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Clases de Natación por AoSheep

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Notas del fanfic:

Ninguno de los personajes me pertenece. Todos son de su respectivo autor. 

Notas del capitulo:

Francamente tengo un rato sin publicar nada, así que ahí va. Espero que sea de su agrado. 

Aunque yo creo que es un lemon, pinta más como un lime... lo dejo  a su criterio. 

 

Todos en el club de natación sabían que a Rei no se le daba bien el nadar ningún estilo que fuese distinto a mariposa y luego de seis intensivos días en los que estuvieron intentando enseñarle –antes de que éste descubriera su talento para el estilo mariposa –, desistieron de enseñarle algo que no fuera pecho completo. Sin embargo eso no bastaba para Rei. Siempre que veía a sus compañeros, sobre todo a Makoto nadando, se emocionaba, veía que aquello era realmente hermoso y le entraban unas granas increíbles de poder hacer algo así, de poder nadar así.

Aquel día era domingo y el club de natación había descansado, por lo cual Makoto ni de broma se esperó que Rei apareciera a las ocho treinta en su puerta con un extraña petición: —¡Makoto-sempai, enséñame a nadar de dorso, por favor! —rogó el de lentes rojos sorprendiendo de sobremanera al otro, que estaba aún medio dormido.

Después de eso Makoto se vio arrastrado por Rei hasta la piscina de la escuela, en un día domingo, cuando debía de estar durmiendo tranquilamente. No sabiendo cómo negarse prácticamente a nada, el mayor se metió en su traje de baño y se zambulló en el agua, esperando a que el otro lo imitara y comenzaran con la enseñanza.

Rei entró a la piscina poco después de otro y se puso delante de Makoto, esperando instrucciones. El mayor suspiró —Date vuelta —pidió y Rei obedeció. Makoto tomó sus manos suavemente y las levantó —. Voy a recostarte en el agua —avisó, haciendo lo que había prometido, dejando al otro tendido boca arriba sobre el agua mientras sostenía sus manos. —Bien… relájate, Rei y comienza a patalear —pidió, acto seguido Rei comenzó a patalear suavemente. —El dorso se trata de mantener la cabeza fuera del agua y no traga agua mientras se bracea. Aquí no tenemos la cabeza sumergida en el agua, pero la brazada puede provocar que lancemos agua a nuestro rostro…

 —Por eso es necesario dar brazadas certeras y voltear la palma de la mano hacia afuera una vez que haya llegado a la altura del hombro. Cuando se arrastra el agua para avanzar hay que hacerlo por debajo del agua para evitar salpicar hacia la cara. Es necesario mantener la cabeza recta y no ladearla hacia el brazo que está realizando la brazada para evitar que el agua entre en los oídos drásticamente —continuó Rei, como si estuviese leyendo una enciclopedia de natación —. Me leí toda la teoría.

 —Supongo que sí —rio Makoto soltando las manos del otro —aún no brasees y trata de no hundirte —pidió, moviéndose hasta quedar al costado del menor y poniendo sus manos bajo la espalda de éste; o más bien en la espalda baja de éste. Rei sintió una corriente eléctrica recorrerle el cuerpo. —. Mantente en esa posición y trata de avanzar sólo pataleando.

Las mejillas de Rei se colorearon un poco y farfulló un “Sí” arrastrado, antes de comenzar a patalear trágicamente, haciendo más agua de la necesaria. Makoto puso una mano en el vientre bajo de Rei, donde comenzaba el traje de baño.

 —¿Makoto-sempai…?

—Trata de patalear sin que se mueva tu abdomen, sólo mueve las piernas, lentamente. No quieras salpicar, concéntrate en avanzar. Salpicando sólo gastas energía innecesariamente. —Murmuró Makoto, muy concentrado en ver que Rei no moviera el estómago.

            Rei tragó saliva y asintió con la cabeza, comenzando a patalear, usando sólo los músculos de las piernas para ello y concentrándose en sentir la mano de Makoto en su espalda baja y la otra en la pretina de bañador. Aquello se sentí bien. Makoto tenía manos grandes que seguramente le ayudaban a dar una mejor brazada y a impulsar el agua hacia atrás a la par que impulsaba su cuerpo hacia adelante… pero cómo se sentirían esas grandes manos recorriendo su cuerpo…

—¿Rei, qué pasa? —preguntó Makoto a ver que el otro se detenía y se alejaba momentáneamente de él.

—Esto no va a funcionar… —murmuró sonrojado y apresurándose a salir de la piscina al sentir un pequeño pero incomodo bulto apretarse contra su traje de baño.

