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Cambio de género por pri_sasukelove20

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Notas del capitulo:

 

Hola queridos lectores, gracias por su apoyo condicional. Me hizo feliz leer sus reviews y saber que les está gustando la idea. Este capítulo es largo, hace mucho no escribía uno así ja, ja, ja, espero de todo corazón que les agrade.

(Personajes de Masashi)

 

 

—¡Oh, te ves encantador, Naruto!-habló con ojos soñadores. —¿No es verdad, Minato?-miró a su esposo a su lado.

Naruto lucía una playera naranja con el logo de una serpiente en negro, encima una chamarra oscura, jean azul y tenis blancos. Sobre el sofá se hallaban cinco bolsas todavía sin revisar con ropa y artículos que el día de hoy tendría que aprender a usar como un chico.

—¡Por supuesto que sí!-sonrió el blondo mayor—Conquistarás a muchas chicas.

—¡Papá, no soy lesbiana!-respondió molesto.

Sus queridos progenitores quedaron boquiabiertos. Era cierto, podía lucir como todo un muchacho pero su mente seguía siendo la de una mujer. Este sería un proceso muy largo.

—Hijo, entendemos perfectamente lo que dices, pero los otros no lo verán así. Ya no podrás quedárteles mirando como antes, y tampoco podrás acompañar a tus amigas  cosas que hacían habitualmente.

—¡Oh, Dios, lo había olvidado!-se jaló el corto cabello, espantado—¡Mamá, con esta apariencia no podré conquistar a Sasuke!-se angustió.

—¿Quién es Sasuke?-preguntó Minato a su esposa.

—Es el chico del que gusta desde hace unos años-susurró a su oído, la pelirroja.

—Oh, entiendo. Es comprensible su estado, siendo hombre ahora sus posibilidades de tener algo con ese chico son de cero.-comentó sin malicia.

—¡Papá, no me estás ayudando!-gritó con lagrimones en sus ojos.—¡Sasuke no me mirará! He perdido mi oportunidad…

—Cariño, no llores-lo abrazó intentando consolarlo—Naruto, recuerda mis palabras. Todo pasa por una razón, debe significar algo este gran cambio y puede beneficiarte.

—Mamá, esto no me beneficia en nada-susurró, rodeándola con sus robustos brazos. —Solo me ha empeorado la vida doblemente.

—Hijo, ser un chico tampoco es el fin del mundo. Tenemos nuestras ventajas.-sonrió Minato.

—¿Cómo cuales…?-preguntó en brazos de su madre.

—A pues…-meditó unos instantes sosteniendo su barbilla—No quedamos embarazados, por ejemplo, no tendrás que preocuparte por sufrir nunca un dolor como el parto. Eso me recuerda, tu madre en ese momento casi me deja sin mi mano derecha, me oprimía tan fuerte que la circulación de mi sangre-

—¡Minato, basta!-contestó la mujer avergonzada.

—Es verdad-habló de repente—No podré ser madre-sollozó.

—Pero hijo, siempre te quejabas de los niños. Dijiste que nunca serías madre-le hizo recordar su padre.

—¡Pero si Sasuke quiere ser padre no podré darle descendencia! ¡Se irá con la primera chiruza que ande por ahí! ¡Buuuaah!

—Querido, creo que lo has arruinado-suspiró Kushina, palmeando la espalda de su niño.

—Las mujeres son muy complicadas-murmuró el blondo mayor confundido.

La noche llegó en un santiamén, habiendo acomodado sus nuevas prendas en el armario rosa provisorio que pronto cambiaria de su habitación, se dedicó esa tarde en cambiar los estantes de perfumería y maquillaje por desodorantes, gel para el cabello y perfume de hombre. Labiales, sombras, delineadores, con lo que amaba estar coqueta en todos momentos, tuvo que recogerlo y meterlo en una caja de cartón junto con pulseras, anillos, aretes y collares. Su madre había tenido el gesto de compararle un reloj pulsera negro que todo muchacho debía portar y hasta maquinitas para afeitarse, aunque no tenía nada de vello todavía adornando su barbilla.

—¿De verdad, estás bien?-Kushina acarició su frente como siempre lo hacía.

