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Caminar sobre nubes por RayenInara

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Notas del fanfic:

Es un Two Shots, escrito hace varios meses, y sin tener dónde publicar. Al fin me pude hacer una cuenta acá. Espero que les guste.

Notas del capitulo:

Incluso los idols son personas personas normales. Incluso ellos pueden equivocarse.

Tenían la oportunidad de divertirse. Ya habían tenido el “Goodbye stage” de “NO” y en los próximos días lanzarían el nuevo single, así que se merecían algo de esparcimiento. Se merecían ser solamente jóvenes con ganas de pasarlo bien.

Unos días después de aquel tifón que tocó suelo coreano, a los raperos del grupo les había llegado una tentadora invitación de uno de los pocos amigos que conservaban de sus años de “underground”. A fines de octubre aquel amigo celebraría su cumpleaños y la invitación se había extendido para todos los Bangtan. Aunque la condición era clara: los maknae aún eran menores de edad, así que cual cenicientas a cierta hora deberían regresar al dorm sin protesta alguna. Jimin, V y Jungkook aceptaron las condiciones de buen grado con tal de saborear, aunque fuera por un rato, de aquel gustillo a fiesta prohibida con la que fantaseaban cada vez que escuchaban anécdotas vividas por sus hyung durante la adolescencia.
Los días habían pasado raudamente, aun cuando para V el asunto del tiempo se había vuelto algo difuso, y quizás un poco amargo.

En septiembre, en plena filmación de Rookie King, había ocurrido aquel incidente del beso. Luego del asombro por su propia osadía, había venido una ligera sensación de incomodidad donde se mezclaba la emoción creciente que le causaba cualquier acercamiento de Hoseok, y el desconcierto que le provocaban sus largos momentos de lejanía. No habían hablado de ese asunto, aunque Taehyung fantaseaba con el momento donde JHope se le acercaba y le pedía hablar de aquello.

Lamentablemente, los días habían pasado sin darle a V casi ninguna pista de lo que en realidad pasaba por la cabecita de JHope, o por su corazón.
La oportunidad llegó, sin embargo, de la mano de la buena fortuna de Rookie King una vez más, en aquel juego donde se debían enfrentar a sus oponentes destapando supuestamente verdades incómodas. Taehyung vio entonces la ocasión para preguntar lo que deseaba saber con tanta ansiedad. Valientemente, y frente a las cámaras, de cara a Hoseok, le preguntó: —Yo te gusto ¿verdad?

Y bien, aunque Hoseok respondió afirmativamente, y luego él mismo sacó a colación el asunto del beso, de todas formas, para Taehyung quedaba la duda de si solo había sido una estrategia para ganar el juego, o de verdad, Hoseok había sido sincero. No ayudaba a aclarar sus dudas sus continuas indirectas, sus roces, su sugerente cercanía, para luego mostrarse indiferente y distante.

Las emociones del pequeño V pasaban por todas las etapas en un solo día. A veces se sentía exultante de felicidad cuando JHope rozaba sus manos o lo abrazaba por la cintura sin razón alguna, o cuando susurraba a su oído: —hola bebé. Para después pasar largas horas sin mirarlo siquiera, dejando a su pobre corazón a la intemperie y muerto de frío.

¿A qué estás jugando?, pensaba el pequeño V, intentando distraerse de aquella duda permanente. Luego trataba de ser racional y de convencerse a sí mismo de que para Hoseok todo era parte, de una forma extraña si se quiere, de demostrar amistad. Pero aquel pensamiento racional provocaba un dolor extraño en su pecho, que le amargaba la boca, y que acalambraba sus tripas, acelerando las palpitaciones de su corazón. Entonces, una voz en el fondo de su alma le decía que para él ya no se trataba de una amistad. Ni siquiera acertaba con aquella frase que todos usaban para definir cierto estado amoroso: —él me gusta—. No, Taehyung sabía en su corazón que era más que eso, aunque su cabeza se negaba a aceptar pensamientos de amor, porque de todas formas aquel camino, con bastante frecuencia, tenía como triste destino una ruta en soledad.

