End Pov’s Jonghyun
En casa de Minho…
Pov’s Minho
-Je, je… deja de moverte así.- Taemin hizo presión con sus piernas para detener el movimiento de las mías pues está sentado sobre mí, dándome la cara y se me ocurrió que sería divertido moverlas, así él estaba dando algunos saltitos. –¡Minho~!- bien, dejé de moverme.
-Creí que te gustaba.- dejé de reírse para mirarme a los ojos, luego me sonrió y se acercó a besarme.
-Me haces reír y no me dejas hablar.- me hizo un pucherito que terminé besando. –¡Y me besas a cada rato!-
-¿Te molesta?- pregunté riendo. –¿Te molesta que te esté besando a cada rato?- comencé a hacerle cosquillas, la risa de Taemin resonó en toda mi casa, manoteaba y pataleaba para que lo soltara pero seguí pasando mis yemas por sus costados. –¿Ha? ¿Te molestaba que te besara a cada rato?-
-¡Ja, ja, ja! ¡Ya! ¡Minho~ para!- dejé de hacerle cosquillas pero seguía riéndose, terminó recargándose contra mi pecho mientras recuperaba el aliento.
-No me contestaste.- susurré para tocarle los costados y así de la nada comenzó a reírse de nuevo. –¡No te estoy haciendo nada!-
-¡Pero me dejaste sensible!- se bajó de mis piernas para seguir riendo, se dejó caer a mi lado sobre el sofá. –Tengo que ir al baño.- se levantó secándose los ojos. –Si me vuelves a hacer cosquillas me haré pis y eso no te va a gustar.- se levantó del sofá para ir hacia mi baño pero no dejé de mirarlo hasta que se me perdió.
Tomé el control de la televisión para prenderlo.
-Minho, ¿qué vas a querer de cenar?- escuché la palanca del baño así que me giré para verlo salir.
-¿Todo salió bien?- reí un poco.
-Sí.- suspiró. –Todo bien.- caminó hacia la sala para sentarse a mi lado. –¿Qué vas a querer de cenar?- recargó su cabeza en mi hombro así que yo dejé caer la mía sobre su cabello.
-Nada, será suficiente con todos los pasteles que compraste.- susurré para cambiarle de canal. –¿Por qué tantos?- hace rato llegó junto con Kai y un montón de pasteles, azules, blancos, de chocolate, tres leches. Muchos pasteles. Y dijo que todos eran para mí.
-Por ser tú.- sonrió, despegué mi mejilla de su cabello así él pudo mirarme desde abajo. –Porque me encantas.- estiró sus labios para tocar los míos.
-¿Sólo por eso?- creo que su sentido de culpa fue tan grande que lo obligó a comprar esos pasteles.
-¿Sabes? He decidido que la siguiente vez que vea a Kris me voy a disculpar con él.- lo sabía. –También he decidido que yo sólo puedo acosar a alguien y ese eres tú.- sonreí por eso.
-Así me gusta más.- pasé mi brazo por sus hombros para acercarlo más a mi cuerpo. –No suelo decirlo ni pensarlo muy a menudo pero tú eres mío.-
-Oh my cat!- se separó violentamente de mí. –¿Acaso mis oídos me mienten?- dramatizó mirándome. –¿El gran y sensual Choi Minho me ha reclamado como suyo?- tenía una mano en el pecho y la boca abierta, sí dramatizando.
Solo tomé mi cojín para golpearle la cabeza levemente.
-Me encanta cuando te pones así.- acomodó su cabello, me quitó el cojín para devolverme el golpe. –Me dan más ganas de amarte.-
-¿Qué no me amabas ya?-pregunté acomodando mi cabello, oh, ¡¿dónde está mi cabello?! Cierto, lo tuve que cortar porque entraré a dar clases y el Director no parará de decirme que me lo corte.
-Sí pero cada vez lo hago de una manera diferente.-
-¿Cómo?- tonteé.
-Cuando haces el desayuno amo cómo luces con el mandil, cuando me enseñas cosas de la escuela amo tu parte seria, cuando vamos al cementerio a ver a nuestros papás, amo tu parte espiritual y así, incluso cuando nos bañamos juntos amo cómo dices “me giraré ahora tú uses la ducha” no sé, todo eso que haces me encanta.- se encogió de hombros para mirarme.
-Gracias.- reí porque me volvió a golpear con el cojín.
-Tenías que decirme que también me amabas por todo lo que soy.-
-También te amo por todo lo que eres.- me gané otro golpe con el cojín.
-¿Pero sabes? Te amo más cuando contestas los aviones de papel.- me sonrió así que asentí.
-Ahora que vamos a regresar a la escuela, si mandas aviones de papel espero que no te manden a Detención.- él se levantó para apagar la televisión. –Porque no podré sacarte de ahí.-
-¿Pero irás a cuidarme o a esperarme?- regresó a sentarse en el sofá a mi lado.
-Haré las dos.- susurré mientras él se acurrucó contra mi cuerpo. –Pero tienes que prometer que te portarás bien.-
-Te lo prometo.- me mostró su dedo meñique. –La próxima vez que vea a Yifan quiero estar a tu lado. Sé que verte me dará más fuerza para ir a disculparme con él.-
-¿Ya lo superaste?- pregunté jugando con su cabello.
-No puedo superar algo que no existió. Sólo me gustan sus cejas.- sonrió travieso. –Y que están alto como tú.- de hecho creo que está más alto que yo. –Y sus cejas.-