-Diario.- mi quijada se cayó ligeramente. –Duermen juntos en la misma cama. No creo que uno se duerma sentado.-
Sólo suspiré, salí de mi habitación pero noté que el baño ya estaba ocupado. Así que regresé.
-Hablo del otro acostarse.- susurré sentándome en la cama.
-¿Y?- fruncí el entrecejo. –¿Qué si ellos dos se acostaron?-
-No sé.- susurré. –Creo que sería porque Minsoo ya no tiene a alguien con quien intimar, ¡no lo sé! Pero tampoco quiero pensarlo.-
End Pov’s Niel
Más tarde…
Pov’s Jonghyun
-Gracias por devolverme el empleo.- susurré sonriendo mientras caminaba hacia Buena Miel. –Trabajaré duro para compensar el tiempo que dejé a Chunji solo.-
-No te preocupes, sólo trabaja como siempre. El empleo siempre que quieras trabajar será tuyo.- sonreí por eso.
-Gracias amigo.- susurré sonriendo.
-Pero hay otro empleado que estará trabajando contigo.- Chunji, lo sé. –Espero que se lleven bien.-
-No te preocupes, trabajaremos muy bien.- giré en la esquina para ya ir directo hacia Buena Miel. –Te llamo después.-
-Claro, luego podremos ir al Caja Negra, hay unas cosillas que me gustaría platicarte.-
-Así será.- susurré. Me detuve porque la tienda ya está abierta. –Nos vemos amigo, cuídate y estudia.- finalicé la llamada y guardé mi celular. Suspiré y caminé hacia la puerta, llamé pero nadie contestó, así que caminé hacia la bodega para cambiarme, tendré que ponerme mi uniforme y quedarme en la caja.
Chunji se quedará con la tarea de ordenar los nuevos dulces y cajas.
-¿Hola?- susurré entrando a la bodega, noté el sofá de bolsa de dulces y sonreí, se siente bien estar en casa.
-Estoy con el nuevo paquete dulces que llegó esta mañana.- alcé las cejas y me quedé mirando al chico, su cabello negro y el gorrito con las de limpiapipas y las bolitas brillosas.
-Tú no eres Chunji.- susurré sonriendo.
Él se volteó y al mirarme sonrió.
-Tú tampoco.- contestó Key dejando las bolsas sobre el suelo.
-¿Desde cuándo trabajas aquí?- pregunté acercándome para tomar las bolsas que estaba intentando subir para acomodarlas. –Onew no me lo dijo.-
-A mí tampoco me dijo.- susurró Key acomodando su cabello con la gorrita. –¿Te molesta que esté aquí?-
-No.- contesté sonriendo. –Pero se me hizo extraño. Sólo eso.- después de acomodar las bolsas, tomé mi gorrito y tomé la playera para ir hacia la caja. –No creí que te vería trabajando.-
-Como tampoco voy a la escuela, creo que lo mejor es ganar dinero.- contestó tomando otra de las bolsas para ir de nuevo hacia la bodega.
-¿Pero por qué Buena Miel?- noté que Key se detuvo a medio pasillo, quizá no fue la mejor manera. –Es decir, no me molesta, pero tengo la duda.- afiné mi garganta incómodo. –¿Es por Onew?-
-Cuando mencioné que quería trabajar hubo quienes no dudaron y me ofrecieron trabajo.- ¿Donitas? –Pero no quiero pasar mi día cortando verduras y haciendo sándwiches.- entonces no es Donitas. –Prefiero guardar cajas y bolsas de dulces.- noté que sonrió, pero los estantes que nos separaban no me dejaron verlo completamente. –Porque sé que aquí estarás tú.-
-Kibum.- susurré saliendo de la caja pero justo iba a seguirlo porque se fue a la bodega, llegó un tipo. Digo, un cliente. –Bienvenido a Buena Miel.- se me olvidó el eslogan. –¿Qué le ofrecemos?-
-¿Tienen cajas de bombones con chocolate?-
-Por el pasillo.- susurré apuntándole a esa sección.
-Gracias.- susurró así que asentí. –Mi novia y yo cumplimos dos meses.- asentí sonriéndole hasta que él fue por sus bombones.
-Los bombones son buena idea.- contesté prendiendo el ordenador.
-¿Cuándo cumples meses con tu novia qué le reglas? ¿También chocolates? Son buena idea, ¿cierto?- dejó la caja sobre la barra, la tomé para ver la etiqueta con el precio.
-Oh no, no tengo novia.- susurré sonriendo, recibiendo su dinero.
-Pero los bombones son buenos, ¿cierto?-
-Depende.- contesté regresándole la caja. –Dejé de celebrar el mes después de cumplir un año.-
-¿Cuánto tiempo tienes con ella? ¿O tenías?-
-No es una ella.- contesté ingresando la contraseña del ordenador. –Es un él.- le sonreí, el chico sólo alzó las cejas pero terminó asintiendo. –Normalmente vamos a cenar a algún lado sin razón aparente, sólo porque es él y estamos saludables.- me encogió de hombros sonriéndole.
-¿Nunca le regalaste bombones?-
-No lo recuerdo.- contesté sonriéndole un poco nervioso. –Pero suelen funcionar casi siempre.-
-Intentaré llevarla a cenar, gracias.- contestó tomando su caja de bombones. –Nos vemos.-
-Disfrútalos.- bloqueé el ordenador y me levanté para ir hacia la bodega, creí que Key estaría acostado en el sofá con dulces pero no, seguía acomodando las bolsas y cajas. Tomé una caja de bombones y la escondí detrás de mí.