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Recuerdos de una noche lluviosa. por Sami chan

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Notas del fanfic:

Lo se, se que soy patetica haciendo resumenes, tambien se que no esta beteado ni lo estara, asi que dire lo siguiente, este fic lo hice y lo dedico a una de mis musas mas inspiradoras. Mi querida Perla Negra, porque amo como escribe. porque amo como es, y deseo que nunca cambie. asi que espero Perla que te guste corazón.

Notas del capitulo:

Solo espero que les guste, sobre todo a ti Perla.

Recuerdo de una noche lluviosa

 

Cerré los ojos y sin querer el recuerdo de ese día inundo de nuevo mi mente, una y otra vez, una y otra vez…

Por un momento no supe como tomarlo. Saber que invadiste mi vida de un momento a otro y que te adueñaste de mis días, de mis noches…de mi vida entera.

Cambiaste toda mi vida, cambiaste mis sentimientos, vuelvo a cerrar los ojos y te vuelvo a ver…

Sonreí,  y mi mente volvió a aquella noche…

 

Esa noche tenía una cita muy importante. Mi novio me había llamado temprano ese día y me invito a salir, a cenar específicamente.

Me di un largo y relajante  baño de tina,  me vestí no con mis mejores galas, mi mente ya divagaba con lo que yo imaginaba que mi novio me pediría esa noche. No sabía si lo quería, pero después de dos años de relación creo que es lo que sigue, ¿no? lo que mi novio me pediría en específico. Pero bueno, ¿a quien no le entusiasma una propuesta matrimonial? Hum…bueno, hablando con sinceridad…a mí no tanto…

Esa noche llovía, pero no era una simple lluvia. Era un fantástico y torrencial aguacero. Sonreí… A mi en realidad no me gustaban estas noches lluviosas, que va, ya fuera de día o de noche a mi me fascinaba que se abriera el cielo y se vaciara… bueno, que lloviera.

Me gustaba ver caer tanta agua a través de mi ventana, amaba ver como caían tantas gotas y se estrellaban contra el cristal. Y he de reconocer que también me gusta pararme bajo la lluvia y dejar que me moje. Suspire con resignación, pues en realidad si por mí fuera, yo no hubiera salido ni de chiste, pero en fin, uno quiere tener un novio, ¿no?  Bueno,  pues hay que atenerse a las consecuencias.

Aunque de esa cita, si algo había que disfrutaba enormemente, a parte de ver llover, era manejar con lluvia. Mis amigos me decían que tenía algo así como un suicida en potencia. - ¡Oh dios!   -  sonreí  - no es eso, ¿saben?  Me fascina sentirme nostálgico,  ¡hay Merlín!  Me escuchaba tan gay, si, algo así como un maldito tejón de Hufflepuff  - acabe carcajeándome en el carro como vil demente.  Mientras iba hablando con mi mejor amiga por el manos libres… en fin, deje escapar un suspiro, hasta el momento, era lo único bueno que estaba en verdad estaba disfrutando, la lluvia y la charla amena de mi amiga. Que ahora resulta que ella estaba más emocionada que yo con el resultado de esta cita. Aunque al principio de la relación era ella la mas reacia a creer en el.

Bueno, no la culpo.  Gryffindor con una serpiente Slytherin…da mucho que pensar, no?  Aunque déjenme contarles, en mi vida ¡JAMAS! Pero jamás ni por un segundo espere terminar en una relación así.

En fin, que lo que verdaderamente me apasionaba  de esa cita era el manejar con lluvia y de noche en la autopista.

Era temprano, algo así como las nueve de la noche.  Mas o menos, pero como llovía… la lluvia tiene ese enorme poder, asusta a la gente y los obliga a no salir de casa. Así que me toco disfrutar de uno de mis pasatiempos favoritos, ¿ya lo dije, no?  Ver llover mientras conduzco mi auto. Me da una paz interior enorme, me despedí de mi amiga, y puse música muggle, curiosamente no me gustaban los cantantes que pertenecían al mundo mágico.

Iba escuchando a ese cantante…Billy Joel,  oigan que buen músico, bueno pero ese no viene al caso, en fin. Que iba manejando por la autopista cuando, tuve que dar un volantazo, porque apunto estuve de atropellar a alguien. Lo único que vi, fue el brillo de unos ojos que me miraron asustados…  ¿Se imaginan? a esa hora de la noche, un cristiano deambulando por la autopista y con este aguacero… No, yo casi muero del susto, y mi auto quedo completamente atravesado en la carretera, mientras mis manos aferraban el volante como si mi vida dependiera de el. Lo que si casi me abandona fue el corazón, me palpitaba a mil por hora. Casi lo escupo.

