moría por decirle su hijo… es más, había visto con sus propios ojos la relación de su progenie, pero eso no le correspondía a él revelárselo.


-Creo que tendrás que esperar a hablar con él para averiguarlo- “solo espero que no arme tremenda escena cuando se entere…”.


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Creo que no escuché claro” pensó algo aturdido por lo que acababa de escuchar y parpadeó dos veces, la cara comenzó a arder de solo pensar en lo que conllevaba aquello.


-¡Scoooor!- llamó James haciendo aspavientos con sus manos tratando de capturar su atención que parecía querer escapar volando de él -cariño, te perdiste por unos largos minutos- dijo entre risas.


-¿El baño de los prefectos, Jamsie? Tú ni siquiera lo eres y ya ni hablar de mí…-  dijo moviéndose nerviosamente, no es que le molestara la idea de estar fuera de la cama en la noche, pero ¿tomar un baño espumoso con su novio los dos solos?


Claro no sería la primera vez, puesto que cuando eran más chicos hacían literalmente todo juntos y bañarse no era una excepción “¡pero ya no somos niños!” pensó sonrojándose aun más.


-Oh vamos, no es necesario que sea prefecto, Ricard lo es y es mi amigo así que digamos que “tomé prestado” el papel con la extraña contraseña y ni se dará cuenta que desapareció de su túnica por un par de horas- dijo haciéndole entrega del trozo de pergamino jugueteando con una punta del más largo cabello platinado.


-Pero…-


-Tú tranquilo y yo nervioso- le guiñó el ojo exudando entusiasmo y apasionamiento por cada poro de su trigueña piel que solo atinó a suspirar; sabía que una vez que viera con detenimiento esos ojos llenos de tanto sentimiento era imposible contradecirlo.


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Los baños de los prefectos en el quinto piso era lo que cualquiera esperaría que viene con una gran responsabilidad; grandes gratificaciones.


Suspiró pesadamente, escapar de su dormitorio a las once de la noche había sido más fácil de lo que creía, pues Eddy, aunque tenía el sueño ligero, solo le dedicó una suspicaz mirada que tras unos instantes simplemente se arrellanó en la cama, le dio la espalda dedicándole un breve “yo te cubro” sin pedir explicaciones, acción que agradeció muchísimo él rubio.


Por otra parte, pedirle prestado el mapa del merodeador a Albus a mitad de la cena, sin revelarle en su totalidad el motivo de su escape fue lo más difícil y hasta estaba seguro que sospechaba sus intensiones, pues nada más se dedicó a contemplarlo inquisitivamente y con una expresión de derrota se lo dio implorándole que no hiciera una estupidez y que si James lo atosigaba demasiado gritara con todas sus fuerzas y le lanzara un desmaius… incluso podría alegar que fue en defensa personal ante la directora.


Realmente ya no sabía ni cuantas veces le habían dicho eso pero con diferentes palabras, pero que se le iba a hacer, sus amigos siempre se preocupaban por él aunque él estaba más que seguro que James no haría algo que le hiciera daño.


El suntuoso lugar de amplios ventanales con el tan mencionado vitral de una sirena acicalándose ante una cálida luz, las aguas tranquilas que comenzaron a manar ávidas de los casi cien grifos dorados perfectamente acomodados unos sobre otros que se comenzó a formar espuma con vaporosas aguas con aroma acanelado “¿o será pachuli?” pensó con divertimiento inhalando con fuerza.


-Relájate Scorpius, Jamsie no te obligaría a hacer algo que no te guste… no pasará nada que no quiera…- dijo en voz baja golpeándose dos veces sus mejillas ya sonrosadas y prosiguió a desvestirse.


Sonrió tras darse un chapuzón deleitándose con el ambiente tan mágico que entre más olía, más sentía y mas percibía la paz arrolladora que tanto le colmaba. Sin más preámbulos comenzó a nadar. El agua estaba tal cual la imaginaba. Cálida, deliciosa y tan agradable que no le molestaba quedarse ahí un par de horas sin importarle volverse una pasa.


-Que linda vista- dijo esa voz tan especial sacándolo de su ensimismamiento y sin decir “agua va” de un brinco se zambulló salpicándolo hasta donde estaba.


-¡Jamsie!- chilló frotando sus ojos a los que les había entrado agua.


-Wow no creí que realmente vinieras- exclamó con verdadera sorpresa acercándosele, se veía satisfecho y con una genuina ilusión chispeando que el otro simplemente sintió que su garganta se secó.


-¿Qué acaso era una broma?- arqueó una ceja y el otro rió negando con la cabeza.


