Flash Back
El pelinegro se encontraba en aquella solitaria piscina techada observando todo alrededor. Sus emociones estaban revueltas entre las tristes y las alegres –“Solo fue por un año, pero extrañaré esta academia”- iba a salir del lugar, pero al mirar la salida, se encontró con el chico pelirojo cabizbajo –Rin…-
-¿Quién dijo que no podías curarte?- el pelirojo soltó de repente aquella pregunta sorprendiendo al pelinegro.
-¿Eh?-
-¿Y que si estas lastimado?- apretó los puños –No destruyas tus posibilidades antes de haberlo intentado- las relajó –Te estaré esperando- levantó la cabeza para mirar directo al pelinegro –Yo te esperaré… hasta que regreses- sus intensos ojos color cereza, se llenaron de ternura asombrando al pelinegro.
Sus hermosos ojos calipso brillaron y después de unos segundos los cerró mientras sonreía –Eso pensé- los volvió a abrir –Sabía que dirías eso- observó el cielo a través del ventanal –Bueno… supongo que lo pensaré- los dos se quedaron en silencio algunos segundos hasta que el pelinegro volvió a hablar –Rin…- volteó un poco el rostro para ver al pelirojo -¿Quieres que nademos una vez más en esta piscina?-
El pelirojo se sorprendió y después sonrió mientras se quitaba la chaqueta -¡Vamos a nadar!- también se quitó la polera las zapatillas y las calcetas. El pelinegro lo imitó y, sin importarles que aún tuvieran puesto el pantalón de buzo, se tiraron a la piscina.
Nadaron, jugaron y rieron bajo el anaranjado atardecer que se filtraba a través del ventanal. Ambos deseaban que ese momento durara mucho más tiempo, pero la casi inexistente luz que quedaba, les indicó que la noche había arribado. El pelinegro emergió justo al lado del pelirojo que flotaba tranquilo observando el techo –Rin…- el pelirojo lo miró -… ¿Puedo cobrar nuestra promesa ahora?-
El pelirojo dejó su comodidad para ponerse de pie frente al pelinegro –Sí. Haré cualquier cosa que quieras-
-Deja que te haga el amor…-el pelirojo se ruborizó violentamente -… quiero tomarte aquí y ahora-
-¿E… estas bromeando?- preguntó incrédulo y el pelinegro negó con la cabeza –Pe…pero…-
-Dijiste que harías cualquier cosa que yo quisiera…- el pelinegro lo agarró de la cintura para acercarlo a su cuerpo -… y lo que yo quiero, es derretirme dentro de ti-
El fuego en aquellos hermosos ojos calipso, lo hizo estremecer –So…Sosuke…- la boca del pelinegro fue acortando los centímetros de altura hasta que se juntó con la del pelirojo.
Ambos cerraron los ojos ante el sutil contacto que poco a poco fue tomando fuerza. No había nada que pensar y no había por qué dudar. Al momento en que sus suaves labios se abrieron para permitir que sus lenguas se encontraran, todo lo demás desapareció.
El pelinegro lamía aquel níveo cuerpo húmedo con sudor y agua clorificada –So…Sosuke…- delineaba su figura con las manos memorizando cada milímetro de piel -…mgh… So… aah…- juntaba sus caderas rozando sus duras entrepiernas que se marcaban en los mojados pantalones negros.
-Rin…- subió la boca para volver a besarlo mientras lo llevaba de espaldas hasta la orilla -…Rin…- susurraba eróticamente su nombre entre los fogosos besos -… Rin…- el pelirojo se aferró a su ancha espalda cuando sintió como el pelinegro quitaba su ropa inferior y la dejaba sobre en la orilla.
-So… ¡¡Mmmmghh!!...- dos dedos se deslizaron dentro de su cuerpo sin aviso -… ah… aah… mmgh…- el pelinegro le levantó una pierna para facilitar la labor y el pelirojo se soltó para subir un poco y apoyar los antebrazos en la orilla -…aah… So… mgh…-
El pelinegro observaba detalladamente aquel beso rostro ruborizado. Quitó los dedos y le levantó la otra pierna para llevar ambas sobre sus caderas –Rin… voy a meterlo…- el pelirojo se sonrojó aún más y cerró los ojos nervioso. El pelinegro se bajó el pantalón y la ropa interior liberando su gran y palpitante erección.
