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No quiero ser tu amigo por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Bueno pequeños, finalmente he terminado el capi! y tan pronto como terminé aqui estoy subiendolo. Realmente espero que sea de su agrado pues es despues de casi 3 años (no puedo creer que haya pasado tanto tiempo D:!) ya estoy dando por terminado este fic que a mi parecer es mi hijo prodigo. Lo amo con todo mi corazón, si embargo hemos pasdo altas y bajas y una que otra lagrima de mi parte, sin embargo puedo decir con orgullo que terminó de la mejor manera que esperé y aunque un poco apresurado pues meti tanto contenido en este ultimo capi, pero espero realmente que puedan disfrutarlo y que a mis tan queridas y especiales personitas que estan siguiente este fic desde hace tanto :D


Mil gracias por los comentarios la rosa y mi querido Diegovarr!! Esto va especialmente para ustedes! (y claro, mi adorado LRMV donde quiera que este <3)


A leer se ha dicho!

*/°*°/*3 meses después*/°*°/*


Con las clases transcurriendo tranquilas pese al tiempo en el que se encontraban con el fin de curso pisándole los talones, el grupo de Scorpius no podía estar más relajado con cómo se veía el horizonte.


Tanto Agni como Lorcan estaban en su mundo hablando de sabe Merlín, que pues entre más Eddy hacia el intento de agudizar su oído, no escuchaba la gran cosa. Aris le lanzaba miradas reprobatorias por su infantil comportamiento y un hambriento Scorpius no dejaba en paz la gran cantidad de pastelillos de crema y zarzamoras que le mandó solicita su abuela Cissa.


“Están delicioso…” se dijo con emoción entre sonrisas a su sortija en su anular. Tal vez no era como si James estuviera a su lado, sin embargo, su constante brillo plateado le hacía sentir menor nostalgia por su presencia.


Faltaba poco para que ese curso diera por terminado y con ello podían seguir con calma la organización de la boda, eso sin mencionar la promesa de su querido prometido de pasar tanto tiempo como pudiera, tanto que compensaría esos largos meses que la pasaron en la ausencia del otro. “Aunque cuando nos vimos me dejó un grato recuerdo” se dijo sintiendo sus mejillas arder. Había sido tan dulce y lo amó tan fervientemente como necesitaba. Sus manos por todo su cuerpo y sus incontables besos en su piel. Ese día apenas y había sentido el viento frío de la noche, solo el calor de James y su pasión.


-¿Me pregunto que tendrá pensado cuando nos veamos?- dijo en voz baja, pero no lo suficiente pues Aris se le quedó viendo con curiosidad. Poca gente se encontraba en la sala común, por tanto el único sonido amortiguador era el crepitar del fuego; era obvio que lo escuchó y lo invitaba a externar su pensar.


-¿Dijiste algo Scor?- el rubio negó con la cabeza.


-Solo pensé en voz alta, pero no es nada-


-Ah claro, seguro que eran pensamientos sucios con respecto a su prometido- dijo Lorcan con naturalidad sacándole un sofocante sonrojo a Agni quien comenzó a agitar sus manos negando la cabeza. Era demasiado para eé por procesar y más aún ligar algo de ese índole con alguien tan etéreo como consideraba al propio Scorpius.


-Ahora caigo, mira que pillín resultaste Scor- el codazo que le dijo Eddy lo abochornó. No es que estuviese pensando en eso… bueno, al menos no del todo en ese justo momento –oye blondo como que te noto algo extraño- al instante los tres pares de ojos restantes se dirigieron a su lugar sobresaltándolo bajo el intenso escudriño.


-¿A qué te refieres?-


-Como que estas algo… ¿gordito?- dijo apretando al instante con su mano sus dos mejillas para sopesar su afirmación. Apretó y estrujó hasta que tuvo que quitar su rostro de la línea de fuego por el ardor que le provocaba.


-¡Que grosero eres Eddy!- regañó Aris reprobatoria negando con la cabeza – ¡eso no se pregunta!- parecía estar más ofendida que Scorpius pues este solo se alzó de hombros.


