Capítulo 37: Te pertenezco
6to año
Draco estaba fastidiado y muy agotado de tanto trabajar en un proyecto que por más que se esforzaba no terminaba de embonar como lo presagió, pero lo que más pesaba sobre sus hombros y su espalda adolorida era la última de las discusiones con su padre y suegro que le obsequiaban al por mayor que sencillamente ya no quería escuchar más pues siempre era la misma cantaleta de siempre terminando exactamente igual que la primera vez; siendo aderezada con una negación rotunda por la parte de los mayores y una terrible exasperación para él al no lograr convencerles que dejaran en paz a Scorpius.
Así que dándose un merecido descanso, se dirigió con prontitud a la casita de Hannah donde Harry después de tanta prolongada estancia en Croacia debido a un caso, ya estaba de regreso esperando solo por su llegada.
Quería deshacerse de todos sus problemas y que mejor que un tibio baño de tina con sales perfumada en compañía del tan alabado héroe del mundo mágico después de hacer el amor.
-Cuánto te extrañaba- murmuró Harry masajeando su cabello cubierto de jabón. Eso le agradaba, más aún que lo mimara y consintiera como se merecía, así que dejándose hacer cerró los ojos mientras los dedos del auror se hundían en su cuero cabelludo seguido de dulces caricias que comenzaba a hacer espuma.
-Y yo... pero es tu maldita culpa por largarte por 3 jodidos meses a Croacia- dijo haciendo un mohín ofuscado.
-Ay perdone su Alteza real, pero los mortales tenemos que trabajar de sol a sol y no cualquiera es su propio jefe que decide cuando tomar vacaciones- dijo tranquilamente y Draco se quedó pensativo.
-Creo que le diré a Astoria que tengamos otro hijo ya que el que me tocó tiene tan extraños gustos que en lugar de querer ser el heredero de mi gran compañía, prefiere la Herbología como ese bufón de Longbottom- se estremeció haciendo una mueca. Harry solo alzó una ceja.
-Aja muy gracioso- dijo sin una pizca de divertimiento pues imaginarlo siquiera con alguien más era inconcebible y aunque Scorpius no había nacido de forma mágica, ni ninguno de sus hijos, no estaba dispuesto a entregarle a Draco a nadie más -hasta crees que Tori aceptaría-
-Tengo mis métodos de convencimiento- dijo para hacer rabiar a Harry, consiguiéndolo en el acto puesto que comenzó a devorar sus labios con una extraña furia que lo hizo jadear.
-Pues me vale un pepino tus métodos porque ni en tus locos sueños te dejaría hacerlo-
-Como sea...- cerró los ojos sintiéndose tan en paz como hacía semanas que no se sentía, en definitiva una dotación de celos de vez en cuando era estimulante.
Sabía que en parte era el agua perfumada y en otra gran parte era porque por fin podía estar así con el hombre que amaba -eso me recuerda- abrió los ojos nuevamente cuando algo llegó a su mente a turbar su tranquilo momento -Scorpius ha estado molesto porque tu alegre hijo casi ni se comunica con él- arrugó el ceño.
-¿Te lo ha dicho?- arqueó una ceja pues Harry conociendo de sobra al pequeño rubio, sabía que no era de los que acostumbrara quejarse por nada, a diferencia de su padre.
-No, pero no hace falta, se le nota en el tono- dijo muy seguro –lo cual es raro pues James es semejante castañuela que no se puede estar callado-
-¿Pues que se le puede hacer? la Academia no es fácil Draco, de hecho los primeros dos años son los más difíciles en lo que se adaptan, incluso más de la mitad deserta en ese tiempo- dijo con total naturalidad –si tú deberías de saberlo y comprenderlo…-
Draco apretó los ojos negándose a recordar el pasado No quería recordar aquellos años; era muy doloroso hacerlo.. Esa época oscura no debía de tener cabida en su presente pero sin poder dejar ir lo que dijo Harry, rebatió.
-¿Y yo que voy a saber? si tú me botaste antes de descubrir eso- dejó ir así como llegó a su mente dándose una patada mental por tremendo dolor de cabeza que comenzaba a rememorar.
-¡Draco... yo no te boté, si a esas vamos fuiste tú quien lo hizo!- dijo Harry comenzando a exasperarse.
