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No quiero ser tu amigo por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Hola queridos mios! aquoi actualizando!! jeje

muchos saludines a mis adorados kaoru-chan, Luis y Caoc!! muchas gracias por sus rr!! son un amor!!~*

ahora a leer se ha dicho! n.n

Cuando despertó sintió la cama fría, con pereza tanteó aturdido el otro lado y se espantó; no había nadie, su sueño comenzó a disiparse con rapidez; frotó sus ojos con vigor tratando de acostumbrarse a la claridad del día.


-¿Jamie?- preguntó en voz baja buscándole con la vista. Quiso sentarse en la cama, pero su trasero dolía horrores que tuvo que volver a recostarse.


-¡Precioso!- exclamó James aventándose sobre la cama cayendo sobre el rubio adolorido -¿me llamabas?- el aludido asintió y con una amplia sonrisa le beso los labios.


-Creí que te habías ido…-


-¿Y dejarte aquí solito, tan apetecible y comestible? Nunca- respondió en automático como si fuera una barbaridad aquello que le decía y besó con gula su pálido hombro –Eso solo que Athena e Icarus estaban enfurruñados en la ventana golpeando con ganas queriendo entrar… ya sabes como es mi pequeña Athena de especial que cuando les abrí me agradeció con tremendo picotazo que me sangró los dedos, porque ohh no, no le bastó con uno solo- le enseñó sus dedos heridos que traían un curita mal puesto que enterneció al menor, y gustoso le repartió un tierno beso a cada uno.


-Pobrecito Jamsie…- dijo abrazándole con ambos brazo frotando su cabeza en su pechó ronroneando quedito secándole la boca al mayor.


-Sí, pobre de mí, necesito mucho, mucho amor…- lo tomó con sus fuertes brazos y girándose lo colocó encima para poder besarlo con mas ansias.


-No, Jamie… aun duele…- dijo haciendo puchero que frenó al ojicafe al instante.


-¿Te lastimé?- preguntó afectado buscando en su mirada algún indicio de molestia por su salvajismo en la noche anterior, aunque intentó ser lo más honorable, sabía que a medio camino se perdió en sus instintos y se lamentó que tal vez su pequeño no lo disfrutó como él –perdón por ser un bruto-


-Claro que no lo fuiste… es solo que, no esperé que doliera tanto… fue maravilloso a… a la mitad y Lo que le siguió…- dijo tímidamente recordando cuanto lo disfrutó -no me arrepiento de nada Jamie… aparte ¿se pone mejor las siguientes verdad?- el azabache abrió mas los ojos ante la expectativa de más y que su niño estaba dispuesto a seguir con él.


-Por supuesto- aseguró emocionado –Entonces ¿quieres seguir practicando, mi vida?- la seductora voz de James le erizó el vello de su cuerpo, pero negó con todo el dolor su corazón.


-Jamsie, no creo que por el momento pueda ni siquiera sentarme…- se rio avergonzado por su condición que hizo extrañamente feliz al Gryffindor.


-Tengo la solución para eso, bonito- le besó la frente y levantándose buscó en el tocador de la estancia y sacó un vial –es una pócima para el dolor- le guiñó el ojo coqueto.


-¿Estábamos preparados?- arqueó una ceja divertido dándole un sorbo.


-Claro Scor y también te tengo una sorpresa –le besó la frente antes de cargarlo. El rubio chilló por la sorpresa y se aferró con ambas manos a la camisa del pijama del azabache. Con sumo cuidado lo llevó al cuarto de aseo donde le tenía preparado un delicioso baño espumoso –había pensado utilizar la tina para propósitos clasificación “C” pero debido a la condición que te puse te consentiré de otra manera-


Cuando el agua caliente tocó su parte afectada sonrió de alivio, se sentía glorioso, el mayor con galantería se desprendió de su camisa quedando solo en calzoncillos y sentándose en el borde de la bañera puso champú en sus manos y comenzó a enjabonar el suave cabello platinado.


-¿Por qué no te metes?- preguntó con inocencia pues así podrían bañarse los dos y terminar más rápido.


-No me tientes Scor…- dijo en un suspiro tratando de concentrarse en el cabello –tu solo ocúpate de relajarte y déjamelo todo a mí-


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Sobrevivir a tal tentación de enjabonar todo el precioso cuerpo de su amor fue una total tortura, nada se salió de control, aunque no podía decir lo mismo de su ansioso amigo colgante que estaba más que dispuesto a la segunda ronda.


“Si lo asustas te quedaras sin Scorpius para después” se decía como un credo apretando la boca y eso más o menos calmaba su calentura.


