Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Como si no nos hubieramos amado por The dark wolf 24

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

La canción es "Como si no nos hubieramos amado" de Laura Pausini y por supuesto no me pertenece ni pretendo lucrar con ella, sólo la tome prestada esperando que ustedes disfruten la lectura

Yo ayer he entendido que

desde hoy sin ti comienzo otra vez

y tú...aire ausente

casi como si yo fuese transparente

alejándome de todo

escapar de mi tormento.

 

 

Ayer te vi, nuevamente como hace tantos años, estabas hermosa y radiante, sonreías como en aquellos tiempos de la universidad en que nos la pasábamos juntas, una sonrisa que yo extrañaba tanto, una sonrisa tan clara y limpia que recuerdo en aquellas épocas de estudiante alumbraban mis días. Éramos polos opuestos, ¿recuerdas?, todos nos lo decían, al menos todos tus amigos por que yo apenas y llegaba a tener unos cuantos y eso contados con los dedos de la mano. Sonreí, parecías tan feliz, la vida te ha tratado bien, ¿verdad?, estoy segura de que así ha sido, pues en tu expresión veo esa luz hermosa que tenías en tus ojos cada que la felicidad te embargaba haciendo que me contagiaras tu alegría de tantas maneras distintas; en aquella época éramos muy unidas, demasiado, y a pesar de ser tan distintas nos complementábamos de una manera que nadie podía comprender. ¿Y ahora?, ¿Hace cuanto que no nos vemos?, ¿Qué no nos hemos comunicado siquiera por teléfono?, es triste, ¿no?, y a pesar del dolor que me causa admitirlo pienso que sin duda así es mejor.

 

Pero me quedo aquí

sin decir nada...sin poder despegarme de ti

y eliminar cada momento que nos trajo el viento y

poder vivir...

como si no nos hubiéramos amado.

 

 

Tal vez sea mejor que me vaya, la verdad es que es mejor que no te enteres que estuve alguna vez observándote, de manera lejana como ahora lo estoy haciendo. Y a pesar de todo no puedo apartar mi vista de ti, mi cuerpo se paraliza como cuando me mirabas con aquellos hermosísimos ojos y me regalabas aquella bella sonrisa que me dedicabas especialmente, recuerdo aquellos días en que ambas éramos felices, inseparables, completamente hipnotizadas viviendo en aquel trance romántico en el que éramos tú y yo y nadie más, es triste no poder borrar aquellos recuerdos por que al menos si pudiera sería todo más sencillo, y verte ahora, aún de lejos, no sería tan difícil.

 

Yo sobreviviré

no me preguntes cómo no lo sé

el tiempo cura todo y va a ayudarme

a sentirme diferente...

a que pueda olvidarte

aunque es un poco pronto

 

 

Sobreviviré, lo he hecho desde que desaparecí de tu vida, ¿Cómo lo he hecho?, ¡vaya pregunta!, de verdad que no sé la respuesta, no quiero saberla, es bueno pensar que después de todo si tengo instinto de supervivencia; y sonrió ante lo anterior, tú siempre decías que yo no lo tenía, ha pasado ya un tiempo, de verdad he deseado que él cure mis heridas, que me haga olvidarte o que transforme todo pensamiento de ti en sólo un bello recuerdo que ya no duela tanto, sin embargo no creo que presionar a mis pensamientos de esta manera sea lo indicado tampoco, por que si bien ha pasado un tiempo es posible que aún sea muy pronto para sanar del todo.

 

Me quedo inmóvil aquí

sin decir nada...sin poder aburrirme de ti

y eliminar cada momento que nos trajo el viento y

poder vivir...

como si no nos hubiéramos amado

 

 

Nuevamente mi mirada se clava en ti, en tus movimientos, sales del restaurante con aquel caminado tan distinguido y propio de ti, cada ademán tuyo me encantaba, tus gestos me eran una delicia y tu manera de mirarme era cautivante, en aquella época soñaba contigo todas las noches, todas las mañanas, te anhelaba entre mis brazos, he de decir que lo sigo haciendo, como aquellas noches interminables en donde nos entregábamos la una a la otra sin restricciones, importándonos poco el tiempo o lo demás, simplemente amándonos. Y de repente veo como tus pasos comienzan a torcerse en dirección hacia mi, inhalo tan profundo como puedo mientras mi cerebro le ordena a mis piernas que reaccionen, quiero huir, quiero huir de ahí e imaginar que tu no me has visto que no has notado mi presencia, y sin embargo no sé qué me pasa, me quedo estática inmóvil, con los labios entreabiertos reteniendo tu nombre en mi boca, impidiéndole salir mientras observo que a cada segundo la distancia entre nosotras se va acortando. Y no hay más, ahora te has posado frente a mi mirándome con sorpresa, con ilusión en tu mirada y con asombro ingenuo, como si realmente no creyeras que soy real.