-¡Pero fuiste tú quien cometió esa estupidez que terminó con nosotros!-
Ambos guardaron silencio incómodos.
Se habían prometido no volver a tocar ese delicado tema, pero en momento como ese sé, hacía tan difícil acallarlo pues era herida aun dolía como el ayer cuando eran jóvenes y se hicieron tantas promesas como lo inocentes e ingenuos que pudieron ser, sin saber que por la decisión de uno de ser el eterno héroe de cuento de hadas, dejó de lado el amor que era solo para él.
Aunque se arrepentía de ello, Harry jamás miró para atrás, al menos no hasta que después de 11 años que fue que se volvieron a reencontrar.
-Como sea...- notó como los ojos grises comenzaron a humedecerse por su pasado que nada podían hacer para cambiarlo y lo tomó por la barbilla -mírame Draco, el pasado ya pasó y ya no debe atormentarnos, cometimos nuestro múltiples errores cuando éramos jóvenes y demasiado orgullosos para reconocerlos, pero aquí estamos, después de todo la vida decidió darnos una segunda oportunidad, la cual debemos aprovechar mientras podamos-
-Pero…-murmuró respirando copiosamente como si temiese mostrar su debilidad nuevamente.
-Y créeme que esta vez, no te dejaré ir por nada en el mundo, mi amor-
-Está bien...- quería creerle y así lo haría –está bien…-
*/°*°/*En el callejón Diagon*/°*°/*
James bostezo cansado. Era la tercera vez en menos de cinco minutos y sentía que sus ojos se cerraban. Su padre realmente había mentido con la “buena vida” de ser auror, pues eso de dormir solo 3 horas al día y ser expuestos a retos semanales extenuantes no era la dolce vita si se lo preguntaban. “aunque tiene sus momentos divertidos” se dijo dándole un apretón a la mano de su prometido que estaba hablando de algo, pero que no alcanzaba a comprender por el sueño que lo invadía.
Había prometido involucrarse en la planeación de la boda y esta vez no faltar, sin embargo tenía tantas cosas en su mente cansada que en ese momento reamente necesitaba una siesta con urgencia.
-Jamie, dijiste que pondrías atención- dijo el rubio con un puchero que se le hizo adorable y sonrió débilmente.
-Si lo sé bonito y lo siento, pero la escuela me está matando y más el imbécil profesor que se la trae conmigo "Seguro que te crees mucho porque tu papi es Harry Potter, incluso puede funcionar con muchos pero conmigo no" por Merlín que mi padre no tuvo nada que ver en la admisión, yo me esforcé y pasé el examen- dijo abatido recargándose sobre la rígida mesa de madera que no le importaría mucho utilizarla de cama.
-Yo creo en ti Jamsie, sé que te esforzarse mucho y estoy muy orgulloso de ti por no rendirte– el ojicafé ya más despierto que dormido se inclinó sobre la mesa para robarle un beso a su sonrojado prometido. Cuanto le amaba y cuanto le dolía no poder estar con él lo suficiente; todas esas veces que tuvo que cancelar sus citas los últimos 3 meses; realmente deseaba con toda su alma que el tiempo transcurriera más rápido para que pudieran vivir juntos y así todo sería más sencillo.
-¡Chicos, se están atrasando, aún hay muchas cosas que ver!- regañó Narcisa Malfoy apuntando con su dedo delgado y tanto Astoria como Ginny le hicieron segunda. James rodó los ojos “a estas mujeres nunca se le puede dar gusto…nunca parece ser suficiente por un día” refunfuñó en su mente -¡vamos a la siguiente pastelería de inmediato!-
-Ya vamos abuela- dijo Scorpius levantándose haciendo un movimiento con su cabeza indicándole que era tiempo de seguir avanzando.
-No me siento con humor para ver más pasteles… ya solo escoge el que quieras para que nos vayamos a un lugar menos ajetreado…- ronroneó en su oreja pero el rubio bufó poniendo sus brazos en jarra.
-Vamos Jamie no seas así, que no es solo mi boda, ES NUESTRA y quiero que tanto tu como yo tomemos parte activa de su organización-
-Pero tu madre y la mía están insistiendo en que sea de vainilla y rompope… Narcisa quiere que sea de chocolate belga con oro comestible, tu padre quiere de red velvet, el mío de cuatro chocolates… Merlín bendito… deberían de comprar uno para cada invitado y así nos ahorramos la molestia de si no les gusta- Scorpius negó con la cabeza y le acunó la suya entre sus manos.
