Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No quiero ser tu amigo por MidNightFlower

[Reviews - 158]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

holi hola!! wii!! aqui dandole una escapada jeje! (pues no les iba a fallar! no señor! xD)

les mando muchos, muchos abracitos y besitos a las queridas personitas que me leen (que aunque no me comentan ;A; se que estan ahi!! ojojo) y a los que si me comentan, muchas gracias queridos mios!! los adoro!! ustedes saben quienes son!! (kaoru-chan, Luis, Caoc y YukiCandy! <33)

Ahora a leer se ha dicho~*

-Buenos días…- saludó James cuando vio los preciosos parpados pálidos abrirse suavemente dejándole ver aquellos ojos de lagunas cristalinas que tanto lo enamoran y que un sinnúmero de veces protagonizaron sus sueños.


-Mmm… buenos días Jamsie…- frotó sus ojos amodorrado y bostezó, se sentía tan bien como una panecillo  de limón, tan esponjoso y ligero que no sabía qué hacer con tanto dulce en su alma.


De un momento a otro llegaron los recuerdos de la noche anterior y sintiendo su desnudez, los colores se le subieron a la cabeza que creía que iba a comenzar a salirle humo del ardor que tenía en las mejillas y se ocultó entre las sabanas.


-¡Hey! ¿A dónde crees que vas cariño? Ni sueñes que te dejaré ir- dijo divertido lo detuvo por el hombro pues sospechaba que iba a correr a esconderse al baño y no lo vería hasta el medio día.


-P-Pero…- lo miró avergonzado y James como si fuera un liviano muñeco lo atrajo hacía sí y lo estrujo contra su pecho, inhalando con fuerza su aroma tan especial a manzana que como ansiaba devorarlo.


-Nada de peros y déjame adorarte…- besó su coronilla suavemente percibiendo la temblorosa respiración de su amado que no pudo contenerse a repartir a diestra y siniestra besos por todo su rostro hasta que se tranquilizó y comenzó a sonreír.


-Oye Jamsie…-


-¿Mmm?- preguntó en medio de su adjudicada labor de probarlo tan de mañana. “No hay nada mejor que esto” pensaba de lo lindo acariciando la piel expuesta.


-¿Qué es un mañanero?- el azabache por poco y se ahoga con su propia saliva al escuchar esa palabra con ese inocente tono de voz y se cubrió la boca para después lentamente transformar su sorpresa en picardía con una pizca de malicia.


-¿Por qué preguntas?-


-Por nada en especial… es solo que Eddy se lo mencionó a Lorcan y me quedé con la duda… pensé que era un desayuno… pero parece que no…- se sentía algo avergonzado pero eso solo logró enternecerle más al mayor por su imbatible inocencia, que, aunque le encantaba, sabía que solamente lo motivaba a querer corromperlo de múltiples maneras.


-¿Quieres que te lo muestre?- Scorpius se sonrojó violentamente al notar la insinuación en su voz y asintió levemente. James con el libido encendido y las hormonas al cien comenzó a serpentear por el níveo cuerpo hasta llegar a su parte baja. Remordiéndose el labio examinó con detenimiento el miembro semi-erecto del rubio.


-¡¿Q-Q-Que haces?!- irguiéndose, se sostuvo con ambas manos sobre la cama tratando de observar la peligrosa cercanía de James. Sus ojos castaños le hacían sentir expuesto y su cálida respiración le nublaba la vista -No Jamie...-rogó con un hilo de voz que ni el mismo creyó. Pudo sentir la sonrisa picara dibujarse en el rostro del mayor quien sin preámbulos metió su miembro en la boca -¡ahh!-sollozó sintiendo los pequeños espasmos involuntarios recorrer su cuerpo.


Con toda su devoción, succionó la hombría de su amor, percibiendo los estragos que le generaba, sus platinados vellos erizados y su espalda se arqueó al instante respondiendo a sus atenciones -Sabes delicioso...- dijo con voz ronca sin dejar de masturbarlo con su mano, pasándole su lengua por su longitud; aunque jamás se imaginó haciendo tal cosa con algún chico, Scorpius rompía todos sus paradigmas; necesitaba tener así, sintiéndolo… todo él le pertenecía y haría que no le cupiera duda de ello.


