--2do año—
Todo pasó lleno de altibajos, alegrías, con las montañas de tareas, clases, partidos de quiddich, que cuando menos lo esperaban ya estaba el siguiente año en sus narices.
Tras pasar su primer año sin la compañía de James, Scorpius consideraba que lo estaba llevando muy bien. Durante las vacaciones se reunió varias veces con Rose y Albus en Malfoy Manor y otras más con Lorcan, Ed, Aris y Agni en Hogsmeade.
Pese a haberse esforzado y aprobar adecuadamente sus materias, Agni no pudo salvarse de la jugarreta de sus hermanas mayores que como una postal le mandaron a Scorpius y demás amigos la foto del moreno con un pomposo vestido verde y largos bucles negros. Todos tuvieron de que reírse por esa temporada.
Aunque a Albus no se le hizo ser seleccionado en el equipo de quiddich en su primer año como a su padre, estaba determinado a pasar las pruebas de selección. Scorpius y Agni también se registraron; por su parte, Lorcan y Eddy decidieron no apuntarse; el primero se excusó que le gustaba la idea de ser comentarista, en lugar de estar dando vueltas en la escoba mientras que el segundo declaró que estaría emocionado observándolos desde las gradas en la espera que una bludger golpeara en la cabeza a Agni.
Para su suerte, todos obtuvieron un puesto en los equipos de su casa. Mientras Albus le dieron el puesto de buscador como había deseado, a Scorpius le dieron el puesto de guardián y a Agni de bateador. Ninguno cabía en la felicidad que les embargaba el competir amistosamente en un partido con la oportunidad de obtener la copa de quiddich para su casa.
-¿Ya terminaste la tarea de Astronomía, Scorpi?- preguntó Aris observando el pergamino que acababa de enrollar y el rubio asintió.
-Hermano, ¿cómo puedes terminar todo tan rápido? Creo que tienes más de Ravenclaw que de Hufflepuff!- dijo abatido recostándose derrotado sobre la mesa- ¡yo solo veo un montón de puntitos!-
-Calma Ag, tienes que seguir el libro, ahí lo dice todo- Ed trató de sonar condescendiente dándole ánimos a su amigo, pero enseguida mostró una sonrisa picara- ¡terminé!- el de gafas estiró triunfal sus brazos y se recargó pesadamente sobre el respaldo de su silla.
-¡¿Tú también?!- dijo casi gritando – ¡A este paso me quedare yo solo en la biblioteca!-
-Agni, inhala y exhala- dijo maternal Aris- yo tampoco he terminado, así que calla y regresa a tu libro- dijo acercándoselo más y le hizo señas que se enfocara.
-Ahorita vengo, tú puedes Agni. Si quieres te ayudo cuando regrese- dijo Scorpius con una sonrisa dulce para darle ánimos a su amigo.
-Eres un ángel, Scorps!- el ojigris se levantó y salió de la biblioteca. Aun afuera se escuchaban las risas de sus amigos, posiblemente estaban molestando a Agni; solo esperaba que la bibliotecaria no los regañara.
Quería despejar su mente y de paso escribir una carta a sus padres y se puso en dirección a la sala común de Hufflepuff. Mientras caminaba saludó a Rose y su amiga de grandes ojos oscuros que podía jurar que se llamaba Jesamine; quien siempre que lo veía comenzaba a pestañar rápidamente y sonreírle, cosa que el chico no parecía entender el porqué; pensaba que tal vez tenía un tic nervioso.
Ya cerca de la cocina pudo oler el delicioso pan que se horneaba y se le hizo agua la boca, tal vez se daría una vuelta a escondidas con Eddy, Lorcan y Agni y eso le sacó una sonrisa tal vez incluso podrían hacer un picnic en cuarto como veces anteriores.
