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Pavana por Mikarin-san

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Notas del capitulo:

Chicas! perdón por actualizar tan tarde! he estado sin computador << ahora sigo

                La celebración comienza con mucha lentitud. Los comensales se instalan de a poco y sin apuro. Los señoriales guardaespaldas observan todo a su alrededor. Sienten que falta gente del pueblo. Kardia le pregunta a Afrodita

-Mi señor, ¿en cuánto tiempo más empezará la celebración?-

-¡Ay tontito! No me digas así. Se supone que ya comenzó-

-Me extraña ver tan poca gente- Afrodita abre grandemente sus ojos –Antes habían más habitantes- Se lleva una mano a la boca y el pequeño duque mira a su madre preocupado

-Puede que simplemente no quisieran asistir- comenta Agasha, solo para tranquilizar a su hijo. Mas ella no se traga su propia mentira. Afrodita se tranquiliza un poco. Albafica está atento a los movimientos de Camus, se ha sentado al centro del gran mesón, al lado del príncipe Hades y su esposo. El segundo está con el vientre levemente abultado, se acaricia su pancita, al mismo tiempo que nota a su esposo acongojado

-Amor, te he notado extraño, ¿qué ocurre?-

-No lo sé, temo por nuestro pequeño Alone. Shun, a penas podamos, vámonos-

-¿Entonces por qué estamos aquí, si temes por nuestro bebé?- Hades sonríe un poco

-Porque quiero ver como un par de muchachos salvan el mundo-

-Amor, enserio...-

-Estoy hablando enserio Shun- su amado sonríe, el príncipe le besa la mano con cuidado, no quiere que todos vean su muestra amorosa.

                El conde de Aquarium comienza a dar unas palabras de agradecimiento a todos los invitados. Menciona que su hija y el novio en breve aparecerán. Kardia al instante piensa en Milo y se preocupa. Llega de a poco la comida. Casi todos comen, menos el duque y su familia y el príncipe con su esposo. Ellos miran con rareza la comida. Sus colores son muy extraños.

-No me gustan las cosas moradas- refunfuña Afrodita- Exijo que me den buenos alimentos-

-Pero muchacho- dice Camus, al escuchar las quejas del muchacho- Es la mejor comida que puedes probar en tu vida- Afrodita la mira con duda, como hipnotizado, toma el tenedor y el cuchillo. Corta un trozo de carne, su padre y madre sienten mucho miedo. De la nada, el tenedor sale volando por los aires por un golpe de Kardia. Camus se enfada al ver tal comportamiento tan poco adecuado

-Disculpe mi señor- le dice a Afrodita-pero una abejorro merodeaba por su comida- El conde le mira con sumo desagrado

-Veo que su acompañante es muy mal educado- comenta el conde al duque de Piscis

-Para nada. Le gusta ser cuidadoso con mi hijo. Usted sabe que hace un tiempo estuvo un tanto delicado. Nuestro guardaespaldas no quiere que el futuro duque de Piscis sufra otro percance- Camus mira atentamente a Kardia, el Scorpio no se inmute por la mirada del conde.

-Está bien, que siga haciendo su trabajo- mira desafiantemente al guardaespaldas y vuelve a su puesto.

                Albafica observa constantemente a Camus, sus movimientos y comentarios al príncipe. Este último está disgustado y angustiado. Salen de la mansión Seraphina y Milo. Los de la mesa se levantan y saludan a los futuros novios, el resto de los invitados también. Milo observa con mucha tristeza a los invitados, se fija en los nobles y le llama la atención uno de los acompañantes de Albafica. Observa atentamente al que acompaña a Afrodita, el Scorpio encubierto le saluda con un gesto muy reconocible y Milo sonríe, su boda ahora será menos penosa con su hermano presente. Los novios van a instalarse, cuando repentinamente, Milo pisa el vestido de Seraphina, ella se afirma del mantel de la mesa, el cual no resistió su peso. En simples palabras, cayó al suelo con casi todos los platos y comidas, quedando muy sucia. Todos los invitados corren a socorrerla, menos Kardia, aprovecha la oportunidad para poner un poco de pócima en la copa de Camus. Deja que caiga un poco, cuando está a punto de sacar el frasco, recibe un empujón, haciendo que caiga más líquido en la copa. La cierra de inmediato y vuelve a su puesto, muy nervioso.