—Sí, mamá-exclamó más calmado, llorar le había sentado mucho mejor.

—Que descanses, cariño-besó su frente.

—Tú también-respondió con una pequeña sonrisa.

Kushina salió apagando la lámpara de la mesita de luz y cerró tras ella dejando conciliar el sueño a su niño. Mañana enfrentaría su primer día como un chico en el colegio, su uniforme nuevo descansaba en la orilla de la cama perfectamente doblado.

“Sasuke… mañana te veré, aunque no pueda volver a declararte mis sentimientos”

Naruto derramó una solitaria lágrima y se cubrió el rostro con el antebrazo sintiéndose impotente con su nueva apariencia. Todavía no lograba ver lo que el amuleto del amor quería mostrarle, sinceramente estaba arrepentido de haberlo ido a recoger con sus amigas. Ellas acudieron a su cabeza y se preguntó si habrían corrido con la misma mala suerte.

Suspiró. Cerró sus ojos y se dejó llevar por el sueño.

 

—¡Hijo despierta, se te hará tarde para desayunar!

La voz de su madre llegó a sus oídos del otro lado de la puerta, soñoliento se destapó enderezándose y dando un bostezo, mientras estiraba sus brazos a cada lado de su cuerpo. Había llegado el momento de mostrar la cara a sus antiguos compañeros bajo una nueva identidad, fingir ser nuevo y que no conocía a nadie, un verdadero dolor de cabeza. Su cabello desaliñado costó ponerlo en condiciones, frente al espejo intentó más de una manera de manejar los descontrolados y dorados cabellos. Cuando se puso gel, le sentó horrible a primera vista, parecía que una vaca lo hubiera lamido de pies a cabeza aplanando su pelo, dejó el gel a un lado y decidió darle forma mojando con agua las puntas y peinándolos hacia arriba como su amor platónico. Sasuke lucía tan sexy con esos largos mechones ubicados a cada lado de su rostro y unos mechones en punta en su nuca, todo un príncipe.

—¡Listo! No soy tan bello como mi Sasuke, pero al menos quiero tener una parte  de él conmigo-se acarició el cabello. Sus puntas revueltas en todas direcciones hacia arriba y unos cuantos que caían en su frente dándole un aspecto muy varonil, difería enormemente a su otro peinado con coletas, sin mechones, y flequillo largo que tapaba sus ojos frecuentemente.

Dejó de mirarse al espejo, se perfumó y observó en la cama su uniforme de “muchacho” ya no más falda ni camisa con la cinta típica que adornaba su cuello. Se desvistió dejando caer la playera y el short en el piso, se colocó los pantalones negros que parecían de vestir a una fiesta de lujo, el cinturón nuevo de cuero marrón, la camisa manga corta blanca, tomó la corbata y se la pasó alrededor del cuello dejándola descansar.

—¡Mamá, ven un segundo!

En efecto, no tenía idea de cómo anudar una corbata. En su vida nunca imaginó que tendría que aprender a hacerlo. Se colocó los calcetines blancos, los nuevos zapatos negros y justo cuando se dirigía a abrir la puerta fue su madre quien apareció.

—¡Oh, te ves divino con el uniforme! ¡Minato trae la cámara!

—¡Entendido!-se oyó desde el comedor.

—Me encanta tu peinado, haber déjame ver hijo-tomó la corbata de ambos extremos y empezó a entrecruzarlas una con la otra hasta amar un nudo y ajustarla subiéndola hasta el cuello. Naruto no entendía como podía su madre hacer tan difícil maniobra—Tu padre tampoco puede anudársela solo-rió—Mi madre me preparó para estas cosas y ser una esposa perfecta-habló orgullosa—Bingo, ya está Naruto.

—¡Aquí estoy!-Minato entró a la habitación con la cámara en mano—Hijo, te ves como todo un hombre. ¡Eres igual a mí cuando era niño!-sonrió.

—Eh… gracias, papá-sonrió.

—Naru, pon una gran sonrisa-tomó la cámara de las manos de su esposo y enfocó la imagen de su niño—Ahí voy-un flash segó sus ojos unos instantes y volvió a poner cara de muerto vivo en cuanto su madre y padre dejaron la habitación gritando lo lindo que había salido en la fotografía.

