-Nos vemos Sra. Taeyeon.- me despedí de ella con una reverencia, luego tomé la maleta para caminar hacia el auto de YoungMin.
Taemin abrió la puerta el copiloto y entró, así que yo entré en los asientos traseros, junto con la maleta.
-¡Nos vemos mamá!- Taemin se asomó por la ventana, yo sólo agité mi mano para despedirme de ella. –Al muelle, YoungMin.- el auto arrancó y me sentí nervioso.
Ahora sí es de verdad.
Desde que supe que me ganaría un viaje a Jeju con Taemin no había parado de soñar cómo sería estar con él. Sólo los dos. Sería un ensayo de ya vivir juntos y ahora que está pasando, puede que me eche para atrás.
-¿Hasta Icheon?- asentí por instinto.
YoungMin fue hablando con Taemin, de sus temas claro, porque no me incluían en la conversación. Pero no me molestó, pensé en Jonghyun y Key. En ChangMin y Yui incluso en Joon y Onew y de que si ellos estuvieran en mis zapatos, yendo a Jeju con mi pareja… no sé, ellos seguro estaría emocionados pero yo estoy nervioso.
-Llegamos.- volteé hacia el muelle, vaya, qué rápido el viaje.
-Gracias por traernos.- susurró Taemin. Abrió la puerta y yo la mía para salir, tomé la maleta y la saqué. Le ayudé a Taemin para terminar de salir del auto.
-No hay cuidado, también tenía que venir a ver a mis papás por lo del a ya yai.- nos sonrió. –Espero que tengan un feliz viaje.- nos miró aun sosteniendo el volante. –Si regresas embarazado, asegúrate de que sean gemelos.- alcé las cejas un poco sorprendido pero es diferente con él.
Es más como broma, cuando lo insinúa su madre es serio y hasta mortal.
-Tú también ten gemelos.- dijo Taemin riendo, saqué mi billetera para sacar los boletos del crucero. –O que los tenga KwangMin.-
-Lo intentaremos.- contestó riendo. –A veces les tengo un poco de envidia. KwangMin y yo tendremos que vivir tras una cortina de humo.- ¿envidia?
Iba a preguntar sobre ello, pero recordé el barco y estamos contra reloj.
-Taemin.- susurré y cuando me miró cabeceé en dirección al barco. –Ya vamos un poco tarde.-
-¡Gracias por traernos! ¡Nos vemos el lunes en la escuela!- tomó mi mano y yo la maleta, luego salimos disparados hacia el barco. Tomamos el puente para subir, volteé a ver a YoungMin pero su auto ya se estaba yendo. Le di los boletos a la señorita y Taemin cruzó para subir por completo al barco, yo aun estaba en el puente que conecta al muelle.
Vi a la señorita un tanto sorprendida por los boletos y eso me asustó.
-¿Algo anda mal, señorita?- pregunté.
¿Será que el viaje se cancela?
-No, nada de eso.- me regresó el resto de los boletos menos el talón. –Son de primera clase.-
-Oh.- susurró Taemin. –¿Primera clase?- me miró, sólo me encogí de hombros.
-Ya los llevaremos a su camarote.- asentimos. Tomé a maleta y subí al crucero.
Qué nervios, papá.
Dejamos a la señorita pasar por enfrente de nosotros, Taemin se puso a mi lado y tomó mi mano.
-Estoy nervioso.- susurró sonriendo. –Pero también esto feliz.-
Sólo entrelacé mis dedos con los de él y presioné mi mano.
-Es por aquí.- giramos en una esquina y nos mostró una puerta. –Esta es su área.- Taemin me miró, sólo asentí aunque quería encogerme de hombros porque realmente no sé.
-Gracias.- susurramos.
-Cualquier cosa que necesiten, por favor, sientan la confianza de llamarme.- hizo una reverencia para dejarnos pasar.
-Sí, sí, gracias.- dijo Taemin entrando al camarote. También hice una reverencia con la chica luego se fue. –Esto es in cre i ble.- noté las dos camas con cobijas aparentemente lujosas, separadas por una mesa de noche que formaba un pequeño pasillo. Una ventana en el fondo y arriba de las cabeceras de la cama, también un sillón pequeño para una persona a los pies de una cama, de la otra estaba a una cajonera. –¿Este es el baño?- busqué a Taemin, estaba abriendo una cubículo.
-No sé.- contesté riendo caminando con la maleta para adentrarme a nuestro lugar.
-Es pequeño, pero cómodo.- dentro será como de dos metros por cuatro, si mi espacialidad no está mal. Y sólo está el inodoro, un lavábamos pequeño y la ducha.
-¿Te gusta?- pregunté dándole espacio para que saliera, puse la maleta sobre una cama porque sé que sólo vamos a usar una.
-Me encanta.- no dejaba de mirar todo, yo también lo haría pero creo que me empiezo a marear, seguro ya zarpamos.
-Me alegro.- susurré sentándome en la cama vacía.
-Descansemos un poco.- caminó hacia mí, me empujó de los hombros hasta que caí a la cama. –Es justo y necesario, ¿no, Entrenador?- sonreí nervioso y puse mis manos en su cadera.
-Muñeco.-