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A simple vista por PandaRi

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El camino de regreso a casa era muchas veces aburrido y éste día no era la absoluta excepción para mi desgracia. Bajé en la parada de autobuses para esperar al transporte que me llevaría por fin a casa. Suspiré con cansancio, no comprendía aún cómo es que mi cuerpo soportaba tantas horas en actividad si normalmente estaba en reposo y lo que más hacía era dormir. Bajé mi cabeza hacia la acera de la calle y al levantarla, mi atención fue cautivada por un chico, un chico alto, de cabello oscuro, dándole un contraste al color azabache, sus ojos estaban clavados en su celular, por lo que vi, escribía un mensaje, momentáneamente alzó la cabeza, supongo que para cerciorarse de que su transporte aún no pasara pero al segundo después volvió a bajar la vista hacia el artefacto que bien reposaba en sus manos.

En ese momento mordisquee mi labio inferior, en ese microsegundo cuando me permitió ver aquellas hermosas lagunas que hacían la función de ser sus ojos. Dos astros negros, con abundantes pestañas, dándole así el toque adecuado para resaltar sus ojos, y, ¡oh Dios! Sus cejas, a pesar de ser tupidas enmarcaban a la perfección sus ojos, acentuando así su mirada. Sus labios eran delgados, el superior levemente más abultado que el inferior, aun así eran delgados y bien delineados al centro…  si bien, pareciese que su rostro había sido marfilado por  los mejores artesanos de la época antigua. Podría jurar que él, era el tipo de hombre al que todas las mujeres desean, al que todas admiran y al que todas aman, era fácil describirlo o simplemente adivinarlo. En conclusión era el tipo por el que todas morían derretidas ante su encanto y belleza, pero como muy bien saben todos, pocas logran tener la dicha de compartir por lo menos cinco segundos a su lado. Reí con ironía para mis adentros, a quién no le gustaría ser la afortunada que compartiera a su lado momentos íntimos y memorables, aunque claro está yo no soy candidato para ello.

Justo en ese preciso momento, caí en cuenta de que mis ojos habían permanecido demasiado tiempo inspeccionando detalladamente cada facción de él, buscando algún imperfecto en su rostro, pero al parecer era completamente perfecto. Tal vez pudo haberse percatado, no me había molestado en ser discreto por lo que con seguridad afirmaba aquel hecho, bien, no era la primera vez que me sucedía eso, bueno exactamente que me descubrieran en medio de una profunda inspección, bleh, qué más da. O bueno… eso pensé pero… pronto aquel pensamiento lleno de “seguridad” y “firmeza” se fue bien feliz por el caño porque alzó la cabeza una vez más, pero… en esta ocasión sus ojos se fijaron en los míos, y en ese preciso momento sentí que me robaba el aliento, tal vez el alma. ¡Mierda! ¿Cómo puedo ser tan indiscreto? Vale, sólo hasta ahora me lo recrimino y soy de los que no se recriminan sus actitudes, ¡realmente soy así!, bueno, calma, guardar la calma es la mejor solución en todas las situaciones que se nos pueden presentar. No me moriré por sólo una mirada ¿o sí? ¡Lógicamente no! Pero… ¿Qué es eso? ¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío! ¡Me sonríe! ¡Me sonríe!... ¡Alto! ¡Para la emoción! ¿Por qué mi interior se revolotea tal mocosa enamorada? ¡Ish! Cuerpo traicionero, lo más seguro estoy de todos los colores, incluso de los que aún no son creados. Estúpidas reacciones involuntarias. Sí, eso era un debate interno que muy pocas veces tenía tal vez placer… ¿puedo llamarlo así? Bueno no importa, muy pocas veces tengo el placer que a la vez es desdicha de vivir. Bien, la vida sigue, no hay problema, seguiré con la frente en alto ¡por supuesto que sí!.

 

Correspondí un poco inseguro a su sonrisa, no me afectaba en nada tratar de disimular aunque sea un poquitín, sí, sonreí lo más casual que pude, con aquella expresión que muchos afirmaban era amigable, guardé mis manos en los bolsillos laterales de mis jeans y controlé mis impulsos que se empeñaban en hacerme pasar un rato de vergüenza. Me rasqué el dorso de mi mano lo más natural posible y logré divisar a lo lejos la ruta que me quitaría de pasar ese momento de inseguridad, claro que eso sólo pasaba una vez en la vida y bueno, muchas personas pasan por aquí, no se repetiría ¿cierto? El mundo es ¡enoooorme! Así que no me lo volveré a topar ¡listo! ¡Asunto arreglado y vergüenza olvidada! ¡Qué hermosa es la vida! Sonreí ahora si con naturalidad y completamente complacido por los hechos que había formulado en mi torpe cabeza.