-Pero es nuestra decisión y quedamos en que sería un solo pastel, por tanto debemos escoger tu y yo ¿de qué sabor te gustaría?- dijo con sensatez. James aún seguía sin saber cómo un lindo chico como Scorpius había aceptado casarse con él, pero realmente era afortunado. Con una sonrisa pícara lo miró de arriba a abajo y rodeó su cintura.
-Pues el sabor de Scorpius no está disponible, así que me da igual lo que sea- Scorpius le dio un pellizco sin poder esconder su sonrisa avergonzada –está bien, está bien… ¿Qué tal chocolate?-
-Eso me gusta más, así que creo que será de chocolate con coco ¿Qué te parece? ¿te gusta?-
-Suena delicioso, aunque sería más didáctico si pudiéramos usarlo en otra cosa que no sea un pastel…- Scorpius negó la cabeza divertido por las ocurrencias del mayor.
-Nada de embadurnarnos de chocolate o cualquier cosa pervertida que estés imaginando Jamie-
-Se vale soñar- rió radiantemente –entonces ¿ahora si podemos irnos? Que estoy que me muero de sueño y necesito un tiempo a solas contigo-
-Está bien, solo dos tiendas más y soy todo tuyo- dijo dándole un rápido beso en la mejilla, corriendo con las mujeres que se habían adelantado.
*/°*°/*3 meses después */°*°/*
Mirando de vez en vez la sortija en su anular, Scorpius suspiraba. Ya casi todo estaba listo para su boda y eso que aún faltaba bastante para que se celebrara, pero en palabras de su madre “es mejor tener todo listo, que estar a las carreras buscando todo lo necesario” así que no podía quejarse o al menos eso era lo que se decía pero distaba mucho de su sentir. Añoraba a James demasiado. Habían pasado casi 15 semanas en las que no se habían visto y solo mantenían comunicación mediante cartas demasiado breves de parte de su prometido.
La última vez que él y James estuvieron en el mismo lugar, el mayor de tan exhausto que estaba apenas y estaba ahí presente pues nada más vio cama, se quedó completamente dormido.
No solo extrañaba su cuerpo y sus caricias, sino también el sonido de su voz o su risa, sus ojos sobre los suyos aunque no tuvieran nada más que decirse. Solo contemplarse hasta que su corazón estuviese satisfecho. Suspiró apartando su mirada de su alianza.
Miró su reloj y ya eran casi las seis de la tarde, se le hacía tarde para su cita. Aun no estaba seguro si había sido buena idea contestar la insistente carta de sus abuelos, pero tras diversas charlas de parte de Aris y Rose sobre la importancia de tener una buena relación con sus familiares y sus buenas intenciones, accedió a cumplir con su parte.
Tanto su abuelo paterno como el materno pedían perdón por su terco comportamiento y le pedían una audiencia para poder charlar larga y tendidamente.
“¿Qué tienes que perder blondo?” Fue lo que le dijo Eddy dándole el empujón que le faltaba.
-Pequeño Scorpius que bueno que viniste- saludó su abuelo Pegasus dándole un abrazo efusivo. Scorpius sonrió tranquilo pues todo parecía que estaba puesto para limar las asperezas y dejar a tras los prejuicios. “Y justo a tiempo” pensó con esperanza optimista correspondiendo el apretón de manos con su abuelo Lucius.
El caldero chorreante estaba igual que siempre medianamente iluminada, no era un lugar que sus abuelos acostumbraran, pero al menos era un lugar neutral; al menos ya era una venta que dejaran de lado un poco sus prejuicios para citarse con él.
-No sabes cuánto nos alegra que hayas decidido responder a nuestra carta- le hizo un ademan para que se sentara y Scorpius accedió antes de hablar de manera cordial.
-Dudé mucho en hacerlo, pero creo que fue lo correcto. Ustedes son mis abuelos y los quiero mucho, pero deben entender que no soy un niño y puedo tomar mis propias decisiones y por ende hacer de mi vida lo que yo quiera y quiero que James este a mi lado para compartirla-
-Y te comprendemos Scorpius, pero debes comprender que como Malfoy-Greengrass hay ciertos deberes y obligaciones que cumplir- Scorpius asintió. De antemano lo sabía. Había crecido con las ancestrales enseñanzas de sus antepasados y lo tenía muy en cuenta, por tanto, no comprendía a que venía eso justamente en ese momento. Entrecerró los ojos en la espera, siendo prudente de escuchar hacia donde iba la conversación.
