-Ella dijo que eras mayor que yo, pero que sabía eras una buena persona, así que confiaba en ti. Eso dijo. Lo otro yo lo compuse.- sequé el sudor de mi frente y jalé el cuello de mi playera para respirar más tranquilo.
-Ay Muñeco, ¿qué voy a hacer contigo?- susurré nervioso.
-Puedes comenzar haciéndome el amor.-
-Me da escalofríos la manera tan natural en la que lo dices.- es como “el día hoy está soleado”.
-Para mí es natural.- pues sí, pero tampoco con tanta normalidad. Es decir, me cohíbe. –¿Te saca de onda?-
-Poquito.- susurré nervioso, vaya, Taemin aun tiene el poder de ponerme nervioso. Me encanta.
-No te preocupes, ya lo tomarás natural.- en lugar que diga que va a moderar sus expresiones. –YoungMin dijo que él nos iba a llevar al puerto a tomar el barco.-
-Tenía pensado decirle a Key.- después de todos los favores que le he hecho, merece saldar uno llevándome al puerto.
-Nada de Key, YoungMin dijo que él nos llevaría y que si puede, también nos recogería el domingo.-
-YoungMin es tan bueno.- susurré mirando que entrabamos a Seúl. –Ya llegué.-
-¿Ya? Pero aun ni he salido de mi casa para ir por ti. Sigo con nuestra maleta.- sonreí, eso se escuchó bien lindo.
-¿Puedes decirlo otra vez?-
-Sigo con nuestra maleta.-
-Te amo.- sonreí.
-También yo.- eso me hizo sentir bien. Hasta se me había olvidado de lo Nicky. –Estoy ansioso por zarpar.-
-Yo también.- y qué comencé nuestro finde.
-Tenía en mente hacer un montón de cosas en el barco, ya sabes, tachar de mi lista la escena del Titanic, pero mi mamá me dijo que te dejara dormir en el camino. Hoy tomaste mucho café y además, te dejé dormir hasta ya muy tarde. Así que puedes ir dormido, yo te cuidaré.-
-Si sigues diciendo cosas como esas, me va a dar un ataque diabético. Eres un cursi.-
-¿Cursi yo?- preguntó riendo, pero era una risa muy bonita, casi nerviosa. –Cursi los celulares que me dejan escuchar tu voz aunque no estés cerca.-
-Te voy a llenar de besos cuando te vea. Eso es lo primero que haré.-
-¿En los labios?- el camión se detuvo así que esperé a todos bajaran para hacerlo también.
-En los labios, en las mejillas, en la frente, en todos lados.- dije bajando por completo del autobús.
-¿En mi pecho también?-
-¿También te gustaría que lo hiciera justo donde el corazón?- comencé a caminar en dirección a mi casa. Pero quizá lo mejor sea llegar a la de Taemin para esperar al gemelo.
-Entonces escucharías el bum bum más rápido.- sonreí, cómo me gusta este lado de Taemin. –Hey, te voy a decir algo pero no te enojes.- ¿será lo de Nicky? –Acabo de ver a un muchacho muy guapo.- cerré los ojos medianamente molesto. –Es alto, casi como tú.- ¿Yifan?
-¿Por qué me dices esto?- pregunté un poco más enojado.
-Porque lo voy a abrazar.- relamí mis dientes superiores molesto, qué cosa, los brazos de alguien, ¿alguien? Los de Taemin me abrazaron por detrás.
-Tú eres el muchacho alto y guapo.- sentí su aliento caliente en mi espalda. –Vine lo más rápido que pude.-
Bajé mi brazo y con ello quité mi celular del oído.
-Hola.- susurré por encima de mi hombro.
-¿Cómo te fue? ¿El cortometraje salió bien?- me soltó para tomar mi brazo derecho y pasarlo por encima de sus hombros.
-Obtuve un ocho, pero está bien para ser el primero.- antes de que se pusiera mi mochila, la afirmé en mi cuerpo impidiendo que lo hiciera. –¿Estás listo para Jeju?-
-La pregunta sería si Jeju está listo para nosotros.- sonrió. –Eres un mentiroso.- hizo un pucherito pero sin dejar de verme.
-¿Por qué?- pregunté.
-Dijiste que lo primero que harías al verme sería llenarme de besos, y sigo vacio de ellos.- tomé su mejilla con mi mano libre y besé sus labios.
Desde luego, fue algo lento y fugaz.
-Estamos en vía pública y podemos volver a ver al Comandante Byung si lo hago más duradero.- sonreí y toqué la punta de su nariz con mi índice. Él presioné sus ojos por un segundo, luego los abrió y antes de caer en ellos desvié mi mirada hacia el camino.
-Oh, por cierto.- dejó de caminar así que yo también. –Toma.- me entregó un papelito que sacó de su bolsillo del pantalón.
-¿No en un avión de papel?- pregunté recibiéndolo.
-Un avión de papel se doblaría en mi bolsillo y no quedaría guapo como los otros.- dejé de abrazarlo para desdoblar el papel. –Y si no lo atrapabas tú, no sé qué haría.-
-¿Un cupón de besos válido para las próximas mil veces que te haga el amor?- eso dice.
-Y si no lo atrapabas tú, no sé qué haría.-
-Tomo el cupón.- dije sonriendo para guardarlo en mi billetera. –Pero no tengo alguno para ti, ahora.-