Bajé de la banqueta para poder hacer la parada, llevaba el dinero en el bolsillo derecho de mi pantalón, el bus en seguida paró en dónde estaba y subí ya sin mirar hacia atrás para encarar al chico de la mirada profunda, sí, ese sería su apodo, claro que cómo lo había pensado y vuelto a pensar no lo volvería a ver y no tendría que ser necesario volver a usar aquel bonito apodo. Caminé en busca de un lugar, mis piernas estaban un poco cansadas por mantenerme en pie toda la mañana y parte de la tarde así que no planeaba estar sin descansar un momento, aunque fuera sólo para llegar a casa. Casi hasta el final observé dos asientos libres, me sentaría en el de la ventana, sería considerado sólo por hoy, lo más probable es que suban señoras con bebés o tal vez muchachas atractivas y no puedo permitir que tachen de mala la educación que mi madre me ha dado a lo largo de mi vida, claro educación. Volví a reír para mis adentros sacudiendo levemente mi cabeza de un lado a otro y caminé en dirección a los asientos, acomodé  la casaca que usaba y me senté junto a la ventana, saqué mi celular de un bolsillo de la casaca junto a los auriculares. Pero… bueno… la vida ya no es hermosa en absoluto ¡es completamente hija de puta! Vale, vale, mantener la calma Jiyong, recuerda que esa es la clave a tu felicidad. Uno, mis audífonos no estaban, era seguro que los había olvidado en el trabajo de medio tiempo, eso no sería tan malo, no era la primera vez que me pasaba, lo que de verdad era malo y me hacía recordar mí vergonzoso momento era que el chico de la mirada profunda se acercaba hacía mi, bueno no precisamente hacia mí, sino al asiento que estaba a mi lado, ¡pero el caso es que estaría junto a mí! Aquí es dónde vuelvo a recriminarme por mis “buenas acciones” ¡tonto! ¡tonto! Ahora tendría que revivir aquel momento tan vergonzoso, ya la calma es la solución a tener mi cordura de regreso, aquí conmigo y a mi lado por un largo tiempo, o por lo menos hasta que me hubiera bajado del autobús. Me serené nuevamente, pensando en mi lugar feliz, obviamente era llegar a dormir y encontrarme con las suaves y plácidas sabanas de mi cama, sí… mi lugar feliz me estaba esperando… con eso la calma regresaba y calmaba mis repentinos nervios tan tercos que se empeñaban en no abandonarme por hoy.

El chico de mirada profunda al fin llegó hasta el asiento contiguo al mío, se quedó parado por unos segundos, observándome con atención, estaba vacilando entre sentarse y no sentarse, mordí mi lengua mirándole de igual forma y algo hizo “click” mi corazón se agitó sin explicación alguna y mis manos comenzaron a sudar, odiaba eso pero era otra de las reacciones imprevistas que mi cuerpo se encargaba de aplicarme. Él sonrió coquetamente, haciendo que unos hoyuelos aparecieran en sus mejillas ¡era tan adorable! ¿Cómo podía ser muchísimo más adorable de lo que se me hacía a simple vista? Incluso con su coqueteo podía verse un contraste tierno e inocente. Se sentó sin vacilar ni un momento más, acomodando en su regazo una bolsa negra, que por la impresión que tenía me podía imaginar que había comprado tenis o algún calzado de su agrado. Su perfume llegó hasta mis fosas nasales, una exquisita fragancia, estando de más decir que era por completo masculina, unas ganas de recostar mi cabeza en su hombro se hicieron presentes, apostaba a que si lo hacía podría percibir de mejor forma su aroma tan… excitante… pero no lo haría, pensaría que aparte de acosador ahora sería un demente confianzudo que de la nada, y sin conocerlo llega como si fuésemos amigos de toda la vida a recargarse sobre él como si fuera o más cotidiano. Volví a negar suavemente, sin que mi ahora acompañante se diese cuenta de que era el causante de que tuviera debates internos conmigo mismo, en los que muchas veces terminaban ganando mis impulsos. No esperaba que me dirigiera la palabra y yo tampoco me sentía con la confianza necesaria para hacerlo, pero ¿Qué podía pasar? Sólo sería una conversación casual de dos desconocidos en un autobús, muchos lo hacían ¿no? Tal vez así pudiese olvidar mi momento vergonzoso y remplazarlo por un agradable recuerdo. Tragué saliva, de forma lenta, asegurándome de que nadie que no fuera yo mismo se diera cuenta de que lo que iba a hacer sería algo complicado porque había una circunstancia pasada de por medio y encima, penosa.

Relamí mis labios dispuesto a intercambiar una palabra casual pero nada pasaba por mi cabeza, un “Hola” sería bastante cotidiano, entonces ¿Qué sería adecuado decir? Tal vez… “Tienes unos ojos muy bonitos” ¡No! Eso sería algo incómodo para él… entonces… podría decir “¿Qué colonia usas?” Eso sonaba un poco más prudente y normal, esperaba que mi voz no sonara gangosa porque si no se agregaría algo más a la lista de vergüenzas en mi vida. Me fijé curioso en la forma que jugaba con sus dedos y el elástico de la bolsa. Normalmente yo hacía eso cuándo estaba nervioso ¿debo suponer que él también está nervioso? ¿Por qué debía estarlo? Pensar en ello provocó que algunos escalofríos recorrieran mi columna vertebral y mi piel se pusiera de gallina, ciertamente eso me emocionaba mucho porque eso quería decir que no era el único loco que se emocionaba con un desconocido, eso me animó mucho más, siendo así él no se molestaría, supongo que tal vez hasta se alegraría cómo yo lo haría si él comenzara la conversación. Alegría ahora recorría mi cuerpo y volvía a pensar que la vida era hermosa en todo su esplendor. Mordí mi labio inferior dándome el impulso que necesitaba para lograr pronunciar algo, traicioneramente las palabras se quedaban atoradas en mi garganta, debí suponer que algo cómo eso pasaría… De cierta forma mis palabras y mis pensamientos fueron detenidos por una ronca voz y movimiento pausado a mi lado.