-Tal vez es porque he estado comiendo bastante…- contestó haciendo memoria. Tal vez era porque extrañaba a James que parecía nunca tener suficiente bollos, frituras, dulces o pasteles. “¿será síntoma de depresión?” se preguntó “aunque no me siento mal…”  no habían tenido entrenamiento de Quidditch tras tener una penosa mala racha que los eliminó de la competencia por la copa “si tal vez es por falta de ejercicio…” se dijo meditabundo.


-Pues yo si lo ve un poco… esponjadito- dijo Lorcan con una enigmática sonrisa –lo cual no creo que sea malo…-


-Claro que no lo es- rebatió Agni sintiéndose ofendido como si se lo hubiesen dicho a él –además, un Scorpius algo robusto lo hace más angelical- aseveró como si fuera una verdad universal.


-Pero estar rechoncho no es saludable- Scorpius apretó los ojos. Como iba subiendo el grado en el que catalogaban su subida de peso era alarmante. Seguro y a la siguiente dirían que le faltaba poco para rodar.


-Vamos Eddy que no es para tanto; espantas a Scor- dijo Aris abrazando a su amigo  conciliadoramente –apenas y se nota, sin embargo, si es raro para alguien que generalmente como lo que quiera y no sube ni un gramo- dijo su amiga mordiendo el costado de su uña -¿Qué te parece si vamos a ver a Madame Pomfrey? Seguro y ella tiene una idea de que te está pasando-


-Creo que están exagerando…- Scorpius no quería hacer olas en un vaso de agua, pero sus cuatro amigos se veían decididos le gustara o no.


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Ese día James había tenido descanso y aprovechó para ir a su casa a dormir un gran rato. Pensaba caerle de sorpresa a Scorpius mas tarde llevándole una gran rebanada de paste recién hecho por su abuela Molly. Ya lo tenía todo planeado en su mente; solo esperaba que no se repitiera lo de la última vez que quiso sorprender a su prometido.


Rodó sobre su costado para quedar boca abajo y seguir dormitando. Todo estaba tan silencioso salvo por su corazón anticipado que martilleaba en su pecho y su sonrisa parecía ensancharse. “contrólate y duérmete” se dijo tratando de conciliar el sueño. Su cuerpo estaba cansado pero su mente seguía divagando.


Una carta entró volando que lo sobresaltó al instante.


La orgullosa lechuza de cierto Hufflepuff se posó sobre su cama tan arrogante como su dueño y solo bufó exasperado. No era de quien esperaba; su sola presencia le molestaba. El único incentivo para tolerarlo era por su adorado niño y nada más por ello accedió a abrir la correspondencia.


-Que tiene que escribirme este…- se dijo entre refunfuños. Solo era una línea de cuatro palabras, una de las cuales era una ofensa para él que en otro momento se hubiese ofuscado al recibirla, sin embargo cualquier reproche se desvaneció y el color se fue de su rostro. Se incorporó con violencia sobre su cama aun sin apartar la mirada de la peculiar carta.


-¡¿Qué Scorpius está que?!- soltó el alarido antes de correr por su chamarra y dirigirse a Hogwarts.


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Mirando a todos lados trataba de apaciguar su cansada mente. Aun no comprendía de todo los conjuros que la sanadora realizó en su persona; empero, estaba asustado y no podía creerlo. Era algo increíble pese a saber cómo pasó, pero se negaba a creer que realmente sucedió.


Todos sus amigos estaban en silencio mirándose los unos a los otros aun de piedra sin moverse ni medio centímetro. Eddy fue el único que hizo algo; irse de ahí sin decir nada y aún no había regresado.


El silencio de la enfermería era tan extraño que no compensaba en nada la desazón instalada en el grupo.


-¡¿QUÉ CLASE DE BROMA ES ESTA KELPDY?!- gritó James entrando estrepitosamente en la enfermería. En otro momento su rostro se hubiese iluminado al verle ahí con su cabello revuelto y sus brillantes ojos cafés que refulgían furiosos, pero no esta vez.


La sanadora sólo lo vio con cara de pocos amigos y Scorpius seguía agobiado.


-Deja de armar barullo James Sirius Potter, que no estás en tu casa- reprendió Madame Pomfrey severa regresando a su cubículo.