Ignorando los golpes y las protestas de Jimin en la puerta del baño, Taehyung limpió el espejo empañado con la toalla que usó para su cabello. Miró su rostro y se sonrió amargamente. Después de tantas expectativas por la fiesta de cumpleaños a la que irían, sentía ahora acobardarse por lo que pudiera venir. No había podido atajar las fantasías sobre esa noche: él y Hoseok solos en algún rincón, amorosamente abrazados, él y Hoseok besándose bajo el amparo de algún rincón oscuro, él y Hoseok siendo el alma de la fiesta, bailando graciosamente una canción de alguna “girlband”. Una sensación incómoda se había alojado en su estómago. ¿Había alguna razón?, se había preguntado mientras se duchaba momentos antes. Sí, la había. Hoseok estaba emocionado con los preparativos, le había costado elegir su tenida, y todo su día había girado en torno a los amigos que irían, a las caras que verían, y a las chicas que recordaban. Bien, JHope había ignorado al pequeño V todo el santo día. Y ahora Taehyung ya no veía emoción alguna en ir, solo para ver cómo su querido Hoseok se dispersaba y compartía sus emociones con gente desconocida para él.

Mientras se duchaba había dejado correr algunas lágrimas, luego se sobrepuso, pero ahora, frente al espejo sintió lástima de aquella imagen, de sus ojos tristes y de su piel pálida. Sus ojos se aguaron por un instante otra vez, entonces se lavó la cara y salió del baño al fin.

***

Era algo así como una bodega, inmensa, con un aire a películas de mafiosos. Sí, las películas eran toda la referencia concreta que Taehyung tenía de lugares así. Estaba repleto y el hiphop resonaba hasta hacer vibrar los tímpanos. En fin, primer elemento ausente de las fantasías de V: Allí, no había forma de que se escuchara alguna canción de una girlband, de esas que cantaban en el dorm, y que bailaban para divertirse. Se sintió ridículo y un poco fuera de ambiente, y se alegró de que nadie pudiera leer sus pensamientos.

Había rincones oscuros, en eso sí que había acertado, pero eso no bastaba para hacerle creer que algo de lo que había anticipado dentro de su loca imaginación pudiera hacerse realidad.

Tan pronto llegaron, los viejos amigos se fueron acercando para saludar a sus hyungs, pero en el mar de gente nadie recordó presentar al pequeño V a sus amigos “underground”. Jimin y Jungkook parecieron caer en gracia ante los ojos de algunos de esos chicos, pero V ni siquiera fue incluido en el grupo de conversación. Taehyung se preguntó si acaso se había vuelto invisible. Se apoyó en una columna y veía chicas a medio vestir pasar de un lado a otro, los grupos de chicos, con alcohol en mano, bromeaban entre ellos. Le pareció distinguir a una chica con un chico de cabellos fucsia hacer algo más que darse un beso en un rincón, y Taehyung apartó la mirada con algo de vergüenza. Y pensar que él se había imaginado así mismo con JHope de esa manera. Por segunda vez, esa noche, agradecía que nadie pudiera leer sus pensamientos.

A cierta distancia estaba el maknae y Jimin hablando con chicos animadamente. Cerca de ellos Jin y Rapmonster. Más allá se alcanzaba a distinguir a Suga. Y JHope…, JHope no estaba, por lo menos, no cerca, no visible desde ese punto. Taehyung suspiró, definitivamente ese escenario era muy diferente a todo lo que había imaginado.

No supo de qué forma un vaso con algo nauseabundo llegó a sus manos. No pudo ver quién se lo pasó, todo porque él estaba con el cuello estirado hasta el máximo intentando divisar a Hoseok. Miró el contenido de su vaso y estaba tentado a beber de él cuando alguien lo retiró con cierta violencia.

—¡Ni se te ocurra! —Jin lo miró con severidad— ¿acaso olvidaste todas las recomendaciones y advertencias? Si tienes sed, toma esto —y le pasó un vaso con gaseosa— por lo menos estás seguro de que lo que te estoy pasando yo, no te hará ningún daño. —Taehyung asintió— ¿Estás aburrido?