Con un suave movimiento volvió meter el falo en su boca; con su diestra exploraba la vibrante piel de porcelana cubierta con una fina capa de cristales de sudor y con sus ojos no se perdía ni un segundo de su rostro; era maravilloso la cantidad de gestos que hacía y el precioso rubor tiñendo sus mejillas.


-Mmm Ja...James...mmgh...- gimoteó tratando de acallar sus dulces sollozos con el dorso de su brazo, que el mayor de los Potter se sentía en el ultimo nivel de éxtasis de solo escucharle.


-No, no, no, déjame oírte cariño- retiró con cuidado su brazo y los gemidos se intensificaron inundando la sala de los menesteres.


-Jamie... me voy a… ahh...- llegando a su esplendoroso orgasmo se derramó en la boca  quien no desaprovechó ni una sola gota de la amarga esencia caliente solamente de su amado rubio.


-Qué maravilloso espectáculo-exclamó con voz grave depositándole un beso lento      degustándole su propia semilla de sus labios. Aunque a Scorpius le parecía algo incorrecto y sucio de buenas a primeras, resultó ser bastante erótico y candente esa muestra de unión mas allá de lo imaginable, aparte era imposible decirle no a James -eres precioso...- acarició su mejilla recorriendo su longitud con sus nudillos perdiéndose en su tersidad.


-Te amo Jamie...- sonrió radiante por todo el placer previamente experimentado, su respiración entrecortada golpeaba de lleno el rostro tan cerca que no dudó en apresarle con sus brazos; con delicadeza enterró sus dedos en el cabello rebelde y volvió a atraerlo para besarlo –pero… ¿y… tu?- preguntó al sentir la palpitante erección tan viva restregándose en su cuerpo.


-Ya me devolverás el favor en el baño- susurró en su oído tan seductoramente antes de jalarlo por la mano. Scorpius se sonrojó nuevamente ante la expectativa de una segunda ronda.


*/°*°/*°*/°*°/*°*/°*°/*°*/°*°/*°*/°*°/*°*/°*°/*°*/°*°/*


La delicada nube de embelesamiento en la que estaba envuelto Scorpius parecía imperturbable, caminaba en el aire y su sensible piel clamaba la cercanía de su sol, quien cumpliendo su palabra de no dejar de amarle, le entregaba maravillosas sesiones en las que exponían su alma en ello y en complacer sus cuerpos pero que solo los dejaba saciados por breves momentos.


¿Podría acaso ser más feliz? Era lo que se preguntaba constantemente, pregunta que el azabache le aseguraba que sí, pero que sería lo último que le enseñara hasta que estuviera totalmente listo. Aquello le comía las ansias y a la vez le ruborizaba tanto que sentía su cuerpo arder “la consumación de nuestro amor” pensó.


Aunque no estaba seguro como sería pues su padre ya le había dado “LA” plática, muy incómoda por cierto, diciéndole que cuando fuera mayor de edad tendría que saciar las necesidades carnales de su cuerpo con la jovencita que fuera a convertirse su esposa.


-Ohh, padre cuanto lo siento…- pensó cubriendo su rostro con ambas manos, pues renunciar a James era algo que no podía hacer, no cuando sus corazones latían como uno solo y la cálida sintonía que compartía, tan acompasada y vibrante sabía que no encontraría en otra alma como la de él, su James.


*/°*°/*°*/°*°/*°*/°*°/*°*/°*°/*°*/°*°/*°*/°*°/*°*/°*°/*


-¿Qué haces mi amor?- preguntó James abrazándole por detrás enterrando su nariz en la suave cabellera platinada que estaba impregnada con unos cuantos copos de nieve, seguro el también acababa de regresar. Lo pudo confirmar al ver su piel de porcelana enrojecida en sus pómulos y nariz que se aproximó a besar a la par que lo estrechaba más contra  su cuerpo para brindarle su calor.


-Escribo a mis amigos- dijo sonriendo acurrucándose sobre el duro pecho de James sintiendo su respiración armoniosa en su nuca erizándole el vello –Eddy esta vacacionando en casa de Lorcan y dice que jamás había visto una casa mas particular y única que aquella, pero no estoy seguro si lo dice con honestidad o con burla…-


A James podía importarle menos lo que el cuatro ojos pensara, pero como Scorpius trataba de charlar con su agradable animosidad, trató de seguirle el hilo; aunque se estaba tornando un poco difícil pues ese suave cuerpo seguía tentándolo inconscientemente, llamándolo a que lo tocara, a que con sus caricias hiciera temblar la rozagante piel.