-Pero Poppy-dijo acercándose a su prometido quien seguía recostado en la cama apenas y viéndole -¿Scor, estás bien? Ese infeliz de tu amigo quiso jugarme una broma pesada mandándome esta carta que dice: "Scorpius está embarazado, idiota" mira que me sorprendió pues ese niñato ni sentido del humor tiene … pero con esto no se juega y vine tan pronto como pude para patearlo por andar levantando falsos y…-


-¡Eres un idiota James!- chilló el rubio recuperando el color en sus mejillas -¡¿cuantas veces te dije que usaras protección?!- golpeteó con sus puños su pecho por tal desconsideración a sus advertencias. El mayor tardó un poco en asimilar lo que le decía y comenzó a atragantarse.


-¿Q-Que? Pe-pero... Tu... Yo... Ehh... ¿Tu estas…? ¿Realmente...?- su tartamudeo no menguaba su sorpresa y el ojigris infló los cachetes avergonzado –yo creí que te estabas tomando la poción y por eso yo no he usado hechizos… estas últimas ehh… como cinco o diez veces que…- río nerviosamente rascando su nuca.


-Ese día olvide tomarla- James formó una “o” con sus labios al recordar ese día que estaba haciendo mención. “Como olvidarlo” se dijo saboreándoselo como si hubiese sido ayer.


-Entonces… ¿voy a ser papá?- preguntó al borde del júbilo y de salir a la estratosfera cual fuego artificial entre más saboreaba la idea como una realidad. Ni siquiera entendía que era lo que lo mantenía aún en la tierra -¡mi amor!- lo abrazó emocionado y comenzó a besar su rostro.


Jamás pensó que aquello sucedería pues estaban siendo cuidadosos; bueno, al menos confió en que Scorpius fuera aún más precavido por los dos, pero por como resultaron las cosas, estaba feliz, mucho más de lo que espero, pero Scorpius no se veía igual que él, al contrario lucía  acongojado.


-¿No te agrada la idea de tener un hijo conmigo?- esa nota triste en su voz siempre alegre estrujó su corazón.


-No es eso James...- se aproximó a contestar pues la cosa no iba por ahí -Tener una familia contigo es algo maravilloso, pero no planeaba que fuera en este momento...- le dio una tímida sonrisa –aun somos muy jóvenes para una responsabilidad así-


-Lo lamento Scor...-


-No tiene por qué lamentarlo. Lo hecho, hecho esta y aunque no es como lo esperaba, agradezco poder tener una familia contigo Jamsie- el aludido sintiendo ligereza en su pecho, se inclinó para darle un poco de cariño a su conmocionado prometido, pero antes de lograr su cometido, fue interrumpido.


-Aún no puedo creer que seré tío- dijo Albus sentándose al lado de su hermano dándole unas palmaditas en su espalda – por supuesto que el señor Malfoy  va a matarte una vez que se entere y seguro sus abuelos arrojaron lo que quede de tu cuerpo al calamar gigante… te echaré de menos, hermano- James gruñó por tan mal presagio y frunciendo el entrecejo contestó.


-Eres un rufián por comenzar a preocupar a Scorpius -


-¡Pero es cierto! vaya que son extremos esos tíos; y seguro a Scorpius lo casarán con ese Lord quien sabe que tras tu velorio- dijo Eddy pensativo siguiendo la línea de pensamiento de Albus.


-¿crees que le den amortenia para aceptar?-


-Puede ser, todo es posible con esos viejitos- contestó entre dudas Eddy a la preocupación creciente de Albus.


-¡Ya lárguense todos ustedes que no es tan ayudando en nada!- dijo corriendo a los Huffle más Albus quienes rechistaron ante los empujones del mayor –esos tontos. No es como si fuera a morir tan fácil. ¡Mucho menos sin haberme casado contigo!- Scorpius rio de lo lindo por el puchero que estaba haciendo -Te amo Scor- murmuró recuperando su tono meloso, acariciando el apenas notorio vientre de su amado rubio –a los dos-


-Y yo a ti Jamsie... Y descuida, que nadie de mi familia te hará daño, al menos no si puedo evitarlo-


-Oye, estás hablando con el futuro autor estrella; dame un poco de crédito precioso- besó su coronilla con devoción –ya verás que todo saldrá bien- lo decía como si realmente tuviese la noción de que estaría todo sin problemas. Realmente quería creerle y hasta que sucediera lo contrario, lo haría.


