-Cuando supe que ellos dos eran pareja, pensé que no iban a durar.- miré al profe Park. –Y que sólo era algo hormonal, hoy en día todos creen ser bisexuales. Pero con el paso de los semestres los vi firmes. Me alegro de que sigan juntos.-
-Ciertamente, ellos son muy estables.- asentí, moví mi pierna porque sentía la vibración de mi celular. Me giré para sacarlo, era un mensaje de Key.
“IKH” corto para Imperio KeyHo “Lunes, 8pm – 10pm en Avenida girasoles 1040” ¿por qué tomaría un empleo tan tarde?
-El Lunes…-
-El lunes en mi casa para la parrillada.- Jung me regresó la tarjeta de presentación. –También va a ir Kibum.-
-De verdad quieren que vaya.- susurré tomándola.
-Es una tradición, al inicio de los semestres hacemos la parrillada para iniciar bien, intercambiamos planes de trabajo, modificamos algunos, lo hacemos desde siempre.-
-Si es tradición y siempre se hace, ¿por qué yo no lo sabía?- miré a Jung.
-Porque eras alumno.- me sonrió para tomar su termo de café.
-Tiene un punto.- susurré. El timbre sonó y casi todos se fueron, aun me queda una hora más para entrar a dar clases. Qué aburrido es estar vagando por la escuela, era mejor cuando estaba en clases.
-Si quieres puedes ir a ver si todos los maestros están dando sus clases.- di un pequeño saltito. –O ir a la cafetería.- suspiré con la mano en el pecho, es el director.
-Iré a comer algo.- el café ya lo digerí.
-Sólo no te cargues porque tendrás que dar clases.- reí porque lo que menos quiero es mostrar lo que comí.
-No se preocupe.-
-Si quieres puedes ir a ver a Taemin.- mis cejas se alzaron y mi boca cayó levemente. –Desde el pasillo y sin molestar su clase.-
-¿Puedo hacer eso?- pregunté. Según yo no puedo porque eso implicaría una relación profesor – alumno que en cierto modo, es insana.
-El reglamento no lo prohíbe.- sonreí. –Pero sólo verlo, no acosarlo, que él no se dé cuenta, veraz que la hora pasara rápido.-
-Gracias.- sonreí.
…
Me recargué en el barandal del pasillo y miré hacia el salón de Taemin.
Suspiré porque se ve triste, su mesa sólo la ocupa él porque YoungMin hoy no vino a clases. Me duele saber que así estará la menos catorce días hasta que se acostumbre y que los demás, como KwangMin o el chiquitín no hagan nada para impedirle estado sentimental de Taemin.
Porque durante el desayuno evadieron mucho ese tema. Sé que la evasión sirve porque no duele, pero tampoco es lo correcto.
-¡Sigan trabajando! ¡No tardaré!- salió el profesor de ese salón e iba con unas hojas en la mano. –Oh, Minho.- me erguí para hacer una leve reverencia. –¿Puedes ayudarme con algo?-
-Claro, usted dígame.- contesté sonriendo. –¿Quiere que lleve eso a algún lado?- intenté tomarlo pero él lo retiró.
-No, esto lo tengo que entregar personalmente. ¿Puedes ir a cuidar que los alumnos sigan en el salón?- ¿cuidar a Taemin?
-No puedo.- susurré. Es antiético y podría traerme problemas, el Director dijo que podía mirarlo desde el pasillo.
-No tardaré, sólo cuida de que no hagan desorden.- asentí porque eso puedo hacerlo desde el pasillo. –Gracias.-
-Sí, descuide.- susurré mientras se iba. Sonreí para girarme e ir hacia el salón de Taemin, pero sólo me quedé en el marco. Todos estaban haciendo algo en sus cuadernos así que miré hacia el pizarrón, había unas formulas matemáticas. Me acomodé para verlas mejor y comenzar a resolverlas.
Auch, algo golpeó mi hombro, miré por encima para ver qué era, sonreí porque era un avión de papel.
Me agaché a tomarlo.
“Estoy triste”
Volteé a su asiento, estaba con el rostro sobre la mesa. Miré por encima de mi hombro hacia el pasillo, pero al no ver al maestro entré. Todos seguían haciendo sus trabajos así que no lo notaron.
Abrí la silla de YoungMin para sentarme.
-Está ocupada.- susurró con un hilo de voz.
-Soy yo.- susurré. Taemin abrió sus ojos. –Holi.- siempre se ríe cuando digo eso, así que espero hoy también lo haga.
-Hola.- bien, no funcionó. –¿Qué haces aquí?- susurró mirándome, así que salí de la silla para agacharme a su lado. –¿No te regañan?-
-Estoy cubriendo a tu profesor.- susurré. –Has tu trabajo.- sonreí.
-Ya lo terminé.- susurró levantando su rostro de la mesa para mostrarme su cuaderno, tenía un montón de cálculos matemáticos y números entre equis. –Lo extraño.-
-YoungMin también te ha de extrañar.- susurré sonriéndole. –Dijo que vendría el fin de semana, y ya es martes.-
-Ha, la gran cosa.- susurró volviendo a pegar su rostro contra la mesa.