Así que salí como pude del carro y corrí hacía la persona que a punto estuve de matar. No sabia si debía matarlo con mis propias manos o que.  Estaba hincado cubriendo su rostro con ambas manos, lo tome de los hombros y lo llame sin cesar…

 

-         ¿Oiga, oigaaa  me escucha? - lo zarandee un poco de entre los hombros, escuche que estaba llorando,  y es que no era para menos, si yo me lleve un susto de muerte, la persona entre mis brazos  seguro fue y volvió del infierno, o de donde haya ido en esos momentos.  -  Pero cómo se le ocurre atravesar la autopista de esa manera…casi provoca un accidente, estuve a punto de atropellarle. 

 

 

Lo mas seguro es que fue al infierno, o venia de el, quien sabe… no me dijo nada  ya que no podía parar de llorar, no le podía ver bien el rostro, vaya, ni la cabeza ni nada. Llevaba puesta una túnica negra con capucha que le cubría absolutamente todo.

 

Me asuste, porque al principio pensé que estaba así, por que por poco y lo dejo  convertido en parte del asfalto. Pero me di cuenta de que al llorar, sus hombros, y todo su cuerpo temblaba,  no pude evitarlo y lo abrace más fuerte  y le pregunte. Y no digan que no me importaba, por que comenzó a importarme en el momento en que casi lo atropello y me convierte en un homicida prófugo.   Con esto no quiero decir que…bueno, no pensaba huir, ok?

 

-         Oye  -  le susurre mas cerca del oído, mientras lo abrazaba apegándolo mas a mi, no sabia si era una chica o un chico,  lo único de lo que me pude dar cuenta es de que se amoldaba perfectamente entre mis brazos.  No lo pude evitar,  y aspire con fuerza.  El agua… o la verdad es que no se que lo provocaba, pero su cuerpo mojado dejaba escapar un aroma tan delicioso, no supe si era su perfume o el suavizante de su ropa o su piel… lo único que entendí fue, que su aroma me envolvió y me dejo como idiota. ¡hay no! ¿soné como alguien pervertido?

Abrace con más fuerza el cuerpo e intente levantarlo, mientras lo consolaba y le decía que no había sido mi intención querer dejarlo como un manchón  en el suelo, esto es debe ser como modelo o ejemplo a lo que no debe  hacerse en una noche lluviosa.

Por fin se levanto temblando y con miedo, levanto el rostro y volteo a mirarme… ¡Merlín!  Tenia  los ojos mas hermosos que había visto en toda mi vida, hasta deje de respirar por un momento, eran unos ojos tan cristalinos, de una mirada tan profunda, pero tan llenos de dolor, que por un momento entendí que aquello no había sido un accidente…

El se había cruzado a propósito en medio del camino  para poder parar con su dolor.  Suspire, era de noche estaba muy oscuro y lloviendo.  Solo era cuestión de sumar dos más dos y listo.  No le vi más que los ojos y fue solo un momento, fue un microsegundo pero me conquistaron…no lo supe en ese momento pero me robaron el alma y el corazón.

Lo abrace con fuerza y caminamos hacía mi auto, le abrí la puerta y lo ayude a entrar en el. Mi primera impresión fue llevarlo a un hospital  para que lo checaran a ver si no lo había dañado, o por lo menos que le dieran algo para el susto, pero por su llanto me dio la impresión de que no era dolor físico el que sentía, lloraba  con tanto sentimiento… así que eso me motivo a saber el porque el se encontraba a media carretera, con solo escucharlo supe que su dolor era interno, le dolía el alma, intuí  que a pesar de que el dolor no era físico, lo que mas le dolía era el corazón.

Así, que sin decir ni una sola palabra regrese a mi departamento.  Abrí el garaje y volví a guardar el auto, no lo voy a negar… me olvide por completo de mi cita.

Al momento que vi ese par de hermosos ojos, olvide que tenia un novio, olvide que tenia una relación de mas de dos años. Olvide un par de ojos color miel  por un par de bellos ojos acerados…

En ese momento no hice conexión alguna, solo me importaba llevar al calor de mi hogar a mi invitado… o invitada.

