"Al right, day after day."
Versaba la canción que llamó la atención de un joven no tan joven aunque tampoco lo suficientemente mayor, como él solía pensar algunas veces. Está canción no se le hacía conocida, no alcanzó a escuchar el título, pero por lo poco que podía entender trata de alguien que le canta al amor de su vida, su ángel. Habla de esa promesa de que no importa el tiempo, el espacio, en donde quiera que ese ser se encuentre, donde quiera que vaya siempre le amará.
Una bonita promesa, muy común, pero no por eso menos verdadera y desde luego menos válida.
El chico ingresa a la casa que comparte con sus compañeros aun tarareando aquella melodía. Al principio creyó estar solo de modo que dio rienda suelta a su total capacidad interpretativa, caminó hasta la cocina a preparar algo para cenar o a ver si podía robarse algo, lo que primero resultara.
Abre el frigorífico para fortuna suya había pollo que podía colocar en el horno y comer casi de inmediato, su estómago lo agradeció y para festejar elevó un par de tonos aquellos versos improvisados. Amaba el pollo.
Tanto era su concentración en lo que hacía que apenas notó a la persona que se paró detrás de él recargado en el marco de la puerta de la cocina.
—Parece que estamos muy animados. ¿Puedo saber qué ha puesto tan feliz a mi novio?
Los ojos del joven se abrieron de par en par, no tanto por la sorpresa de que lo descubrieran cantando si no por esa sencilla palabra que pronunciara aquella voz: novio. No es que no hubieran hablado de su situación luego de aquellas tímidas confesiones por parte de ambos. Sin embargo oírlo decirlo era la cosa más maravillosa. Más incluso que haber descubierto el cuaderno de SeHun lleno de garabatos con sus nombres entrelazados y adornados con miles de corazones.
Se da la vuelta despacio y comienza a cantarle lo mejor que puede aquel par de estrofas que no son de su autoría, pero que igual representan esa promesa que se hicieran mutuamente.
Mira como SeHun se va acercando a él conforme va cantando, nota su enorme sonrisa y le es casi imposible seguir concentrado en la canción. Al terminar siente como los brazos de su novio le rodean el cuello. Busca sus labios y comparte con él un tierno beso.
“Igual yo, sin importar quienes seamos, donde estemos o lo que hagamos, te amaré profundamente, Kai."
Lo escuchó decir, sus oídos recibieron aquello como la confirmación de que lo suyo era verdadero, verdadero e infinito amor.
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Mi destino
Oscuridad, frío, silencio y soledad es lo que se siente en las calles de esta hermosa ciudad, es mi hogar; por supuesto que me gusta. No es un gustar así de sencillo, es un gustar de esos que no se pueden explicar porque no tienen explicación alguna. Claro que tampoco es un gustar que no puede ser superado, por el contrario hay un gustar supremo que diviniza al origen de ese sentimiento, ese gustar está reservado solo para una persona, para mí esa persona es Kim JongIn.
Regresando a la sensación de vacío que inunda las calles, es probable que me den esa impresión únicamente porque él no está conmigo. Desde que nos hicimos novios es la primera ocasión que debemos separarnos por un largo período, aunque más que separarse es solo que nuestras actividades dentro del grupo no coincidieron durante una semana completa, tiempo en el que no he hablado con él ni una sola vez.
Así que luego de otro largo día de trabajo voy de regreso a casa, SuHo Hyung está dormido a un lado mío, el cansancio lo venció.
La nostalgia y el sentimiento de añoranza inundan mi pecho al grado de faltarme el aire. Me remuevo en el asiento de la camioneta y cierro los ojos para también dormirme, el cansancio pronto hace efecto y me lleva al mundo de Morfeo.
Comienzo a sumergirme en un sueño y en este las calles ya recuperaron la luz que las hace ver alegres y seguras. Mi cuerpo es ligero, camino o más bien floto hasta una farola que llama mi atención. Al acércame más me doy cuenta que hay una persona recargada en dicha farola, no puedo ver su rostro porque una tenue sombra me lo impide, pero por muy sombra que sea no puede oponerse para siempre entre mí y Jong In, sé que es él porque no he parado de soñarle. Esa persona ocupa toda mi mente, alma y corazón. Y es el tema predilecto de mis ensoñaciones.
Me posiciono frente a él, levanta la mirada y se encuentra con la mía, verlo tan claramente, pese a que sé que es un sueño casi consigue colapsar a mi cuerpo, las piernas me tiemblan un poco y quiero decirle algo, pero nada sale de mi garganta.
Me mira de una manera que yo interpreto como un reclamo por la tardanza, yo podría reclamarle exactamente lo mismo, el tiempo que parecía interminable durante su espera, pero no hay ningún caso, está frente a mí y debo aprovechar. Borro la distancia entre nosotros y rodeo su cuello al mismo tiempo que sus manos se enredan en mi cintura, nuestros rostros están tan cerca, pienso bésame y puedo oírme a mí mismo, así que no solo lo pensé, también se lo dije.
