-Rwar~- susurré sonriendo. –Te gusta que sea rudo.- o fue sarcasmo. Porque después de todo Minho y el sarcasmo son buenos amigos.
Suspiré soltando su piel, Minho gimió y sonreí al sentir que empujaba su pelvis contra mí.
-El doctor dijo que aún no podías hacerme el amor.- susurré deslizando mis manos hacia el borde de su playera, la tomé y levanté descubriendo su pecho. Relamí mis labios la notar sus abs y no pude contenerme a trocarlos.
Me incliné para poder besar el pecho de Minho, relamí mis labios tras cada uno de los besos que terminé embriagándome de él. Pasé saliva ansioso y no pude evitar besar su pezón derecho, sentí la mano de Minho sobre mi cadera pero sonreí mientras la quitaba.
-Dijimos que en el sofá.- susurré haciendo que temblara. –¿O te las tendré que atar?-
-Probablemente.- contestó riéndose. –Porque no puedo evitar tocarte.-
-¿Puedes hacer un esfuerzo?- pregunté buscando algo para atarle las manos, pero lo único que está lo suficiente cerca es… su misma playera.
-Ya es bastante esfuerzo con no tocarte durante mi clase. No me hagas esto.-
-Levanta las manos.- susurré para retirarle la playera pero antes de sacársela completamente la enredé en sus muñecas.
-¿Es en serio?-
-Más enserio y sería broma.- contesté colocando sus manos tras su cabeza. –Porque el doctor dijo que tú me das cefalea orgásmica.- susurré sobre sus labios. Él los separó e intentó besarme pero me retiré sonriendo.
Deslicé la yema de mi dedo índice por su pecho hasta llegar a su ombligo.
-Además, yo me toca consentirte.- comencé a desabrocharle el cinturón de su pantalón, luego el botón del mismo, pero temblé igual que él cuando bajé el cierre. –¿Estás de acuerdo?-
-Sólo quiero tocarte.-susurró riéndose nervioso, je, no.
-No.- contesté sonriendo. –Espera.- susurré poniendo mis manos en su pecho para levantarme, tomé el borde de su pantalón y tiré de él provocando que Minho elevara su cadera para que pueda salir. No se lo quité completamente, sólo lo dejé en sus tobillos. –Qué ricos boxes.- susurré.
-Me los compró mi mamá.-
Por supuesto.
-Me encantas.- susurré evaluando si me volvería a sentar sobre el regalo de su mamá o si era mejor hincarme y separar sus piernas, pero el morbo me ganó, soy tan débil que volví a sentarme en sus pelvis, sintiendo como su miembro comenzaba a erectarse bajo los bóxers. –También me encanta lo que te compró tu mamá.- susurré desliando mis manos por su pecho.
Suspiré entrecortado porque ya no aguanto, quisiera desatarle las manos y que me lo hiciera pero tampoco quiero que me duela la cabeza, porque dejaría de ser excitante.
Me incliné un poco más para comenzar a besarle el cuello, lo hacía lento, sintiendo su piel bajo mis labios y escuchando su respiración entrecortarse. Pasé saliva y comencé a deslizar mis manos sin perderme el tacto con sus abdominales hasta llegar al borde de sus bóxers.
Metí mis dedos para sentir como Minho temblaba, pasé saliva ansioso y comencé a deslizarlo. Sonreí divertido porque noté su glande segregando presemen.
-¿Te estoy excitando, bebé?- susurré.
-No sabes lo que te haría si tuviera las manos desatadas.-
-Me gustaría averiguarlo.- susurré comenzando a mover mi cadera sobre su pelvis, mordiendo mi lengua porque verdaderamente quiero sentirlo pero mi cabeza… me va a doler. –Pero ahora tengo nuevos planes para ti.- sonreí comenzando a bajar de su pelvis.
Me hinqué frente a Minho y tomé el borde de su bóxer para bajarlo, ahora haciendo que elevara su cadera para lograr hacerlo, le quité el tenis del pie derecho para sacarle el pantalón y el bóxer.
Relamí mis labios al observar su falo, sentí que mi mano estaba temblando mientras me acercaba a tomarlo y terminé suspirando al tenerlo bajo mi piel. Pero Minho también suspiró.
Pasé la salvia que tenía acumulada en mi boca mientras comencé a estimularlo. Lo hacía lento pero presionándolo eventualmente. Pasaba mi pulgar por su glande para tomar el peesemen y termina de lubricarlo pero era un poco lento y tardado, así que separé las rodillas de Minho para meterme entre ellas.
-¿Estás listo?- susurré acercando su glande a mis labios, relamí mis labios ansioso que después de que él asintió le besé.
Sonreí después de hacerlo y saboreé su presemen, que como esperaba y calculaba, tenía un sabor completamente dulce. Darle uvas hacen que tenga un sabor más agradable para mí.
Escuché que Minho suspiró tan profundo que hubiera sido un gemido espectacular.
-¿Lo estoy haciendo bien?- susurré sobre su glande, abrí mis labios y continúe besándolo. Eran besitos cortos y rápidos hasta que terminé por introducirme el glande completo. Pasaba mi lengua sobre él sintiendo como Minho se estremecía y liberaba algunos jadeos.
Además de que levantaba su pelvis para entrar más en mi boca.
-¿Quieres que lo haga más rápido?- susurré notando lo lubricado que quedó su glande.