Le ayude a llegar al centro del salón, donde a paso de varita prendí la chimenea  para que ambientara al lugar.

Ni por un momento pensé si era muggle o alguien del mundo mágico, solo actué. Saque mi varita e hice lo que tenia que hacer.

A los pocos minutos me cayó el veinte, pero seguro era alguien que debía pertenecer a mi mundo, ya que no dijo nada al ver los movimientos  que hacía con la varita en mi mano.

Con premura dirigí mis pasos al pequeño bar que tenía en una esquina del salón, saque un vaso y lo llene hasta la mitad de whisky, lo voltee a ver y lleve el vaso a mis labios y lo bebí hasta el fondo. Suspire largo y tendido, me di la vuelta  saque un vaso más y llene los dos hasta la mitad de whisky, y ahora si, los tome y le lleve uno, indicándole que lo tomara, lo cual hizo en el mas absoluto silencio. Los dos seguíamos  en shock.

Yo solo veía lo que hacía, me quede mudo al ver como despacio lo acerco a sus labios, levanto el rostro y ahora si…  ahí si me quede como idiota, sentí como si me hubieran lanzado un Petrificus, creo que hasta el aire se me fue de los pulmones,  vi como tomo todo el contenido de la copa  y cuando volteo a verme… - ¡hay dios mío!  -  eso lo dije yo, porque el…si “él”  por fin se descubrió todo el rostro, que digo el rostro, toda la cabeza.  Al momento de tomar la copa y beberla se le bajo la capucha y por fin pude ver su aspecto, sus ojos, su cabello… si, su cabello tan rubio… ¿Qué, eso no les dice nada?  Rubio, si… “rubio platino”, en ese momento yo mismo me quise dar un buen par de Cruciatus.  ¿!!!Cómo demonios…  (en serio que casi me golpeo yo mismo) repito, ¡¡¡¿como demonios no hice la conexión al ver sus “ojos acerados”!!!?  Casi me golpeo con la palma de la mano en la frente.  

Solo quiero que alguien me explique…  ¿¡¡¡acaso alguien había visto o sabia de unos ojos grises que no fueran como los de… -  ¡¡¡¿MALFOY?!!!   -  fue lo que grite, no tire el vaso de puro milagro, pero… ¡claro!  Mi calentura… si eso fue, rodé los ojos al puro estilo del rubio, por eso precisamente no hizo clic mi cerebro, al ver ese hermoso par de ojos hechos como de plata pura… perdón, creo que me estoy saliendo del contexto, en fin. Que me estaba llamando yo mismo la atención… ¿saben?  Lo que  me llamo más la curiosidad, fue que pareciera que el tampoco esperaba que fuera yo, porque apenas me vio, con el mismo asombro que yo utilice, dijo…

 

-         ¡¡¡¿POTTER?!!!  -   salió del shock en el que se encontraba y se levanto como un resorte del asiento en el que estaba, al momento de levantarse con el movimiento su cabello salió de entre la capucha y pude verlo por completo, una pequeña cascada de oro que broto de ese lienzo oscuro que lo cubría… ¡dios, lo juro!  Casi babeo…así, que disimule y solo hice un leve movimiento de hombros y conteste de la manera mas fría que pude.

 

-         Si, el mismo que viste y calza a sus ordenes  -  lo mire retadoramente a los ojos, provocándolo a que dijera algo, sabiendo de antemano que era un verdadero idiota,  aclaro el punto, el idiota era yo no él.  ¿Qué tal si era una trampa?  Mi mente empezó a divagar, aaah... a divagar, ¿Cuál divagar, cual trampa,  zopenco?  ¿trampa para que? Lo que buscaba era una excusa tonta para no quedar mal… ¡por Merlín!  ¿para no quedar mal?  ¿con quien?  Ja… para no quedar como el verdadero imbécil que era…que soy, pues.

 

Suspire,  y a punto de romper el vaso entre mis dedos, preferí dejarlo en la barra del pequeño bar, así que ahí dirigí mis pasos, solo para tener un pretexto y poder darle la espalda. Al caminar, escuche una voz aterciopelada  y… - Potter…  -   ¡OH MY GOOD!   Lo se, soy patético. Voltee inmediatamente  a ver que era lo que quería y lo mire de manera interrogante.