—No hyung, no. —Mintió.— Solo que es diferente a las fiestas que yo conozco.

Jin sonrió y lo abrazó con ternura —No te muevas de aquí, siempre mantén un ojo sobre alguno de los miembros. No quiero que te pierdas o te rapten.
Taehyung sonrió, ¿y qué podía hacer? De todos modos, no vendría su príncipe azul a sacarlo de aquel incómodo estado, de aquella sensación molesta de estar fuera de lugar, ni lo sacaría a bailar como en los cuentos, ni se verían a los ojos con amor.

—¿Desde cuándo es que estoy tan gay?, se preguntó. Ah sí, desde que asumió que tenía ojos solo para cierto rapero aunque se resistía todavía a llamarlo amor. Hacerlo implicaba para él un acto arriesgado donde era el todo o nada, y así como iban las cosas, la balanza se inclinaba peligrosamente hacia la nada.

Tal como las cenicientas de un cuento gay, los menores del grupo se tendrían que marchar relativamente temprano, y la hora avanzaba inexorablemente. Taehyung, a esas alturas, ya no estaba seguro de si era para entristecerse o alegrarse de su suerte. Por lo menos hasta ahora podría decir que todo lo terrible de la noche se resumía a la palabra aburrimiento, y algo en su corazón le decía que ese sería un precio baratísimo de pagar por estar ahí. Porque las cosas podrían ser peores…

¿Quién sabe si existe un destino como lo concebían los antiguos griegos? Un destino que te atrapa sin importar el camino que tomes, aunque conscientemente intentes evitarlo y evadirlo, te alcanza y te atrapa de todas formas. De ese modo, agitado por una fuerza extraña, los pies de V comenzaron a ponerse en movimiento, olvidando la instrucción de Jin hyung. Y empezó a desplazarse por el lugar contemplando a los grupos de jóvenes, a las parejas en sus asuntos, incluyendo un par de parejas homosexuales. Algunos jóvenes solo emborrachándose, y otros fumando cosas con fuerte olor a pasto quemado. Todo ese mundo oscuro que imaginó alguna vez, de verdad existía, y admiró que sus hyung fueran tan disciplinados y ordenados en su vida después de estar expuesto a ese entorno. V no estaba juzgando, solo sentía admiración por sus mayores, y sorpresa de ver que muchos jóvenes han tenido una vida totalmente opuesta a todo lo que él ha vivido. Se sintió agradecido de toda la protección que siempre ha disfrutado, no solo de su familia, sino que también de la disquera y de parte de su familia Bangtan. Cuando sus hyungs hablan y advierten lo hacen sobre el conocimiento y la experiencia, y V sintió que los admiraba mucho más ahora.

Tal vez después de todo, Hoseok lo había estado protegiendo, más allá de sus propios deseos y necesidades.

Y como si sus pensamientos fueran capaces de crear nuevos escenarios, de pronto, la imagen de JHope apareció entre las sombras. Taehyung se acercó con lentitud. Hoseok estaba sentado dando la espalda, y vuelto hacia una chica de cabellos teñidos de rubio. V sintió aquel dolor en su vientre que bien conocía y que por fin pudo definir en una palabra: celos. Una parte de él le instaba a regresar sobre sus pasos, pero otra parte de su ser sabía que no podría irse con la incertidumbre. Taehyung se puso casi al lado de Hoseok sin que este reparara en la presencia del otro chico. La muchacha miró un momento a V, pero en ese instante JHope se estaba sirviendo un vaso de algo, así que no pudo ver la mirada de la chica.