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-¡No puedo creerlo! ¡Ese zángano! ¡Para colmo ese idiota hijo que tengo! ¡Por más que hablé con el sobre cuidarse sale con estas tonterías!- vociferaba Draco antes de volver a sus maldiciones entre dientes particularmente a cierto auror en entrenamiento que se atrevió a embaucar a su unigénito.  No podía creer la carta que recibió de su hijo esa mañana que le hizo escupir su café en su periódico y que le obligó a correr la voz a Harry y Astoria.


No podía creer que fuera verdad, sin embargo Madame Pomfrey daba su diagnóstico en la carta diciendo que no había error.


-Calma Draco- pidió el moreno masajeando los hombros de su amado, pero de un manotazo Draco lo alejó.


-¡¿Cómo quieres que me calma Potter, si tu hijo le hizo eso a lo mío?!- gruñó exasperado dando vueltas por la habitación, le faltaba el aire. Necesitaba abrir las ventanas y seguir regañando a alguien, de lo contrario sentía que explotaría -¡nada más te advierto que si tu sabías esto de antemano no te lo perdonaré!- amenazó echando humo por la nariz.


-No lo sabía... Sin embargo aunque aún son pequeños, sabían lo que hacían, porque esto no es cosa de uno, sino de los dos y por tanto tomarán responsabilidad por sus actos- su calma lo exasperaba. ¿Cómo podía tomarse tan tranquilamente esa noticia? Era muy sospechoso.


-Claro que lo harán y habrá que adelantar la boda porque tener sus hijos fuera de matrimonio será aún más inconcebible. No queda de otra- Harry suspiró en un asentimiento. Era lo que procedía en el protocolo de sangre pura y que al él particularmente poco le importaba pues de todas maneras su hijo estaba más que ansioso por contraer nupcias con Scorpius, como él una vez estuvo cuando pensó lo mismo en sus años de juventud con Draco.


“Que curiosidad que la historia se vuelva a repetir, pero esta vez con un giro mucho más alegre” se dijo volviendo a acercarse al furioso dragón que ya estaba más apaciguado.


-Al menos tu madre, Astoria y Ginny estarán emocionadas- dijo Harry buscándole el lado bueno al asunto. Draco bufó por la nariz esta vez sin apartar los brazos del auror que rodeaban su cuerpo.


-Al menos hubiesen esperado a que los dos fueran adultos responsables...-


-Ya dragón, deja el asunto por la paz. De todas maneras bien que le vas a echar la mano a los muchachos con los cachorros que tengan-


-Claro; soy un padre ejemplar, cariñoso, generoso y que sabe perdonar- contestó alzando la nariz con orgullo –aunque espero que sea solo uno, porque de lo contrario, será mucho más difícil con los chicos apenas terminando sus estudios-


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Como era de esperarse debido a la noticia que resonó por todo lo alto en Malfoy Manor la boda tuvo que adelantarse. Las damas estaban emocionadas ante la noticia de un nuevo Malfoy en camino, sin embargo fue un trago amargo tanto para Lucius Malfoy como para Perseus Greengrass quienes pensaban que era mejor una estaca en sus corazones que aceptar que Scorpius se uniría para siempre a esas familias tan inferiores a sus estándares y más aún que no estarían invitados a la boda por temor a que interfirieran.


James enterado de ello, planeaba hacer algo al respecto pues aunque su niño seguía firme con no perdonarles, sabía que con su dulce corazón que tenía, no podría estar mucho tiempo enojado y tarde o temprano se arrepentiría por no tenerlos ahí con él. “Ya después me encargaré de eso” se dijo seguro de sí mismo, tanto como que se llamaba James Sirius Potter.


Agradeciendo que sus exámenes hubiesen terminado justo a tiempo, pudo dedicarse de lleno en el cuidado de Scorpius, por tanto iba y venía tanto como podía a Malfoy Manor. No es que se lo haya pedido pues el rubio apenas y pedía algo por capricho, sin embargo debido a su condición, James quería aprovechar para mimarlo un poco.


Estaba emocionado por tantas cosas que su pecho apenas podía soportarlo. Faltaba poco para casarse con el chico de sus sueños, iba a poder vivir a su lado una vez que terminara su carrera con auror (pues ni loco viviría bajo el mismo techo que todas las personas que le negaban el paso a siquiera tocar a su futuro esposo) y lo más impresionante para él, era que iban a tener un bebe. Podía imaginar un precioso bebe rubio con adorables ojos grises. Un pequeño Scorpius nacido de su amor enteramente y solo podía suspirar enamorado.


