-Probablemente.- susurró cerrando también las cortinas para girarse y caminar hacia la cama.
-¿Crees que lloverá feo?- pregunté acostándome en mi cama.
-Así lo pronosticaron.- también se acostó. –¿Crees que se inunde?- lo miré sonriendo.
-No es para tanto.- dramático.
-A veces las cañerías se tapan, hacen que el agua se acumule y entonces nos inundamos.-dijo Jonghyun así que lo miré, estaba acostado sobre su lado derecho, así que lo pude ver de frente.
-Entonces sólo las destaparemos.- sonreí.
-¿Eso no es peligroso?- preguntó estirando su mano para tocar mi cabello.
-No si se hace a tiempo.- contesté.
-¿Estaremos a tiempo?- me encogí de hombros. –¿Cómo te sientes?-
-Siento.- una atmosfera sublime. –Me siento bien.- susurré cerrando los ojos cuando deslizó su mano por mi mejilla.
-Yo te amo.- susurró sonriendo. –Nunca lo olvidarás, ¿cierto?-
-¿Por qué te despides?- abrí los ojos para mirarlo, él sólo se encogió de hombros.
-Va a llover.- se quitó la cadena en la que estaba el anillo de mi abuela para dejarla sobre la mesa de noche.
Tuve el impulso y no lo resistí, también me quité el anillo que él me había dado para dejarlo en la mesa de noche que está de mi lado.
-Pero estaremos bien.- no sé por qué lo dije. –¿Cierto, Jonghyun?-
-Sí, vamos a estar bien.- susurró alzando su brazo para que me acercara y lo pudiera abrazar. –Un poco húmedos, pero bien.- me apretó contra su pecho, yo… sólo me acurruqué contra su pecho.
-¿Quieres hacerlo esta noche?- no sé por qué lo dije.
Será que han pasado un par de días o, “horas” desde que no lo hacemos. Me siento algo inquieto con ese tema.
-¿Quieres hacerlo?- ¿qué respondo?
-No.- susurré tenue. –Así estamos bien.- suspiré su colonia, sentí sus manos en mi espalda presionándome un poco más, luego mi cabello se movió por su respiración.
-¿Me puedes decir lo que has intentando decirme?- me mordí el labio porque no sé si quiero saberlo ahora. De él.
-Estoy dando el servicio social en la escuela, aun no puedo salir de la prepa sin cubrir 240 horas de servicio.- dejé de presionarlos ojos para mirarlo.
-¿Era eso?- ¡y si su paranoia es por lo del álbum y que quiere seguir el consejo de Andy sobre su heterosexualidad, por eso se preocupaba tanto cuando salíamos! ¡Y realmente no ha ocurrido nada malo con él!
-Sí.- contestó. –No quería decírtelo porque ahora ya eres, eras universitario y yo aun no puedo ni siquiera dejar de llamarme bachiller.- me senté en la cama para mirarlo.
-¡El servicio social!- me volví a inclinar para besar sus labios, él tarde pero me correspondió. –¡Sólo es el servicio social y lo del Sr. Andy!- ¡todo cuadra!
Junghee dijo que no diera todo por sentado. A esto se refería, a que no dijera que fue infiel porque realmente no lo fue, sino que otras cosas lo hicieron comportarse como uno. ¡Qué tonto soy!
-En teoría.- susurró mirándome, pero algo nervioso. –Minho también lo hace por servicio social.-
-Ustedes son el par de tontos que más me gustan.- sonreí por eso. –No sabes cuánto te amo, Jonghyun.-
-No creí que… ¿par de tontos?- me miró sonriendo, como incrédulo.
-Ni para que lo puedas negar.- susurré sonriendo.
-Tienes un punto. Quizá.- me tomó de la playera para que volviera a acostarme.
-¿Quizá?- pregunté acostándome de nuevo.
-Bien, lo tienes.- sonreí satisfecho. –¿Mañana qué vas a hacer?-
-No lo sé.- susurré suspirando. –¿A qué hora vas a Buena Miel?- para ir por las compras locas y a su cambio de look.
-En la tarde, después de las 3pm, pero en la mañana quiero ir al gym y recuperar un poco mi forma. ¿Por qué?-
-Entonces en la tarde haremos las compras locas para tu nueva imagen, y su cabello. Desayunas y te vas al gym, ¿así está bien?- lo miré hasta que asintió. –Hare el desayuno.- asentí firme.
-Pero primero durmamos.- oh pues… sí, hagamos eso.
-Je, je… bien me emocioné.- volvimos a tomar las cobijas para cubrirnos del frio. –Sabes, no creo que mañana llueva, y si lo hace, nos arruinará el día.-
…
-Leí en internet que este era un licuado para atletas de alto rendimiento.- dije vaciándolo a un vaso de cristal.
-¿Soy un atleta de alto rendimiento?- lo miré para asentir. –Je, je… gracias, supongo.- dejé el vaso en la mesa justo frente a él. –¿Y tú que vas a desayunar?-