-Ya sabes que Summers es un sarcástico de lo peor, seguro y lo dice en ese sentido…- ahora sus labios se dirigieron a su cuello tensando al menor que le estaba siendo imposible seguir escribiendo.


-Mi abuelo Lucius sigue… mmm… molesto…-


-¿Enserio?-


-Dice que… que clase de brujería me están haciendo que sigo firme en mi decisión de pasar navidad… aquí… ¡Jamsie!- respingó cuando las manos experimentadas se aferraron a sus glúteos descaradamente.


-¿No te gustó?- pasó su traviesa lengua por el níveo cuello que comenzaba a ganar color por las atenciones recibidas y la previa succión que había recibido –Eres tan suave como ninguno…- susurró en su oído provocando mas espasmos recorrer su frágil cuerpo.


-Es maravilloso… aunque ¿me dijiste que estoy aguado?- James no pudo evitar detenerse y comenzar a reír. Con un rápido movimiento lo cargó y lo depositó en la cama para después caer sobre él procurando no aplastarlo mucho.


-Nup, jamás diría que eres aguado… si no que, tu piel tiene esta textura tan moldeable, tan apetecible como el durazno que me enloquece… es mucho mejor que la musculosa dureza de los tíos ¡iugh!- dijo haciendo una mueca de asco al recordar a los chicos con los que se duchaba tras sus prácticas de quiddich pensando que tal vez tenía algo por los chicos y descubrió que para nada. El rubio se ofendió haciendo un puchero.


-¿O sea que aparte de enclenque me dices que parezco mujer?- arqueó la ceja esperando su respuesta.


-Claro que no mi vida, si no que eres tan perfecto, tus músculos son tan delicados… pero ahí están presentes por el entrenamiento- deslizó su mano por el terso  brazo del rubio admirando mas su magnificencia –y eres mucho más hermoso que cualquier chica… logras que el mástil este en lo alto con solo una mirada…- le restregó su creciente erección que hizo jadear al menor.


-Eres un pervertido…- trató de reprimir una sonrisa que amenazaba con aparecer y con dulzura acarició los negros cabellos con cariño.


-Y soy todo tuyo- besó con ansias sus tiernos labios lentamente apreciando que con cada amanecer se sentían más seguros y más propenso a querer entregar todo de sí –no por nada soy Scorpius-sexual, bonito-


-Creo que cada día lo comprendo más…- sonrió radiante volviéndole a besar pasándole su temerosa lengua por los húmedos labios del mayor; simplemente le encantaban, eran tan jugosos que inconscientemente se encontraba mordiéndoles y probándolos con gula.


-¿Estamos ansiosos?- preguntó divertido viendo a su niño acariciar su frente sin dejar de besarle. Los cabellos platinados estaban mucho más largos que rosaban su frente y su cuello haciéndole cosquillas pero no le harían desistir en aprensarlo más en su abrazo.


-Sip…- contestó con honestidad sintiendo la intensidad del mayor desperra aun mas refregándose contra su entrepierna haciéndole jadear –espera, espera Jamsie- lo detuvo con su mano poniéndola sobre los labios que comenzaron a besarla divertido -Tengo que terminar de escribir mis cartas… que no quiero que mi padre venga hecho la furia por no contestarle… aparte tu también tienes correo- dijo con su más dulce mirada dándole un casto beso antes de levantarse y librarse de su agarre.


-Pero eres mío- suspiró molesto haciendo berrinche como niño chiquito sin querer levantarse de la cama. El rubio rodó los ojos.


-Entre más pronto terminemos, mas pronto podremos seguir con lo demás- canturreó dándole una singular sonrisa elevando los ímpetus del mayor que de un saltó se levantó poniendo manos a la obra. Estaba enloqueciendo por su niño y no era bueno, era adicto a su rubia obsesión y sabía que si seguía así jamás tendría suficiente de sus besos, sus caricias y su cantarina vocecilla llamándole a veces dulce y a veces lleno de deseo.