Taehyung se quedó allí clavado al piso, y aunque sintió su pecho arder y sus ojos se habían convertido en dos pupilas gigantes, no fue capaz de evitar el momento, no pudo huir, y observó cómo JHope metía la nariz entre el cuello y la barbilla de la chica, mientras ella sonreía con satisfacción. Para V el mundo se quedó en silencio, no supo más de fiesta alguna, no supo del resto del mundo, todo había desaparecido, todo excepto la escena frente a sus ojos. Vio la mano de Hoseok buscar por entre los muslos de la chica, metiéndose debajo de su minúscula falda, y solo entonces, por instinto de sobrevivencia el pequeño V dio media vuelta y se marchó chocando con algunas personas. No veía nada, solo la imagen de Hoseok con esa chica titilaba frente a sus ojos al ritmo de la ensordecedora música, al ritmo de las luces, el resto de las personas eran sombras amorfas y oscuras.

—¡Al fin te encuentro! ¡Hora de irse! —Dijo alguien que tiró de su mano conduciéndolo hacia la salida, Taehyung tardó algunos segundos en reconocer al maknae. V sentía su garganta apretada y dejó que sus ojos se humedecieran.

Cuando subió al vehículo de su manager, se sentó detrás y cubrió su cara con su gorra. Por lo menos así pensarían que tenía sueño y nadie le haría preguntas. Apenas podía respirar, su pecho dolía y el sollozo apenas era contenido en su garganta que ardía con el esfuerzo de no llorar.

Al llegar al departamento, se quitó la ropa y se puso una camiseta y la parte de abajo de unos pijamas holgados. Subió hasta su litera, agarró su león de peluche, se cubrió los ojos y las lágrimas comenzaron a salir. Se cubrió totalmente con el cobertor, no quería que lo vieran así. Escuchaba las voces felices de sus amigos. Jungkook se quejó del sueño, y tan pronto se acostó se quedó dormido. El cambio de ritmo en su respiración le indicó a V que el maknae estaba durmiendo. Jimin estaba en el baño, y V aprovechó la oscuridad para sacarse el antifaz que usaba para cubrir sus ojos. Secó sus lágrimas y se sintió patético. Su psiquis se esforzaba por encontrar un pensamiento que mitigara aquella angustia, y por último intentó convencerse de que estaba siendo demasiado exagerado, como niña con su periodo.

Metido como estaba en sus pensamientos, los pasos de su amigo fueron audibles solo al llegar a la habitación.

—¿Dónde estabas? Te buscamos por un buen rato. —Taehyung quiso responder, pero su voz estaría temblorosa— Oye estás despierto, lo sé —dijo Jimin, mientras encendía la luz. Taehyung cubrió su rostro con la almohada, pero no totalmente como para que pasara inadvertida para Jimin una brillante lágrima en la mejilla de su amigo. —¡Estás llorando!

—¡Dilo un poco más fuerte para que lo escuchen también los que están en la fiesta!

—¡Estás llorando! —Susurró esta vez Jimin.— ¿Te pasó algo? —Taehyung negó con su cabeza. —¿Estabas con Hoseok hyung? Porque a él tampoco lo vimos más.

—Lo vi, sí. –Respondió con voz pequeña y temblorosa.

—¿Discutiste con él?

—…l, él no me vio. Yo lo vi, pero él no a mí. …l estaba con otra persona. Yo lo andaba buscando, supongo.

—¿Estaba con uno de sus amigos?, ¿por qué lloras?, ¡qué pasó!

—Estaba con una chica.