Por el pasillo hacia su sala común, vio una enorme silueta haciéndolo detenerse al momento. Cuando la sombra adquirió nitidez, su corazón se detuvo al igual que su aliento. Una pareja estaba contra el muro y se comían a besos con mucho fervor. Como jamás había visto algo así, se quedó helado. Podía percibir la respiración entrecortada de ella y los tenues gimoteos de placer. Las manos de él viajaban ávidas recorriendo las curvas hacia las piernas que sujetó atrayéndola hacia sí.
Aunque no pudo ver el rostro de la chica, sabía que era una Ravenclaw por su túnica, pero al chico su pudo verlo e incluso reconocerlo, era imposible no hacerlo. Era James; quien en ningún momento cayó en la cuenta de que él estaba ahí. Su corazón se estrujó contra su pecho, tenía que huir. Le faltaba el oxigeno y sus piernas a amenazar con doblegarse.
-Hey Scor ¿Qué pasa?- preguntó Albus sujetándolo del brazo.
-Yo… es que… necesito aire…- estuvo a punto de caer al suelo, pero Al lo impidió.
-Calma, calma, ven sígueme- dijo poniendo el níveo brazo sobre su hombro para que se apoyara y se lo llevó a fuera del castillo.
Estaba en shock, aunque sabía los rumores que circulaban alrededor de James sobre ser “el galán rompe corazones por el cual todas las chicas están locas”; pero una cosa era saber y otra observar en primera fila cómo se besuqueaba con alguien como si no hubiera un mañana.
-¿Viste a James, verdad?- preguntó Albus, aunque ya sabía que así fue, solo una persona podía alterar de esa forma a Scorpius y ese era su hermano- sé que es una patada en el trasero, y estos últimos meses más que nunca, si hubieras visto en verano, su humor de perros que se cargaba… creo que tu le dabas unas pizca de decencia...- pero Scorpius lo interrumpió.
-Lo vi con una chica…- el de ojos esmeralda cayó en la cuenta de lo que se refería y gruñó.
-Debió de ser traumarte, ya me pasó una vez y no fue nada agradable ver eso, aun tengo pesadillas con ello- dijo fingiendo que le daba escalofríos- quise lanzarle al momento un incarcerous para atarle esos brazos de lazo del diablo que tiene- rio ante su exclamación sin lograr que su amigo sonriera.
-No lo entiendes Al… lo odie… odie estar ahí… que sea tan descarado para exhibirse de esa manera… odie a esa chica que estaba tan cerca de él, cuando ni yo mismo puedo estar a 10 pasos de James sin que este quiera salir huyendo…-La voz de Scorpius se quebró y su pecho subía y bajaba con un ligero temblor por el terrible dolor que sentía y prefirió callar.
Albus entendía esos sentimientos que el pobre Scorpius parecía ni entender, pero no le dijo nada; solo lo abrazó expresándole que siempre estaría ahí para él.
Ya más relajado se separó de los brazos de Al y le prometió que cuando se volviera a sentir mal lo buscaría. Aun no quería regresar a su cuarto así que decidió deambular por las afueras del castillo sintiendo el frio viento sobre su cara calmando su infortunado corazón y secar esas lágrimas que se negaba en seguir derramando.
Sin notarlo, llegó a la lechucería y suspiró afligido. Cuando vio a su lechuza Icarus lo saludó y este le dio leves mordidas en su dedo con mucho cariño. Le estuvo acariciando la cabeza sintiendo sus tan familiares plumas blancas que le reconfortaba, hasta que escuchó un ulular cerca. Era Athena, la lechuza negra con grandes ojos amarillos de James.
-Hola preciosa- quiso mimarla pero le aventó un picotazo muy digna, al parecer estaba molesta con él- lo siento por no haberte saludado primero- su tozudez era muy similar a la de su dueño, hecho que le hizo sonreír con tristeza. Aun recordaba aquel día en el que tanto como Athena e Icarus llegaron a sus vidas.