Sonríe y negando con su cabeza, me estrecha más entre sus brazos y me lleva a su cama, intentó llevarme a la mía, pero me quejé y terminó aceptando mi capricho, es mi sueño, aquí pasa lo que yo quiero que pase.
Me recuesta y lo jalo para que se acomode a mi lado. Me abraza con fuerza y me susurra palabras de amor, diciéndome lo mucho que me había extrañado, pero sus palabras solo eran la manifestación de mis propios pensamientos.
Cerré mis ojos y me sumergí en un nuevo nivel del sueño, aquí no había imágenes pero el olor de mi JongIn todo lo inundaba. Me rendí totalmente.
Al despertar, mis ojos se encontraron con una imagen aún más perfecta que la de mis sueños, era él en carne y hueso y estaba frente a mí, dormido. Me siento muy feliz así que sin pensar mucho, me lancé sobre él y lo llene de besos en todo el rostro. Él despierta y me lanza una sonrisa encantadora. Me besa lento y vuelve a recostarme. Entendí su mensaje: Sigue durmiendo estoy cansado.
Sonreí y asentí. Sí, después de todo tenemos, hoy, mañana y el día luego de ese para demostrar lo mucho que nos amamos.
“Te amo Kai.”
Dije de cualquier modo.
“Te amo SeHun.”
Me respondió y no pudo ser más perfecto.
Estar con él era mi destino.
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Suerte
Suerte, es esa cosa que hace que toda empresa que lleves a cabo resulte favorable. Es una definición un poco muy burda, pero es en teoría la que mejor resume lo que implica dicho “fenómeno” por darle algún término más o menos adecuado.
Kai, integrante del afamado grupo coreano llamado EXO no creía mucho en la suerte, sin embargo, estaba consciente que en esta ocasión necesitaría mucho de ese “ingrediente” a fin de hablar de aquello que tanto le ha costado comprender. El joven decidió hablar de sus sentimientos hacia cierto maknae que lo trae vuelto loco, pero no encuentra el momento adecuado para ello.
Intentó alcanzarlo una vez que el susodicho estuviera escribiendo su habitual historia sobre ellos dos, pero al parecer hoy no se encontraba de ánimo porque eran más de las veintiún horas y nada más no se encerraba como acostumbraba.
Lleva ya bastante tiempo dando vueltas por toda la casa, moviéndose sobre todo por la sala y la cocina, está desesperado y SeHun nada más no se aparta de todos los demás chicos, podría hablarle y pedirle que lo acompañe a algún sitio, ya se le había ocurrido, pero no había nada que quisiera comprar y además ya era muy tarde como para salir a la calle. Pensó en simplemente raptarlo a dormir, pero él otro chico se veía muy contento charlando con los demás miembros.
De manera que se rindió y fue a un pequeño cuarto que usa para practicar el baile, pero en lugar de bailar como se supone que debería, se recostó sobre el piso, dio la espalda a la puerta quedando de frente al improvisado espejo que había en la pared, le sonrío a su reflejo y pudo admirar la amargura que había en el gesto.
Lanzó un suspiro y cerró los ojos, se concentró en crear una imagen mental de SeHun, cuidando detalles como los ojos, la nariz y especialmente en sus labios. Los recreó a la perfección porque en los últimos días se había pasado admirándolos casi todo el día. Volvió a sonreír y aunque no podía verse supo que en esta ocasión su rostro se iluminó.
—Solo con pensar en él ya estoy sonriendo como un idiota. —Pensó, aunque su voz sonó en toda la habitación y eso le asustó un poco, solo un poco porque no había manera de que alguien lo escuchara y en dado caso que sucediera, supondría un alivio para su pecho porque ya no soportaba el peso de aquel secreto. Durante todo el día estuvo sintiendo que se ahogaba y no había nada que pudiera aliviarlo, nada además de confesarse, de eso estaba seguro.
— ¿Con pensar en quién, Kai? —Escuchó una conocida voz que también llenó el cuarto, pero a diferencia de la suya, está se impregnó en su ser como una corriente eléctrica y le hizo estremecerse por completo. Era él, era SeHun y sin pensar siquiera en si estaban solos, decidió que era el momento oportuno. Lanzaría los dados y que la suerte decidiera el resto.
—Pensar en ti, SeHun —Respondió con tono seguro, calmado, decidido aunque todavía sin abrir los ojos. —Con tan solo pensar en ti, me vuelvo completamente loco, no cabe ninguna otra idea en mi cabeza y eso me hace feliz.
Nada más que silencio llenó el lugar y fue solo en ese momento en que decidió abrir los ojos, esperaba encontrarse solo porque no había sonido alguno, ni de la respiración contraria ni nada que le indicara lo contrario.
Con lo que se encontró desde luego fue completamente contrario a lo que se imaginaba, no estaba solo, estaban todos sus compañeros y desde luego estaba SeHun, este último contenía la respiración y sus ojos estaban nublados de lágrimas, su primer instinto fue acercarse a él y limpiar su cara y aunque solo fue un tenue pensamiento, su cuerpo lo obedeció y un instante después ya estaba frente a él secando el llanto que escapaba de aquellos ojos que tanto amaba.