 

-¿Sam?-preguntas y mi cuerpo se estremece y sólo tengo un deseo: desaparecer…

Mis palabras se ahogan en mi garganta impidiendo que cualquier cosa pueda salir de mis labios, simplemente te miro con asombro como si yo tampoco creyera real ese momento, como si de alguna manera si parpadeara ese momento fuera a desaparecer. Mi expresión se torció en una media sonrisa mientras intentaba pronunciar alguna palabra que hilara mis pensamientos coherentemente.

-Karen.-llamó una voz grave y profunda mientras la figura de aquel hombre se acercaba hacia donde nosotras estábamos, un pequeño niño se aferraba fuertemente a él mientras este lo sostenía firmemente cuidando que no pudiera caer. Luego la vista de aquel sujeto se posó sobre mí, su mirada se tornó en la misma expresión en la que en un principio fue la de Karen y mi nombre es pronunciado de sus labios.-¿Sam?, ¡caramba!, hace años que no sabíamos nada de ti, has dejado a mi mujer muy abandonada, y ella ha extrañado mucho a su mejor amiga.-menciona él dedicándome una sonrisa a la que respondo torpemente mientras disimulo mi sufrimiento. Recuerdo cuando te fuiste a aquel largo viaje, estabas muy emocionada por ir a estudiar tu especialidad en el extranjero, siempre, creo que desde la preparatoria lo habías mencionado, y siempre en tu rostro había esa emoción vívida cuando lo vislumbrabas como parte de tu futuro, sonreías y me lo comentabas llena de felicidad, y yo sólo sonreía con alegría fingida, ¿Cómo podía decirte que me dolía?, ¿Cómo podía interferir en tu sueño, en ese que significaba tanto para ti?

Aquel día en que por fin partirías me miraste de aquella manera tan tuya y me prometiste que estaríamos en contacto, que nunca me olvidarías, y ambas nos prometimos que nos amaríamos siempre sin importar realmente que sucediera después; me pregunto, ¿Qué paso allá, que fue lo que le paso a todo ese amor que ambas nos profesábamos mutuamente? Aún tengo grabado en mi memoria el día en que recibí ese correo tuyo contándome con lujo de detalles como habías conocido a Raúl, como había pasado el tiempo y confesándome que te habías enamorado de él profundamente, ¿cómo te explico exactamente como fue el dolor de saberte de otro, de fingir entereza ante la situación sin desmoronarme por dentro?, y luego mi corazón fue roto en mil pedazos para no componerse jamás, me pedías por los años de amistad que hubo entre las dos, e incluso, por lo demás que hubo entre nosotras, que fuera tu dama de honor, he de confesar que en aquel momento lo único que deseaba era morir, morir para no seguir sufriendo, morir para evitarme toda aquella pesadilla que estaba a punto de caerme encima como una avalancha, aplastante, asfixiante, tan fría que quemaba ardorosamente. Acepté, ¿Qué más podía hacer?, te amaba, lo único que me importaba era tu felicidad aunque esta me condenase al infierno eterno del dolor era que simplemente por tu sonrisa yo estaba dispuesta a enfrentarlo. Cuando conocí a Raúl en verdad deseé odiarlo, lo intenté de tantas maneras, que incluso me llegué a asustar a mí misma, pero todo intento fue vano e inútil por que durante los preparativos para la boda lo observaba, y observaba como te miraba, y lo que vi me sorprendió, tanta adoración, sus ojos tan cargados de amor cada que se dirigían a ti, su voz que se suavizaba en cuanto decía tu nombre, su sonrisa cuando le dedicabas una mirada y su trato para contigo que simplemente no podía ser mejor. Era el hombre perfecto, ¿verdad?, y pienso que aún lo es, sé que es un hombre bueno puesto que la sonrisa que vi en ti anteriormente me lo confirmó todo.

