Andrei se vio a si mismo caminando por los densos bosques montañosos de Rumania, sintiendo la brisa casi permanente que caían en el área donde había vivido. Era vagamente consiente de su primer regreso a Rumania desde que saliera de allí convertido en vampiro, y que iba acompañado de otros vampiros, pero en ese momento solo podía recordar con lujo de detalle. Se encontró en el pueblo completamente silencioso, dado la hora que era. Miro la imponente estructura en la que se quedaban, sintiendo el impulso de salir corriendo en dirección contraria, y haciendo caso omiso camino hasta la entrada, y luego se dirigió a donde escucho voces, aun a pesar de la puerta cerrada. El impulso de correr lo más lejos de allí se hizo más grande. Abrió la puerta, lo más silenciosamente que pudo, solo para ver a su anfitriona y Seth besándose… luego los ojos oscuros de ella mirándole con burla…
Abrió los ojos de golpe, sintiendo ahogarse, algo absurdo dado que el ya no podía morir de esa manera. Se sentó en la cama donde había estado durmiendo, escuchando el insistente sonido de un teléfono móvil. Se levanto frotándose los ojos, y maldiciendo el hecho de no poder soñar tonterías como los humanos, y tener que revivir recuerdos una y otra vez a modo de sueños…. O pesadillas. Camino a paso normal, esperando que el que llamara se cansara de esperar, una esperanza vana, dado quien llamaba, y a quien había reconocido por el timbre personalizado especialmente para esa persona. La noche no auguraba ser buena.
.-mas te vale que sea algo realmente importante.- contesto lo mas tranquilamente que pudo. Realmente estaba de mal humor. La risa femenina del otro lado de la línea le distrajo de sus recuerdos.
.-alguien despertó de mal humor hoy.- gruño a modo de respuesta, y la risa se intensifico.
.- ¿Qué quieres Nicole?- pregunto secamente.
.-solo quería saber por que no has llegado aun…faltan exactamente diez minutos para que comience la clase, y es muy raro que no estés ya aquí…- andrei maldijo en rumano, al ver que efectivamente era tarde. Colgó sin más la llamada, y se apresuro a vestirse y tomar la mochila. Mientras corría hacia su destino, la fecha hizo conexión en su mente… esa noche se cumplían exactamente tres años de vivir allí, de iniciar una vida completamente diferente a las que había llevado… si antes a el le encantaba exhibirse y mostrarse completamente insolente, ahora trataba de pasar desapercibido. El motivo lo acaba de soñar. Suspiro. Cuando había decidió salir huyendo de Rumania, por segunda vez, había tratado de ocultarse de todos… de desaparecer, pero no de la manera que lo hacían los vampiros. Sabía que debió haber esperado una explicación, o por lo menos despedirse… pero la verdad no había tenido el valor necesario para escuchar nada más, y esa misma noche estaba en un barco con destino a un lugar al que nunca había ido: América, mas específicamente, los estados unidos.
El lugar le había gustado a pesar de su decante estado de animo, y en poco tiempo había logrado adaptarse a ese estilo de vida. Era sumamente fácil pasar desapercibido en esas enormes ciudades, donde el era solo una persona mas. Había tantos criminales, que hizo de ellos su presa favorita… en especial por el regalo incluido que venia con ellos: dinero. Solía tomar los artículos de valor de las personas que mataba, y con ese dinero se daba lujos… como el elegante departamento en el que vivía, con el enorme ventanal que le permitía ver las luces de la cuidad de Detroit, y cuyas persianas de metal impedían el paso de la luz solar en el día. Había recurrido a las oficinas de seguridad social, donde una amable mujer le había proporcionado todo lo necesario para entender el funcionamiento de muchas cosas, y le había dado algo que le permitía hacer lo todo lo que quisiera sin tener en cuenta su apariencia, la emancipación, con eso la mayoría de los problemas que pudiera hacer tenido desparecían. Además le había permitido hacer algo que nunca había hecho: estudiar. Había pasado rápidamente los niveles, y por eso mismo sus maestros habían pensado que el era un genio y le sugirieron ingresar a una universidad, propuesta que acepto casi de inmediato. No había asistido nunca a una institución educativa y no iba a dejar pasar la oportunidad de hacerlo.
Disminuyo la velocidad cuando salto al patio de la facultad de historia, y corrió como lo haría cualquier humano, llegando al aula justo cuando el profesor en turno llegaba. Miro a su alrededor, fijándose en el asiento ocupado por la mochila negra con un montón de colguijes, que fue retirada por una chica de largo y liso cabello negro y brillante, vestida con un vestido y medias góticos, con unas botas de tacón alto igualmente negras, y con unos peculiares ojos violetas, que le sonrió cuando se sentó en la silla que había estado apartándole.
