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No quiero ser tu amigo por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

HoliHola queridos mios!! aqui estoy nuevamente!! jeje muchas gracias por leer esta historia!! y muchas gracias a kaorugloomy, Luis, CaocTaisho y yukicandy por comentar!! wahh!! cuanta felicidad que les haya gustado!!

Espero que este capi les guste mas ojojo! bueno lo prometido es deuda y les dejo el inicio de vacaciones HotHot!! x3

A leer se ha dicho~*

Esa repentina espontaneidad no le molestó en absoluto al mayor de los Potter, es más, sentía que de un momento a otro se abalanzaría sobre su pequeño y comenzaría a devorarlo “dioses, parezco un maldito perro en celo, solamente pensando en eso” dijo golpeando sus mejillas para que reaccionara.


-¡¿Cómo que ninguno de los dos va a ir a casa para navidad?! ¡¿Porque?!- el tono que empleó Albus les hizo rodar los ojos a sus demás amigos “claro, como si no fuera lo bastante obvio” pensaron Aris, Eddy y Rose al mismo tiempo.


-Eso mi querido Al, vas a tener que investigarlo en tu tiempo libre, te lo dejo de tarea- dijo Eddy tan lleno de sí mismo y comenzó a enrollar su tarea de pociones –Vámonos Rose que quiero ver los nuevos libros que consiguió Madame Pince- con una genuina sonrisa se dirigió a la castaña, quien no tuvo objeción, pues ella también le comían las ansias por poder siquiera oler el cuero nuevo y limpio de los libros recién adquiridos.


Scorpius se maravilló al ver a sus amigos en paz nuevamente “ya era hora” pensó -¿vienes Scorps?- preguntó ladeando la cabeza.


-En unos momentos los alcanzo- el chico se alzó de hombros pues era notorio que el leoncito daría su mejor lucha para evitar que el rubio se quedara en la escuela y se conformó con darle la bendición comenzando a alejarse mientras conversaba animadamente con Rose.


-No es justo…- seguía en pleno berrinche el azabache siendo consolado por su ahora más que formal novia –Está bien que el cabeza de nabo no vaya, pero no creí que me traicionarías Scor…-


-No te estoy traicionando Albus- dijo pasando su mano por los desordenados cabellos regresando a ver la comprensiva mirada de Aris –es solo que quiero pasar un tiempo de calidad con Jamsie… ya sabes que el próximo año tendremos los T.I.M.O’s y el tendrá los E.X.T.A.S.I.S y casi no podré verlo…- los ojos verdes miraron de soslayo el semblante ilusionado de su amigo y suspiro ¿cómo ir en contra de su amielado amigo del alma cuando ponía esa carilla?


-Ahh ok te entiendo… pero más te vale que lo que sea que te ofrezca este tonto te lo medites antes ¿eh? No quiero regresar y descubrir que se atrevió a…- le dio un escalofrió.


-¡Albus, déjalo en paz! ¡Mi Scorpi es capaz de defenderse y de decir no si no quiere algo!- con un asentimiento le agradeció por su calidez de palabra –aparte si ya hicieron o van a hacer… eso… es muy su problema- el moreno se revolvió en su asiento exclamando un ¡iughh! y se tapó los oídos comenzando a tararear sin querer siquiera imaginarse que podrían hacerlo dos hombres.


La Huffle negó con la cabeza por lo infantil que podría ser el ojiverde, pero aun así le parecía encantador –como sea Scorp… tienes mi apoyo- el guiñó de su ojo le hizo ruborizar –Ahora cuéntame donde estuviste en el baile Scor, cuéntame con detalle- la pícara sonrisa de su amiga se ensanchó en la espera de detalles de su querido amigo pues aunque intuía con quien estaba cuando se ausentó, tenía curiosidad que lo entretuvo durante taaaanto tiempo.