 

...como si nunca te hubiera amado

como si no hubiese estado así...

...y quisiera huir de aquí, quisiera escaparme.

 

-Y bueno, ¿dónde te habías metido mujer?, después de la boda fue como si te hubiese tragado la tierra.-Sigue hablando Raúl mientras tú te mantienes en silencio sin perder el asombro en tu mirada, yo dirijo mi vista hacia ti por un instante y luego la enfrento con la de Raúl.

-Pues por ahí.-es mi única respuesta mientras sigo manteniendo aquel triste remedo de sonrisa.

Perdóname por haberme ido de esa manera dos días después de tu boda, la verdad es que los únicos que se enteraron de mi partida fueron mis padres y a petición mía no dijeron nada, no lo entendían, eras mi mejor amiga, ¿Por qué no habría de decirte nada?, si ellos lo hubieran sabido…simplemente les dije que era mejor así, que yo te lo comunicaría después por teléfono y no habría mayor problema, te diré que ese viaje no llegó de improviso, cuando me enteré de tu boda movida por el dolor pedí mi traslado a un hospital de Estados Unidos esperando que la distancia ayudara a menguar mi dolor, hiciera decrecer mi amor o simplemente me mantuviera tan ocupada que no pensara todo el día en ti. No sé hasta este momento cuantos correos me enviaste, ni cuantas veces he leído cada uno de ellos, pero nunca te respondí, supongo que en ese momento te preguntaste que era lo que pasaba conmigo y es que en ese entonces tenía la esperanza de que te olvidarás de mi, e incluso en el mejor de los casos me llegases a detestar por haber abandonado nuestra amistad, así al menos no sería tan doloroso para ninguna de las dos aquella distancia que yo me había encargado de poner entre nosotras.

-Mira por fin pudiste conocer a Carlos en vivo y directo.-Bromeó tu marido mostrándome al pequeño niño que me miraba curioso y se aferraba con fuerza a la camisa de su papá como si buscara protección entre sus brazos, esta vez esbocé una sincera sonrisa al mirar a aquel pequeño niño que parecía temer a todo lo que le rodeaba mientras sus enormes ojos obscuros me miraba fijamente como si fuera alguna especie de bicho extraño; era precioso, ¿Y cómo no iba a serlo si era idéntico a ti?, tenía tus bellos ojos café obscuro, aquellos labios pequeños y finos parecidos a los que tú tenías, esa expresión tan tuya cuando estabas desconcertada, justo en ese momento me pregunté dónde se escondería la herencia de Raúl. Tengo una foto de Carlitos cuando estaba recién nacido, inmediatamente de que nació me la enviaste por medio de tu esposo a mi correo, indicándome el nombre que le pondrías y todos los datos del hospital sobre tu bebé que pudiste sacar. “Carlos” recuerdo que siempre me dijiste que ese nombre te fascinaba, que si tenías un hijo lo llamarías así, por eso cuando vi aquel correo me sentí muy feliz, tal vez demasiado feliz, me imaginé por un segundo que hubiera sido de nuestras vidas si yo hubiese nacido varón, si yo fuera tu marido e incluso me permití la idea de fantasear acerca de que aquel bebé que estaba grabado en aquella imagen destellante en mi pantalla fuera nuestro, de seguro todo hubiese sido perfecto.

Vi como de pronto el niño extendía sus bracitos hacia un lugar de la explanada del centro comercial donde nos encontrábamos mientras que nuestras miradas se dirigían hacia donde el niño se inclinaba, ahí cercanos a una fuente que se encontraba al otro extremo de aquella explanada había un show de artistas callejeros que parecían mostrar trucos y hacer chistes para los niños y adultos que se acercasen a ver el espectáculo sin mayor condición que la de si la buena voluntad les permitía a los espectadores dar una moneda para la manutención de los realizadores de aquel teatro ambulante.

-Parece que está inquieto.-mencionó Raúl como si no fuera algo obvio y luego agregó.-Creo que me lo llevaré un rato, ¿me alcanzas allá amor?-

Y por segunda vez desde que nuestras miradas se cruzaron en aquel lugar escuche la voz de Karen fluir.

