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Mi hermoso unicornio. por BlingBligDiva

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Notas del fanfic:

¡Feliz cumpleaños Lay! Bueno este O.S lo hice por la fecha importante y porque bueno el SuLay es amor. Espero que les guste , besos.

Notas del capitulo:

Va para todas las amantes del SuLay (es más real que yo) Los/las amo, FELIZ CUMPLEAÑOS UNICORNIO : )

Ahí estaba, tan tierno como siempre. ¿No le costaba ser un poco menos adorable? No se daba cuenta que se derretía al verlo levantar su manito para preguntar algo como los niños pequeños, cuando se reía o sonreía y su adorable hoyuelo aparecía en su mejilla. Cuando su apetecible piel lechosa se tornaba de un color carmín al darle un cumplido. Cuando su mirada perdida estaba en todos lugares menos en el. Su mala memoria era una buena excusa para andar cuidándolo todo el tiempo. Le encantaba pasar tiempo con él.

Pero siempre hay complicaciones, había chicos que bueno… Eran bastante insinuadores con SU Lay. Era su Yixing y nadie debía tocarlo. Odiaba que se le acercaran de ese modo aunque el unicornio no tenía ni idea porque lo perseguían tanto. Ser olvidadizo tenía sus ventajas, nunca se daría cuenta de las insinuaciones atrevidas de esos chicos… Bueno okey mejor no deprimirse o algo por el estilo.

Cuidar a Lay era bastante difícil. Siendo un padre responsable, Suho, no debía despegar la vista de ese adorable unicornio si no quería perderlo de vista. Kris lo había perdido varias veces en  el centro comercial y había acabado en el estacionamiento sin saber cómo. Era una tarea de equipo cuidar al adorable niño.

Luhan se enojaba con Sehun por perderlo en el supermercado todo el tiempo. La pareja tenía que buscarlo por todas partes y a veces lo encontraban hablando con el cajero o el de seguridad que cuida la puerta.

Bueno era una tarea difícil, pero podía lograrlo.

Había ingresado en la cafetería en la que sus amigos trabajaban, eso incluía a Lay. El lugar era cálido y ayudaba tomar una buena taza de chocolate caliente cuando afuera estaba helando. Había bastante gente, era un lugar muy relajado para tomar algo. Si también era una excusa para verlo.

-Hola Lay- saludó algo tímido.

-Oh, hola Suho- sonrió y su típico hoyuelo hizo acto de presencia- ¿Cómo estás? No te vi en toda la tarde- el corazón del mayor empezó a bombear más rápido de lo normal, ¿acaso se había dado cuenta de su ausencia? Mirando un poco su perfecto rostro, se dio cuenta de que su naricita estaba roja, tal vez se estuviera resfriando. Debía cuidarlo.

- Si, bueno. Tuve trabajo hoy, ¿Estas enfermo? Deberías estar en cama- dijo fijándose en lo bien que el delantal de mesero le quedaba. Era negro y tenía bolsillos verdes, su delicada mano sostenía una libretita de unicornios (cortesía de Chen) para anotar los pedidos, porque siempre los olvidaba. A veces olvidaba hasta donde había dejado la libretita.

-Si, bueno más o menos ¿Qué vas a pedir? ¿Chocolate caliente? – preguntó con una sonrisa. No hagas eso, pensó Suho.

-Mmm sí, por favor con un pastelillo de chocolate, vas a resfriarte.

-Okey y  no creo que lo haga- anoto todo con su rara caligrafía china, que nadie entendía, ni siquiera él. La mayoría de las veces hacía dibujos de los pedidos para que se entiendan, era bastante raro. De vez en cuando te encontrabas con un dibujo de una taza humeante en las servilletas- Ya lo traigo.

Suho suspiró enamorado, porque lo estaba y mucho.

-¿De nuevo suspirando como enamorada?- Xiumin se sentó a su lado.

-Claro que no-bufó- Solo… miraba….