-Claro que no, es solo que eres  fiel a las reglas y pensé que no harías algo tan descabellado como salirte de tu cama casi a media noche a deambular por la escuela-


-Digamos que… tenía un motivo de mucho peso que me hizo tomar la decisión… a-aparte, si preguntan yo no estuve aquí-


-¿Quién eres y que le hiciste a mi precioso Scorpius?- divertido, comenzó a jugar con las pálidas manos dispuestas para él.


-Tonto…- dijo sacudiendo el oscuro cabello húmedo que brillaba con los cristales de aguas aun en ellos dándole una preciosa vista -…es mucho mejor de lo que esperaba…- trató de despejar su mente de pensamientos nada inocentes de tener al mayor frente a él como dios lo trajo al mundo “no es la primera vez que lo vez así” se repetía para no intimidarse.


-Wow ¿Qué es esto?- preguntó curioso a la cadena que traía alrededor de su cuello y el rubio dirigió su mirada a la pequeña “S” que siempre lo acompañaba.


-Es un tesoro-


-Qué envidia… ya quisiera ser esa cadena para poder dormir sobre tu pecho todos los días…- dijo con tal natural que fue demasiado para el rubio que tuvo que carraspear para no dejarse llevar por el salvaje impulso de abalanzarse contra él.


 -Err…debo suponer que no es la primera vez que vienes ¿verdad?- cambió repentinamente la conversación.


-Nup- declaró quitado de la pena sin despegar sus castaños ojos de los grises, embelesándose con el sonrojo en la blanca piel; estaba intrigado si era por la alta temperatura o por la cercanía de sus cuerpos y estaba dispuesto a averiguarlo –unos amigos y yo nos colamos de vez en cuando, claro, sin la compañía de Ricard, pues al ser perfecto nos delataría el muy maldito-


-Claro y no sospecha que te robas su contraseña-


-Tal vez sospecha, peeero prefiero tirarme de a loco que renunciar a este lugar- dijo muy fresco que el otro puso los ojos en blanco – ¿pero te digo un secreto?- el rubio se acercó por instinto para escuchar la confidencia –Es la primera vez que vengo con quien amo, así que te suplico que guardes el secreto, que mi fama de sexy gigoló se iría por un tubo- el rubio trató con todas sus fuerzas de no reír y asintió con toda la seriedad que pudo.


-Tu secreto está a salvo conmigo…- James no pudo evitar ampliar su sonrisa ni las ganas de estrecharlo en sus brazos que al instante lo hizo sin siquiera pensarlo, pero al sentir el cuerpo expuesto y sensible, tan caliente por la exposición del agua sintió algo que no podía ser una equivocación.


-Realmente e-es… tas…- tragó saliva con trabajo y el rubio avergonzado miró hacia otro lado “Por todos los dioses” exclamó emocionado en su mente “gracias Merlín por dejarme vivir hasta esta sagrada edad” pensó sintiendo su corazón frenético dar saltos y su excitación abriéndose paso en el amurallado fuerte que se había construido para no volverse un salvaje.


-¿P-Pues q-que cre-creías? Es un baño… n-ni modo que me dejara la ropa puesta…- se sentía muy avergonzado.


-Como te adoro…- exclamó volviéndolo a estrechar –Te amo…- susurró en su oído provocando sus tan deliciosos espasmos que recorrían ávidos su cuerpo, deleitando al mayor a sabiendas que era el único que se los provocaba.


-Yo también…- dijo jalándolo hacia sí para besar sus labios, tan suaves e inequívocamente palpitantes, enrojecidos de tanto morderlos. Esa dulce sensación de necesidad, amor y poesía que tanto le encantaba, los fuertes brazos apretándolo sin piedad, impregnados con ese creciente temor de que se alejara o de que solamente se tratara de sus más dulces sueños que una vez despierto se esfumara.


Los suspiros y jadeos no se hicieron esperar, resonando en eco en esas cuatro paredes infestadas de esencias, vapores y anhelo. El beso casto se profundizó a niveles estratosféricos que el aire se hizo apremiante pero que ninguno de los dos quería soltar al otro, era imposible, tanta emoción albergada, tanta magnitud explosiva de sus vehementes deseos, tanta necesidad de  sentirse parte del otro era mayor. Las manos del Gryffindor, inquietas y ansiosas como si quiera memorizarlo, palpaban cada centímetro de esa piel bellamente expuesta.


-Mmgh… Jamie…- gimió sintiendo como los labios del mayor trazaba un camino de besos desde su oído hasta su clavícula, entusiasmándose en el sendero con el cuello que no dudó en probar con su lengua –Ahh…- apretó entre sus dedos los cabellos negros.


