Me impulsé con mis piernas para levantarme del suelo así él cayó de espalda, retomé su postura para golpearle el rostro.
-¡Te dejé pasar un montón de cosas porque estaba preocupado por Taemin!- le giré el rostro hacia la izquierda. –¡Pero ahora Key es prioridad!- lo recordé riendo como cuando era feliz. Presioné los ojos, me quedé con el puño alzado y temblando por la rabia, hiperventilé y sentía lágrimas caer por mis pómulos. –No soporto verlo así.- susurré bajando mi puño.
Abrí mis ojos para mirar el rostro de Jonghyun, una de mis lágrimas había caído en su mejilla hinchada. Negué lentamente y reí nostálgico.
-Vez lo que provocas.- dije mirándolo. Presioné los ojos porque me escupió la sangre que tenía en la boca.
-Estúpido.- me dijo pero sólo negué, suspiré profundo para levantarme del pecho de Jonghyun.
-Yo llamaría estúpido a alguien que teniendo una relación estable va a buscar algo con otra persona, no a quien defiende a sus amigos.- caminé hacia la salida de la bodega pero me detuve para tranquilizarme.
-No voy a terminar a Key.- tomé la bolsa de dulces más cercana para girarme y lanzársela al rostro.
-¡Entonces eres más estúpido que hace dos segundos!-
-Minho, no importa lo que digas, no lo voy a terminar.- caminé hacia él para tomarlo de los hombros y golpearle una vez más. –Hazme lo que quieras, es mí relación y yo sabré qué hacer.- tomé el cuello de su playera para acercarlo a mí y golpearle la frente con la mía, luego lo solté así él cayó al suelo.
-Dos días, luego hablaré.- acomodé el cabello de mi frente para salir de Buena Miel.
Sólo para mi nivel de azúcar tomé una paleta de caramelo macizo del mostrador, le quité la envoltura y salí de la tienda. Acomodé mi ropa y cabello, luego miré hacia enfrente buscando en dónde rentan peliculaaaa… me jalaron de la playera haciendo que girara sobre mis talones luego unos labios sobre los míos.
¿Jonghyun?
No, qué asco. Abrí mis ojos por completo ¡es Nicky!
Sentí su lengua jugar con el caramelo de la paleta, me retraje, puse mis manos en su pecho para aventarlo y sacármelo de encima, pero antes de que se alejara, sentía que su lengua rozó con la mía para llevarse la paleta.
-Me había olvidado de lo bien que besabas.- le di la espalda para buscar ese local para rentar.
-Déjame solo.- dije sin girarme. –Estoy molesto.-
-Si no lo estuvieras no me hubiera animado a besarte.-
-Déjame en paz, no me siento cómodo.- caminé más rápido pero él también hasta que se puso a mi lado y pasó su brazo por el mío para quedar entrelazados.
-Parece que alguien te revolcó y no como yo quiero.- me detuve para sacar su mano de la bolsa de mi pantalón y alejarlo de mí.
-¡Quiero estar solo!- le dije mirándolo a los ojos.
-Bien, ya estarás tranquilo y nos veremos.- suspiré agradecido. Pero antes de que me girara para retomar mi camino él sacó la paleta de su boca, me besó moviendo violentamente sus labios sobre los míos robándome el oxígeno, se separó de mí y mientras recuperaba el aliento metió la paleta en mi boca. –Hoy sólo fue la paleta.- susurró acercándose a mí.
Me pude girar para darle la espalda pero igual sentí el calor de su cuerpo cerca del mío.
-La siguiente será otra cosa.- susurró sugerente en mi oído.
-¡Largo!- grité.
-Uy, ¿ya perdí mis derechos?- saqué la paleta de mi boca para tirarla al suelo pero me sujetó la muñeca. –Tomaré los créditos por la ruptura de tu labio.-
-¡Que te largues!- forcejeé con él para sacármelo de encima.
-Tranquilo. Ya me voy.- bufé molesto, pero en efecto él se estaba yendo.
-Gracias.- susurré molesto. Ahora a ir a ese local de películas a rentar la de los caballos pastel.
…
-Creo que está en la sección de niños.- susurré dejando de ver la de adolescentes para ir más adentro de la tienda.
-¿Los LunaCornios?- preguntó Nicky. –¿La Princesa Unicornio contra el Imperio del Caballo de la Apatía?-
-¡Sí!- grité para ir a su lado, tenía el disco en la mano. –Gracias.- la tomé pero al jalarla él no la soltó. –Gracias por encontrarla, ahora suéltala.- la jalé pero él no cedía.
-Yo la encontré, yo la rentó primero.- la jaló hacia su pecho pero no la solté.
-Se supone que sólo me ibas a ayudar a buscarla, ahora que la encontraste debes de seguir con el curso de tu vida.- la jalé hacia mí pero no la dejó ir. –Nicky~- me quejé mirándolo.
-Veámosla los dos.- me sonrió pero negué.
-Es una película de unicornios que hablan, ¿qué tan interesante es para dos universitarios?- la jalé pero seguía aferrado a ella.
-Si le subimos el volumen no escucharán tus gemidos.- ¡ja!
-¿Y qué si te hago gritar? Ni la princesa cola de caballo podrá ocultar lo que haremos.- le sonreí victorioso.