-S-sí…claro amor…yo los alcanzo allá.-mencionó como si apenas y estuviese asimilando la idea, el hombre le sonrió tiernamente mientras que una vez más se volvía hacia mí, y con una expresión de entusiasmo se despedía efusivamente y se retiraba hacia donde se encontraban los encargados del entretenimiento de los transeúntes.

Fue justo en ese instante que entre Karen y yo volvió aquel choque de miradas que habíamos tenido cuando ella se había dirigido a mí a la salida de aquel restaurante. Sus labios temblaron mientras parecían tartamudear una muda palabra, que finalmente se convirtió en un apenas audible murmullo.

-Sam…yo…-

-No importa Karen, de verdad.-esta vez miré más fijamente a la chica frente a mí, iba envestida en un maravilloso y sencillo vestido de color rosa pastel, “Tu color favorito” pensé sonriendo internamente, parecía un vestido bastante casual que sin embargo lograba enmarcar su bella figura y la hacía verse de un gusto exquisito ante los demás, su rostro estaba maquillado de manera natural, sin exagerar en ningún arreglo y sólo enalteciendo su belleza natural, sonreía mientras una punzada de dolor cruzaba mi corazón.

-Sam…te desapareciste…no me diste tiempo de nada… tú…tú…¿Por qué lo hiciste?-

-Eso ya ha pasado Karen, nos hemos vuelto a ver y eso es lo importante.-No pude evitar echar un vistazo a mi pinta en ese instante, unos pantalones de mezclilla un tanto deslavados por el tiempo que llevaba usándolos, una playera de manga corta con un enorme comercial al centro y un chaleco de mezclilla que parecía quedarme apenas justo, mi cabello recogido en una escueta cola de caballo y claro como siempre sin ningún tipo de maquillaje, he de admitir que por primera vez en mi vida me avergoncé de mi aspecto, pero ya no importaba, ¿o sí?, igual ya no significaría nada para ti si yo lucía de cualquier manera que luciera.

-Sam…yo nunca…nunca…te he dejado de…-

Puse mis dedos sobre sus labios y sonreí mientras negaba con la cabeza.

-No Karen, es mejor así…olvida que me viste hoy aquí.-retire mi mano de su boca.

-Pero Sam, ni siquiera me has dejado decirte lo que yo… ¿cómo pretendes que me olvide de este momento si para mí significo tanto?-tu mirada reflejaba tristeza y dolor, tanto que incluso en cierto momento pensé que las lágrimas brotarían de tus ojos irremediablemente.

 

Pero me quedo otra vez, sin decir nada, sin gritarte:

-¨ven, no te vayas¨

no me abandones sola en la nada, amor...

 

 

 

¿Qué debía decirte en ese momento?, ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que te dije que te amaba?, ¿Cuánto tiempo hace que no nos vemos?, 5 años me respondo a mi misma mientras sufro al pensar como ha sido todo este tiempo sin tu presencia a mi lado, imaginándote en brazos de otro, sabiendo que tu corazón dejó de pertenecerme hace mucho para pertenecerle a él. Tal vez debería decirte que no he dejado de amarte en todo este tiempo, que en las noches me carcome la agonía de no sentirte, de haberte dejado ir de mi lado sin haber luchado. Pero me calló, tú eres feliz, hace unos momentos estabas tan sonriente y luego nos encontramos, nuevamente como antes tu felicidad se ha transformado en sufrimiento y siempre por culpa mía. No te pediría que te quedarás a mi lado, no podría separarte de aquella maravillosa familia que has formado, aun que lo deseo con toda el alma, no puedo decirte nada de lo que alberga mi corazón en este momento.

 

después, después, después viviré

como si no nos hubiéramos amado.

-Sam, yo…yo…-las palabras se traban en tu garganta mientras pareces ordenar tus ideas y no hallas si mirar hacia el piso o mirarme directamente a los ojos.

-Este encuentro me ha traído gratos recuerdos, pero escucha lo que te digo Karen, créeme es mejor que sigamos nuestras vidas como si nada hubiera pasado.-y con esto corto cualquier comentario que pudiese salir de ella y con él que pudiese poner su mundo y el mío de cabeza.