—¡Ah! —Jimin guardó silencio un momento intentando atar cabos— Tú, tú… tú tenías… te habías hecho ilusiones con él con todo lo que ha pasado ¿verdad? —Taehyung asintió— Sí, yo sé. Yo me había dado cuenta, pero no había querido decirte nada esperando que tú me contaras. —Jimin permanecía de pie junto a la litera que ambos comparten, y golpeó cariñosamente el brazo de V— Deberías saber que el hyung es casi un casanova. Ahora no puede salir con muchas chicas, y eso, por todo el trabajo y las restricciones que tenemos, pero sinceramente, él no es como para que te ilusiones para nada. ¿Recuerdas una conversación que tuvimos hace un buen tiempo? —Taehyung suspiró, sí se acordaba— Yo te dije que quitaras tus hermosos ojitos de ese hyung, él anda dando amor a quien lo quiera recibir, no filtra mucho. No estoy diciendo que es un promiscuo ni nada, solo que él cree que puede ser como una abejita que va de flor en flor. Y lo siento mucho, pero aunque tú le parezcas lindo y todo, tu estambre —le apuntó el entrepiernas— le recuerda a todo instante de que tú eres una linda flor-niño y no una flor-niña. Olvídate de él. Deja de verlo como si pudiera ser tu novio, es tiempo perdido, y ya ves que eso te hace sufrir. —Taehyung sonrió apenas y cerró sus ojos dejando salir las lágrimas contenidas. Jimin lo abrazó.— Ahora duerme. No sacas nada con lamentarte, olvida lo que viste, y mañana enfrenta a tu corazón, le das un par de latigazos, luego lo encierras en las catacumbas hasta que sea un corazón viejo, flaco y barbudo, y libéralo cuando ya haya olvidado. ¿De acuerdo?— V sonrió y asintió.

Luego de eso se quedó dormido.

Las voces y las luces lo despertaron. Miró su celular, ya eran casi las 4 de la madrugada. Miró las caras y pudo darse cuenta de que faltaba alguien, todos sus hyung habían llegado, todos excepto uno.
No pudo evitar preguntar.

—¿Y Hoseok hyung?

—Parece que le salió un mejor panorama que la fiesta. Se fue con una chica como a la una de la madrugada. Supongo que llegara mañana.

—Respondió Suga sin sospechar que cada palabra era un cuchillo atravesado en el tierno corazón de Taehyung.

—¡Yoongi hyung! —Exclamó Jimin desde su cama, haciendo un gesto de corte con la mano.

Suga arrugó su frente sin entender el mensaje subliminal de Jimin —¡Qué!
V se cubrió los ojos y su corazón. Se aferró a su peluche, y dejó correr las tibias lágrimas silenciosas hasta que toda la habitación se había convertido en un concierto de ronquidos y respiraciones rítmicas y pausadas.

***

El orgasmo que esperó tener no llegó ni con el fuego ni con la intensidad que necesitaba. Y el entusiasmo pasó con la misma rapidez que había llegado. La chica permanecía a su lado algo adormilada, él en cambio no tenía sueño, y se sentía incómodo.

De alguna forma, se sentía patético y sucio, y estaba allí acostado de espaldas, mientras analizaba esa sensación que no esperó sentir. Las razones que lo llevaron a enredarse con esa chica se mezclaban con aquellas oscuras sensaciones que se habían alojado en su pecho luego de terminada la excitación.

No quería enamorarse, y de todas formas siempre había pensado de sí mismo como un hombre igual que muchos, un hetero. Pero su mundo se había puesto de cabeza, y mientras racionalmente estaba convencido de que todo era parte de una etapa, que era algo pasajero producto de la obligada abstinencia, su corazón se había alocado dando tumbos por todas partes, saltando de árbol en árbol, volando sobre las nubes, encontrándose con unicornios multicolores, luego pasando raudo por su lado, burlándose de su incapacidad de regresarlo a su pecho y encerrarlo bajo siete llaves. Y no quería aceptarlo. …l era un hombre, hecho y derecho, y los verdaderos hombres, los hombres reales y de verdad, nunca tienen esas confusiones que él ha estado sintiendo. La prueba de ello sería que podía llevar a la cama a una chica y disfrutarlo como lo hubiera hecho unos años atrás. Y bien, había llevado a una chica a la cama, pero no lo disfrutó y ahora se sentía peor que nunca, como si estuviera traicionando a alguien. No, él no estaba traicionando a nadie, se obligó a pensar. Y su conciencia le gritó que estaba traicionando a su corazón y eso era suficiente para sentirse miserable. No podía ser peor, si era el precio que debía pagar, lo aceptaba. Pero de seguro, hay un ser maquiavélico que mueve los hilos de las historias de las personas, y con él no había terminado, porque entonces la boca de la chica se abrió para decir un par de cosas…

—Oppa, ese chico, que es de tu grupo, que estaba en la fiesta.