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Recostado sobre su cama boca abajo, observaba la helada interacción de sus amigos quienes, aunque siempre discutían parecían llevarse muy bien, hasta ese momento.


-¿Ya solucionaron sus cosas?- preguntó el rubio a sus amigos, pues aunque Eddy y Rose ya se habían arreglado, esperaba que tanto Lorcan como Agni ya estuvieran en buenos términos.


Su moreno amigo que estaba tan ensimismado con su barbárico trabajo de cerrar su maleta solo bufaba y refunfuñaba desesperado, preguntándose ¿Por qué no cabía su ropa si cuando llegó a comienzo de año entró perfectamente?


Lorcan con un movimiento de varita acomodó las cosas en un perfecto orden obteniendo un gruñido de su amigo que se levantó malhumorado con un ligero rubor en sus orejas.


-Nos vemos para el siguiente semestre mi ángel SCORP- remarcó esto último dándole una significativa mirada de desprecio a su amigo de esponjoso cabello dorado y se alejó con su maleta a grandes zancadas hasta salir de ahí. El chico regresó a ver por donde había desaparecido Agni y contestó después de largo rato la pregunta de Scorpius.


-Más o menos…- con descuido se tiró en su cama recién hecha para comenzar a contar las pequeñas hadas que seguro aparecían por su ofrenda de comida azucarada en su mesa de noche –es un testarudo… pero ya se le pasara…- dijo resignado sin regresar a verlo. Alargando una mano quiso tocar a lo que parecía un ser de luz solamente visible con sus espectrogafas y Scorpius suspiró.


-Uyy parece que Ag-Ag comió dragón esta mañana que esta que hecha fuego hasta por los ojos- dijo burlón Eddy aventándose en la cama aplastando a Scorpius que sonrió cuando el cabello castaño de Eddy le cosquilleó en su oreja.


-Asé es siempre- agregó Lorcan poniéndose en pie poniendo sus gafas azules sobre su cabeza –que no lo hayas notado hasta ahora me sorprende- 


-Deberías de darle un “mañanero” así tal vez te perdone…- dijo jovial el de lentes notando un rápido rubor que surcó las mejillas del rubio y casi al instante desapareció cuando ladeó la cabeza con una indescriptible sonrisa.


-Dudo que le interese…- se alzó de hombros restándole importancia.


-¿Un mañanero?- preguntó Scorpius recargándose en sus codos para ver mejor a sus amigos -¿de qué serviría darle un desayuno?-  Eddy ahogó una risa y Lorcan negó con la cabeza.


-Por Merlín y pensar que pasar tano tiempo con Trollmes, cualquiera pensaría que ya sabrías esas cosas…- dijo dándole un golpe en su nariz.


-¡Auchh! Solo díganme, así todos lo sabremos- frunció el entrecejo por el golpe recibido.


-¿Y corromper tu mente para que Agni se esponje como mama gallina y Aris me linche? No gracias- dijo Eddy poniéndose de pie.


-Bueno, de todos modos creo que no tarda mucho para que lo averigües por ti mismo- completó Lorcan con un apretón en el hombro dándole a entender con ello que tal vez un “mañanero” no era algo tan inocente como un desayuno…


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Despedirse de sus amigos había sido tan raro, pues ya estaba acostumbrado a ir en el expreso para regresar a su hogar y disfrutar de sus vacaciones decembrinas, sin embargo la ilusión de tener tanto tiempo para pasarlo solo con James hacia que valiera la pena el pequeño sacrificio de ser reprendido por su padre y recibir las constantes quejas de su abuelo Lucius por ni siquiera dignarse a pasar la navidad con ellos.


-Cariño, tengo una idea que te fascinara- James jugueteó con su mano besando con ternura los níveos nudillos firmemente sujetados con los suyos –bueno, eso espero- dijo con verdadera emoción resplandeciendo en sus ojos avellanas.