-¿Así está bien?- pregunto dándole un masaje en su cadera pues su pronunciado embarazo parecía que estuvo esperando el momento justo que lo descubrieran para mostrarse tan grande como ahora se veía.


Scorpius trabajaba duro entre sus clases para seguir con la planificación adelantada de la boda que se adelantó 1 año. Así que era lógico que estuviese agotado.


-Sí, muchas gracias Jamie. Aunque no tenías que hacerlo... mmm….- dijo relajándose entre cada movimiento circular en el área punzante. Erala gloria para él y aunque pensaba que le gustaría seguir así, no quería cansar mucho a James quien estaba en la etapa crítica de sus estudios.


-¿Bromeas pequeño?- besó su coronilla -es un placer ayudarte a aminorar tus molestias. Además la posibilidad de poder echarte mano es un incentivo extra- esa pícara sonrisa hizo reír a Scorpius.


-Nunca pierdes oportunidad- mordió el interior de su mejilla. Se sentía tan bien y le hacía sentir tan calmado y excitado a la vez. Era rara la sensación, pero no quería que parara.


-¿Contigo cerca? Absolutamente imposible-


Su abultado vientre era muy notorio y Scorpius esperaba que ya no creciera más. Estaba seguro que era un bebe sano, muy tranquilo y feliz pues apenas y le había provocado malestares gástricos como nauseas o vómito tal como Madame Pomfrey le advirtió que sería normal.


Lo único que tenía era un malestar en la espalda baja o las piernas si estaba mucho tiempo en la misma posición y mucha hambre, eso no se le quitaba en lo absoluto y James comenzaba a preocuparse porque no había nada que no comiera. “A este paso pareceré una ballena…” se dijo apesadumbrado regresando a ver a james quien tarareaba una cancioncilla en lo que masajeaba sus piernas adoloridas. “No parece importarle mucho…” pensó más tranquilo dejándose consentir.


Madame Pomfrey se encargó personalmente de su cuidado y medicación, lo cual agradecía enteramente pues la idea de su padre de asignarle una sanadora de tiempo completo era algo que no deseaba.


-¿Cómo le vamos a llamar?- preguntó James besando cariñosamente donde el aseguraba estaba la cabeza del bebe.


-Tiene que ser un nombre de constelación, como mi nombre y el de mi papá – dijo muy seguro. Aunque el sexo del bebe quería que fuera sorpresa, ya tenía varios nombres en mente– si es niña se llamará Lynci o Aquila y si es niño se llamará Ophiuchus o Serpens- el ojo izquierdo de James tembló en un tic -¿a qué son lindos, verdad?- su dulce sonrisa lo desarmó, pero no creyó poder ceder a sus encantos esta vez.


“¿Entonces solo hay opción de que se llamen “lince”, “águila” o “serpiente”?” se preguntó un poco preocupado. No es que no sonaran interesantes, pero pensó que serían algo más sencillo y lindo como “Anna” o “Peter”. Sin embargo la ilusión que destilaba su niño, le hizo ser prudente con lo que diría y comprendió que tenían que ser mínimo nombres de estrellas para llamar su atención. “Después de todo yo tengo nombre el nombre de la estrella Sirio…” se dijo meditabundo.


-¿No te gusta más algo así como Altaír- “creo que es una estrella…” se dijo haciendo memoria, tratando de recordar sus clases de astronomía –si es niño? ¿Y Berenice si es niña?- lo ojitos grises se comenzaron a humedecer.


-¿No te gustan los nombres que escogí?- “Oh Merlín, no…” se dijo apesadumbrado cuando notó que comenzó a hipar. No fue lo precavido que debió ser y el sensible Scorpius atacaba nuevamente.


-Claro que son lindos, pero creo que sería genial que tuvieran dos nombres… como nosotros. De todas maneras, aún tenemos tiempo para discutirlo ¿no crees?- Scorpius lo miró largamente como sopesando sus palabras y al final asintió recargándose como pudo, sobre el pecho de James. El mayor suspiró satisfecho.