                Todo vuelve a su lugar, los novios se sientan y la fiesta continúa. Afrodita nota que su guardaespaldas está muy inquieto.

-No estés así, que se notará mucho- le sugiere. El guardaespaldas asiente y actúa, pese a que está nervioso. El conde por su parte, no toca la copa, los de piscis muy nerviosos desean que el conde beba luego la pócima. Entonces Albafica se para, alzando su copa.

-Brindemos por esta magnífica celebración- Aunque desanimados, brindaron todos igualmente. Tras chocar las copas, todos bebieron. El conde de un solo trago, bebió todo el contenido de la copa. Los piscis, discretamente, observaron al conde, parecía no reaccionar. Albafica piensa que no sirvió para nada, Kardia y Dégel observan pacientemente, Agasha y Afrodita piensan que la pócima se puede tardar un poco. De un momento a otro, Camus mira con rareza su copa, se relame, saborea nuevamente lo poco que queda en la copa. Sus gestos indican que su bebida sabía extraña. Los guardaespaldas están muy nerviosos. Camus le tira la oreja a un mozo que sirve el vino, le pregunta sobre este y el mozo le da toda la información sobre el vino, su temperatura, color y cuerpo. Camus le responde que no le interesa, que desea otra copa. El mozo le sirve con mucho miedo. Camus bebe y se impresiona por el contraste del sabor. Albafica observa como cuchichea con uno de los invitados, ante esto, Afrodita le dice a Kardia que se vaya, que se esconda.

-Nosotros te cubrimos, huye antes de que te atrapen-

-No quiero que ustedes mueran por mi culpa-

-¡Ay, por fa-vor!, ¿por quienes nos tomas?- le da unas palmaditas a su guardaespaldas en el hombro, Kardia mira a través de su anti faz a Dégel, nota en sus verdes ojos mucho miedo por lo que le pueda ocurrir a su amado. Los amantes solo temen el jamás volver a juntarse.

                El conde llama a un guardia y le ordena que tome como rehén al acompañante de Afrodita, con cautela toma por los brazos a Kardia y lo apresa. Los comensales se asustan, el pavor aumenta cuando los guardias se multiplican y todos apuntan con sus espadas a Kardia. El conde se dirige hacia Albafica y le toma la barbilla

-Quiero que me des una explicación de esto-

-No se la pida- dice Kardia- yo tomé este trabajo solo para cobrar venganza, no quería que mi hermano se casara con la bestia sexual de su hija y me dejara solo, el señor no tenía idea de lo que ocurría. Le dije que quería verter un poco de agua en su vino- Camus le ordena a los guardias que bajen sus armas, al que apresa a Kardia que siga ahí.

-¡Un poco de agua con sabor a veneno!- le grita mientras le arrebata su máscara y el señorial sombrero, descubriendo así al hermano de Milo.

-¡Camus, déjalo!- le grita Milo, tratando de avanzar hacia donde están, mas Seraphina le pone una daga en el cuello.

-Silencio, le ordenaré a mis hombres que te vigilen más de cerca. En cuanto a ti, jovencito- le apunta con el dedo –irás a las mazmorras de la Inquisición a confesar tus pecados por tal atrevimiento. No cualquiera hace semejante plan para asesinarme, esto debe ser producto de una posesión maligna, si no, ¿cómo el joven de Piscis está bien y tú trataste de hacer tal fechoría?, seguramente el espíritu maligno te ha posesionado y solo yo me di cuenta- se dirige a sus invitados- no se preocupen, este muchacho va a ser llevado a una sentencia justa, como lo son las leyes divinas- Kardia, con mucha tranquilidad le escupe en la cara.

-Me paso por el culo tus “leyes divinas”... Leyes divinas las que someten a un ritual de sangre a mi hermano, leyes divinas las que usa un oscuro como tú- Camus, muy enojado y con un escupo en su cara, le da una bofetada a Kardia. Los guardias de inmediato se lo llevan.

                Aparentemente, todo vuelve a la normalidad, menos algunas personas, como el príncipe Hades y su esposo, los duques de Piscis y, sobre todo, Dégel.