-Suenas bastante misterioso Jamsie… que honestamente me hace dudar de mi seguridad- contestó divertido el rubio entreteniendo con los cabellos de su nuca. El ojicafé sintió el ligero estremecimiento que provocaba cada que enterraba sus dígitos en su cuero cabelludo.


-Nahh, sabes que jamás te haré nada que no quieras- le dio un besito en su nariz –aparte bien que sabes que quieres- agregó con sorna siendo reprendido por la mirada gris que no pudo más que asentir y ruborizarse por los recuerdos de los efímeros encuentras después de su maravillosa noche en el baño de los prefectos.


-No responderé a eso- le dio una suave mordida en su mandíbula que solo logró que la sonrisa del mayor se ampliara –pero dime de qué trata la idea Jamie- se hizo del rogar sobándose enigmáticamente su mandíbula con los ojos entrecerrados -¿Por favor?- Scorpius parpadeó varias veces con ese gesto inocente que hacía que el otro tragara con dificultad al verlo tan coqueto y apetecible.


-Quiero invitarte cordialmente a vacacionar en la sala de los menesteres- dejó ir de la mejor forma posible, inhalando profundamente, preparado para cualquier respuesta.


Aunque se moría por disfrutar todas las vacaciones solo con Scorpius, estaba dispuesto a aceptar una negativa de su parte, pero esa sonrisa confiada, tan llena de asombro le hizo darse cuenta de forma anticipada su respuesta que tuvo que reprimir un chillido nada masculino.


-¡Cielos Jamsie, me encantaría!- exclamó abalanzándose a sus brazos que James le correspondió levantándole del suelo mientras giraban en pleno regocijo –aunque…- James se detuvo y lo miró expectante –déjame escoger como será el lugar- dijo con ilusión, ilusión que no se atrevería a truncar ni aunque le pagaran, pero eso no impidió querer picarlo un poquito.


-¿Qué no te gusto lo que hice la otra vez?- preguntó con fingida molestia que el rubio sabía exactamente lo que estaba haciendo.


-Por su puesto- dijo besando su cuello que fue lo que tenía más cerca haciendo que el otro se estremeciera en su abrazo –pero se me acaba de ocurrir una idea…-


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Cuando James llegó con su abombada mochila llena de todo menos libros colgada en su hombro, entró a la sala de los menesteres, impactándole la visión que tenía frente así que no pudo evitar temblar de ansiedad.


Las amplias paredes tenían una tonalidad crema que hacia juego con el complejo entramado de cortinaje dispuesto en casi todo el lugar; había un amplio ventanal mostrándole la luz del medio día como dándole la bienvenida.


Incluso había una chimenea encendida y un par de libros sobre ella, un juego de sala de dos piezas en un beige terroso que emanaba un agradable aroma a cuero y también encontró a su derecha un amplio vestidor caoba tan imponente que regresando a ver sus pertenencias sabía que solo ocuparía una dieciseisava parte de él.


Para su sorpresa todo el piso estaba tapizado de una refinada alfombra que se veía tan suave que no dudó en descalzarse y sentir que estaba en lo correcto “perfecto para echar a volar la imaginación para lo que se podría usar” pensó saboreando antes de tiempo lo que podría pasar por ahí y regresó a ver lo primero que le había llamado la atención desde el principio. La cama.


“Es una belleza” y no se refería a la precisa cama circular con un esponjoso edredón blanco y media docena de almohadas de todos los tamaños; no, si no a la persona sobre la cama que yacía dormida abrazada de un almohadón con forma de estrella, que le recordó bastante a uno que vio en Malfoy Manor hace tiempo.


Cuidando sus pasos para no despertarle dejó su mochila de lado y se acomodó a su lado viéndole dormir. Con cariño comenzó a pasarle la mano por los sedosos cabellos platinados que acariciaban las mejillas sonrosadas de su niño.


Con trabajo abrió los ojos, pero no se espantó al ver a James observándolo con tal adoración.