–        Tus… tus audífonos cayeron –Sus manos jugueteaban entre ellas, sacando del bolsillo de su suéter los auriculares que buscaba hace un rato–.

–        Oh… mu-muchas gracias –Tomé entre mis manos los audífonos que estaban en su amplia mano, sonriendo amigablemente para ocultar mi tartamudez, estaba agradecido por su acción–.

–        No es nada… Vi cuándo subías al autobús y se caían del bolsillo trasero de tu pantalón. Los levanté y bueno… cómo es el mismo bus que suelo tomar no me molestó el devolvértelos –Explicó la situación, su voz era ronca… profunda… excitante—.

–        ¿De verdad? Yo también tomo éste bus para ir a casa todos los días ¿cómo es que no te había visto en todo éste tiempo?

–        Realmente no lo sé –Una pequeña risita escapó de sus labios, haciendo que el momento se tornara por demás decir agradable, sin nada de incomodidad—.

–        Tal vez las coincidencias existen –Asentí mirándole a la espera de su respuesta—.

–        Yo no creo en las coincidencias. Yo creo más en el destino –Me miró con una sonrisa que se extendía por sus mejillas, nuevamente haciendo que sus hoyuelos traviesos se hicieran presentes–.

–        Eso tiene sentido –Le di la razón riendo cómo él había reído segundos antes–. Pero no sé cómo distinguir el destino de las coincidencias o casualidades, tu si sabes ¿cierto?

–        Podría decirte que sí… Aunque tal vez las dos coincidan, es fácil ya que supongo que las dos son lo casi lo mismo –Murmuró mirándome con atención, explicándome a detalle su opinión–. Todo ocurre por algo, ya sea malo o bueno, y eso es provocado por el destino, eso pasa con las coincidencias, son provocadas por el destino de cada quién.

–        No lo había visto de esa forma –Me parecía que su teoría tenía cordura y la verdad me gustaba–. De ahora en adelante sabré que las cosas ocurren por el destino, y que las coincidencias van tomadas de la mano de éste.

–        Exactamente es así –Rió, ésta vez de forma más sonora, mi risa acompañó la suya, impresionándome por lo armoniosas que se escuchaban las dos juntas–.

 

Continuamos hablando de cosas triviales durante el recorrido a casa, fue algo impresionante el ver que tan fluido resultó ser todo, le pregunté por dónde vivía y sorprendentemente vivía a dos calles de distancia de mi casa, la impresión en mi rostro creo que no pudo haber sido más evidente ya que él echó a reír en cuánto me vio. Cuándo bajamos en el mismo lugar, caminamos hasta un parque cercano a nuestras casas y ahí nos sentamos en unas banquitas para seguir conversando. Descubrí que él tomaba el bus porque trabajaba en una tienda de calzado cerca de ahí, no muy lejos de la tienda de ropa infantil en la que yo trabajaba, la zona era una zona de comercio, dónde abundaban los locales con marcas exclusivas y cosas que por más simples que fuesen tenían un precio elevado. Él estudiaba, era un año más grande que yo, en distintas escuelas pero al fin de cuentas no estaban tan alejadas las unas de las otras. ¡Oh! Y se llama Seunghyun, un nombre acorde su simpatía y atractivo que era muy muy difícil de ocultar y tratar de omitir. Más satisfecho no podía estar, me pasó también su número y yo el mío cómo claro está, nos despedimos sólo porque la brisa de la noche comenzó a ser más fuerte de lo normal y pequeñas gotas de agua se desprendían de las nubes, por lo que antes de mojarnos demasiado decidimos ir a casa, me acompañó a mi casa y me mostró la suya, tuvimos el tiempo necesario de hacer eso antes de que el agua azotara con fuerza. Ahora, vuelvo a sonreír por recordar eso, hoy estuve cambiando seguidamente de humor, pero algo bueno pasó ¿no es así? Y no algo cualquiera… Algo especial… Incluso podría decir que de aquí saldrá algo más… pero no sé… todo puede pasar ¿cierto?.

Notas finales:

Bueeeeno pues aquí mi obra de arte 8)(?) Nah, espero que les guste mucho, es un regalo de cumpleaños super atrasadísimo para mi querida Aza, espero que te guste sandadsga 

Es una serie y estaré actualizando lo más rápido posible, lo he hecho con mucho amor <3

Por favor dejen bonitos comentarios abajito para saber si les gusta y si quieren saber que más pasa con lo bebeshos ¬u¬ no es por chantajearlas pero cofcofhabrálemonmásadelantecofcof


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