-No pude hacer nada- llora tras su máscara- No pude hacer nada y se lo llevaron-

-No digas eso, él quiere que estés con vida- le consuela Agasha

-Pero no me siento vivo si no estoy con él-

                Dégel se fija en Milo, quien no cesa de llorar desconsoladamente, el príncipe y su esposo están muy asustados. Hades pide permiso y decide retirarse con su esposo.

-Esperen un momento- dice Camus con mucha tranquilidad -¿No quieren quedarse al ritual?-

                De la nada, un guardia apuñala el vientre de Shun, matando a su hijo, Hades y Shun gritan de espanto, Hades trata de matar al guardia, pero le corta la cabeza, Shun observa con mucha pena como su esposo muere frente a sus ojos, los guardias poco a poco tratan de matar al resto de los invitados, hay muchos gritos y huídas, mucha gente muere en el mismo lugar donde comieron. Dégel, con mucha rapidez,  les indica a los de Piscis que le sigan. Ellos corren a toda velocidad, Afrodita se tropieza y Dégel rápidamente lo levanta y lo toma en brazos.

                Rápidamente llegan a la abandonada casa de Dégel y se esconden. Afrodita llora en el regazo de su madre, Albafica no sabe qué hacer.

-Así que de esto se trata la magia negra-

-Es horrible... Hace no mucho tiempo pasó algo similar- se saca la máscara y el sombrero. Se sienta en el suelo y llora destrozonamente. Tocan la puerta y Dégel les dice que se escondan. Al ya estar todos encerrados en el armario de Dégel, este abre la puerta y ve a Mu, muy triste, se arroja a los brazos de Dégel y llora con mucha tristeza.

-Mu, Kardia y yo te vimos cuando entramos al pueblo, ¿qué ocurre?-

-¡No debieron volver!- se instalan en el salón -¡Se llevaron a mi Shion!, ¡Se lo llevaron hace tres días!- Se cubre su cara y grita de dolor -¡Se llevaron a Orfeo, a Marin y a... – No sostiene más palabras y solo llora desesperadamente. Dégel quiere decirle que los volverá a ver... Pero ni él está seguro de que eso sea verdad.

                Kardia ha sido subido a un carruaje, está con los ojos vendados. Después de treinta minutos de viaje, los guardias lo toman y lo conducen a un lugar desconocido. Le sacan las vendas y está sumido en la oscuridad.

-Hola, ¿A qué viniste?- un rostro iluminado por una vela se acerca –Mi nombre es Unity y soy bastardo de Camus. Te mostraré el lugar donde vas a quedarte- Kardia lo sigue con desconfianza. Escucha muchos gritos de procedencia desconocida. –Ven, ponte cómodo- Unity le hace entrar en un lugar muy pequeño, como una cama vertical –dulces sueños- Kardia se da cuenta que tras él hay una cama de múltiples clavos, Unity va cerrando la cama, con otra cama de clavos que avanza hacia él.

                Se escuchan a lo lejos los gritos de Kardia al ser perforado en la Dama de Hierro, causándole gran placer a Unity, que se ríe con mucha fuerza al escuchar su dolor.

-Unity, déjate de juegos- se acerca Hyoga, otro bastardo de Camus –Hay que darle un trato mucho más especial, me dijeron que trató de matar a nuestro padre.

-No se me ocurre qué otro lugar podría ser mejor para él, tiene que disfrutar lo que le queda de vida-empuja más a la dama de hierro y Kardia grita más fuerte –tiene que estar lindo para ese día-

-Esas son las cosas que se te ocurren, ya dejamos hecho añicos a los otros dos. Mira, preguntémosle a Isaac-

-No quiero preguntarle a ese bastardo, este tenía cara de ser bueno-

-¿Y los otros no?-

-No-

-Bueno, haz lo que quieras. Te sugiero que le pongas la rata en la bolsa-

-Y que queme la bolsa y... ¿la rata se coma sus entrañas?-

-Sí, ¿qué te parece?-

-Lo voy a pensar, igual me convence- aprieta más a la dama – eh, ¿estás teniendo un buen sueño?- le pregunta a Kardia

-¡SÁCAME DE AQUÍ!-

-¿Ves? A todos les gustan las ratas-

Notas finales:

Listo Hasta el próximo capítulo este es el penúltimo


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