-Jamsie…- dijo estirando su mano para rozar su rodilla.


-Hola bonito, perdón por hacerte esperar- se inclinó para besarlo con ternura.


-Descuida, ni lo sentí, nada mas entré, me dio tanto sueño al ver la suavecita cama…- se sentía tan bien que el Gry pasara sus dedos de esa forma que no podía evitar pegarse a él pidiendo que siguiera con sus gestos.


-¿Te molesta si te acompaño?- más bien fue mera cordialidad decirlo pues dijera lo que fuera estaba dispuesto a recostarse a su lado –Mmm… estas tan calientito- susurró juntando su cuerpo al otro; le dispuso su brazo para que se acomodara en él.


-Debiste de acomodar tus cosas primero Jamsie…- dijo el rubio pegando su frente contra el duro pecho del cazador.


-Mas al rato, estoy muy ocupado contemplándote cariño- su comentario le hizo sonreír aunque era imposible no querer seguir durmiendo.


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Durante una semana las cosas transcurrieron de lo más tranquilas posible. Despertaban abrazados y se saludaban con un casto beso en los labios, jugueteaban un poco antes de tomar una ducha para ir a desayunar.


Adoraban las mañanas pues los pocos alumnos que quedaban en la escuela estaban muy ocupados durmiendo que prácticamente tenían el comedor para ellos. Claro que la vena trabajadora de Scorpius le imponía la idea de dedicarle aunque sea una hora a sus tareas para que no se les juntará a los últimos días; esto James no lo aceptó de buenas a primeras, hasta que descubrió una manera de hacer divertida su hora de estudio; con una descarada mirada de satisfacción tomaba la pálida mano mientras leían o pasaba su pie disimuladamente por las pantorrillas de su rubia obsesión o incluso le tocaba su mejilla excusándose en llamar su atención o porque tenía alguna pelusilla invisible.


En su tiempo libre jugaron de todo: snap explosivo, ajedrez mágico; pero lo que era pan de cada día era el quiddich, donde los acompañaban alumnos de segundo o tercero que miraban con fascinación a James al ser el mayor como si fuera un ídolo dorado o la reencarnación de Merlín.


-Vaya que los traes locos Jamise- dijo con divertimiento a la par que se acurrucaba en su cómodo lugar sobre el hombro del azabache que estaba muy interesado en besar su cabeza.


-Lo sé, es que ya sabes que es difícil resistirse a mi encanto natural-contestó con sorna pasando sus dedos por todo el largo de los cabellos platinados.


Como faltaba menos de cuatro días para noche buena, Scorpius pidió a la sala de los menesteres un pino navideño perfectamente adornado con una decoración muy Griffindoresca para poder recibir sus regalos ahí mismo. Estaba ansioso, pensaba que no podía haber nada mejor que esas vacaciones y realmente pensaba que James la estaba pasando muy bien, pero tal fue su sorpresa cuando lo pilló que a media noche se escabullía sin falta de su lado.


Los dos primeros días no le dio mucha importancia, pues tal vez pensaba que necesitaba ir al baño, tomar agua o un poco de espacio, pero la cosa se estaba volviendo constante y eso no le gusto, ¿hice algo mal? se preguntaba.


El asunto no acabó ahí, simplemente no podía dejarlo así, necesitaba que le dijera que solo eran ideas suyas y levantándose notó la luz del cuarto de baño encendida; con una temerosa determinación se acercó.


Tal fue su sorpresa que sus mejillas se encendieron como si hubiera encendido un fosforo y le temblaron las piernas. James estaba complaciéndose con una mano mientras trataba de reprimir sus gemidos con la otra.


