End Pov’s Niel
En casa de Taemin…
Pov’s Minho
Cerré mi mano entorno al miembro de Taemin sintiendo como se sobresaltaba y echaba su cuerpo hacia atrás, llegando a presionarme contra la cabecera de su cama.
-Lo haré lento.- susurré cerca de su oído pues casi está recostado sobre mi torso.
Taemin sólo asintió lento, presionando sus manos en la cobija que estaba cerca de mis muslos.
Comencé a mover mi mano, subiendo y bajando lentamente para sentir lo cálido que era su miembro. Suspiré levemente sólo para ver y sentir como Taemin temblaba.
-Tócate.- dije y de inmediato las manos de Taemin fueron hacia su miembro, poniéndolas sobre la mía, mi izquierda las retiró para llevarlas sobre sus pezones. –Hazlo aquí, yo me encargaré del resto.-
Lo oí suspirar mientras asentía efusivamente.
Relamí mis labios mientras reanudaba los movimientos de mi mano, en momentos Taemin se sobresaltaba haciendo que su espalda se despegara de mi pecho, pero al segundo siguiente volvió a recostarse sobre mí.
Llevé mi mano izquierda hasta su pezón del mismo lado, retiré su mano para reemplazarla con la mía, tomé su pezoncito para comenzar a estrujarlo por respuesta inmediata tembló de nuevo llegando a contraer sus piernas.
-Tranquilo.- susurré presionando mi mano en su miembro para volver a bajar hasta la base de sus testículos. –Me gustas mucho.- besé su cabello cerca de su oído para que él escuchara ese sonido.
-Minho~- me detuve un poco cerca de su glande, justo en la marca de la circuncisión para acariciarla un poco, leí que las uña cortas le darían una sensación diferente y más gratificante por lo que me aventuré a rascarle un poquito. –Ahhh~- parece que funciona.
Continué haciendo esto en su glande, mientras mi índice y pulgar estaban haciendo lo mismo en su pezón.
-No… No puedo más~- susurró echando su cuerpo hacia atrás, poniendo su mano derecha en su boca para que sus gemidos no salgan de la habitación. –Minho~-
-Un poco más.- susurré presionando en su glande y marcando un ritmo para presionar mi pulgar contra su miembro, dándole la sensación de contracciones. –Por favor, un poco más Taemin.-
Comenzó a negar efusivamente tallando su cabello contra mi pecho, dejé de estimularle el pecho para llevar mi mano izquierda a sus labios. Mi índice esta vez los delineó hasta que Taemin los separó, entonces comencé a introducir la yema en su boca.
Sentí que de inmediato asomó su lengua para frotarla contra mis dedos.
-Tengo una idea.- susurré sin dejar de mover mis dedos en su boca ni de friccionarlos contra su lengua. –Pero espera.- dejé de estimularle el mimbro para sentarme correctamente haciendo que él lo hiciera también. Pegué más mi pelvis a sus pompis para poder tocarle el debajo de los testículos, hice puño mi mano y con los nudillos comencé a frotarlos suavemente.
-¡Ah~ no! ¿Qué haces?- sentí que su mano se posó sobre mi muñeca pero no intentaba detenerme, o al menos no ejercía ningún tipo de fuerza. –Ahh~-
-Tranquilo.- volví a susurrar reanudando el movimiento de mis nudillos en el periné provocando que contrajera sus piernas presionando sus rodillas contra sí. Tomé su miembro con mi mano libre y recién le estaba masturbando cuando gimió más fuerte, dejando que su torso casi se juntara con la cama al destensar las rodillas. –¿Taemin?-
Sólo giró su rostro por encima de su hombro para sonreírme, pero lo noté cansado.
Acomodé mis piernas para tomarlos del torso y levantarlo hasta dejarlo recostado sobre mi pecho.
-Dios.- gimió más leve. –¿Qué me has tocado?-
-¿Te incomodé?- susurré besándole la mejilla para girarme un poco y dejar que se acostara en la cama.
-Se sintió rico.- susurró acomodándose a mi costado, movió sus brazos hasta que tomó mis mejillas y me acercó a su rostro. –Muy rico.- sentí sus labios sobre los míos, pero fue un contacto corto. –Estoy satisfecho, y cansado.-
-Descansa.- susurré retirándole el cabello de la frente. –Mañana tenemos escuela.-
-¿Minho… te puedo decir algo?- me miraba pero sus ojos se cerraban a cada instante.
-Dime.-
-Me encantas.- sonrió. –Mucho, mucho.-
-También tú.- susurré volviendo a besarle los labios, pero él ya no se movió, sino que su reparación se tranquilizó.
Suspiré cansado y me giré para mirar el techo. Sonreí porque habían algunas de las estrellas que pegó para mirarlas sin salir de la habitación. Pasé mis manos por detrás de la nuca mientras asentía lento.
-Fue un buen fin de semana de pareja.- susurré.