.-llegas tarde.-
.- no, entre antes que el profesor… eso no es llegar tarde, Nicole.- Nicole era una de las primeras amigas que había echo en ese lugar, y realmente la apreciaba mucho, a pesar de sus locas ideas y su comportamiento que le hacían parecer a el un amargado a su lado. Nicole sonrió y le paso una bolsita llena de caramelos. Tal vez era la chica mas alocada y rara que hubiera conocido en toda su larga vida, y tal vez por eso mismo era la única que podía hacerlo sonreír de verdad y olvidarse de muchas cosas.
.-vamos, será divertido, además no es como que sea una fiesta, solo será una reunión de estudio sobre la revolución francesa.- Nicole llevaba implorándole que asistiera a la reunión casi desde que llegara, y le alegraba comprobar que vivir tantos años al menos servía para poder negarse las veces que fuera necesario.
.-esta vez no, tengo otras cosas que hacer.- suspiro cansado.-nada te impide ir si yo no voy.- Nicole hizo un puchero.
.-no tiene caso ir si tu no vas… dudo que aprenda algo si tu, mi pequeño hermano no va.-
.- no soy tu hermano.- susurro
.-además.- Nicole le ignoro, como solía hacer.- ¿Qué cosas puedes hacer a estas horas?-
.-te sorprenderá saber la infinidad de cosas que puedes hacer a las 10:15 de la noche.- respondió, Nicole soltó una carcajada.
.-tienes razón… ¿estas seguro que no quieres ir?, podríamos salirnos temprano.- el ultimo intento de Nicole solía siempre ser el mas serio, y cuando se notaba lo perceptiva que era, a pesar de que aparentemente nunca le interesaba preocuparse por los demás. Andrei suspiro, sabiendo que Nicole sabia que en esos momentos el necesitaba distracciones. Sonrió, y negó con la cabeza, antes de que Nicole lo arrastrara con ella hacia donde seria la reunión.
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Nicole Anderson se enorgullecía de estar estudiando historia, a pesar de que no siempre le había gustado. Había vivido con unos padres empresarios cuyos negocios los mantenían siempre ocupados, y un hermano que en cuanto tuvo la edad suficiente para salir, se la pasaba con sus amigos o jugando videojuegos. No se quejaba, pues siempre había tenido lo que quería y nunca había nadie que le regañara por llegar tarde o hacer alguna travesura. A pesar de las esperanzas que tenían sus padres de que ella se hiciera cargo de los negocios, a Nicole nunca le habían atraído las empresas, ni la ropa elegante que siempre usaban. Tal vez por eso siempre había hecho todo lo contrario a lo que sus padres esperaban, y había matado cualquier esperanza de sus padres respecto a entrar ella en el negocio al ingresar a la facultad de historia, la única en donde sus padres no habían encontrado forma de encajar su carrera con los negocios.
La primera semana que paso en la facultad, la paso convenciéndose de que si bien, no era lo que hubiera elegido, al menos no podría entrar a alguna de las empresas de sus padres. Al iniciar la segunda semana, fue cuando conoció al misterioso chico que ahora era su mejor amigo. Lo habían presentado como Andrei Russnalova, y a pesar de ser menor que el resto de los estudiantes había demostrado ser bastante capaz. Había hablado con el ese mismo día, pensando que a ella no le hubiera gustado estar sola en la situación que se encontraba el, y con el tiempo había llegado a encariñarse con el, suplantando a su familia, a pesar que técnicamente ella hablaba mucho mas que el. Sabía que andrei tenía muchos secretos, y que era diferente al resto de las personas, pero aun así para ella andrei era el hermano que hubiera querido tener, además, se había percatado que el estaba tan solo como ella, y también que ella se sentía menos sola con el y podía jurar que a andrei le pasaba algo similar con ella.
.-ya casi son vacaciones… ¿iras a algún lugar?- pregunto mientras esperaban que la luz del semáforo se volviera verde.
.- lo dudo, he tenido buena suerte en este lugar… ¿Por qué despreciarlo?- respuestas como esa hacían evidentes para Nicole los secretos que andrei guardaba.
.-no se… ¿conocer otros lugares?- respondió a la vez.
.-tengo mucho tiempo para eso.- andrei rio con su respuesta.
.- ¿Qué es tan gracioso, hermanito? –
.- Nicole, te he dicho que no soy tu hermano… si lo sigues diciendo la gente pensara que así es.-
.- ¿desde cuando te importa lo que piense la gente?-
.-desde que dices que eres mi hermana.- Nicole hizo un puchero.
.-eres malo… además yo te he escogido como mi hermano menor…-
.- ¿Qué tu que?
.-te escogí… ya se que le gente dice que no puedes escoger a la familia… pero ¿Por qué no? Así que yo te escogí a ti como mi fastidioso hermano menor.- Nicole le dedico una enorme sonrisa de satisfacción, mas por la cara de incredulidad de andrei que por su respuesta.
.- pues no se si quiera ser tu hermano.-
.- ¿Qué tiene de malo ser mi hermano?- andrei rio, divertido con la respuesta.