Con calma desayunaron muy juntos, los elfos domésticos les trajeron un agradable desayuno-almuerzo de fruta picada con granola y miel, omelet de espinaca a los tres quesos y café con leche.


-Mmm- se saboreó el rubio, ya se sentía mucho mejor y dándole una amplia sonrisa a su adorado James, tomó su oso de peluche y armándose de valor se le subió a horcajadas al mayor para besarlo con ternura.


-Ngh…- gimoteó el Gryffindor por la sorpresa, que rindiéndose a sus encantos lo besó con mayor pasión –mmm… me encanta tu modo coqueto, mi amor…- pasó la lengua por los rozagantes labios que estaban enrojecidos por la presión y no dudó en ponerlos aun mas rojos succionándolos con devoción.


-Jamie…- se afianzó a su cuello temblando anticipadamente –noo…- pidió cuando sintió las manos traviesas subir por su piel avorazandose con su tersura, erizándolo como un gato – ¿Qué paso con… los… regalos?- susurró en su oreja haciendo sonreír a James.


-Pueden esperar… tengo algo mucho mejor en las piernas…- siguió acariciándolo hasta llegar a sus caderas –mmm… sabes a café azucarado…-


-¿Qué te parece si vamos a Hogsmeade un rato a pasear y posponemos esto para la noche? Sería mucho más… mágico…- dijo haciendo círculos con su dedo sobre su pecho. “Maldición, es mucha tentación para soportar” apretó los ojos y asintió.


-Pero en la noche no te la dejare fácil, cariño…- besó su adictivo cuello pálido dejándole una pequeña marca que le hizo gemir.


-Espero con ansias…- le dio un beso rápido separándose de él para ir por sus cosas.


Estoy en el paraíso…”


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Tras abrir todos sus obsequios, que eran más que nada de sus padres y uno que otro de sus amigos, el rubio contemplaba emocionado el libro de historia de la magia “hechos curiosos” que le regaló Rose, la gran cantidad de dulces de Lorcan y Agni (quienes al parecer habían hecho las paces para su tranquilidad), la bufanda verde con blanco de parte de Aris y las cinco revistas de comics de Albus y Eddie, pero lo que más le enternecía era su suéter Weasley gris con una gran “S” azul.


-Wow, ya extrañaba esto de tu abuela Molly, es tan dulce…- se lo puso enseguida pues siempre los recibía gustoso.


-¿Enserio vas a salir así?- preguntó arqueando la ceja –Tu papá te linchará por no salir a la altura del señorito Malfoy- dijo con burla ganándose un golpecito en el hombro.


-Pero no me verá, por tanto puedo salir como yo quiera- le mostró su lengua fingiendo indignación para después comenzar a reír –aparte es calientito-


-Mmm, siendo así, yo podría ayudarte-


-Quieto Jamie- le puso ambas manos en el pecho y le dio un beso –si sigues así mas tardaremos en salir y mucho mas en regresar- canturreó inocentemente venciendo en el acto al mayor que tratando de acompasar su respiración meneó la cabeza.


Ya listos, el ojigris se mordió el labio al verlo pues James se colocó su chamarra de cuero negro entallada que le daba ese aire de chico malo rematando con sus cabellos rebeldes, su picara sonrisa y los guantes que le había mandado el señor Malfoy diciéndole entre risas “ya sabes lo que dicen, los guantes nunca sobran” pues esas siempre eran las palabras de su padre.


Con permiso de sus respectivos jefes de casa, salieron derecho a Hogsmeade muy campantes tomados de la mano, pues no había nadie chismoseando por ahí que pudiera evidenciarlos.


-¿Y qué hacemos aquí pequeño?- preguntó curioso, inspeccionando los vistosos aparadores dispuestos con los motivos navideños.


-Quería comprar una plumas, pues rompí la mía y las que tenía de reserva se las di a Agni que pierde a cada rato una… ha estado muy distraído últimamente- le sonrió dulcemente y asintió –aparte Rose me recomendó unas plumas que apenas sacaron que son más resistentes y si las encuentro tal vez también me compre otro tintero…-


James no tenía muchas ganas de comprar útiles escolares pues tenía suficiente para lo que restaba del año y si no, podría robarle… o mejor dicho “pedir prestado” a Ric, quien siempre era condescendiente con él.


-¿No necesitas nada?- preguntó emocionado encontrando los diferentes tipos de pergaminos que tenían en la tienda esperando encontrar el que se viera menos amarillo. El mayor negó pues aunque no le apetecía, era bastante emocionante ver a su niño entretenerse con algo tan trivial como aquello, pero si él estaba feliz, James lo sentía también en su corazón.