—No llores, no puede ser tan malo que te ame, incluso si no sintieras lo mismo por mí, te prometo que no te haría daño. No más del que ya te he hecho al pretender que no sé lo que sientes por mí. —Dice dulcemente y agradece la discreción con la que el resto de los chicos los han dejado solos.
—¿D-de-s des-de, des-de, desde cuándo sabes lo que siento por ti? —Pregunta SeHun sorprendido y sonrojado, trata de voltear el rostro, pero Kai no se lo permite. Toma su cara entre ambas manos y se acerca lentamente hasta sus labios.
—Desde que comenzaste a escribir esas historias. Suerte que las leyera yo y no alguien más. —La sorpresa en el rostro contrario no se hizo esperar y el aumento en el sonrojo, provoca una risa picara en Kai. —Pequeño, no te enojes. Te prometo que si pudiera escribir tan bien como tú, plasmaría lo que me haces sentir y encantado te dejaría leerlo, pero ya que soy menos talentoso como escritor, voy a demostrártelo.
Dicho esto, cerró la distancia entre sus bocas y las unió en un beso, dulce, casto, tierno, el primer beso de amor entre los dos.
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Planear
En muchos ámbitos se emplea el término planear. Existen diversas conceptualizaciones, que en resumidas cuentas lo definen como una etapa del proceso administrativo que tiene por objetivo plasmar las actividades que se habrán de llevar a cabo para cumplir a una meta previamente establecida.
Durante la plantación se determina el qué, cómo y cuándo de tal o cual hecho, todo un arte la planeación ¿no les parece? En fin, como bien dicen, el hombre propone, pero el cielo dispone, de tal suerte que sin importar que tan bien planeado esté todo, puede que existan incidencias que mermen la ganancia y pongan en peligro la realización del objetivo.
En realidad a mí, Kim Jong In integrante de EXO, poco me importaban las etapas del proceso administrativo, no pensaba en las mermas o en las probabilidades de que las cosas que había planeado no se cumplieran. Estaba decidido a cumplir mi meta pasara lo que pasara. Además, ¿qué podía salir mal en una cita? La respuesta es: todo. Todo puede salir mal en una cita. Todo puede quedar arruinado en un santiamén, máxime si es una primera cita para una joven pareja.
Pasé días enteros ajustando pequeños detalles, trabaje el doble o el triple para que nos dejaran tener un día libre. No soy el líder del grupo, pero SuHo, que sí lo es, se mostró totalmente de acuerdo en que todos necesitábamos tiempo para distraernos. Así que sí, esa parte fue relativamente sencilla.
Llegó el día, estaba nublado y yo había planeado un día de campo, sí, sí ya lo sé, no fue una idea en extremo original, pero aunque no lo crean me las arreglé para que LuHan, preguntara a SeHun en qué lugar quería tener esa primer cita.
No dejé que el clima me desanimara, preparé la cesta con la comida y la coloqué estratégicamente en el auto. No imaginé que el manager se llevaría ese auto, pese a que le había repetido incontables veces que yo lo usaría. Así que cuando por fin salíamos al estacionamiento, mi sorpresa fue enorme y mi enojo no se hizo esperar. Pataleé, grité unas cuantas palabras que no eran apropiadas, casi lloro de la rabia, hyung me las iba a pagar.
SeHun sin embargo se mostró muy comprensivo y sugirió dejar el día de campo para otro día, en lugar de eso iríamos al cine, no me negué porque tal vez no estaba en condiciones para pensar en otro sitio, uno más romántico u original. Llegamos al cine y las taquillas estaban cerradas, graciosamente todas las entradas para todas las películas se habían agotado, ¿pueden creerlo? Porque yo no, estaba anonadado, estupefacto. Quería lanzarme del puente más cercano y lo habría hecho si esa preciosa mano no me hubiese sostenido.
Sin la comida para el día de campo y sin las entradas para el cine, comenzamos a caminar, nos sentamos en una parada de autobuses y lo abrace, no quería que SeHun se hiciera ideas raras sobre la pésima suerte de nuestro día, lo abracé un poco más. Conversamos de cosas triviales y nos besamos un par de veces.
Volvimos a ponernos de pie para seguir caminando, llegamos a un circo, no sabía que había ninguno tan cerca de casa, o quizás no estábamos tan cerca, como sea decidimos entrar, vimos el espectáculo y reímos bastante. Compramos hamburguesas y refrescos y nos sentamos sobre el pasto para comer. Cuando terminamos los alimentos, él recostó su cabeza en mis piernas y me miró directo a los ojos, me regaló una de sus perfectas sonrisas y entonces lo besé dulcemente, le acaricié el rostro y nos quedamos así un largo rato. Sonó el móvil y supimos que debíamos regresar.
El camino a casa fue muy corto.
En la entrada, SeHun me detuvo cuando intentaba abrir la puerta y me besó agradeciendo entre el beso nuestra primer cita. Me dijo que sin importar qué, si estaba a mi lado, él sería feliz.
Ahora que lo pienso, obtuve lo que realmente quería, una cita única, nada típica al lado de la persona que amo.
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