-¡¿Y seguir como si nada dices?!, ¡Siempre te parece todo tan sencillo Samanta, y no es así, no es así!-esta vez las lágrimas contenidas en tus ojos salen sin que nada pueda detenerlas, tu rostro comienza a enrojecerse por la furia contenida de tus sentimientos mientras tu expresión me muestra el terrible dolor que pareces haber guardado durante tanto tiempo.-No es fácil…-murmuras.-No es fácil olvidar que te amé alguna vez, y es mucho más difícil contemplar mi vida ahora y saber que yo…que yo…-

-No creo que sea lo más indicado en este m…-

-¡Déjame acabar de decirte lo que te quiero decir de una maldita vez!-exclamas furiosa, logrando que mis labios se sellen antes de pronunciar cualquier otra palabra.- ¡Yo te amo idiota!- Y me quedo estática mientras aquellas palabras resuenan dentro de mi cabeza en un eco que traspasa cada sentimiento congelado desde el momento en que huí de este lugar hasta este instante. Luego una media sonrisa vuelve a adornar mis labios mientras que mi mirada cargada de tristeza encuentra los llorosos ojos de mi gran amor.

-Yo también lo hago…pero nuestra oportunidad se perdió hace ya demasiado tiempo…es mejor que hagamos como si nunca hubiera sucedido nada entre nosotras.-

-¡No puedes ser tan cruel Sam!-me miras molesta e incluso atino que desilusionada, sin embargo, yo sé lo que te digo, es mejor así.

-No soy cruel, sólo pienso en tu familia, nuestra vidas se separaron Karen y el tiempo ya no puede volverse atrás.-

-Sam…-

-Ve con tu familia, sé muy, muy feliz y olvídate de mí, es mejor que vivamos como si nunca nos hubiéramos amado.-

-¡Eso no es tan fácil!-

-Por favor, ve con Carlitos y con Raúl, ellos te necesitan, y sé que tú los necesitas a ellos.-puntualizo y me doy la vuelta dispuesta a alejarme de aquel lugar, de ti, de aquel momento, me retienes tomándome de la muñeca sujetándome con fuerza, como si con ello te aferrases a la vida, me vuelvo para darte la cara.

-¿Cuándo nos volveremos a ver?-preguntas mirándome como si suplicaras que me quedase a tu lado, y no puedo Karen, ya no.

-Es mejor que nunca más nos volvamos a encontrar.-te digo mientras me deshago suavemente de tu agarre y veo como las lagrimas corren por tu rostro que parece anhelar un cambio en mi, un gesto que indique que deseo todo lo contrario a lo que mis palabras te dictan.

-¿Por qué me haces esto?, ¿Por qué?, ¡¿Por qué?!-gritas y algunas personas se vuelven a vernos curiosas, las miro de soslayo y espero a que se vayan, en este momento no nos conviene un escándalo y no es esa la forma en que quiero recordar nuestra despedida.

-Por qué es lo mejor para ambas…olvídate para siempre de mi, que yo haré justo lo mismo.-me miras con angustia con desesperación, con suplica, perdóname, perdóname, pero esto es como debe ser, así son las cosas y no seré yo quien las cambie. Esta vez me doy la vuelta y me voy alejando con pasos firmes y largos de aquel sitio de nuestro último reencuentro,escucho mi nombre en tu boca repetidamente llamándome y aunque muero de ganas por correr hacia ti abrazarte y besarte sin importarme nada más, pienso en ti, en tu felicidad, en tu familia y en ese precioso niño al que has dado vida y sé con certeza que no puedo retroceder; cuando me encuentro ya a una distancia considerable, vuelvo mi mirada hacia el lugar dónde nos encontramos hacía unos minutos, te veo ahí, sollozando en tanto Raúl está a tu lado con un rostro preocupado intentando averiguar qué es lo que te ha causado tan grande dolor, que has pasado de la alegría al llanto en sólo unos instantes, también miro a tu hijo al que parece dolerle al igual que a su padre ver a su mami llorar y con sus bracitos estirados hacia ti pretende abrazarte dándote todo el calor que su pequeño cuerpo pueda brindarte, sonrió, esta vez ampliamente y luego continúo con mi camino. Esto ha sido lo mejor Karen, es mejor borrarte de mi mente y de mi corazón y que tú hagas lo mismo con mi recuerdo. He tomado la decisión correcta, de ahora en adelante viviré como si nunca te hubiera conocido, como…si nunca te hubiera amado.

 

...como si nunca te hubiera amado.

 

 

 

Fin


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).