-Dime cuando quieras parar…- con temor pero con creciente excitación asintió entrecerrando los ojos, siendo invadido por los múltiples espasmos que provocaban las conocedoras manos que se deslizaban peligrosamente hacia su parte baja.


-¡James!- abrió los ojos viendo la enervante mirada endemoniadamente lujuriosa que se negaba a detenerse, pero que al escuchar a lo lejos su nombre detuvo sus serpenteantes manos.


-¿Ya… no… quieres…?- preguntó ahogando sus anhelantes deseos.


-Si-sigue…- apretó nuevamente los ojos, a lo que James acarició con una mano su mejilla con delicadeza repasando su barbilla y volvió a besarlo, no quería que temiera, quería que sintiera todo su amor a través de sus manos, con cada uno de sus dígitos clavándose en su piel marcando sensaciones solamente suyas y de nadie más.


-No sabes cuánto me fascinas Scor…- suspiró entre beso y beso anhelando con cada fibra de su ser llegar más allá, dar por fin ese brinco que tan fácil se veía, pero que de no ir con precaución sabia que se lamentaría -me encantas… siempre soñé con esto…- dijo sintiendo la palpitante hombría de su Scorpius tan endurecida como la suya, sabía que también lo deseaba como él y con un movimiento temeroso la tomó entre sus manos induciendo un gemido casi inaudible.


-Yo también… Jamsie…- con una creciente desesperación lo comenzó a estimular. Jamás había hecho algo así en otro hombre más que para sí mismo, pero por ser su primera vez quería darle a su amado Scorpius todo el placer que pudiera. Empezó lento a bombear de arriba abajo ese delicado miembro que temblaba a su contacto, siendo recompensado con esos deliciosos gimoteos tan preciados como si de cantos de ángeles se trataran.


Su fuerza dispersa explotaba en su interior, incapaz de siquiera poder mantenerse en pie, sus piernas le temblaban ante el creciente ritmo de la mano de James, jamás había sentido algo así, era tan placentero, ardiente como el sol de la tarde que quemaba su piel divinamente, tan lleno de vida que la vergüenza no tenía cabida más que el goce y deleite.


Con ambas manos se abrazó al torso desnudo del pelingro, recargando su rostro en la mejilla de él sintiendo su agradable respiración entrecortada en su cuello erizándole el vello de la piel que sus manos también quería sentir el cuerpo que tenia frente a sí, tan marcado por todo el entrenamiento, bronceado por el sol.


-Tócame Scor…- imploró el mayor en su oído haciéndole estremecer aun más, tanta emoción no debería de ser permitida, pero aun en su nube de éxtasis obedeció llevando sus manos temblorosas a donde le dijo.


-Ohh por Merlín…- sollozó apresando el miembro de James que dio un respingo pero no se apartó, era mucho más grande de lo que esperaba y con torpes movimientos intentó imitarlo esperando darle una pisca de su sentir. Con la mano libre se sostuvo de James para no caer.


-Mierda Scor…- gruñó. No podía creer que esas tan dulces manos estaban trabajando en él con tanto ahincó y devoción procurándole tanto placer con cada subida y bajada.


-Jamie… ahh… yo… ahh…- sintió la cálida esencia de su amado deslizarse entre sus dedos y muy pronto su cumbre rozando tan peligrosamente “maldición… nunca me había venido tan rápido” pensó el azabache angustiado.


-Uff... por los dioses….- suspiró pegando su frente sobre la del rubio quien aun jadeaba por toda la sensación incomparable que experimentó, sus cabellos desordenados eran acariciados por el mayor quien se deleitaba por la tenue sonrisa del menor, se agradecía en su interior que no haberle dañado.


-Eso fue…- no podía completar su idea, sus sentidos acallados por el sin fin de embarazosas y deleitantes impresiones sacudía su mundo que, seguía sin poder creerlo; estar de esa manera tan intima, tan suya que le exaltaba a tal punto que arrojarse a ese sentimiento llamado amor era lo mejor que le había pasado.


-Maravilloso- dijeron al unisonó.


 


 

Notas finales:

Omgshh!! no puedo creer que ya hubo un avance monumental!! kyaa!!~

(dioses creo que hubiera muerto de derrame nasal si hubiera seguido imaginando lo que seguia jajaja) <-- si lo se... pervert mode: ON *¬*

espero, realmente espero que les haya gustado!! espero sus rr para que me digan que les parecio!! (esque siento que estoy chafeando en mis lemons jeje) xD

Les mando besitos!!~ nos leemos prontito n.n


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