-Ni creas que te libraras tan fácil de mi, tejoncito…-


*/°*°/*°*/°*°/*°*/°*°/*°*/°*°/*°*/°*°/*°*/°*°/*°*/°*°/*


No contaba que el plan de su precioso niño incluiría una deliciosa cena de navidad para ellos solos en la sala de menesteres, bajo la luz de las velas como era su primera intensión. Así se veía más que apetecible, parecía que esa luz estaba diseñada para acentuar los delicados y angelicales rasgos de su amor, haciendo brillar sus ojos como si de dos limpios diamantes se trataran.


-Espero que te guste, a mi mamá casi no le gusta cenar lo tradicional como el pavo, ensalada navideña etc. Y ya me acostumbre- sonrió apaciblemente -por ello es que comeremos lasagna de setas y albahaca, pollo agridulce, verduras al vapor a las finas hierbas y tiramisú, espero que no te moleste- claro que no lo haría.


-¿Tu lo hiciste?- preguntó emocionado, pues ya hacía bastante que no probaba la comida de su amado, quién con timidez asintió.


-Sí, le pedí a los elfos domésticos que me dieran chance de hacerlo y aquí esta tara!- le besó tiernamente en agradecimiento y con el primer bocado, sintió que sus papilas gustativas llegaban al cielo. En definitiva su Scorpius era perfecto.


-¿Cuando abrimos los regalos?- dijo emocionado viendo que el rubio también había dispuesto bajo el árbol su obsequio y quería o mejor dicho, ansiaba verlo.


-Mañana- declaró firmemente esperando que James hiciera un mohín molesto que no tardó en llegar.


-Pero yo quiero abrirlos hoy…- negó con la cabeza – ¡por favor, por favor, por favor!- lo ciñó por la cintura impidiéndole que se soltara y comenzó a darle pequeños besos en sus mejillas sacándole risillas divertidas; no podía con él, en definitiva siempre lograba salirse con la suya.


-Ok Jamsie, tu ganas podemos abrir los regalos- y ni tardo ni perezoso se abalanzó gustoso a abrir su regalo. Era una pequeña caja cuadrada roja con un elegante moño dorado, se moría de ganas por ver de qué se trataba, si era de su niño cualquier cosa la recibiría gustoso.


El rubio por su parte se sentó a su lado frente al gran pino adornado y se acercó su caja amarilla mal envuelta que era más grande que la que le había obsequiado y la abrió sin miramientos.


-¡Wow Jamie, es tan lindo!- sonrió ampliamente estrechando un oso de felpa tan suave que cambio de color al instante, de su inmaculado blanco a un tono rosado.


-Qué bueno que te guste- exclamó emocionado aun sin poder abrir su caja –se lo encargué a mi tío George especialmente, es único en su clase, tengo entendido que puede cambiar de forma y también cambia de color conforme a tus emociones y déjame decirte que ese color me complace bastante- el rubio se sonrojó al instante apretando su obsequio entre sus brazos y como a propósito se tornó de un color rojo –y ese aun más- dijo galante y el menor se ocultó tras su nuevo amigo.


-¡Por fin!- exclamó James cuando el papel carmesí cedió a sus demandas y se quedó atónito cuando sus ojos castaños encontraron lo que se encontraba en su interior –Scor…- el rubio dejó de lado su obsequio y le ayudó a ponerse su obsequio. Una pulsera de cuero oscuro con adornos plateados alrededor.


-Yo la transformé a partir de una caja de madera, me tardó en quedar como quería, pero al final no quedó tan mal… incluso Eddy me dijo…- el mayor en un impulso se abalanzó sobre su adoración y lo besó fervientemente interrumpiendo su narración.


-Muchas gracias Scor- volvió a besarlo y esta vez el rubio le contestó feliz con una sonrisa en sus labios, dejando que James se expresara cuanto quisiera con su boca; cada movimiento cadencioso, su anhelo en sus suspiros eran maravillosos.


-Te amo Jamsie…- susurró en su oído sintiendo los deliciosos besos esparcidos por su cuello con tal pasión que le era increíble que solo él le provocara eso a su querido amor, pero no quería que por nada se detuviera.


Tan ensimismados estaban en la repartición de sus caricias que el rubio haciéndose para atrás se dejó acostar sobre la suave alfombra que tantas veces hizo soñar despierto a James con lo que le gustaría hacer ahí “Bendita Circe que me escuchó” pensaba acomodado entre las piernas abiertas de Scorpius; con cada arremetida de su lengua en esa dulce cavidad dispuesta para él gimiendo bajito que sus manos no queriéndose perder del festín tocaba todo a su paso; la vibrante piel alabastrina que enrojecía con la fricción de su cuerpo estaba quemando a fuego vivo antes de tiempo.


