Salimos del hospital, noté que Minho estaba más tranquilo, sin duda esto de su mamá lo relajó bastante, además de la ducha que me aseguró tomó y de haber dormido al menos dos horas.
Paramos en una tienda de conveniencia, Minho sólo bajó, yo me acomodé mejor en asiento; tengo sueño.
Qué cansado es ser maduro, je, je. Si es que llegué a serlo hoy. Claro.
La puerta se abrió así que abrí mis ojos, Minho regresó.
-Te llevaré a casa.- sonreí, eso sonó muy bonito. –¿Estás cansado?-
-No tanto.- contesté. –Fueron muchas emociones por un día.- reí al final.
-Lo sé.- contestó, noté que tomó la avenida de preferencia para ir a mi casa. –Pero ya pasó lo peor.-
Pronto llegamos a casa, me ayudó con mi mochila e incluso me llevó hasta la puerta principal. Abrí con mis llaves y empujé la puerta. Inevitablemente bostecé.
-Ve a descansar.- susurró entrando tras de mí.
-Tú también.- susurré mirándolo, le sonreí pero creo que mis ojos también porque casi no los puedo abrir.
-Te llevo a tu habitación.- ¿eh? Wo, espera, no importa, me aferré al cuello de Minho y dejé que me subiera por las escaleras. –Mañana tienes que despertar muy temprano para ir a clases.- entró a mi habitación porque la puerta estaba abierta, me bajó en mi cama.
-También descansa.- susurré abrasando mi almohada.
Sentí que me movió para sacar mis cobijas, luego estuve más cómodo que hasta sonreí.
-Gracias por estar conmigo.- sentí sus labios en mi frente. –Te amo.-
-También yo.- abrí mis ojos para verlo una vez más, pero justo lo hice Minho alzó sus cejas sorprendido, luego suavizó su expresión y volvió a besarme, pero ahora en mis labios. Sonreí porque eso no me lo esperé. –¿De verdad te gustan mis ojos?-
-Me encantan.- susurró. –Descansa Muñeco.-
-Tú también.- susurré abrazando mi almohada de nuevo. –No te desveles mucho.- pasé saliva y ya no puedo abrir mis ojos. –¿Minho?-
-No lo haré.- lo oí, eso me hizo sonreír. –Descansa.- suspiré.
-Te amo.- susurré.
End Pov’s Taemin
En la parrillada…
Pov’s Key
-Aun no estamos capacitados para hacer figuras en los arboles, pero cuando lo estemos nosotros les avisamos.- dije riendo al final, ¿figuras en los arboles?
¡Sólo cortamos pasto!
Suspiré negando, pese a que los profes saben tener un buen ambiente, no estoy cómodo. Caminé hacia la mesa principal en la que dejé mi vaso de soda, saqué mi celular y noté la hora, las once la de la noche con cuarenta minutos.
Tengo que irme, mañana… no es que haga algo importante pero las Divas ya deberías de estar dormidas a estas horas.
Busqué con la mirada a Jonghyun hasta encontrarlo, suspiré y caminé hacia él.
-Jonghyun.- le llamé, él dejó de hablar con otro profesor para mirarme. –¿Tienes quince minutos?- sentía un nudo en mi garganta y un hormigueo macabro por todo el cuerpo.
-Claro.- terminó su plática con el profesor y luego se giró hacia mí. –¿Ya te vas?-
-Necesito hablar contigo.- pasé saliva nervioso.
-Vamos.- dejó su vaso de soda en la mesa, caminó por delante de mí así que lo seguí. –¿A dónde vamos?-
-Me gustaría ir al parque Rosas.- susurré detrás de él.
…
-Para ser profesores la fiesta no estuvo tan aburrida.- dijo Jonghyun entrando al parque, mis piernas temblaban pero aun así me armé de valor para seguirlo.
-Tienen buena charla.- contesté, le apunté a una banca y él asintió para ir a sentarse, yo iba detrás de él. –¿Te digo algo?- me miró mientras se sentaba.
-¿Mm?- pasé saliva mientras me sentaba a su lado, pero conservando la distancia de la última vez.
-No había venido aquí desde la última vez que estuvimos juntos.-
-Sobre eso.- susurré afinando mi garganta, vamos Key, vamos Key. –La última vez que estuvimos aquí dijiste un montón de cosas, pero no me dejaste hablar.- susurré riendo levemente, ¿riendo? Me rio para no llorar.
-¿No te dejé hablar?- preguntó sorprendido.
-No.- negué riendo aun más. –Dijiste que si eras un capítulo en mi vida le diera vuelta a la página y que si Sungmin era el nuevo protagonista estaba bien, pero, Jonghyun.- lo miré. –¿Te puedo llamar Jonggie?- sentí una punzada en mi pecho y un hormigueo en el cuerpo.
-Sí sí, puedes llamarme Jonggie.- asintió efusivamente. –Nadie me ha llamado así, eres el único.-
-Gracias.- susurré. –¿Cómo quieres que inicie un nuevo capítulo si mi libro se llama Jonghyun?- sonreí e hiperventilé, mis ojos se aguaron y al parpadear sentí mis lagrimas caer. –También dijiste que querías ser mi amigo, pero yo no.- tallé mis ojos para mirarlo.