-Lo bien que le queda ese pantalón blanco- Kai apareció de la nada- ¿O me equivoco?- Suho se sonrojó fuerte, debía ser menos obvio.

-Tu silencio lo confirma- dijo Kris, que también había salida de la nada.

-¿De dónde salen ustedes?- preguntó confundido.

- De ningún lado- un  cara de bebé/mujer/ciervo apareció.

-Cierto que con ustedes mis días nunca son normales- dijo como un padre frustrado.

-No exageres, te aburrirías sin nosotros- dijo Kai- Bien te dejaremos solo, tenemos que volver al trabajo, ChanYeol está preparando los pedidos y lo más seguro es que se queme todo.

Rieron y desaparecieron por la cocina del lugar. Al rato un tambaleante Lay apareció con una bandeja con el pedido de Suho.

-Lay… esto no es un pastelillo- Suho musitó viendo la dona bañada en chocolate.

-Oh… pensé que habías pedido una dona- se rasco la nuca nervioso. Su mala memoria era adorable- Te traeré tu pastelillo.

-No es necesario, las donas me gustan- dijo dándole una sonrisa reconfortante, siempre anotaba mal los pedidos, no se sorprendía.

- Okey… - sin darse cuenta la mirada de Lay quedo perdida en los labios del mayor, notando cada detalle de como bebía su chocolate caliente, y mordía su dona. ¿Era normal pensar todo el día en solo una persona? Porque desde lo que recordaba, el único que estaba en su mente era Suho, su paternal “amigo”.

Sacudió su cabeza esperando que los pensamientos impuros se fueran de su olvidadiza cabeza. Jamás debía preocuparse por olvidar algo pero cuando se trataba de Suho, no podía olvidar nada. Excepto sus pedidos, porque bueno era parte del trabajo. Al menos se esforzaba en bañar bien su dona con chocolate y preparar de una manera cariñosa su chocolate caliente. Definitivamente no quería que lo probara y se diera cuenta que no tenía el toque “unicornio”. Quería que todos los días probara algo que el preparaba, la cocina se le daba bastante bien, no se quejaba por eso. Pero cocinar para Suho lo hacía sentir bien, quería hacerlo todos los días.

Poner la cantidad perfecta de chocolate y leche, era trabajo fácil. Lo que no era fácil era aceptar que Suho era heterosexual y nunca se fijaría en un tonto olvidadizo como él. A  veces le gustaría simplemente que todas las miradas de Suho fueran para el… pero hablando de cosas que nunca van a pasar.

Bien, lo había decidido, seguiría adelante sin importar que. Su no tan secreto amor por el delicado unicornio debía parar, mejor era conseguirse una chica. Esa misma noche, un amigo de todos haría una fiesta en su casa y bueno era un genial momento para su plan.

Eligió delicadamente su ropa, cuando estuvo perfecto salió afuera a esperar a sus amigos que lo vinieran a buscar.

Después de esperar un rato, decidió ver si estaban en el departamento de Lay. Entró y si estaba todos ahí, el lugar era un desastre, algunos corrían por todos lados, otros comían, los demás peleaban con sus parejas (BaekYeol, obvio).

-¿Qué diablos pasa aquí?- preguntó confundido.

-Oh es el ritual de preparativos de cada fiesta. Lo hacemos siempre, tu no vienes nunca a las fiestas por eso te lo pierdes- exclamó Chen, mientras comía un sándwich.

- Oh y ¿Dónde está Lay?- preguntó sin quererlo, no debía preguntar por él, era el plan.

- Esta arriba, parece que no quiere bajar, lo intentamos, pero está enfermo- dijo Xiumin algo preocupado por el unicornio.

Sin pensarlo, Suho fue escaleras arriba al cuarto de Yixing. Estaba repleto de unicornios de peluche y cosas por el estilo, era de esperarse. El mencionado estaba tapado abrazando a su unicornio de peluche, mientras se sorbía la nariz.

-¿Lay?- se acercó preocupado, era raro que no lo hubiera llamado para que lo cuidara, siempre lo hacía.