“¿Qué hago?” se preguntó dudoso sintiendo un tirón en su la parte posterior de su piyama que tragó saliva con dificultad recordando esa maravillosa noche en los baños de los prefectos. Aunque después de eso no habían tenido otro evento similar más que besos y caricias sobre la ropa, realmente le incomodaba que no se hubiera repetido pues había sido tan mágico e incomparable que se sentía extraño encontrarse en momentos ansiando por mas; pero ahí entraba la pregunta ¿Qué tal si él no pensaba lo mismo? O ¿qué tal si estuvo tan mal por ser su primera vez en algo tan fuerte como eso que James se decepcionó?


Su cuerpo simplemente se movió hacia atrás regresando a la cama y se arropó hasta la cabeza. Cerró los ojos con fuerza los ojos sin poder apartar la deliciosa visión de James con sus labios enrojecidos de tanto morderlos acallando su voz para no ser escuchado. Alejó la sabana sentándose en el borde de la cama determinado a encararlo.


-¡Scor!- chilló James de una manera nada masculina que no quitó el ceño al rubio –perdón si te desperté… yo…- parpadeó dos veces sin estar muy seguro que decir.


-¿Por qué no me lo dijiste?- preguntó en voz baja mirándolo fijamente a los ojos -¿tanto te repudia mi cuerpo que tienes que esconderte en el baño para no tocarme como la otra vez?- no entendía ni el mismo de dónde sacaba la fuerza para que su voz no temblara por tan embarazosas palabras. Quería reprocharle pero no sabía porque se sentía tan triste que solo fue consciente de sus ojos anegados de lágrimas ante la posible aceptación de sus palabras.


James boqueó asustado y negó con la cabeza.


-¡Por supuesto que no, jamás cariño, es todo lo contrario!- dijo casi gritando poniéndose de rodillas ante él. No podía creer que estaba a punto de llorar nuevamente por sus tonterías. Scorpius abrió más los ojos.


-¿Qué?- no tenía sentido -¿entonces porque no has hecho nada?-


-Scor…- dijo con ternura como si le hablara a un niño pequeño queriendo que le comprendiera –te lo he dicho muchas veces, no quiero hacerte daño, por eso no he querido hacer un movimiento en falso y asustarte- dijo acariciando sus ojos que amenazaban con soltar las lagrimas contenidas.


-Creí que ya no te gustaba de esa forma…-


-¿Bromeas? precioso, todo tu me enloquece… eres lo más precioso que existe que debería de ser de piedra para no excitarme con solo tocar tu piel…- confesó algo avergonzado viendo brillar los ojos de plata sobre el rojo brillante de sus mejillas.


-¿Enserio?- preguntó con timidez siendo rodeado por los fuertes brazos de James.


-Si, es una tortura despertar viendo tu angelical sonrisa a mi lado, esa infernal playera que usas para dormir que se levanta mientras duermes y tu precioso cuerpo que se refriega contra el mí en busca de calor, tenía que hacer algo antes de saltarte encima y abusar de ti de todas más formas posibles… la verdad yo pensaba que tal vez tú eras el que no quería… así que pensé que darte tiempo era lo mejor…-


-Jamie… yo… eres la primera persona de la que me he enamorado y con la que estoy en una relación… todo esto es muy nuevo, yo… ni siquiera sé como co-coquetarte o hacer que te interese a-avanzar e-en esto…- James sintió que le faltaba el aire con esa provocativa invitación que ni siquiera era consciente de estar haciéndola.


-Oh Scor…- era tan adorable que le pasó las manos por esa playera demasiado corta que le daba gran acceso a su cadera y espalda –te amo tanto…- dijo inhalando su adictivo aroma tan suave, tan único entremezclado con el aroma a manzana verde.


-Y yo a ti… por eso no quiero que lo-lo hagas solo si-si me ti-tienes a- a mi…- era bastante difícil pedírselo, pero quería que quedara claro que estaba más que dispuesto a aprender, a dar y recibir su afecto transformado en acciones.


