-Taemin.- miré a KwangMin. –YoungMin se va a ir hoy en la noche, mi mamá le tramitó una beca en un colegio, esta es una oportunidad que no estará toda la vida.- le dio la mano para ayudar a bajarlo pero yo no lo solté. –Si eres su amigo, lo apoyarás.- terminé bajando con él.
-¿Y tú qué opinas de esto?- miré a KwangMin. –Yo soy más gemelo de YoungMin por eso me duele, Copia, no te vayas.- lo miré suplicante pero YoungMin sólo se encogió de hombros.
-No puedo decir que no porque no tomarán mi opinión.- dijo tomando las tazas vacías para llevarlas a la cocina pero lo seguí. –Créeme Taemin, yo soy la primer persona que se opone a esto, pero no puedo hacer nada. Le tengo mucho respeto a mi mamá, ella tramitó la beca. No yo.-
-YoungMin.- ¿entonces sí es cierto que te vas? –No te vayas.- susurré mirándolo. –Por favor.-
YoungMin dejó de lavar las tazas, sólo se quedó estático.
-Yo también te voy a extrañar.-
…
-Ya, ya, todo está bien.- sentía las palmaditas de Minho sobre mi cabello.
Le arruiné el proyecto de su Diplomado porque no podía estar solo, YoungMin mi mejor amigo se va a trasferir de escuela y quedaré solo, y lo extrañaré, y ahora Minho tampoco estará en la escuela, y KwangMin no es igual, y, y… me quiero morir.
-Es que la Copia.- susurré con la voz entrecortada. –Se va a ir.- Minho me arropó más con su cobijita, me dio el peluche de la Princesa Cola de Caballo y se levantó del sofá.
-Sé lo que sientes.- dijo caminado hacia la cocina, pero negué mientras me secaba los ojos.
-No quiero que se vaya.- susurré mirando el LunaCornio. –Lo quiero conmigo. Ahora tendré que hacer quipo con Niel.-
-Cuando Key quedó seleccionado en la U, supe que lo perdería y me despedí de él.- abracé al LunaCornio, porque este me lo regaló YoungMin.
-De todos modos, no quiero que se marche.- susurré acariciando su cabello.
-Cuando me despedí de él, le agradecí todo lo que fue para mí y le recordé que siempre estaría a su lado, sin importar que ahora no estemos en la misma escuela.- escuché que movió algunos utensilios en su casa, pero no me puedo quedar a cenar, menos a dormir porque su mamá no me dejará hacerlo.
Ni la mía.
Por aquello del a ya yai, ahora que es profesor “dormir” con un alumno le sería veneno para su imagen profesional, así que básicamente, sólo puedo pasar la noche aquí los viernes, sábados y domingos.
-Yo quiero mucho a YoungMin.- susurré acurrucándome contra el peluche.
-Sí eres su amigo, tendrás que desear el bien de YoungMin, aun en otra escuela.- si quieres ser mi novio, tienes que apoyarme.
-YoungMin siempre ha estado ahí conmigo, cuando le dije que me gustaba el de Baloncesto después de que me dijo “no tienes oportunidad” terminó por espiarte algunas veces para decirme cuál era tu casillero y cómo “casualmente” coincidiríamos en el pasillo.- incluso cuando lo que ocurrió con el Mago Barato, YoungMin iba a llenar la bañera para que me suicidara cómodamente.
-No sé si será buena analogía, pero creo que tú y YoungMin son a Key conmigo.- no es buena porque YoungMin no quiere conmigo. –Sé que fue una muy buena amistad y por eso mismo no puedes dejar que ese berrinche sea la última vez que hables con él.-
-¿Y si allá conoce a nuevos amigos?- me olvidará.
-Tiene que hacerlo, así él estará más cómodo.- ¿y si hace un nuevo mejor amigo? ¿Si encuentra a su gemelo por allá?
-Lo voy a extrañar mucho.- y pensar en tramitar una beca para ir a Larú es imposible, porque ya pasó el tiempo de trámites y si soy aceptado, tendría que dejar aquí a Minho y todos los planes que tenemos se irán por el baño. –¿Puedes prestarme tu compu?-
-¿La de escritorio o la portátil?- regresó a la sala con un pan tostado lleno de Nutella, ni siquiera quiero abusar de él y su nutella, estoy tan deprimido~
-La portátil.- susurré.
-¿Vas a hacer una videollamada con él?- comenzó a subir sus escalones, yo sólo me cubrí hasta la cabeza con su cobijita.
-Si me dejas.- susurré sentándome en el sofá, me quité la cobijita y acomodé mi peinado.
-Claro.- ya venía de regreso con la laptop en sus manos. –¿Quieres que esté presente?- la dejó en la mesa del comedor.
-Nu.- susurré yendo a la mesa. –Me daría pena.- lo miré, él tomó mi barbilla para atraerme a sus labios y besarme.
-Estaré en mi habitación.- nos separamos pero antes de que se fuera lo volví a besar.
-Gracias.- susurré sobre sus labios. –Te amo.-
-Yo amo mi nutella.- sacó de sus bolsillos de la chaqueta el frasco de la famosa nutella. –Pero amo más a quién me las regaló.- me guiñó el ojo y luego se fue a su habitación.
-Vamos Minnie, tú puedes.- susurré girándome para ir a la silla y sentarme frente a la laptop.