Se puso el saco azul oscuro con la distinguida insignia del instituto, y cargó su mochila nueva en la espalda, ya no era violeta con tonos rosas, era una mochila negra con los cierres naranja flúor, al menos su madre había elegido uno con el color que le gustaba. El naranja era su color favorito.

—Me voy-dejó la taza de café vació en la mesa y se puso de pie acomodándose el bolso.

—Que te vaya bien cariño, y recuerda, ahora debes ser un chico. Debes dejar tu feminidad a un lado o te verán raro.

—Lo sé, lo sé.-suspiró agobiado. Lo tenía en cuenta cada maldito segundo. Y lo recordaría a diario cuando se viera en un espejo, reflejo, o fuera al baño viendo su enorme intimidad entre las piernas la cual todavía le daba mucha impresión.

Es que por Dios, era el primer pene que veía en su vida.  ¿Cómo no estar traumado? Era estúpidamente ingenuo e inocente en ese ámbito, gracias a sus padres, y aunque tuviera internet en su propio cuarto jamás se le cruzó por la cabeza visitar sitios donde pasaran videos al desnudo o porno.

—Hijo, no te pongas nervioso. Actúa natural, recuerda, ahora eres el primo de Naruko.-habló su padre.

—Okey. Nos vemos más tarde, papá a ti también se te hará tarde todavía no has terminado tu café.-señaló la taza aún llena sobre la mesa.

—Es cierto-el blondo volvió a su lugar tomando su café mientras sostenía el maletín en su mano vistiendo un llamativo traje color gris y corbata azul haciendo juego con sus ojos.

—Rezaré para que no metas la pata-sonrió la pelirroja.

—Mamá…-murmuró avergonzado—¡Les demostraré a los dos, que puedo ser todo un hombre! Nadie notará que fui antes una mujer-levantó su mano formado un puño con una mirada llena de determinación. —Hasta luego-salió a prisa de casa apurado porque sabía que llegaría tarde.

—¿Tú crees que podrá?-preguntó su esposo mordiendo una tostada con mermelada.

—Desde luego que sí, y si no, aquí estaremos con los brazos abiertos para consolarlo cuando venga llorando.

Minato la vio con una gota en la sien.

Aumentó el paso cuando vio la hora en su muñeca, notó los radicales cambios en su cuerpo. Se sentía más ágil, y no se agitaba tanto como antes, usando falda no podía correr y cuando lo hacía en clases de deporte se cansaba bastante. Su condición no era muy buena, pero sentirse ahora con más resistencia era increíble. Cruzando la calle cuidadosamente, pasó varias calles y cortó camino hasta el instituto ya sabido de memoria. Suerte que no tenía que gastar para tomar un autobús como el resto.

A los metros distinguió el gran establecimiento siendo rodeado por las altas rejas negras, los estudiantes vistiendo su mismo uniforme comenzaban a entrar haciendo bullicio a tempranas horas de la mañana. Se detuvo abruptamente a tan poca distancia un tanto nervioso y con el corazón latiendo a mil por minuto, no negaba que tenía miedo, miedo de enfrentar a sus antiguos compañeros y sus grandes amigas. Ya no lo reconocerían, no podría hablar con ellas de chicos durante el recreo o quejarse de la menstruación o pensar en lo que harían cuando fueran más grandes y se casaran.  Eso era pasado. Se mantuvo quieto un momento intentando tranquilizarse, era Naruto ahora no podía comportarse como una chica. Debía mostrar su hombría.

Mierda. Era tan difícil hacerlo de un día para el otro.

—¡Ino, te estoy hablando, maldición!

—¡Déjame en paz!

Salió de sus pensamientos de golpe al reconocer la voz y el tono de molestia de su amiga. Fijó la vista al frente, cerca de la entrada al colegio su grupo de amigas estaba discutiendo con un chico que vestía el uniforme de otro colegio. Si no se equivocaba, Ino le había hablado que meses atrás había roto con su ex novio porque él le había sido infiel con su propia prima.