Makoto tragó duro cuando vio al otro salir, más aún porque había notado aquel bulto… Rei se había excitado. No, él había logrado que Rei se excitara. Salió de la piscina, siguiendo a toda prisa a Rei y cuando lo hubo alcanzado en los vestidores lo empujó contra la pared en un gesto bastante impropio de él.

—¿Makoto-sempai…? —murmuró incomodo Rei, sintiendo que los colores se le subían a la cara —No puedo hacerlo, no vale la pena…

Sus labios se vieron acallados por los de Makoto que con avidez comenzó a besarlo, al principio suavemente y después con más fuerza, a la par que colaba su diestra al miembro del otro, el cual se alejó del beso para emitir un pequeño gemido.

—Rei… ¿desde cuándo?  

—Sempai… eso no, es vergonzoso —murmuró Rei.

—¿Desde cuándo? —preguntó nuevamente Makoto, besando el cuello del otro y acariciando con más fervor su miembro.

—Mako… siempre me ha llamado mucho la atención —confesó Rei poniendo ambas manos contra el pecho de Makoto —, su forma de nadar es hermosa… Makoto-sempai es hermoso…

—Rei —murmuró conmovido Makoto, besando nuevamente los labios del otro —, tú también eres muy hermoso.

Makoto continuó besándolo y acariciando su miembro, a la par que ahora, con la mano izquierda pellizcaba suavemente uno de los ya erectos pezones de Rei, el cual empezó a gemir fuertemente, llevándose inmediatamente las manos a la boca para acallar sus embarazosos gemidos.

Makoto se enderezó y quitó las manos de Rei de su boca —Déjame oírte… Rei —murmuró a su oído, antes de bajarle el traje de baño.

—No… me da vergüenza.

—Eres hermoso, Rei… —musitó Makoto, no pudiendo resistir más y dando la vuelta al otro que estrelló las manos en la pared. Makoto comenzó a acariciar los glúteos de Rei. —Eres realmente hermoso, Rei…

—Makoto… sempai… esto es embarazosos —murmuró Rei entre gemidos entrecortados, sintiendo como uno de los grandes dígitos de Makoto se colaba en su entrada y comenzaba a hurgar en ella. —… sempai.

Makoto se bajó su traje de baño y besó la nuca del otro mientras introducía un segundo dedo en la entrada del menor —No puedo aguantarlo más… Rei… perdona, tengo que entrar…

A Rei se le cortó la respiración por un segundo y después un gemido lastimoso atravesó su garganta rompiendo en un jadeo de espasmos cuando el miembro de Makoto se abrió paso entre las paredes de su entrada. Estaba caliente, palpitante, tan grande y grueso… se sentía tan doloroso y al mismo se sentía tan vivo y tan lleno.

—Sempai… —gimoteó Rei sollozando un poco y apretando las manos en puño a la par que Makoto retomaba las atenciones sobre su miembro. —… sempai…

—Rei — gimió en su oído y después comenzó a jadear con forme se movía lentamente en el interior del otro —, eres tan lindo Rei… —musitó, jadeante y sudando.

De repente el estar mojados dejó de tener importancia, las gotas de agua se mezclaron con el sudor y la temperatura subió tanto que no importaba que hiciera un poco de frio.  Rei se irguió un poco y ladeo la cabeza, ofreciendo sus labios al mayor que seguía embistiéndolo con ímpetu entre jadeos entre cortados. Makoto recibió sus labios, lo besó candentemente, mordiendo apenas su labio inferior y adquiriendo más fuerza en sus estocadas.

Rei estaba por terminar, su miembro palpitaba sin control sus entrañas parecían comprimirse y su respiración se sentía más errática que nunca. Makoto por su parte se sentía igual, con su miembro tan cálida y exquisitamente apretado entre las paredes del interior de Rei y los labios del otro bebiendo de los suyos. En un gemido compartido, acallado mutuamente contra los labios del contrario, tanto Makoto como Rei soltaron su esencia; Rei ensuciando la mano del mayor y Makoto llenando el interior del otro.

Los ojos de Rei estaban llorosos, sudaba y de su boca se escapaba un sensual hilo de saliva que le hicieron desear a Makoto repetir el acto desde el principio una vez más. —Sempai…

—Rei… —susurró, en un jadeo Makoto besando al otro suavemente y abrazando su espalda contra su propio pecho —, me encantará darte todas las clases de natación que necesites.

Rei sonrió un poco y beso al otro, dispuesto, de todo corazón, a tomar más clases con él; aunque ahora ya no sólo quería aprender natación.

 

           

 

Notas finales:

Si les gustó el fic les encargo un lindo comentario, los comentarios son el alimento de todo escritor.

Sin más por el momento, me despido.

Bye by

Sheep. 


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