“Menos mal que aún tengo tiempo de convencerlo” se dijo preparándose para abordar el tema en otra ocasión.


-¿A dónde vas?- preguntó con curiosidad Scorpius cuando vio que James se enderezaba y se calzaba los zapatos.


-Vuelvo en un suspiro precioso, tengo que hacer algo importante- le guiñó el ojo galante –es un buen niño y acurrúcate que no tardo en volver. Ten pensamientos sexys – ese secretismo intrigó al rubio no tragándose mucho esa ligereza que quiso darle con esa frase final, pero con sus músculos menos adoloridos gracias a las hábiles manos de James decidió que no era prudente levantarse. Recibió un beso en su frente y el mayor salió de la habitación.


“¿Qué estas planeando Jamie?” se preguntó intrigado recostándose sobre la suave cama. Ya que regresara le preguntaría.


*/°*°/1 mes después/°*°/*


Todos los preparativos listos para el gran día. Las mejores galas lucían en Malfoy Manor donde se celebraría la fiesta y era tal como Scorpius lo imaginó. Agradecía haber tenido la gran ayuda de su madre, abuelas y futura suegra para lograrlo a tiempo pues el solo no creía que hubiese logrado ni la quinta parte de lo grande y esplendoroso que se veía todo.


Ese día todos sus amigos vagaban de un lado a otro dándole el visto bueno y estaban listos para la gran ocasión. Rose y Aris eran sus madrinas y estaban emocionadas por el honor que les dio, pero a Scorpius  aquello se le hizo de más pues era natural escogerlas. Quería a todos, pero debido a las insistencias de su abuela Narcisa no pudo hacerlos a todos padrinos pues alegaba que 6 personas eran muchos padrinos y madrinas.


-¿Tienes un minuto Scor?- preguntó Eddy deteniéndolo por el codo. Agni le lanzó una fulminante mirada pues con su embarazo, trataba de sobreproteger a Scorpius.


-Cálmate Ag-Ag, no lo tendré parado mucho tiempo, es algo rápido- dijo Eddy socarrón sin aligerar la molestia del moreno.


-Vente cariño, que Eddy tiene que hablar con nuestro rubito a gusto- dijo tomando su mano para entrelazar sus dedos.


-¡N-No me digas así e-enfrente de ellos!- chilló avergonzado sin quitar su mano de la suya, un poco más manso, dejándose guiar por el de rizos. Lorcan le guiñó el ojo a Eddy y los dejaron solos en el pequeño salón de té.


“Todos estos últimos meses actúan con mucho secretismo” se dijo preocupado; había tanto que desconocía, que le asustaba.


-Pues tú dirás Eddy- dijo recargándose  contra la pared viendo la disyuntiva que se planteaba en los ojos azules tras las gafas cuadradas. No decía nada y el sonido del tic-tac del reloj de pared antiguo hacía eco.


Su amigo se acercó a él como si hubiese llegado a una decisión final y parecía ser algo difícil lo que iba a decirle. Fuera lo que fuera la noticia, Scorpius se preparó para recibirla.


Lo tomó desprevenido pues no eran palabras lo que quiso expresar. Cuando menos lo notó, Eddy se inclinó. Apenas un roce robó de sus labios, pero lo sobresaltó a tal punto que empujó al instante a Eddy lejos de él.


-¡¿Eso que fue?! ¡¿Porque lo hiciste?!- chilló aterrado regresando a ver la puerta esperando que a James no se le hubiese ocurrido llegar temprano y malinterpretar lo que acababa de suceder.


-Fue un beso de despedida, blondo, no grites tanto- dijo dándole un golpe con los dedos en la punta de su nariz sacándole un “ouch” al instante por la fuerza.


-¿Cómo? ¿De qué hablas?- ladeó la cabeza sin comprender. Era obvio que no era el primer beso que recibía de Eddy, pero eso fue antes de pertenecerle a James.


-De mi amor no correspondido por ti, de eso estoy hablando. Ya es suficiente de sentirlo y de pasar la página- Scorpius tardó un poco en comprender pero cuando lo hizo abrió aún más los ojos y cubrió su boca con su palma.