Tomaron una cerveza de mantequilla junto con una tartaleta de frutos rojos en las tres escobas antes de seguir con su recorrido por las tiendas. El león no desaprovechaba ninguna ventajosa oportunidad de sonrojar al menor tomándole de la mano acariciando sus nudillos como si fuera una preciosa gema que merecía su cuidado o le hacía temblar cuando acariciaba descaradamente su rodilla.


-¿Quieres hacer una travesura en la casa de los sustos?- preguntó animadamente James con sus ojos castaños resplandeciendo con ese brillo peculiar que flechaba su corazón en el centro haciendo que obedeciera al instante.


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-Potter ni se te ocurra una tontería- siseó por lo bajo Draco Malfoy cuando sintió aquella cálida mano pegada en su espalda deslizándose escandalosamente lenta hasta donde la espalda pierde su nombre. El azabache ladeó su sonrisa fingiendo demencia hasta que su rubio le pellizco la mano alejándola de su apetecible cuerpo.


-¿Qué tiene Draco? Si venimos en plan de amigos- dijo con sorna esto último haciéndole rabiar pues usaba sus mismas palabras de modo que creyó salvarse.


-Los amigos no se manosean el culo en pleno centro- no pudo evitar carcajearse por sus palabras tan honestas que solo su dragón podía decir con la mayor calma posible –aparte ¿qué dirán del poderoso cuatro ojos divorciado que anda propasándose con un ex –mortifago casado? Uff el escándalo- ironizó.


-Solamente me pareció ver una pelusa en tus deliciosas nalguitas pero creo que me equivoque…- frunció el entrecejo.


-Aja una pelusa… esa es la más vieja e idiota escusa que escuchado…-  dijo muy digno cruzándose de brazos poniendo su largo cabello sobre su hombro.


-Vamos Draco, como si no te gustara que te manoseé en público…- su voz se tornaba seductora y aunque le temblaron las rodillas no lo exteriorizó y se mantuvo firme mirándole desafiante.


-Claro que no Potty, no soy un cualquiera…-


-Eso no decías cuando nos dimos esa escapada en el baño de Rosmerta…- le habló en el oído sabiendo como lo ponía de excitado cuando hacía eso. El rubio se sonrojó divertido recordando aquella escena, fue tan salvaje su encuentro, tan lleno de pasión y deseo transpirando de cada poro de su piel que sucumbir ante ese instinto animal fue imposible que dándose con todas sus fuerzas su amor terminaron rompiendo el lavabo y una que otra baldosa.


-Todos pensabas que se había metido un lobo herido que “gruñía agonizante”- se echó a reír de lo lindo seguido por Harry.


-Y por poco nos atrapan… eso te prendió mas dragón…- dándole una rápida mordida en su lóbulo, lo haló de su abrigo pues se le ocurrió algo interesante.


-¿Ya tan pronto y quieres hacer barrabasadas? Si acabamos de llegar… que pervertido eres Harry…- le contestó la mirada lujuriosa que le dedicó.


-Pero aun así amas cada sucia y retorcida parte de mí-


-Como no hacerlo, eres un estuche de monerías…- dijo divertido –pero ¿no venimos a ver a nuestros hijos?-


-Claro, pero como no nos esperan tenemos un par de horas para nosotros solos Draco… aparte, hace mucho que no tenemos un “momento bonito”- como le encantaba poner así al moreno, tan deseoso, que lo anhelara tanto como él también lo hacía y como maldecía que con su trabajo de auror tenía misiones de hasta un mes que lo retenían lejos de su lado, donde pertenecía.


-Pero ¿enserio? ¿La casa de los gritos?- arqueó la ceja siguiéndole el juego.


-Ahí no nos molestaran…- jugueteó con sus dedos entrelazados y los besó como invitándolo, cerciorándose que mantenerlo entretenido y vaya que así lo tenía.


Con forme se acercaron comenzaron a percibir suspiros y jadeos que regresándose a ver intuyeron que alguien más tuvo una idea semejante a la de ellos, pero lo que Draco no esperó ver, jamás en su vida fue lo que tenía frente a sus ojos.


-¡¿Qué jodidas significa esto Scorpius?!- berreó hecho la furia; cualquier sentimiento romántico que hubiera tenido se evaporó como humo dejando solo paso a la ira.


-¿¡PAPÁ?- preguntó aterrado viendo a quien menos se imaginó y se mordió el labio “estamos fritos”


 

Notas finales:

jojojo! lo que todos intuimos que pasaria ya paso!! omgsh!!

espero que les haya gustado ;9 espero sus lindos rr!!~

Les mando besitos!!


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