-Solo si prometes que si me excedo me detengas- dijo besándole la frente. El rubio asintió y mirando el fuego ardiente en los ojos castaños cerró los ojos y esperó en esa posición -¿Qué haces?- se relamió los labios al ver esa dulce expresión que tantas veces formó parte de sus fantasías nocturnas.


Scorpius sonrió dando una profunda inhalación dándose ánimos y pasó con lentitud sus brazos desde su pecho hasta el cuello de James donde enredó sus dedos y le dedicó una mirada traviesa –bésame…- no tuvo que decírselo dos veces antes de apoderarse de sus labios entreabiertos.


Su agitación quemaba en su pecho desde hacía semanas; cuanto había deseado hacerse de ese su precioso niño rubio que tanto le provocaba y que ansiaba con creciente gula probar nuevamente su piel, sentir sus estremecimientos y su linda voz gimiendo su nombre.


Sin embargo se había prometido hacer su movimiento con lentitud, asegurándose que el acercamiento no le molestara, que se sintiera bien con sus manos tocándole y cuando estuviera seguro de dar el siguiente paso prepararía algo agradable como un picnic o una cena romántica a la luz de las velas para después poseerlo con toda la dulzura posible para que su primera vez fuera memorable o bueno, ese era a grandes rasgos su plan hasta hacia poco, pero el impulso de Scorpius hizo que mandara de paseo todas esas ideas y dejarlas para después, pues estaba muy entretenido devorándole la boca.


-Mmghh…- el ojigris tembló al sentir la lengua del mayor lamiéndole los labios como pidiendo permiso para entrar, permiso que se lo concedió sin duda. Necesitaba sostenerse de algo al sentir la invasión, su lengua jugueteó con la suya invitándola, incitándola en esa batalla caliente donde el único premio era el del pleno goce de sus sentidos despiertos –¡Ahh!- gimoteó separándose un poco al sentir las calientes manos de James subiendo por su espalda que le erizó todos los bellos de su piel.


-Adoro tus reacciones… son tan hermosas…- ronroneó en su oído cuando paso sus dígitos por la aterciopelada piel.


Sabía que el mapa de su cuerpo estaba impreso en él desde la otra vez que podía repasarlo con los ojos cerrados, pero no lo haría, no quería perderse ni un solo instante del menor que no paraba de retorcerse de placer con cada pasada de sus manos, con un pequeño roce… adoraba la sensibilidad que tenía que lograba encenderlo y endurecerle a un mas como si eso fuera posible.


Con un movimiento de manos le desprendió la playera verde oscuro dejando al descubierto el níveo torso tan apetecible para ser marcado, casi pudo gruñir de satisfacción de ver esa parcial desnudez que se abalanzó a su cuello recostándolo sobre la cama.


Scorpius no podía detener los espasmos de placer que le estaba produciendo, tan deliciosos que quería devolvérselos a James y con sus temblorosas manos le ayudó a quitarse la camisa. Se sentía algo torpe pues los botones no estaban cooperando. Con media sonrisa James notó lo que quería hacer y le ayudó sin dejar de besar su hombro dándole pequeñas mordidas que quedaban impresas en su palidez.


Separándose unos segundos prosiguió a quitarle los estorbosos pantalones “ohh cuanto soñé con esto” pensó mordiendo el interior de su boca en una forma de ansiedad por querer seguirle besando.


-Jamie…- esa sensual voz cargada de dulzura y pasión le hervía la sangre escociéndole en las venas pensaba que ardería en combustión en cualquier momento.


Se sentía avergonzado, tan expuesto, pero su instinto le decía a gritos que estaba bien y apretó los ojos cuando James se despidió de sus calzoncillos negros.


-Ohh mi dios… es mucho mejor que mis sueños…- eso le abochornó en desforma que quiso cubrir su rostro.