—¿Cuál?

—No los conozco a todos, se me confunden, aunque a él si lo recuerdo, porque es lindo, pero de verdad, es mucho más bello en persona, realmente una belleza.

—¿Cómo es? Descríbelo.

—Es el de cabello claro, que lo anda trayendo casi siempre alborotado. Tiene los ojos grandes y una boca sensual y maravillosa. Espera tengo una imagen acá en mi celular.— Buscó con su índice hasta dar con la imagen de Taehyung. —¡Este!

Hoseok juró que escuchó la risa burlona del destino en ese momento —Es V. —Dijo en un susurro.

—…l, sí, era él.

—¿Cuándo lo viste?

—Llegó a nuestro lado, pero tú no lo viste. Pensé que te iba a hablar, pero se quedó ahí parado mirando.

¡¡¡Bum bum bum!!!

Los latidos del corazón casi ensordecían los oídos de JHope. Se sentó en la cama, apoyándose en el respaldo.

Quería preguntar, pero su boca se había secado. Luego de unos segundos pudo hablar —Y ¿en qué estábamos nosotros?

Ella se arrimó hacia el cuerpo de Hoseok pasando una mano por su vientre, dibujando círculos con sus dedos, acarameló su voz y dijo con tono seductor —tú estabas con tu mano debajo de mi falda y me dabas suaves mordiscos en el cuello.

JHope sintió su cara arder, y tragó saliva. Se lamentó mirando hacia el cielo— ¿Y él que hizo?

—Solo se fue.

…l cubrió su cara con las manos —Ah, qué estúpido soy.

—¿Por qué? ¿Qué tiene de malo que él haya visto?

—…l es uno de los maknae. Es menor de edad, y yo le he dado un mal ejemplo…

Se sentía avergonzado por dejar que el alcohol controlara sus actos. Y luego haya tenido un comportamiento indigno frente a los ojos de su dongsaeng. No tenía ni la moral ni el corazón para mirarlo a los ojos y cuidar de él. Y además…

—Oppa, te amargas demasiado, tú eres joven, no eres su padre.

—Soy una mala persona. Eso es lo que soy. Ahora qué va a pensar de mí

—Se levantó de la cama.

—Oppa, oppa ¿a dónde vas?

—A ducharme.

—¡No! Vuelve acá, oppa. Aún no ha terminado la noche.

Hoseok se metió a la ducha —Son casi las cuatro, me tengo que ir.

***

Taehyung sintió el alboroto de la habitación. Por una rendija que dejaba el antifaz pudo ver la cabeza de Hoseok. Se los quitó para ver la hora en su celular. Ya eran casi las cinco. Vio volar un par de cojines por los aires, eran sus hyung que entre bromas le daban la bienvenida a su compañero. Bien, para ellos era toda una hazaña lo que JHope había hecho.

Justo en ese momento, Taehyung alcanzó a darse cuenta de que JHope se iba girando hacia él, y escondió su cara en la almohada y se cubrió los ojos. No quería verlo, no quería saber nada de él, ni de sus historias truculentas, ni de sus triunfos con las chicas, no quería saber de aquella peli-teñida, no quería saber de su hyung, ni de su voz, ni de su sonrisa, ni de su aparente eterna felicidad, por él que se fuera al otro lado del mundo, al Amazonas por ejemplo, y que allí se perdiera y lo encontraran los encogedores de cabeza, si es que allí hay algunos, y le dejaran su cabeza del tamaño de una cabeza de alfiler, total que ni la usaba, nada más que para llevar pelo y sus gorras.

Tenía mucha rabia, irracional como todas las cosas que le pasaban con su hyung, pero era real, y torturadora como un dolor de muelas, y desde ahora en adelante trataría el asunto como se trata una infección. No había vuelta atrás. Total su hyung ya no estaba en el pedestal.
En definitiva, el amor es una infección.
Notas finales:

No lo odien!!! Quizás quería huir. Cómo lo dije en las notas iniciales. No es fácil decir: oh mi amigo me produce cositas...


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