-Yo mas mi amor…- murmuró entre dientes abriendo salvajemente la camisa para tocar con ambas manos sus delicados botones que expectantes temblaban. Estaban tan rozagantes que no probarlos sería un crimen y con una inclinación su boca se aferró a uno provocando que el menor arqueara su espalda por el nuevo placer experimentado que abriendo los ojos de par en par se aferró a los cabello de James -Eres tan delicioso…- dijo haciendo círculos con su lengua observando complacido como presa del deseo su adorado rubio apretaba los ojos echando la cabeza hacia atrás –me encanta que seas tan sensible…-


-Ahh… Jamie… es… tan…- no podía articular palabras con coherencia alguna, era tan extraño pero tan placentero que no le incomodaba mucho que siguiera mandando más descargas deliciosas a su cuerpo con su maravillosa lengua que no le daba clemencia.


-Y eso que aun no ha comenzado- con un diestro movimiento desprendió la hebilla del pantalón y aproximándose a la pretina quería quitarle todo para ver en su totalidad la obra de arte que era su cuerpo. Despojándole lentamente de sus bóxers, los deslizó sensualmente por lo largo de las piernas hasta dejarlos de lado y observar su erguida hombría reclamando sus atenciones, que ni en mil años le negaría.


-Jamie… déjame… verte…- suplicó extasiado queriendo levantar la camisa de su amor que sintió repentinamente seca su boca con ese suave gesto agónico que temió perderse en esos cristalinos ojos plateados ligeramente oscurecidos por la pasión del momento y obedeció su petición sacándose por arriba su camisa dejando ver su trabajado torso que el rubio no dudó en recorrer con su mano extendida.


James quería que esas caricias de alas de mariposa continuaran, pero su deseo de brindarle placer fue mayor. Tomando con sus manos los muslos apetitosos los recorrió de arriba abajo para depositarle un beso y una no muy profunda mordida en cada uno tensando al menor que se retorció bajo de él.


-No te… detengas…- pidió bajito mordiéndose el dorso de su muñeca a lo que el mayor jadeó extasiado.


-No lo hare bebe…- y era una promesa pues no creía tener el temple necesario para frenarse. Con su lengua recorrió el miembro de su amor lentamente hasta su perineo, Scorpius se retorció en su lugar al invadir ese lugar tan recóndito y su sorpresa no quedó ahí, pues la traviesa lengua de James siguió su camino hasta esa preciada entrada virginal que se antojaba tanto que le dio un lengüetazo.


-No, Jamie… está sucio…- pidió desfalleciéndose.


-Pero si estas limpio vida mía… el escarlata en su rostro aumentó y gimoteó vencido sintiendo la invasión húmeda, tan clara y extraña que apretando los ojos se le dejó continuar; si así era como debía ser, no lo detendría, no podía, el también anhelaba que se unieran y se volvieran un solo ser, una sola alma, un solo corazón.


-No... deberías...-reiteró mordiendo sus labios para no gritar. Esa conglomeración de sensaciones hasta entonces desconocidas le hacía temblar, lo llenaban de tal forma embravecida que haría erupción como un volcán activo, quemando todo a su paso.


-Pero tengo que hacerlo... y es necesario que te preparé… gózalo, cariño...- jugueteó un poco con la yema de su índice, con sumo cuidado fue introduciéndolo en ese paraíso virginal que sería solo suyo, de eso estaba seguro.


Pudo sentir con claridad la molestia que causó, pero no se detuvo, era consciente que al principio sería incomodo y hasta doloroso, pero estaba dispuesto a llevarle de la mano por ese sendero desconocido, pues la recompensa seria grata para los dos.


Se quejaba débilmente, pero James no se rendiría; con ayuda de su lengua lubricaba tomándose su preciado tiempo para que se acostumbrara. Cuando sintió que ese estrecho pasaje cedía un poco incorporó un segundo digito que hizo que su rubio se tensara.


-Relájate Scor...-pidió besando su rodilla sin descuidar ni un solo instante su tarea. Scorpius cerró los ojos con fuerza, concentrándose en otra cosa, se sentía tan extraño y ardía.


