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Sales of Love. por Evanences

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Notas del capitulo:

Gracias, espero disfruten.

Chapter 2.

Sus pies se balanceaban ligeramente, apenas acariciando la superficie del agua que brotaba de la fuente de un delicado mármol blanco.

El agua era cristalina, pura a simple vista, el portador se encontraba sentado en uno de los bancos de cristal, con una expresión concentrada y seren, con sus esferas verdes clavadas sobre una porción de agua que levitaba a unos metros de él, apretando levemente la empuñadura de su fina varita, intentando visualizar un proyectil, pero la sola idea de imaginar que lastimaría a alguien en el proceso, le hacia perder toda su concentración, y terminaba creando una galaxia a escala, dándole los colores a la ya no cristalina agua.

Lo intentó un par de veces más, pero terminaba fracasando, poco tiempo pasó después, par darse por vencido, al menos por ese día, fue hundiendo más sus pies sobre la fuente, dejando que las puntas de su túnica negra se humedecieran levemente, creando figurillas de animales en ellas.

...

No muy lejos de allí, se encontraba el resto de la familia Malfoy, entiéndase como, Narcissa y Draco Malfoy.

Solían visitar el jardín trasero, y hacer un par de oraciones al Dios Liered, además de considerar ese lugar sagrado, pues en Snape Manor, alguna vez, en generaciones pasadas, vivió una maga de Albar, quien hiso que dicho jardín, hubieran rosas, árboles grandes y altos, además de mariposas que revoloteaban.
Fue la única y última vez que un descendiente de Charis pisó aquel lugar, por ese motivo, ellos solían visitar aquél lugar siempre que visitaban a Severus.

Narcissa se encontraba, colgada del brazo de su hijo, con una mirada triste, imaginando que había flores y vegetación, cosas lindas, un poco de calor, un poco de sol, volver a ver el sol y no esa terrible roca pudrefacta haciendose pasar por el astro rey, el paisaje era melancólico, con un tono gris, haciendo que las flores azules resaltaran más de entre las hierbas venenosas que estab...

¿Flores?

Detuvo sus pasos en seco, con la mirada fija en ellas, eran flores, azules, de un tono muy peculiar, practicamente con un letrero que decía ''¡Mírame!''

Olfateó un poco el lugar, y sintió el ároma del rocío sobre el cespet, ¿Cómo lo supo? Ni idea, pero al sentir la fragancia de algo tan peculiar, lo atribuyó a eso.

-¿Esas son flores...? ¿Madre, esas son flores, verdad? .-Su hijo, parecía que se le iluminaban los ojos al verlas tan de cerca, él, como la mayoria de los magos, no las conocía, había estado rodeado de árboles secos, viento frío y hierbas secas.

-Sí...Lo son, una vez vi una foto de ellas en un museo, era muy pequeña en ese entonces.-Le explico, recordando como su marido, antes que lo fuese, como muestra de su amor, le había regaldo el pétalo de una rosa, el pétalo de una rosa disecada, en un frasco de cristal.

¡Había un descendiente de Charis en ese lugar! ¡Un ser de luz había pisado nuevamente Snape manor!

Ella y su hijo, se miraron por eternos segundos, directo a los ojos, trasmitiéndose las mismas ideas, solo que sin el valor de poder vocalizarlas, pero antes de que Draco hablará, ella posó un dedo en sus silenciosos labios, y él le indico que la había comprendido, en una sonrisa discreta, respondió.

Ambos miraron la fuente de mármol a unos metros de ellos, escuchando como si alguien estuviese dentro, chapotendo sobre el agua, que la última vez que ellos vieron, había estado completamente seca.

Se separaron, yendo en dirección opuesta, para rodear la fuente de mármol, observando el ser que yacía en ese lugar, mirando como mantenía los ojos cerrados, y el viento meciendo su alborotado cabello y con solo una de sus manos hacia ligeros movimientos sobre el viento, haciendo que el gua se elevase, y tomará la forma de un elefante gris, uno pequeño, que expulsaba agua por su trompa, Draco pensaba, que si uno se concentraba lo suficiente, se podría escuchar su bufido.

Él alzó su varita, no pretendía atacarlo, solo querer llamar su atención sin acercarse demasiado, para no asustarlo, pero dio un paso en falso, haciendo crugir una de las ramas secas que aún habitaban por ese lugar.

Harry, se puso alerta de manera instantanea, deshiso el elefante, y éste simplemente cayó como otra porción de agua cualquiera, sin color ni forma.

Su mirada verdoza, se alzó ante los presentes, observando con cautela ese par, sin mover ni un centimetro.

Narcissa mordió su labio inferior, algo preocupada de haber ofendido al mago de Albar, y Draco no atrevió a bajar su varita, por temor a que lo interpretase de una manera de afrenta.

Y durante varios minutos, nadie miró a nadie, nadie se movió, y casi nadie respiró, nadie se percató de un par que pisaba ramas secas, se dirigía hacia ellos.

-¡Draco! ¡Baja esa varita en este instante! .-Le reprendió su padre, mientras alzaba su mano para bajar la de él.

Severus vio Harry, vio como su mirada repentinamente la oculto, no lo demostraba, pero sabía que estaba temblando de miedo, asustado y temeroso, jugaba con las largas manos de su túnica, de manera discreta.