Se acerco despacio y me dio el vaso de su whisky, no supe si suspirar o  sentirme frustrado,  o ya no se.  Este hombre toda mi vida, si, toda mi vida, ha sido como un soberano grano en el culo,  ¿¿¿Por qué ahora, porque después de dos, o tres años quizás  de no haberlo visto,  viene en este momento preciso y me roba el aliento por unos minutos???  ¡Que alguien me explique!

¡Por Merlín!   En fin, deje escapar un suspiro muy largo que sirvió para darme un poco de ánimo para poder hablar.

 

-         Malfoy… mira, se que no es mi asunto, pero…  -   ya saben, yo todo solemne y…me interrumpió.

 

-         Tienes razón Potter  -  me miro de la manera típica de un Malfoy   -  es un asunto que no te incumbe  -  levanto sus manos y recogió su capucha para cubrir su cabello nuevamente, parpadee un par de veces  y en ese momento reaccione, ¿Cómo… como demonios me dice que no me incumbe???  Me enoje, vaya tal frescura del rubio, tome aire y dije del modo mas calmado que pude.

 

-         Oh,  discúlpame Malfoy  -  lo vi levantar el rostro y mirarme con fiereza  -   pero este asunto me incumbe desde que casi me conviertes en un asesino.  – dije comenzando a enfurecerme.

 

-         De verdad que siempre has sido un dramático de primera Potter. -  suspiro y se dio la vuelta para que no viera que sus ojos se aguaron nuevamente. No lo pude evitar y…  de verdad que no aprenderé  nunca a no meterme donde no me llaman.

 

-         Malfoy   -  dije como tanteando el asunto  -   si tienes algún problema…  -  me acerque un poco sin darme cuenta  -  me gustaría ayudarte  -  sin notarlo, ya estaba a las espaldas de mi ex compañero, levante mi mano y a punto estuve de tocarle un hombro, cuando se volteo de repente y se lanzo a mis brazos   -  ¿es…  -  trague duro, al sentir su cuerpo sollozar pegado el mío  -  estás bien?  -  no se crean, aun así me respondió como solo él lo podría hacer.

 

-         Potter no cambias   ¿sabias que sigues siendo eres un reverendo idiota?  -  susurro con su rostro escondido en mi cuello, y créanme…el movimiento de sus labios contra mi piel… ¡bendito Merlín!  casi tengo un orgasmo ahí mismo. Ja, lo bueno es que estoy súper enamorado de mi novio,  si… por cierto…  ¿ya les dije que tengo novio, verdad?  Pues porque eso mismo lo debería de recordar yo.

 

Con Malfoy ahí en mi apartamento  y su cuerpo entre mis brazos  y su aroma embotando mis sentidos, créanme que de lo ultimo que me acorde, es de que tenia novio  y que tenia una cita.  Y de que definitivamente se supone que Malfoy es…era mi némesis en el colegio.

¡POR MORGANA!  -  Parecía perro en celo. Malfoy estaba logrando conmigo en segundos,  lo que nunca nadie había conseguido hacer…mucho menos mi pareja.

Sentí una ganas enormes de llevarlo hasta mi habitación y hacerle el amor, una y otra vez, si, al infinito y mas allá…oh,  no se que demonios me estaba sucediendo, - ¡LO JURO!

Comenzó a sonar mi teléfono como un maldito desquiciado, un muy renuente Malfoy se alejo de mí y dijo con voz constipada, pobrecito se notaba que había estado llorando, porque dejaba escapar unos suspiros tan herm…tan largos. Sin darme la cara me dijo.

 

-         Lo siento  -  se volteo y al dar un paso, instintivamente levante mi brazo, y como si mis dedos fueran tenazas lo tome del brazo.  -  lo siento  -  repitió sin soltarse  -  yo… nunca fue mi intención hacerte perder tu… cita?

 

-         Oh, no te preocupes   -  dije mientras veía con preocupación la pantalla de mi teléfono he hice gestos de fastidio, lo bueno es que Malfoy me estaba dando la espalda  -  no tenia real importancia, en verdad no era nadie importante.

 

-         De verdad Potter, no quiero causarte ningún problema  -  no se soltó de mi mano, solo se jaloneo un poco, tampoco me daba la cara pero miraba insistente con dirección a la puerta.

 

-         Hagamos esto Malfoy  -  deje escapar un suspiro y lo jale un poco, para que sintiera que quería hablar con él de frente.  -  no me causaste ningún problema, créeme en verdad  - sonreí  al ver que el chico ya no hacía ningún movimiento de querer escapar de mi agarre  -  déjame contestar esta llamada  y después soy todo tuyo…   -  me di cuenta de lo que había dicho, cuando vi que Draco por fin me miro de frente con los ojos muy abiertos.