James jadeaba ante esa bella visión era tan erótica, sus arreboladas mejillas, los ojos grises oscurecidos por el placer mirándolo con timidez, el pecho  pálido que subía y bajaba tan suave que se veía, las piernas ligeramente dobladas tan cremosas y torneadas que no pudo evitar pasarles los dedos desde la rodilla hasta llegar a los rizos rubios alrededor del pene erecto solo por él, ese lugar que atraía como imán su mirada. Tragó con dificultad.


Quería enterrarse en lo más profundo de su ser sin miramientos y poseerle como demente hasta el amanecer “por dios James, trata de ser un caballero…” dijo su pequeña voz racional y con una profunda inhalación se desprendió también de sus últimas prendas -Ven…- dijo con voz grave levantándolo por las caderas para que se pusieran encima de él.


-Jamsie…- susurró lamiendo su oreja tratando de acallar sus gemidos al sentir sus pieles juntarse sin nada que les separara que creí que no aguantaría por mucho tiempo. El mayor sintió un escalofrió con esa acción “joder, se siente tan bien, mucho mejor que en el agua” pensó al sentir la fuerte respiración del rubio en su mejilla.


-Descuida, no vamos a llegar muy lejos, pero te va a encantar…- musitó haciéndose de todo su autocontrol –sujétate bien de mi…- Scorpius asintió vehementemente poniendo sus manos en sus hombros y recargó su cabeza en la frente del mayor. Con cuidado tomó ambos miembros erguidos y comenzó a bombear –joder…- chasqueó sus dientes al sentir esa descarga de tener el cálido miembro de su amor entre sus manos y las uñas de Scorpius aferrándose a él.


-Ahh…- suspiró besando su frente y trató de mirar lo que estaba haciendo pero era casi imposible, se sentía desfallecer, cada vez que veía la mano de James subir y bajar a un acompasado ritmo. Siendo presa del deseo comenzó a bajar su mano por el duro pecho del cazador, sentir su calidez y su tenue capa de sudor entremezclándose con la suya le hacía perder la razón.


Comenzó a mover las caderas involuntariamente, queriendo profundizar aún más su unión. Sus falos restregarse, la mano de James tan hábilmente sabía cómo complacerlos a ambos, pero aun así quería más y tomando la mano de Scorpius la puso del otro lado para que brindara mas placer.


-Ohh… mmm… ¡ahh!- se aferró con la mano libre a los rebeldes cabellos negros cuando sintió los labios del mayor sobre sus pezones. Arqueó la espalda en respuesta sin dejar su trabajo en sus miembros. Sentía que su cumbre estaba cerca y sabía que también James estaba en su límite pues sus gemidos guturales eran una indescriptible sinfonía que le quitaba el aliento.


-Sii…-gimió cuando sintió que se corrió en sus manos en delicados espasmos. Besó sus labios de un jadeante Scorpius y derramó su semilla –Wow…- exclamó dejándose caer sobre la cama sin soltarle.


-Por Merlín…- jadeó quitándose los cabellos húmedos de su frente y siguió recostado sobre el pecho de James. Su corazón estaba tan acelerado como el suyo y eso le daba tanta paz. El Gryffindor acarició los rubios cabellos para depositarle un beso en la cabeza y con un silencioso hechizo los dejó limpios.


-Me encantó…- susurró James jalando las sabanas para dormir, pues vio el ademan de Scorpius de levantarse por su ropa –ni creas que te dejaré ir a vestirte…- dijo con cierto divertimiento al ver la vergüenza renovada del menor.


-Pervertido- dijo dándole un beso en el hombro y accedió –a mí también me encantó…-


-Aunque debo advertirte que tengo mucha energía, cariño- dijo chupando sus labios rojos queriendo perderse en su singular sabor.


-No importa,  dame todo lo que quieras James…- no estaba seguro si iba en doble sentido o no, pero por Merlín que lo haría.


 

Notas finales:

jeje espero que lo hayan disfrutado (a mi me gusto como quedo, no se ustedes :3) nos vemos prontito con la conti!! los adoroo!! les mando muchos besitos~*


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