-Exacto- dijo con todo el tacto posible el rubio mayor –es por ello que queremos presentarte a Lord Ershow de Brúcelas que está más que entusiasmado por conocerte- un hombre de veinte y más hizo acto de presencia frente a él dándole una reverencia y tomó su mano para besarla, mano que no dudó en alejarla. Scorpius indagando se puso en pie al instante.
-¡No puedo creerlo! ¿Ese fue su plan desde el principio para este encuentro?- los abuelos fingieron demencia.
-Vamos Scorpius no seas grosero, que no pierdes nada en entablar una conversación con él, ha venido desde tan lejos para conocerte-
-¡Por Merlín que estoy comprometido! ¿Tanto les cuesta aceptarlo?- exclamó un poco más alto de lo que hubiera esperado. Aunque su plan no era hacer una escena, la estaba haciendo, pero no podía importarle menos. El individuo lo detuvo nuevamente planteándose frente a él impidiendo su huida.
-Si me permites unas palabras Scorpius, he de decir que tus generosos abuelos no te han hecho la suficiente justicia en sus descripciones y…- la cortesía en su ser se había esfumado y lo cortó de tajo antes de que siguiera hablando.
-Le agradezco por sus palabras, pero lo siento Lord Ershow, pero no me interesa nada de lo que pueda ofrecerme, como ya dije, ya estoy comprometido con alguien más, así que si me disculpa- dijo haciendo una reverencia comenzando antes de comenzar a alejarse.
Pudo escuchar los chillidos de sus abuelos pero estaba lo suficientemente molesto como para importarle cuantas normas de etiqueta rompió.
“¿Cómo pudieron hacer eso?” pensó furibundo apretando las manos.
-¡Vamos Scorpius no te marches así!- dijo el persistente hombre casi pisándole los talones.
-Lo siento pero no puedo quedarme y darle falsas esperanzas de algo que no puede ser, sea lo que sea que mis abuelos le hayan dicho o prometido yo no puedo dárselo- dijo seriamente.
-Mi traslador sale en la noche y sería un gusto para mi disfrutar aunque sea unos momentos en tan dulce compañía-
-Es muy amable, pero ya estoy comprometido-
-¿Qué te parece una inocente comida? Estoy seguro que al prometido no le encelará un compromiso sin segundas intenciones con un lord claramente rechazado-
Scorpius se lo pensó unos segundos pero negó con la cabeza.
-No creo que sea prudente, pero le agradezco el ofrecimiento- dijo con media sonrisa.
-El prometido debe de ser un hombre muy afortunado de tener tan fiel chico a su lado-
-Yo soy afortunado de tenerle-
-Siendo así, fue un placer conocerte Scorpius Malfoy- declaró finalmente dándole un beso en su mejilla y un abrazo que tardó más de lo que pensó.
Aunque no parecía mala persona, no podía evitar causarle desazón que sus abuelos hayan llegado hasta ese punto para separarle de James. “Prácticamente regalándome al mejor postor…” se dijo en su mente con desagrado.
-¡Maldito desgraciado! ¡Suéltalo!- exclamó una voz conocida haciéndole temblar por su intensidad.
-¿Jamie?- preguntó al instante que veía que como el cuerpo de Lord Ershow era arrojado contra el suelo por el rápido y efectivo puño de su prometido -¿Qué estás haciendo aquí?-
Los ojos cafés del ex –Gryffindor resplandecían con algo que pocas veces había visto. Celos. Tragó saliva con dificultad.
-Aquí la verdadera pregunta ¿Qué es lo que estás haciendo tu aquí? Porque tienes mucho que explicar-
Antes de poder decir algo, el mayor los condujo lejos de ahí en un PLOP.
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No comprendía de qué iba su mal humor, parecía que estaba exhalando fuego por su nariz y caminaba de un lado a otro, sin embargo, una parte de él estaba infinitamente agradecida y feliz de verle nuevamente después de tantos días de no hacerlo.