-¿Quieres decir que...? ¿Porque nunca me lo dijiste?-


-¿Habría cambiado algo en lo que sientes?- sonó a pregunta, pero no lo fue. Era claro para ambos y el rubio sólo bajo la cabeza -Él fue y seguirá siendo el número uno en tu corazón y es como debe de ser... Lo entiendo y acepto, aunque aun no entiendo lo que ves en él además de lo atractivo que es, porque no alumbra mucho- Scorpius entrecerró los ojos por la ofensa a su prometido, pero eso no le afectó en lo mínimo al de lentes.


 –Sin embargo, puedo notar que eres radiante a su lado, incluso sonríes más y eso es lo importante, tu felicidad… La cual me siento algo orgulloso conmigo mismo por haberte ayudado a encontrarla- sonrió y Scorpius no le sentó muy bien. ¿Cuánto daño pudo haberle ocasionado a su querido amigo sin proponérselo? ¿Desde cuándo albergó dichos sentimientos por él? ¿Por qué no se lo dijo antes? Esas y más preguntas circulaban por su cabeza. “Debió de ser muy doloroso…” pensó con tristeza.


-Eddy yo... Lo siento por no haberme dado cuenta-


-Hey tranquilo. Nada de rostros tristes que más al rato te casas. Aunque aquí la pregunta es: ¿Aún quieres que sea tu padrino? Me refiero a después de esto que hice…-


-Eres mi mejor amigo Eddy y aun quiero que seas tú mi padrino- dijo con firmeza tomando sus manos –solo no vuelvas a besarme- el de cabello cobrizo soltó una risilla.


-Claro, no quiero que tu querido troll de montaña arme un drama con lo celoso y posesivo que es-


-Eddy, se bueno- pidió Scorpius en un tono de advertencia. No debía de seguirse metiendo con James si no podía afrontar las consecuencias.


-Vale, vale, sin molestar a Jamie- el rubio rodó los ojos antes de recibir un abrazo que le supo a un trago amargo - Estaré a tu lado como lo deseas; amigo- declaró con asentimientos –bueno, creo que iré al comedor antes de que Agni se trague toda la comida y no me deje nada- dijo dándose media vuelta. Era una clara mentira, pero Scorpius no lo detuvo. Simplemente se quedó ahí sopesando lo que acababa de pasar.


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Su traje a la medida y su cabello perfectamente acomodado, todo estaba en su lugar y no podía evitar estar nervioso. Tanto Rose como Aris le ayudaron y apenas terminaron con su obra, lo dejaron a solas para tratar de calmarse.


Sintiendo una patadita, sonrió al sentir al bebe también ansioso por el gran día.


-¡Precioso!- exclamó en voz baja James asomando la cabeza con divertimiento.


-¡James!- soltó sorprendido el rubio ante la sorpresa -¿Qué haces aquí? Dice mi madre que es de mala suerte que nos veamos antes de la boda-


-Lo siento Scor, pero estoy muy nervioso y pensé que verte me calmaría, pero creo que mi corazón saldrá de mi pecho… te vez tan hermoso que creo que me he vuelto a enamorar- Scorpius se sonrojó violentamente y James sonrió pícaro, disfrutando de sus mejillas rosadas.


-Ya vete que seguro te están buscando y no quiero que mi padre se enoje si te ve aquí, creerá que es una indiscreción de nuestra parte- dijo algo apenado.


-Espera rubito, que tengo algo que mostrarte- chasqueó la lengua antes de cubrirlos con la capa de invisibilidad, tomándolo de la mano con fuerza. Lo guio con prisa al gran salón donde estaban los presentes ya acomodados para la ceremonia y Scorpius no entendía que quería lograr.


El mayor parecía en medio de una travesura pues sus ojos cafés resplandecían y le señaló algo entre los invitados. Scorpius sin apartar la mirada trató de averiguar de qué se trataba.


-¿Mis abuelos? ¿Qué están haciendo aquí?- frunció el entrecejo.


-Yo los invité- dijo con orgullo para desazón de Scorpius.


-¿Por qué?- preguntó cruzando los brazos, pero el mayor no se amilanó, solo sonrió más ampliamente.


-Porque tenían que estar aquí contigo en este día especial… puede que no les caiga muy bien, pero eres su único nieto Scorpius, asimismo, es el día de nuestra boda- besó con cariño su mano izquierda justo donde estaba su alianza que los uniría para siempre –y como dudo que vayas a tener otra, no me gustó la idea de que se la perdieran- dijo sintiéndose algo avergonzado con la declaración de que no planeaba dejarle nunca.


