<“Ya no te acerques a mi… aléjate”> recordó tristemente el ojigris dándole vueltas una y otra vez a las palabras de James que le sabían tan duras y frías pero con algo oculto tras de ellas, pero ¿Qué era?
Sin perder más tiempo, se dirigió a clases, aunque su estomago dolía por haberse saltado el desayuno. Se sentó en la posición más cercana del profesor que le permitiera tomar apuntes y estar al pendiente de las demostraciones, no podía distraerse, no en clases. Sin darse cuenta, alguien se sentó a su lado y lo estaba viendo divertido al estar tan adentrado en el orden de sus cosas.
-¿Enserio es necesario que la tinta este exactamente a noventa grados de tu pluma?- preguntó un chico de gruesos lentes de pasta que ocultaban unos ojos azul oscuro que traía una mirada muy divertida.
-No, pero es mucho más fácil acceder a la tinta si se encuentra a esta distancia y podre tomar apuntes más rápido- dijo con cierta timidez que hizo sonreír al de lentes.
-Eres divertido Scorpius, soy Edmund, Ed Summers- dijo alargando la mano a lo cual él rubio respondió estrechándola- así que tu eres del que hablan todos, un Malfoy en una casa que no le va, dicen que es extraño, pero no creo que sea para tanto, digo, siempre hay una primera vez, ¿no crees?- <“vaya que sí”> pensó aun dolido por todo lo que había pasado en apenas 24 horas que parecían tan largas e imborrables.
-¿En serio quieres llevarte conmigo? Muchos van a hablar en los pasillos de que te juntas con un hijo de mortífagos…- dijo en voz baja a lo que el chico acortó de tajo.
-Si a ti no te molesta ser amigo de un mestizo, por mi está bien- dijo risueño acomodando sus lentes y Scorpius sonrió por primera vez desde su entrada al expreso y aceptó gustoso su nueva amistad.
Los alumnos de Hufflepuff y Slytherin comenzaron a tomar sus asientos y a platicar entre ellos; dos chicos se acercaron a Ed y comenzaron a hacer bulla y a contar chistes, parecían que llevaban años de conocerse. Cuando el de lentes intentó meter a Scorpius en la plática los chicos lo miraron extrañados como si fuera la primera vez que cayeran en cuenta que estaba ahí. Uno era muy delgado con cabellos rizados alborotados que cubrían la mitad de su cara; tenía una mirada de ensoñación como si estuviera pensando en un espacio metafísico inalcanzable y el otro era moreno con el cabello muy corto y una fuerte complexión que tenia la ceja arqueada al analizar de cabo a rabo a Scorpius.
-Rubiecito- dijo el moreno con un semblante desconfiado- Soy Agni Thomas y al parecer compartimos cuartos, te vi salir corriendo, creí que irías a exigir un cambio a Slytherin, pero me equivoque- dijo cruzándose de brazos esperando la reacción.
-No me voy a cambiar de casa, aunque no pensé entrar aquí, de todos modos pensándolo bien, si ya estoy aquí, solo queda dar lo mejor de mi- dijo con media sonrisa, captando por primera vez la atención del de cabello rizado. El moreno relajó su pose, al parecer su contestación fue aprobatoria y había pasado la prueba
-Eres un Hufflepuff de corazón, a menos que los nargles te estén revolviendo el cerebro… - dijo con una voz melodiosamente acompasada, que al ver la expresión desconcertada de Scorpius rio- soy Lorcan Scamander-
-¿Tu bisabuelo es Newt Scamander?- preguntó fascinado Scorpius, había leído al menos 50 veces el libro de animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, en definitiva era una persona fascinante con un punto de vista único. El chico asintió lentamente y con un estrechamiento de su hombro parecía que le estaba dando la bienvenida a su círculo.
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La clase con el profesor Flitwick fue muy relajada, dando la plática introductoria a la clase de encantamientos, la importancia de aprender la técnica, la manera adecuada de sostener tu varita, la clara pronunciación de los hechizos y su utilidad afuera de los muros de Hogwarts, antes de que pasaran a la parte practica, les redactó brevemente lo que aprenderán a lo largo del curso; Ed estaba emocionadísimo de comenzar a usar su varita y no podía evitar mostrar su emoción a los demás. Comenzaron con un clásico Wingardium leviosa, que como siempre, era mucho más fácil pensarlo que hacerlo.
