-Joven disculpe que me entrometa pero ¿pasa algo? –pregunto la abuelita a la cual le cedió el puesto.
-¡No! No, solo veré una persona por la cual he esperado mucho tiempo.
-¡Ohh por lo que veo debe de quererlo muchísimo! –sonrió.
Agacho la mirada y sonreo también, la abuela-sama había dado justo en el blanco.
Llego a la estación que quedaba muy cerca del aeropuerto, antes de irse la agradable abuelita se despidió dándole la mejor de las suertes.
Salió casi que volando de aquella estación, al llegar al aeropuerto, tropezaba con muchas personas y equipajes. “lo siento” “disculpe” eran las palabras que decía con una leve reverencia cada vez que podía.
Al llegar a la Sala de espera, no encontró a Haru-chan por ningún lado, aunque en el teleprompter decía que su vuelo había llegado.
Estaba un poco nervioso pero decidido, no sabia si encontraría a la misma persona que se fue hace cuatro años, si lo lograría a reconocer. “Pero que estúpido soy”, eran las palabras que se le pasaban por la mente, puede que hayan pasado algunos años, pero las personas no cambian de esa manera de un día para otro (o eso era lo que quería pensar).
Pasaron dos horas y era difícil verlo o encontrarlo. Estaba sentado en una de esas bancas frías y lizas que dormían mi trasero. Viendo como amigos, familias y parejas se reencontraban, con otras. Felices, riendo, abrazándose, besándose y hasta llorando. ( él quería llorar pero no de felicidad) Yuki era la ficha que no encajaba en aquel lugar.
¿Sera que se canso de esperar y se fue? ¿Habrá sido una broma de mal gusto? No, no creo que haya sido esa ultima, él no es de se tipo de persona. Minutos mas tarde aceptando que Haru no vendría se me fue de ese ambiente tan inadecuado (y así los demás no sentirían su aura de mal agüero).
Salió de allí y comenzó a nevar, ningún tipo de transporte podía transitar por esa zona, así que tuvo ir a pie, era un poco difícil ver con tanta neblina (además de sus problemas de vista) y en su mente solo podía pensar si tal vez, el que lo haya querido que lo esperase, significaría que sabia de sus sentimientos hacia él y que quería que quedara en claro que no quería tener nada consigo. “Sí, tal vez fue eso”.
Siguió caminando, le dolían las piernas y sin poder contenerse más, lloro casi que inconsolablemente en esa carretera fría y solitaria. Sintió como el corazón junto con su alma se partían a pedacitos, era un dolor más grande que cualquiera físico, con la mirada escaza pudo notar unas luces que se asemejaban a las de un automóvil.
-¿Quién será ese? –se pregunto la chica-. Me acercare para ayudarlo.
Al acercarse pudo notar un carro sencillo de color rojo, de inmediato seco sus lágrimas e intento verse lo mejor posible, como si solo se encontrara un poco perdido, con dificultad, dentro pudo ver una hermosa chica de cabello castaño, la cual abrió la puerta del copiloto.
-¿Te encuentras bien? -dijo ella.
-Si señorita, solo un poco perdido pero no importa podre encontrar cerca alguna parada de autobús.
-¿Ehh? No lo siento, estas un poco lejos de eso, si quieres puedo llevarte a tu casa –sonríe.
-Ettooo… la verdad no sé, puede que la atrasé un poco.
-No, claro que no, solo estaba por aquí de paso.
-Esta bien si no fuera de mucha molestia.
-Claro que no, insisto.
Subió al carro, estaba un poco incomodo nunca había estado tan cerca de una chica tan kawaii (sig. Linda en japonés), le daba un poco de pena hablarle, no sabia que decirle y las pocas veces que pudieron entablar una conversación, fue porque ella empezaba. Tenía un aroma muy confortable a frutas (no le bastaba con ser linda y tener una sonrisa preciosa), era lo único que en ese momento no le hacia pensar en el idiota de Haruma.
Al llegar al complejo, ella lo cogió del brazo y dijo:
-Todo esta bien.
Pudo oler su fragancia más de cerca, era parecido al paraíso, estaba un poco nervioso.
-S… sí ¡todo esta bien! –tartamudea-. Muchas gracias por todo.
Salió del auto, sabia que no había sido muy cortes
“¿Por qué no le pregunte su nombre?” Volteo y dijo:
-disculpa, cual es…
Ya era demasiado tarde, no pudo imaginar, todo el tiempo que estuvo al lado de ella y ni siquiera pudo hacer algo tan sencillo, pero bueno era obvio que no la volvería a ver.
Al llegar al departamento solo quiso estar en cama y evitar todo lo malo que había pasado esta noche. Quería sacar a Haru-chan de su corazón.