Por cierto, miles de gracias a todos los comentarios que me habeis dejado. Pronto otro capi de Inmolación.
Dedicado a las que me leen y sobre todo a mi Eve-chan :P
Llovía a cantaros. Algunos corrían hasta sus casas, por miedo a empaparse y coger un resfriado.
A mi, seguramente, se me había pegado la maldita costumbre de Eiji, de hacer lo mismo.
Corras o no, te mojas igual. Así que pausé mi ritmo y me sentí el más estúpido de entre los estúpidos. Al menos ellos tenían un motivo para querer llegar a casa. Yo ni eso...
- ¡¡Oishi!! - me volví. Creí que todos los chicos se habían ido antes que yo... Valiente capitán irresponsable, no sabía ni donde estaban mis pupilos...
- ¿Fuji?
- Si el capitán se resfría, no sé qué haremos nosotros solos... - me riñó, mientras se colocaba junto a mi, cubriéndome con su paraguas.
- Lo siento. Lo olvidé en casa...
- Un despiste lo tiene cualquiera. Yo tengo que disculparme también. Es un paraguas pequeño... Acércate un poco más... No muerdo... A no ser que me lo pidan expresamente...
Sentí una certeza de tal magnitud que necesité apartarme bruscamente. Syuusuke era consciente de mis reacciones y estaba completamente convencido de que sabía lo que estaba pensando en ese preciso momento, en el que brazo se había deslizado con delicadeza, pero a traición, por mi cintura y su mano había acariciado con malicia mi piel...
- Oye... Lo siento... - gimió apurado, intentando ocultar su rubor con la mano libre. La misma con la que me había tocado.
- No pasa nada...
- Era... Sólo pretendía... Estabas mojandote un poco...
- Sí, tienes razón... Digo no. No, en realidad eso no importa.
- Puedo llamar a mi hermana para que venga a por nosotros, si quieres...
- No hace falta. Prefiero seguir caminando.
- Como quieras.
No. No era eso lo que quería. Lo único que quería era estar con él. Sólo un poco más. Algo más de tiempo con él, a solas...
Seguimos caminando bajo la lluvia, en silencio, separados lo más posible.
Un coche se aproximó a toda velocidad, cruzó sobre dos charcos y consiguió empapar a Fuji de cabeza a los pies.
- Será cabrón.
- No pasa nada. Me secaré rápido en cuanto llegue a mi casa...
- Entra en casa, idiota. Te daré algo de ropa para cambiarte y después haces lo que te dé la gana...
Estábamos frente a mi casa. Se dio la vuelta.
- Prefiero irme ahora. Es lo mejor. Mi hermana se preocupará si no llego a mi hora y entonces...
- Ex... excusas... ¿Estás intentando evitarme por alguna razón especial? ¿Tanto me odias? ¿O es que quizá piensas que me siento feliz sustituyendo a tu querido Tezuka...?
- ¡Gilipollas! ¡No te odio y Tezuka es nuestro capitán, pero no te culpo de nada! No podría, de todos modos... aunque quisiera... Soy feliz de que seas nuestro capitán. Soy feliz cuando estoy contigo...
Sorprendente no sería la palabra. Agradable e inesperado, tal vez lo definiría a la perfección...
Me sentí en una nube cuando Syuusuke tiró el paraguas al suelo y me empujó contra la pared de la entrada para abrazarme.
- ¿Qué estás...?
- Algo que he querido hacer desde el día que te conocí... Perdóname por sentirme asi, por sentir esto... Por haberme enamorado de ti, sabiendo que no debía...
- ¿Enamo... rado...? ¿Bromeas, verdad?
Con decisión, le empujé hacia mi y lo besé.
- ¿Hablas de algo sentir algo como esto...?
Cuando consiguió respirar y dejar de relamerme, asintió.
Tenía las manos perdidas entre la cintura del pantalón y su piel y había conseguido arrancarle el gemido más erótico que hubiera podido imaginar jamás.
- Desde que nos conocimos, Syuichi-kun...
- Ni en mis mejores sueños me habías besado de esa forma...
- Has sido tú quien me ha...
La tormenta no se apiadaba de nosotros y la ropa, mojada y pegajosa, sólo aumentaba la fuerza de la declaración. Un deseo irrefrenable era lo único que llenaba mis pensamientos en ese momento.
- ¿Entonces no me odias...? - pregunté, rozando sus manos frías, mientras él me besaba de nuevo, como un desesperado. La desesperación que se siente al amar desenfrenadamente.
- Nunca. No podría... Tezuka ha tenido un problema y todos los sentimos. Todos le queremos y apoyamos. Es nuestro capitán, después de todo... Pero te prefiero a ti... Prefiero que estes aquí conmigo... Si estuvieras lejos, no sé qué haría... No me sentiría capaz de ganar sin tu apoyo...
- ¿Hablas en serio...?
- Por supuesto.
Sabía que era el momento de abrirle mi corazón. No sólo él lo necesitaba. Para mi, aquello también sería una liberación.
- Te quise desde el mismo momento en que mis ojos se cruzaron con esos preciosos ojos azules tuyos... Siento haber tardado tanto en decirlo...
La boca húmeda y hambrienta volvió a recorrerme, como los escalofríos que me recorrían el cuerpo entero con sólo el roce de una ínfima parte su ser.
- ¿Pasas a mi casa?
- Siempre he querido entrar a saludar a tus peces...
- Puedes saludar a quien quieras. Pero no pienso dejarles que jueguen contigo... Para eso ya estoy yo...
Se rió, dulcemente, mientras con una mirada pícara, se frotaba contra mis pantalones.
- Yo siempre estoy dispuesto a jugar. No sólo de tenis vive el hombre...
~Fin~
Adoro esta pareja. Se me ocurrió de pronto y me parecieron super tiernos... A parte, amo a Fuji por encima de cualquier personaje de la serie. Puede que por encima de cualquier hombre jamás creado xD. Y adoro a a Oishi. Definitivamente, los quiero a los dos y me encanta haber escrito esto. Me da igual que igual parezca algo raro o que me querais matar por cortarlo en lo mejor.
Espero comentarios, aunque sea a tomatazos, algun día haré un lemon de estos dos. Pero no será esta noche XDD
Nos leemos.
Shinobita