—¡Me estás lastimado!-el chico la tomó bruscamente de la meñeca.

—¡Déjala maldito bruto!-Temari lo empujó hacia atrás haciéndolo retroceder, pero su mano seguía fija en el brazo de Ino.

—¡Ustedes no tienen porque meterse, es tema nuestro!-gritó molesto.

El cuerpo estudiantil que pasaba por su lado observó la escena y comenzaron a hablar a sus espaldas, la rubia sintió vergüenza y odiaba que la sometieran en plena calle. Había tenido un pasado bastante horrible que solo su madre sabía. Con su mano libre marcó la mano de su ex novio clavándole las largas uñas.

—¡Maldita zorra!-Ino cayó sentada al piso tras ser abofeteada con fuerza, un hillilo de sangre se deslizó por sus labios.

—¡Infeliz!-Temari y Tenten se abalanzaron contra él furiosas.

Hinata abrazó a Ino poniéndose delante de ella para que no la golpeara más. La rubia se sentía inútil y un miedo comenzó a inundar su pecho, volver a ser víctima de un hombre le aterraba al punto de sollozar y quedarse petrificada tal como una estatua.

—Chicas…-la joven Hyuga observó a sus amigas caer al piso tras ser empujadas por el muchacho contra la pared, se veía bastante robusto y más alto que ellas. Se acercó furioso y se detuvo frente a Hinata e Ino, quien no podía levantar el rostro y solo veía el piso.

Naruto entonces salió de su letargo. Sus amigas lo eran todo para él, siempre animándolo, aconsejándole, apoyándole y diciendo que un día seguramente podría obtener el amor de Sasuke aunque costara siglos. Ver que hacían daño a Ino, lo dejó perturbado unos segundos, pero ahora experimentaba algo completamente inhumano en su interior.

Los hombres son fuertes. Tienen más musculatura que una mujer, golpean más fuertes que ellas, tienen más resistencia que una y aguantan más daño.

—Soy un chico ahora…-susurró. Se miró las manos y formó puños—Las puedo proteger, puedo cuidarlas…-salió corriendo como una bestia sediento de sangre.

—¡Hinata!

Neji gritó preocupado al ver a su prima siendo jalada del cuello de su camisa y empujada a un lado para tomar a Ino del cabello.

—¡Maldito hijo de…!

—Espera-le agarró del brazo a tiempo de que saliera corriendo.

—¡Sasuke, suéltame! ¡Van a lastimarla!-gritó furioso.

El grupo de galanes presenció la escena a solo unos metros, casi la misma distancia que el blondo. Neji no podía quedarse de brazos cruzados luego de ver semejante barbaridad.

—Cálmate, alguien va a socorrerlas. Quiero ver que hace ese rubio.

—¿Eh?-dejó de mirar al azabache y volteó la mirada nuevamente a la entrada del colegio.

Sasuke había visto inmediatamente al chico cruzarse en su camino sin notar sus presencias y corría con una expresión de ira insaciable que había llamado toda su atención.

En el otro extremo, Ino fue levantada del piso a la fuerza y mientras el chico comenzaba a discutirle la tomaba de las mejillas para que lo mirara fijamente.

—¡Vas a volver conmigo!

—¡No, no lo haré!-negó con la cabeza, cerró los ojos que comenzaban a derramar lágrimas.

—¡Suéltala, bastardo!-Temari, Tenten y Hinata volvieron a ponerse de pie y lo apartaron nuevamente para que la soltara.

—Estúpidas entrometidas. ¿Quieren acaso que las golpee a ustedes también?

Las tres se pusieron delante de Ino protegiéndola.

—Atrévete imbécil a ponerme otra vez una mano encima-amenazó la rubia de coletas, colérica.

—Yo tampoco me quedo atrás-respondió Tenten.

—Bien, zorras, voy a cumplir su petición.

Levantó la mano para golpear a Temari otra vez embriagado por la furia, pero su brazo fue detenido a medio camino por la mano de otro intruso a su lado.

—¡¿Qué demonios…?!-ladeó el rostro estupefacto.