Lorcan se colocó su varita en la oreja y comenzó a meditar en que tenía que concentrarse primero, si en lanzar el wingardium o cerciorarse que la cabeza del profesor Flitwick no estuviera infestada con torposoplos. Agni comenzó a agitar vehemente su varita sin conseguirlo y se veía frustrado. Por su parte el hechizo que lanzó Ed fue muy extraño ya que sonó a “winsrardum levioessa” o algo parecido, pero el ojigris solo pudo notar como la pluma blanca salió proyectada hacia el profesor y parecía estarse quemando en el proceso.
Todos comenzaron a reír ya que el profesor de puro milagro había logrado esquivarla. Scorpius asustado que les bajara puntos levantó su varita e inhalando fuertemente lanzó su hechizo logrando a la primera que la pluma comenzara a elevarse lentamente haciendo que la molestia desaparecía de los ojos del profesor.
-Muy bien, Malfoy, 10 puntos a Hufflepuff- todos se quedaron serios ante eso y la clase continuó con la parsimonia inicial, salvo que la diferencia fue al finalizar; al parecer el desconcierto de los demás y los ímpetus furibundos de los demás pareció desvanecerse con esos puntos ganados y como quien dice “se calmaron las aguas”.
A la hora de la comida, pudo divisar a Rose que iba caminando con otra chica, pero que como siempre le saludó con efusividad. Albus no tardó en llegar al gran comedor y aproximarse a ellos.
-¿Cómo estas Scorps? ¿Cómo te trata la casa de los tejones?- preguntó un poco pesaroso Albus.
-Mucho mejor de lo que esperaba, Al- dijo esbozando una sonrisa, que al mirar esos ojos castaños al otro lado de sala se esfumó.
-Ese idiota de James, no sé qué le pasa ¿le hiciste algo?- preguntó Rose con el seño fruncido.
-No nada, no que yo recuerde, simplemente dejo de hablarme… incluso le pregunte el porqué de su actitud y solo me dijo que me alejara de el…- la castaña rodó los ojos y bufó exasperada.
-¡Por eso es que estabas tan cabizbajo en el tren!- dijo dándole un abrazo maternal-Al, habla con tu hermano, dale entender que esta lastimando a nuestro Scorps con su cabeza loca- Albus solo se alzó de hombros.
-Sabes que es un testarudo, idiota que no entiende de razones, si crees que yo puedo hacerlo entrar en razón, creo que no lo conoces tan bien primita- al mirar la cara afligida de Scorpius suspiró y tomó su rostro con ambas manos
<-amigo, no te pongas sentimental por sus tonterías, dale tiempo, seguro y una chica lo trae loco y le lavó el cerebro, por eso no piensa bien, bueno, desde un principio su cerebro no ha estado al cien por ciento, pero entiendes lo que te digo- el rubio asintió, pero sin embargo la idea de que su mejor amigo estuviera enamorado de alguien de esa forma, lo hacía sentir extrañamente mal y muy molesto…
Los tres muchachitos acordaron reunirse todas las mañanas a desayunar, ya que entre deberes y deberes, seguro y no podrían verse como es debido. A Scorpius le alegró que tenia clases compartidas de vuelo y Herbología con Albus y clases de historia de la magia, pociones y transformación con Rose. Antes de separarse se dieron un abrazo dándose ánimos entre sí.
Entrada la noche, con un montón de deberes, sus nuevos amigos decidieron armar un grupo de estudio. Agni estaba casi de rodillas implorándole a Ed que lo ayudara, al parecer la tarea nunca fue su fuerte, pero juraba que su dignidad dependía de aprobar todas las materias.
-Por favor Eddy, tienes que enseñarme, ¡Sara y Lakshmi no me dejaran en paz en todo el verano si me va mal! ¡Me amenazaron con usar ropa de chica y tomar fotos!- dijo entre fingidos lloriqueos.
-Te vendría bien un blusón, tal vez color pastel para que resalte tus ojos, pero tendrías que usar mangas porque tus brazos son demasiado gruesos para usar tirantes- dijo con su voz calmada el de rizos como si pudiera imaginarse haciendo al moreno fruncir el ceño. Todos rieron divertidos.
-No ayudas Lorcan, ¡¿de qué lado estas?!-
-No te preocupes, yo te ayudare- dijo Scorpius aun sonriendo y Agni muy emocionado estrecho su mano de arriba abajo hasta que le dolió.