-James…- dijo sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas.


-Además, prometieron comportarse y tolerarme un poco cuando nos visiten, ya es ganancia ¿no crees?- dijo como si hubiese conseguido más de lo que esperó –te conozco pequeño y sé que una parte de ti, quería que estuvieran aquí presentes-


Los ojos grises repasaron el elegante perfil de James enfundado en su traje negro con hilo plateado, con una sola gardenia blanca en la solapa y cabello peinado de lado dejando solo un mechón libre que acariciaba su sien. Se veía tan guapo que sus piernas temblaron. “¿Cómo es posible que no puedas ver lo maravilloso que es James, Eddy? Si brilla por si solo con luz propia” se preguntó sin poder dejar de sonreír.


-¡Eres el mejor James!- exclamó abrazándole, importándole poco si podían escucharlos a pesar de que eran invisibles. Su calidez y sus brazos rodeándole, su preciada sonrisa infantil y su cabello cosquilleando su frente. Todo amaba de él y todo esperaba.


Sintió su tibio aliento en su oreja erizándolo de pies a cabeza. Sus labios tan cerca pronunciaron algo que lo dejó pasmado. Su mano acarició su mejilla y con su traviesa sonrisa salió de la capa de invisibilidad para iniciar la ceremonia.


Comprendió a que se refería y su corazón se aligeró al instante. Tuvo que pellizcar sus mejillas para salir del sopor y dándose ánimos para dejar el nerviosismo y recibir su nueva vida con los brazos abiertos, repasó las palabras de James en su cabeza.


“Te amo, Scorpius. Gracias por escogerme…”


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Cuando Scorpius entró en el salón todos se quedaron callados y Harry apenas podía apartarle la mirada. Su traje blanco le daba un aura angelical, su encanto natural y su elegante semblante producto de su ascendencia le hizo recordar a Draco en su juventud; como el destino cruel se interpuso entre ellos robándoles esa oportunidad de estar juntos en ese tiempo.


Sin embargo, ver la radiante sonrisa de James y como miraba a su futuro esposo, con esa devoción y tan ferviente pasión, le dio cierta tranquilidad de corazón.


Tal vez él mismo no consiguió el final feliz que siempre soñó tras sus años de Hogwarts, empero, su destino entrelazado con el de su amado dragón por el hilo rojo, le permitió volver a cruzar su camino con él y esta vez para no soltarle nunca más.


-Ahora están unidos por el poder investido en mí; por el amor y la confianza en sus corazones sus vidas están entrelazadas en una sola. Puede besar al novio- nada más terminando esa frase el funcionario de magia, tanto James como Scorpius regresándose a ver con tremenda sonrisa en sus rostros, se besaron como si no hubiese un mañana.


Se escucharon muchos vitorees, sollozos, aplausos y uno que otro rechinido de dientes proviniendo de la hilera de Lucius y Perseus, sin embargo, Harry no podía estar más orgulloso por los dos muchachos.


Tal vez las cosas eran como debían de ser pues de lo contrario este preciso instante no existiría en ese momento utópico.


Apretó la mano de Draco a su lado y este, regrésanosle la mirada le devolvió el apretón como comprendiendo la línea de su pensamiento. Su sonrisa ladeada fue como brisa cálida que le hizo sonreír.


"Si... Todo es como debe de ser" dijo gustoso.


 

Notas finales:

Pues ya verdad fue un gusto compartir esta historia con ustedes y es todo por el momento. 

No se si les gustaria o no un epilogo, sin embargo, desde el principio planeé hacer uno :9 No lo subiré enseguida (pues aun no lo termino de escribir jeje, además estoy determinada en terminar mis historia ongoing! por tanto puede que tarde un poco n,nU), pero en cuanto termine, aqui se los traeré!

Les mando muchso besos y gracias por todos los que estuvieron por aqui leyendo. les mando todo mi cariño y agradecimiento! 

Nos leemos pronto!! Xoxo! <33

PD. ¿que les gustaria que fuera y cuantos el/los hijo(s) de James y Scorpius? porque aun no me descido xD


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