—¡Chúpate esta hijo de puta!-Naruto usó su puño llenando de toda su fuerza y botándola en la boca del estomago de el ex de Ino. El dolor fue tanto que el pobre se cayó arrodilladlo, casi sin aire y llevó sus manos tomándose el abdomen.

—Aahh… des-desgraciado…-murmuró adolorido mirándole desde abajo.

—A las mujeres no se les golpea estúpido-escupió envenenado. Le tomó del cabello y le hizo mirar directamente a sus ojos azules—Como te vuelva a ver por este sector y maltratando a una mujer, te arrancaré las pelotas y te los haré comer uno por uno. ¡VETE!-le empujó lejos de su vista.

—¡Sabrás de mí maldito monstruo!-gritó atemorizado corriendo lo más lejos posible de él.

—Tks…-genial, ya había llamado demasiado la atención. ¿Habría sonado lo bastante masculino para que todos no dudaran de su género? Los hombres siempre maldecían y les gustaba mostrar su fuerza, esperaba que eso lo hubiera ayudado y no complicado la situación.

—Ah, disculpa.

De repente recordó donde estaba, Dios mío, sus amigas estaban a su espalda. El mar de nervios volvía a llenar su cabeza, intentó aparentar calma y volteó a mirarlas con una expresión seria.

—¿Están bien, las lastimó mucho?

Las muchachas no pudieron evitar sorprenderse ante su clara preocupación en su voz. Jamás lo habían visto en el colegio, y era realmente guapo y alto.

—Gracias a ti no ha logrado más nada-sonrió, Temari.

—Te lo agradezco-habló Ino con los ojos húmedos—Pensé que nadie nos ayudaría. En este colegio nadie quiere inmiscuirse con problemas ajenos, debemos arreglarnos solas.

—Chico que bien golpeas, salió huyendo cobardemente-rió, Tenten.

—Eres nuestro héroe, gracias-sonrió, Hinata.

El blondo se sonrojó hasta las orejas.

—Ah… ja, ja, eh… gracias. Solo, solo quería ayudarlas. No me gusta que abusen de las mujeres, es lo peor que podría hacer un hombre. Si me disculpan, debo presentarme en dirección.

—Espero que podamos verte de vuelta-habló, Ino.—Nos gustaría agradecerte.

—Créame, volveremos a vernos.-mostró una abierta sonrisa, estaba feliz de haber podido ayudar a sus amigas—Soy Namikaze Naruto, el primo de Naruko, un placer conocerlas.

Caminó al interior del instituto, dejándolas con la quijada abierta contra el piso sin poder asimilar la revelación en ese segundo. Avanzando cerca de ellas, el grupo de Sasuke siguió al chico desconocido a excepción de Neji que se había separado para ir a ver a su prima.

Sasuke siguió con la mirada la espalda ancha del blondo entrar al interior del colegio.

—Oye… no te lo comas con los ojos-habló el Nara—Eres muy obvio.

—Cállate-exclamó molesto.

—Parece ser que es un chico nuevo, es raro a esta altura del año-comentó Sai—Se veía realmente atractivo en ese momento, ¿Verdad?-miró sonriente a su líder.

—Es solo un tonto escandaloso, no se detengan a pensar en más-Gaara enojado apresuró el paso—¡Sasuke, vamos!-pidió molesto a su amante, si es que podía llamarlo así, ya que el Uchiha solo lo usaba para desfogarse.

—Ni lo sueñes-dijo entre dientes adivinando el pensamiento de Sai.

Shikamaru suspiró hastiado. Aquí iban de vuelta las malditas competiciones por un hombre. Gaara no podía creerlo, Sasuke de verdad… de verdad iba…

—Yo me acostaré con el-tomó del cuello de la camisa a Sai, su mirada gélida y amenazante, esa que ponía los pelos de punta a sus rivales y enamoraba a las féminas, solo provocó una sonrisa en el pálido rostro de su compañero.

—¡Sasuke!-el pelirrojo de ojos verdes le gritó molesto por ignorarlo. No podía estar diciéndolo en serio, ¿O sí?

—Que gane el mejor, Uchiha-le retó.

(Continuará)

 

Notas finales:

 

Les gustó?  Le sigo? T-T


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