*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.* *.°.°.°.* FLASH BACK*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*
-¡Rose, corre! ¡No tenemos todo el día!- gritó James desesperado al momento que jalaba el brazo de un Scorpius sonriente y echaban a correr, seguidos muy de cerca por Albus, Lily y Hugo.
-¡Son unos malvados! les dije que quería comprar un libro- dijo corriendo tras de ellos con el seño fruncido y todos rieron fuertemente. Podía ser la niña más inteligente del mundo, pero era más lenta que un caracol al correr.
-¡Si sigues haciendo ese gesto, te saldrán arrugas!- grito entre risas Albus.
-Niños, cálmense- dijo Harry tratando de sonar serio queriendo ser el hombre adulto que era pero no sonó muy firme. Los niños se detuvieron para esperar a Rose quien agradeció a todos con un librazo en la cabeza.-James, ¿que falta en la lista?- preguntó Harry ocultando sus ganas de reír.
-Mi lechuza- dijo sonriendo mientras se dirigía a la última tienda sin soltar a su rubio amigo.
Todos los niños estaban muy emocionados al entrar a la tienda de mascotas, pero al momento comenzaron a discutir con respecto a cual mascota era la mejor. James y Lily votaron por las lechuzas ya que decían que eran mascotas prácticas tres en uno, buenas compañeras, útiles para usar en clase de transformaciones y para entregar cartas. Mientras que Albusse mantenía firme en que las ratas eran más divertidas mientras se tapaba los oídos ignorando las palabras de James. Rose quiso decir que los gatos eran las mascotas ideales, pero antes de poder dar su punto de vista fue interrumpida por sus primos que subieron el tono a su discusión haciendo que ella molesta se cruzara de brazos.
Hugo por su parte se aburrió rápidamente con tanta discusión; él decía que quería una rana cuando entrara a Hogwarts sin importarle la opinión de los demás y nada le haría cambiar de idea.
James se acercó a una gran jaula con dos lechuzas pequeñas, una completamente negra y otra blanca con delineadas franjas cafés. La oscura enseguida exigió su atención y voló hasta acercarse a él y con el pico le dio mordiditas amistosas y eso le gustó al chico, esa tenía que ser la elegida. Pero observó que la blanca se veía muy apegada a ella y pensó que sería injusto separarlos.
-¿Y a ti Scor? ¿Cual animal te gusta?- preguntó sin dejar de acariciar a la lechuza y al momento que se le ocurría una idea.
-¡Los gatos! me gustaría tener uno- dijo con su vocecilla soñadora y señaló a los pequeños gatitos color crema con grandes ojos azules. James arrugó el entrecejo y Rose sonrió con satisfacción.
-Vamos Scor, compra una lechuza tu también- dijo haciendo puchero como niño chiquito sacándole una sonrisa al ojigris- así podremos usarlos como excusa para vernos todo el tiempo- el peliplataquería decirle que ya se veían todo el tiempo, pero adoraba verlo así. Tras un par de suplicas más acepto gustoso y James gritó triunfal espantando a las lechuzas cerca que revolotearon nerviosas.
-Cuando Icarus caiga, Athena lo impedirá afianzándose a sus blancas alas, lo protegerá con su cariño y con un cálido aliento hará que con su amor llegue al sol- dijo sin apartar los ojos de ambas lechuzas.
-¿Qué significa eso?- pregunto escéptico Scorpius. Sabia de la afición del azabache a la mitología griega, pero lo que acababa de decir no tenía sentido alguno.
-Significa que pase lo que pase, siempre estaré a tu lado- dijo por lo bajo con una dulce sonrisa.
*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.FIN DEL FLASH BACK*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*
Afligido por su propio recuerdo, se recargo contra la pared del aviario y se sentó aferrándose a su piernas abrazándolas contra su pecho y pequeñas lagrimas inundaron sus ojos; se sentía triste, dolido y muy cansado.
-James... ¿no que siempre estarías a mi lado?... ¿porque todo es tan complicado?...como te extraño...- dijo quedamente antes de caer profundamente dormido.