James por su parte sentía que un frenesí de sensaciones circulaban por su cuerpo a gran velocidad que lo ponía acelerado y ansioso, furibundo e irremediablemente ofuscado. “Y pensar que apenas hace dos horas me sentía tan bien…” pensó apretando sus manos en puño.
-¿Quién era él?- el rubio ladeó al cabeza mirándole con extrañeza.
-Un Lord que me presentaron mis abuelos… ¿Por qué? ¿Y tú no deberías de estar en la academia?- le rebatió, pero James no se quedó callado. Había estado tanto tiempo pensando en Scorpius, tanto que había querido verle para que lo primero que viera de su querido rubio era besado por alguien más.
-Hoy tuve un par de horas libres y fui al castillo a verte…- dijo James con un puchero desviando la mirada.
-¿Y porque no me avisaste?- dijo Scorpius queriendo acercársele pero James retrocedió.
-Porque quería darte una sorpresa…- dijo recargándose en el árbol más próximo a él. El viento cálido apenas y mecía sus cabellos, pero se sentía extrañamente frío. Escuchó que el ojigris pronunció su nombre pero continuó –Eddy me dijo que habías salido y que quien sabe a qué hora regresarías… que habías ido a una cita muy importante con alguien que te había insistido mucho y que finalmente habías accedido… me dijo dónde encontrarte y te vi con él…- Scorpius rio descolocándolo en el acto.
-¿Por eso estas tan enojado Jamie?- preguntó tiernamente acariciando sus cabellos que en un movimiento los apartó de su frente. El azabache negó -¿Qué es lo que te preocupa?-
-Que al verte con ese tipo me quedé pensando que tal vez te estaba privando de vivir al comprometerte conmigo… tu nunca has estado con otra persona aparte de mí y creo que…- Scorpius le cubrió la boca impidiéndole que siguiera hablando.
-Eres un idiota James- el mayor bufó por la ofensa a su cerebro y estuvo dispuesto a reprocharle aunque el rubio se lo impidiera –pero eres mío- dijo sonriendo radiantemente que James tembló –eres el mejor chico que he conocido por tanto me ofende que quieras que este con alguien más siendo que ya te elegí a ti-
-Pero no es que quiera eso… no quiero… pero yo no puedo obligarte a atarte a mi… yo…-
-No es una obligación si yo lo hago gustosamente- dijo calmadamente tratando de hacerle entender su sentir –mucha gente le toma mucho tiempo encontrar a esa persona ideal, hay gente incluso que nunca la encuentra, sin embargo yo pude hacerlo a tan corta edad cuando solo era un niño de siete años y por tanto estoy más que feliz de casarme contigo- James al instante lo abrazó tan fuerte que Scorpius rió por su efusividad.
-Eres el mejor chico que he conocido… te amo tanto Scor…-
-Y yo a ti Jamsie- dijo poniéndose de puntillas para poder besar sus labios. Cuanto había extrañado ese contacto tan dulce pero tan preciado que aceleraba su corazón –te he extrañado muchísimo-
-Ya somos dos pequeño. Pero solo será año y medio y ya seré todo tuyo. Aunque no soy una persona muy paciente ni la más organizada, procuraré estar sin falta cada fin de semana en Hogsmeade para que no pasemos el uno del otro- a Scorpius eso le sonaba una gran idea. Realmente le hacía falta de James en su sistema -¿Entonces… ya no vas a ver a ese fulano?- dijo disimuladamente pero aun así Scorpius notó ese tono de preocupación en su voz.
-Claro que no- dijo “o eso espero…” se dijo esperando que ya no hubiera ataque de parte de sus abuelos por emparejarlo con cualquier persona que consideraran adecuada para él -¿entonces a qué hora tienes que regresar a la academia?-
-A las 3… tengo guardia ¿Por qué?- preguntó repartiendo un par de besos en su rostro de forma cariñosa.
-Porque quiero compensar un poco de…del tiempo que hemos estado separados…- dio un salto para que su prometido le cargara y rodeó su cintura con sus piernas-¡Casi 15 semanas desde que nos vimos! ¡Es mucho tiempo!- James amplió la sonrisa en su rostro fascinado por como su niño se había vuelto más receptivo y un poco menos avergonzado con lo que deseaba.
-Vaya que sí. Por tanto esta noche soy todo tuyo para lo que quieras hacer cariño-