Se fue introduciendo lentamente, gracias al agua, no tuvo problemas de lubricación para entrar por completo -¡Aaaahh!...- el pelirojo tiró la cabeza hacia atrás cuando la pelvis del pelinegro chocó contra su trasero -… ¡Aaaahh!... ¡So…Sosuke!...- el pelinegro inició un cadencioso vaivén que aceleraba a medida que su excitación aumentaba -… aah… aah… So… suke…-
-Rin…- el pelinegro lo abrazó posesivamente separándolo de la orilla. El pelirojo se volvió a aferrar a la ancha espalda mientras gemía descontrolado -… aah…Rin…- ambos buscaron la boca del otro para besarse otra vez y, con una última estocada y profunda estocada, los dos se corrieron ahogando sus roncos gemidos en los labios contrarios.
Aun jadeantes y sin deshacer el abrazo, separaron las bocas para encontrar sus miradas –Sosuke…yo…-
-Te amo- el pelinegro lo interrumpió –Te amo desde que éramos niños- sonrió mientras con una de sus manos le acarició la mejilla –Rin… ¿Qué sientes por mí? ¿También me amas?- el pelirojo iba a contestar, pero el pelinegro lo calló poniendo el dedo índice en su boca –No me contestes ahora- el pelirojo se mostró confundido –Guarda tu respuesta hasta que te pueda seguir-
-Pero Sosuke…-
-Dijiste que me esperarías ¿Verdad?- el pelirojo asintió aguantando las ganas de llorar –Entonces, deja que mi esperanza dure hasta que pueda llegar junto a ti otra vez- se besaron tiernamente.
Flash Back
“Ya han pasado diez años desde ese día…”
El pelinegro caminaba por el tranquilo sendero rodeado de árboles. Cada ciertos metros, se podía ver alguna casa. Las voces de las personas que Vivian en ellas, opacaban el repitente sonido de las ruedas de su maleta.
“En todo este tiempo, solo nos hemos comunicado con superficiales mails y cartas. Lo he visto en la televisión junto a Nanase ganando torneos y varias medallas, pero no nos hemos vuelto a encontrar en persona…”
Observaba el papel blanco en su mano que tenía escrito la dirección y se detuvo al ver en un cartel pequeño de madera colgado a su lado, el número y el nombre de la calle que buscaba. Dobló hacia la derecha para seguir un corto y delgado camino de piedra que lo llevaba a la entrada principal de una preciosa casa de ladrillos.
“Me pregunto si aún me estará esperando. Lo más probable es que él ya tenga una familia. Han pasado tantos años y nunca volvimos a conversar sobre el tema. Tengo mucho miedo, pero…”
Golpeó firmemente la puerta de madera café.
“… pero yo quiero saber la respuesta…”
La puerta se abrió dejando ver al bello y ya maduro pelirojo vestido con ropa deportiva. Al mirar al pelinegro, sus ojos color cereza se abrieron incrédulo -¿So…Sosuke?-
-Hola- el pelinegro dejó el gran bolso que cargaba en su hombro, a un lado de la maleta –Perdón por la demora- sonrió tiernamente -¿Aun me estas esperando?-
Los ojos rojos se semi cerraron mientras titilaban como si fueran luceros y las lágrimas no se hicieron esperar. Se lanzó a los brazos del pelinegro para abrazarlo desesperado -¡Po… por supuesto!- el pelinegro también lo abrazó –Sosuke… yo… yo también te amo…-
El pelinegro dejó que algunas gotas escaparan de sus ojos calipso –Rin... volvamos a nadar juntos- se separaron un poco sin deshacer el abrazo, para perderse en el color destellante de los ojos del otro y se besaron sellando la nueva promesa que hicieron en silencio.
Fin.