.-podría nombrarte algunas cosas… pero yo aquí me voy.- añadió señalando la calle por la el tenia que girar. Se despidieron y Nicole siguió derecho por la calle, sonriendo al ver que andrei ya no tenia ese aire melancólico que solía tener a veces. Sabia que hacia y decía muchas tonterías, pero bien las valían si con ellas hacia sonreír al menos a alguien.
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La semana siguiente Nicole estuvo ausente. Andrei comenzó a preocuparse el miércoles, mas aun por que no respondía las llamadas a su casa ni los mensajes a su celular. El jueves llego el permiso de Nicole por enfermedad, cosa que andrei no creyó. Nicole no era de las que se enfermaban, además si Nicole estuviera enferma lo primero que hubiera hecho era decírselo. Tuvo el inconveniente de otro vampiro merodeando por la ciudad, no era algo nuevo, pero solía ser cuidadoso cuando ocurría. El viernes fue completamente decidido a averiguar que pasaba con Nicole. Cuando llego al edificio donde Nicole vivía, lo primero que hizo fue saber si había alguien mas, solo noto la presencia de Nicole. Se dirigió a la puerta y toco con algo más de fuerza de la necesaria. No tuvo respuesta.
.-Nicole, abre la puerta, se que estas en casa.- hablo y siguió tocando la puerta. Nicole siguió sin responder.- si no abres, te juro que voy a tirar la puerta y sacarte a la fuerza.- escucho los tenues pasos de Nicole acercándose a la puerta. Poco después la puerta se abrió, y andrei se quedo sorprendido mirando a Nicole. Traía puesta la ropa más normal que en su vida había visto, no tenia su acostumbrado maquillaje, no sonreía. Nicole no parecía Nicole. Le permitió el paso, aun sin decir nada, y el entro en la casa, también en silencio, bastante impactado por el radical cambio de Nicole. En verdad parecía enferma. La vio caminar a la mesa, y luego camino hacia el, extendiéndole un sobre. Andrei lo tomo, mirándolo con curiosidad.
.-Nicole…- murmuro cuando termino de leer la cubierta del sobre.- estos son análisis de la prueba de VIH... y tienen tu nombre.- añadió con tono sombrío.
.-no preguntes nada… por favor.-
.-creo que esto responde cualquier pregunta.- respondió, sacudiendo el sobre. Nicole le miro.
.- le pedí que no me dijeran el resultado… no he visto… tengo miedo.- Nicole parecía a punto de echarse a llorar.
.-puedes abrirlo cuando quieras… pero tienes que abrirlo… lo sabes.- le dijo. Nicole asintió.
.- no quiero abrirlo en este lugar… y no se donde pueda hacerlo… no se como voy a reaccionar si… no quiero que halla muchas personas.- concluyo.
.- ¿quieres ir a mi casa? Siempre quisiste conocer mi casa.- le dijo, tratando de animarla.
Media hora después andrei abría la puerta del departamento donde vivía. Nicole le seguía, callada. Azrael salto del sofá donde se encontraba y se fue a restregar en sus piernas. Andrei lo levanto.
.- mira, el es azrael.- Nicole apenas le miro, camino hacia el sofá, pero no se sentó. Volvió a dejar al gato en el piso, y lo vio correr a una de las habitaciones.- Nicole… si no ves tu lo que dice ese sobre, lo hare yo.- le exasperaba ver a Nicole en ese estado, y no quería admitir que el también se encontraba nervioso por el resultado. Quería mucho a Nicole, y se preocupaba por ella, aunque su manera de demostrarlo no fuera común. Camino hacia Nicole y le quito el sobre de las manos. Saco el papel y lo desdoblo. Se le antojo como una escena de cámara lenta. Sintió caer a Nicole a su lado al ver el resultado positivo. Escucho su llanto, mientras el miraba inexpresivamente la hoja, tratando de convérsense de que hacer. La vida de Nicole estaba arruinada y completamente limitada a muchas cosas. Soltó la hoja y se arrodillo junto a Nicole. La abrazo y sintió que ella le devolvía el abrazo, y usaba su hombro para llorar, la posición le quedo perfecta para llevar a cabo la decisión que cambiaria todo para Nicole. La escucho respingar cuando sus colmillos se clavaron en su cuello, pero no hizo el intento de separarse. El cuerpo de Nicole perdió fuerza conforme perdía sangre… hasta que escucho los penosos latidos del corazón de Nicole tratando de funcionar. Dejo a Nicole en el suelo de su sala, fue a la cocina para regresar con un cuchillo. Hizo un corte con el en su muñeca y la llevo a los labios de Nicole.
Quince minutos después se encontraba esperando que Nicole volviera en si de nuevo. Aun trataba de convencerse que había hecho lo correcto, de todos modos Nicole moriría, así que ¿Por qué no ahorrarle penas y liberara de un martirio? Escucho un movimiento, y miro a Nicole. Sus manos se movían, indicando que pronto despertaría.
De pronto los ojos violetas de Nicole se abrieron. Miro el techo y luego lo miro a el, sonriéndole como nunca había sonreído.