-Si piensas que recibirás algún castigo, estás muy equivocado.-Habló tranquilo y suave, de manera cautelosa, le extendió su mano para salir del estanque, aún manteniendo la mirada baja, sus desnudos pies rozaron las rocas y ramas, que al contacto con su piel, se transformaron en pasto, frondoso, y verde.

...

No, no, él simplemente no podía creer lo que había...No, lo que la estúpida de su esposa había hecho, exacto, porque la culpa no era de él, si no de ella, ella, y solamente ella había vendido a su hijo, todo para consevar a Potter Manor.

Lo lúgubre y muerto que se veía su jardín, así como la mansión, lo demostraba.

¡Quería a su hijo devuelta! Se maldecía, No-verbal-Magicamente, odiaba tanto cuando sus instintos más bajos lo dominaban, tomando decisiones, que al recuperar la noción del tiempo, se terminaba arrepintiendo terriblemente.

Ahora, tenían oro, tanto, para vivir ésta y otras tres vidas fácil y cómodamente, tenía su casa, a su esposa, pero no tenía a su amado hijo, y eso lo destrozaba duramente.

Sentía un vació en su interior, uno intenso, su esposa, no le generaba más sentimientos, o deseos, no hacia mucho que no hacían el amor, reemplazaron aquello con brutales duelos entre ellos, duelos donde más de una maldición cayó de manera accidental en su pequeño Albar, su orgullo, su todo.

Y él jamás hizo nada para poder cambiarlo, ¿Por qué no hizo nada?

Era una pregunta que le había estado torturando desde que le arrebataron a su niño, apenas...Apenas cumpliría 18, un ave que aún no aprendía a volar, estaba indefenso, podrían forzarlo, no, no, él era de pureza de alma, cristalina, blanca; no como su madre, él se casó pensando que Lily era una verdadera mago de Albar, una de espirítu puro y limpio, pero muy tarde se dio cuenta cuán sucia era.

Pensó que su descendecia sería desastroza...Pero jamás se detuvo a reflexionar que, negativo y negativo...Solía dar positivo.

Ahora ese mago oscuro...Severus, el solo nombre le quemaba la garganta, claro que él también era un mago oscuro, pero no uno de una clase tan alta, tan superior, estaba aterrado ahora, Voldemort se acercaba, y él no estaba cerca para proteger a su hijo.

Y ahora, se encontraba solo, sentado en el piso del jardín, sin gracia, sin cálidez de verano, sin flores y su fragancia, sin la calidez de ese cuerpo, sin vida, solo había ahora un terrible viento frío, y un olor a putrefacción, jamás se había dado cuenta que tuvo, hasta que lo terminó vendiendo a alguien más.

...

-Mi nombre es, Harry Potter .-Su voz salió suave y tranquila, ya sin el miedo de ser atacado, su voz era como una brisa cálida en un día de invierno, envolvente. Severus se vio tentado a acariciar, minímamente, el dorso de su mano, sólo para comprobar que su cuerp tenía la misma cálidez que al hablrar, pero se obligo a si mismo a contenerse.

-Lucius Malfoy.-Se presentó el rubio más alto, extendiendo su mano educadamente, que a diferencia de otras veces, de todas las veces que había saludado a alguien solo por mera cortesía, que solía ser algo frío y sin emoción. Estaba vez estaba ansioso.-Mi esposa, Narcissa Malfoy.-La señaló con una mirada, dándole el pasó para que también lo saludará, y luego posarse detrás de su hijo.

La aludida, con una gran sonrisa, estaba apunto de estrechar su mano con el Albar, pero él, en vez de estrechar su mano, subió un poco más allá, hasta alcanzar su brazo, apretando suavemente, dando a entender que reconocia y admiraba su labor como madre, y que él también portaba dicho honor.

Ante aquello, ella sonrió aún más, pues ningún mago le había demostrado tal muestra de respeto.

Severus Sonrió, satisfecho al ver que él joven no sólo demostraba el saber modales, sino el tipo de educación antigüa, que de manera desafortunada, se iba perdiendo entre algunas generaciones.

-Y mi hijo Draco Malfoy.-Lucius empujó suavente la espalda de su hijo. Ambos se miraron, debían tener la misma edad, se saludaron con un ligero apretón de manos, Harry sonreí de manera amable, pero Draco no, no por falta de cortesía, sino de por miedo de verse muy entusiasta...O estúpido, así que terminó por ocultarlo todo en una máscara de indiferencia.

-Bueno...Yo pensaba presentarlos en una cena decente.-Habló Severus, sin dejar que el silencio se propagase en ningún momento, y de manera poco disimulada, miró la túnica humedecida de Harry.-Haciendo gala de una presentación decente...-Su voz era tranquila, casi, casi divertida, y al terminar de hablar, le dedico al ojiverde, una sonrisa.

Lucius se había dado cuenta que Severus, sonreía más, la prescencia del Albar lo atribuía, podía asegurarlo, pues ellos podían neutralizar la violencia en los magos oscuros.

Harry, extrañamente, sintió algo golpetear contra su corazón, cuando Severus le dirigió una mirada de aprobación.

Notas finales:

Hola.


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