-¿Suho?- preguntó con un hilo de voz.

-¿Porque no me avisaste que estabas enfermo? Hubiera venido a cuidarte- dijo algo molesto.

- Supuse que tenías cosas que hacer- escondió su cara en su almohada- Todos tenían pensado ir a esa fiesta y bueno, tú también vas a ir…

-¿Y qué? Hubiera dejado todo- dijo acariciando su cabello- Tienes fiebre, ya vuelvo- después de remojar unos trapos y colocarlos en la frente del pequeño habló: Te dije que te enfermarías.

- Lo siento- dijo con su voz algo distorsionada por el refrío. Sin quererlo lo hacía aún más adorable.

-Tranquilo… ¿Ya comiste?

-Luhan me trajo una sopa de caldo de pollo y me alimentó, no tengo hambre.

-Oh bien…

-Deberías ir- musitó Lay.

-¿A dónde?

-A la fiesta, conocerás chicas y esas cosas- lo último le provocó un fuerte dolor de pecho Yixing, no quería que tocaran a SU Suho.

-Pero este enfermo- dijo no muy convencido.

-Tranquilo, Luhan dijo que se quedaría conmigo junto con Sehun para cuidarme- dijo restándole importancia aunque por dentro solo quería agarrar su mano e impedir que se fuera.

- ¿Seguro?- Lay asintió- Bien…- sus pies lo dirigieron a la puerta de la habitación sin quererlo. Quería quedarse con él, cuidarlo, besarlo… pero no podía.

- ¡Espera!- Lay se levantó de golpe, provocando que se enredara con las frazadas y colchas que tenía encima y cayera al piso. Suho reaccionó rápido y lo ayudo a levantarse.

-Debes tener más cuidado, no quiero que te lastimes- lo volvió a acomodar en su cama.

-Pero… - inesperadamente sintió una mano cálida sosteniendo la suya- No te vayas…-  musitó el menor con un hilo de voz- Por favor…

Eso fue suficiente para el mayor, decidió mandar todo a la mierda y hacer lo que quería hacer hace mucho tiempo. Se inclinó y poso sus labios en un cálido beso. Sus labios sabían a fresa, quería quedarse para siempre sintiendo ese poderoso elixir. Al separase ambos se miraron fijamente con las mejillas color carmín.

-Eso…- comenzó Lay- ¿Qué fue eso?

-No… yo lo siento- Suho intento irse pero la delicada mano del menor lo paró.

-No te vayas… Y no puedes besarme si estoy resfriado, podrías enfermarte- el mayor rio y volvió a besarlo dulcemente.

-No me importa- dijo entre pequeños besos- Quiero seguir haciéndolo.

-Entonces hazlo- musitó avergonzado- Quiero que lo hagas.

- Lay te amo- esas palabras salieron de su pecho, sintió un enorme alivio recorrer su cuerpo al decirlas. Los labios abiertos al igual que sus ojos, le daban una imagen muy tierna, es tan adorable, pensó el mayor.

- Suho…- trago saliva- Suho yo también te amo.

Sus miradas se conectaron por un par de minutos y cerraron esa pequeña promesa de amor con un apasionado beso.

-Ahora tú te resfriaras- dijo divertido Lay. Hizo un espacio en su rosada cama para que el mayor pudiera acostarse junto a él.

- Mientras me cuides tú, no importa nada- ambos rieron- Además sería un honor estar enfermo contigo mi amado unicornio- al mencionado se le colorearon las mejillas.

-También es un honor cariño- su hoyuelo estuvo presente en toda la declaración.

-Eres tan adorable- el mayor beso su hoyuelo.

Esa noche ambos durmieron abrazados con una promesa de amor intacta. Era obvio que al día siguiente ambos estarían enfermos, mucho más que antes, pero eso no importaba. Se amaban… y eran correspondidos.

-Te amo Lay.

-Te amo Suho.

 

FIN

Notas finales:

Espero que les haya gustado, los amo : )


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