-Para que somos Hufflepuff si no nos apoyamos entre sí- estableció Ed haciendo que todos juntaran sus manos fundando así el club de estudio de tejones.
Con todo terminado y con una que otra risilla, se fueron cada quien a su cama y Scorpius aprovechó para escribirles una carta a sus padres, explicándole todo lo que había pasado, aunque claro, evitó mencionar la extraña actitud de James hacia él… Suspiró y sacó de entre sus cosas una foto de sus amigos que saludaban a la cámara y James rodeaba con el brazo su hombro acercándolo a él y haciendo símbolo de paz con los dedos. < ¿Por qué Jams? ¿Por qué?> preguntó entre sollozos abrazando la foto hasta quedarse dormido y comenzó a soñar, era más bien un recuerdo, algo que siempre lo hacía sonreír pero probablemente esa vez, sería la excepción.
Su corazón latía acelerado y apresuraba a su madre que estaba indecisa con que collar usar, tal vez solo estaba retrasando lo inevitable.
-Viniste Scor- dijo James saludándolo con una brillante sonrisa y le dio un leve asentimiento a la mujer que le contestó cordialmente.
-¡Por supuesto! Aunque mi papá no pudo venir porque está de viaje, te manda esto- dijo señalando una caja plateada muy delgada que traía arriba de otra más grande- son guantes, ya que dice que eso nunca falla- exclamó por lo bajo riendo.
-¿Y esta?- preguntó curioso ante la caja azul que había abajo. El pequeño Malfoy se sonrojó.
-Ya termine de leer mis libros…Son unos cupcakes que hice, son para ti y tu familia…- dijo sonriendo de oreja a oreja y el moreno le quitó la caja para descubrir 8 hermosos panecillos decorados con confite de colores y un deleitante olor a chocolate que le hacía agua la boca y negó efusivamente.
-No, es mi cumpleaños y si no quiero darles a nadie, no se los daré- dijo muy digno echándose uno a la boca. Con la sorpresa de la noticia Scorpius palideció.
-¿Es tu… cumpleaños? ¡De haberlo sabido, hubiera traído algo mejor!-
-¿De qué hablas? ¡Me encanta! Muchas gracias, ven, te presentare a mi familia- dijo halándolo del hombro. El señor Potter estaba atónito como si no creyera estar viendo frente a si al rubio y la mujer castaña, pero Scorpius se sentía en la novena nube al ver a su ídolo.
-Papá, te presento a la señora Malfoy que seguro ya la conocías y a Scorpius, ¡mi amigo! Quien por cierto es tu fan- y diciendo esto continuó con el tour- ya tendrás tiempo de pedirle a papá su autógrafo, que no es la gran cosa, pero en fin- dijo entre risas haciendo que su padre entrecerrara los ojos con fingida molestia- ven, ven, ¡tienes que conocer mis hermanos y mis tíos!-
Le presentó a Albus quien estaba en una esquina jugando con la pequeña Lily con una escoba infantil que se elevaba unos cuantos centímetros del suelo y sacaba lindas sonrisas a la niña. Después se acercaron a la pequeña Rose que daba de comer un poco de pastel a Hugo quien estaba mucho mas adormilado que hambriento.
Nunca había estado con tantos niños y eso le hizo sentir una calidez en su corazón que impidió que dejara de sonreír por el resto del día y el hecho de que todos lo habían aceptado sin más, ni miramientos ni miradas negativas, sino con efusividad como uno más en la familia era una hermosa sensación… James se veía risueño y feliz y le hablaba contándole todo lo que se le ocurría y lo que hacía para divertirse.
Quiso estrechar su mano y agradecerle por la invitación que tanto bien le había hecho mostrándole un mundo diferente y a personas maravillosas que le devolvían la sonrisa, pero, cuando su mano tocó la del azabache, la apartó sin más… ya no era el chiquillo que acababa de cumplir 9 años, si no que era el joven de 13 que le dedicó la más helada de sus miradas.
-No me toques Malfoy… solo aléjate de mí…-
Dos grandes lágrimas salieron de sus ojos y lo regresó a la realidad. Con la manga de su piyama las secó y con una mirada determinada miró por la ventana.
<“Tengo que intentar hablar con él una vez más…”>