Una parte de él quería detenerse y dejarlo por la paz, pero por otro lado, quería entregarle todo su ser a su amado león que trataba a toda costa ser gentil.


James estaba al borde del delirio observando cómo sus dedos eran engullidos por esa preciosa cavidad, como entraban y salían, ansiaba ser parte de su amado, y lo quería ya. Su preciado autocontrol se iba de paseo y solo quedaba su puro instinto carnal.


-Perdona...-jadeó tomando su palpitante miembro acercándolo a su entrada. El ojigris se sintió extrañamente vacio sin los dedos de James, pero dicha sensación no duro mucho pues al apreciar la punta de aquella tremenda hombría, abrió más los ojos y realmente pensó que aquello ni por todo el oro del mundo entraría.


-¡Joder! Estás tan estrecho...-gruño aferrándose con ambas manos a las caderas del rubio. Era maravillosamente cálido y tan candente que ya no podía detenerse.


-Me... vas a partir... en dos... Jamie...- sollozó padeciendo más que nada dolor, tanto que sus ojos se anegaron de lágrimas.


James al notar aquello se recostó más sobre su pecho y besó sus preciosos ojos queriendo apartar su dolor. Tratando de calmarlo, tomó sus lágrimas como si de un dulce manjar se tratara y entro por completo con un ronco jadeo.


-Respira, mi amor... que te hará sentir bien...- el rubio no lo creía posible en ese punto, pero asintió confiando plenamente en él.


Comenzó el parsimonioso vaivén, procurando ser lo más lento que pudiera, tenía que hacerle ver como ponía su cuerpo y alma a sus pies, demostrando con esa danza todo su amor. Aferrándose a sus hombros jadeaba sonoramente en su oído; pero cuando menos lo esperó, James tocó algo en su interior como un chispazo, encendió su cuerpo en un inexplicable y celestial estremecimiento.


-¡Ahhh! ¡Ahí...!-solo podo decir pues el mayor lo comprendió al instante.


Con absoluta precisión tocaba ese punto que le haría gritar más fuerte; donde el dolor y  el placer se entremezclaban tan maravillosamente que no podría reconocer el uno del otro, solo, aferrarse a él, deslizándose tiernamente a la locura.


-¡Ahh... Jamie... mmgh...!- gemía más y más, y eso le motivaba a embestir con mayor fuerza. Esa música angelical le hipnotizaba y mas ese bello cuerpo le correspondía mandando corrientes de placer con sus avasallantes movimientos de cadera y los besos ardientes que le propinaba.


-Si… sí bonito... grita mi nombre...- Con el embravecido torrente y jadeante sopor entrelazó los dedos de su mano temblorosa con los suyos, besando su cuello llegando más profundo.


-James... oh Jamie... me...voy... a...- su clímax estaba tan cerca que temblaba su cuerpo de anticipación. James para ayudarle, masajeó de arriba a abajo su miembro hasta que se corrió en su mano.


-Oh por Merlín...-las paredes internas de su amor se constreñían tan deliciosamente al rededor de su pene haciendo que su cumbre llegara más pronto de lo que esperó, que dejándose arrastrar hasta su nirvana, terminó dentro de él con un grave gimoteo.


Scorpius tembló cuando recibió en su interior la caliente semilla de James, derramándose por sus piernas. Con sus últimas fuerzas le dio un lento beso y se dejó caer sobre la cama, seguido muy de cerca por James quién no dudo en acunarlo entre sus fuertes brazos y lo llevó a la cama.


Se sentían exhaustos, pero tan plenos que con un rápido hechizo quedaron limpios y cubiertos por la sábana blanca.


-Feliz navidad... Jamsie...- exclamó con dulzura el rubio pasándole la mano por su mejilla  dándole un tierno beso en los labios y se volvió a acurrucar.


Besando su frente con devoción sonrió. Fue tan maravilloso, mucho mejor de lo que muchas noches soñó y dándole un último vistazo a su pulsera notó un pequeño y casi transparente escorpión en ella y amplió su sonrisa.


-Feliz navidad mi Scorpius…-


 

Notas finales:

Aww no se ustedes, pero me gusto como quedó *¬* (espero que no tenga muchas faltas de ortografia, pero no le pude dar una ultima revisada, porque me corren de la compu!! QoQ)

bueno, nos vemos prontito amiguitos!! muchos exitos y les mando besitos con cariñito!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).