 

-         Yo…eh…  -  tartamudee, lo se… ¡SOY PATETICOOO!  Grite en mi interior, y solo sentí como mis mejillas adquirían una temperatura altísima a punto de olla exprés, me di valor y le dije   -  ¿entonces… me dejas contestar y después hablamos? 

 

-         Anda ve y contesta  -  dijo medio sonriendo  -  que “ese en verdad no era nadie importante”  no te dejara en paz.  -  me devolvió mis propias palabras.

 

-         Tonto  -  le dije con una sonrisa enorme, que provoco una media sonrisa en su rostro.  Y mientras caminaba al salón contiguo desbloquee mi teléfono que ya nuevamente volvía a llamar.

 

-         Hola  -  conteste fastidiado, ya lejos de donde se encontraba mi visita  -  no, no, todo esta bien  -  dije rogando a Merlín, Morgana,  y a todo ente divino  por que a mi pareja no se le ocurriera ir a mi apartamento al tener la excusa de haberle dicho que había tenido un “pequeño accidente”  -  lo siento amor, no…  ya te dije, solo un pequeño contratiempo… no, estoy bien  - sonreí ante su ansia  -  que te parece si mañana nos vemos donde siempre -  lo escuche intranquilo  -  si amor…  no, no,  por favor no vengas, esta lloviendo y no quiero que te pase nada.  -  me lo imagine haciendo pucheros, era tan tierno al preocuparse tanto por mi  - te quiero - le dije para tranquilizarlo, suspire y sonreí al ver que me haría caso.

 

Volví a la sala un poco más tranquilo,  estaba seguro de que nadie más nos interrumpiría.  Entre y vi a Malfoy sentado frente a la chimenea encendida tratando de entrar en calor, casi me doy un golpe…si, otro…no se porque, pero  casi estaría seguro de que esta noche acabaría como retrasado o con una contusión a causa de tanto golpe que ya mismo yo me estaría dando.

En fin, antes de acercarme al rubio camine a mi habitación, me quite  el saco y la camisa, me puse una playera, me quite los zapatos y el pantalón y me puse el short de mi pijama  y ahora si.  Saque un cobertor y regrese y al ver que no se movía,  abrí la cobija y despacio la coloque sobre sus hombros, provocándole un sobresalto. Volteo el rostro hacía mí, y suspire. Y pensé que si no me daba prisa, mis instintos  lobunezcos,  jejeje  harían estragos en su bello cuerpecito.  Suspire… Ahí va otro golpe…

 

-         Vamos  -  lo inste a levantarse   -  porque no te cambias en la habitación, te vas a enfermar y eso no es bueno.

 

-         Eso no tiene importancia  -  dijo todo desalentado.  -  para que…  -  y ya no continuo hablando.

 

-         Bueno, no puedo decirte para que… pero, enfermarse no es bueno para nadie.  -  lo se, lo se mi cerebro se atrofio al ver a Malfoy… y mi libido también  -  anda vamos  -  insistí jalándolo de un brazo  -  en mi habitación te puedes quitar la ropa mojada, ah y te deje una bata sobre la cama, cúbrete con ella  -  le sonreí  -  ya después secaremos tu ropa,  ah lo olvidaba, también ahí hay unas pantuflas.  El rubio camino adentro de la habitación, se volvió un poco tímido  y dijo.

 

-         Potter…   -  medio sonrió, se notaba la tristeza en sus ojos.

 

-         Dime…  -  no pude decir más al ver su mirada.

 

-         Gracias   -  fue todo lo que dijo, antes de cerrar la puerta de la habitación casi en mis narices  y esto es porque ya no pude ni moverme de ahí.  Como bobo sonreí, cerré los ojos y trate de acordarme, ya que si mal no recuerdo del colegio, el chico nunca tuvo la necesidad de agradecer nada. Era un pijo bien hecho.  

 

Y ahí estaba yo, parado como estatua enfrente de la puerta de mi cuarto, como un verdadero imbécil, aguantando la respiración mientras  casi pego la  mejilla a la madera de la puerta.

Suspire y en contra de mi voluntad, me di la vuelta y camine con pasos reacios  hacía la sala. Me deje caer sobre uno de los sillones y solo ahí me pregunte  -  ¿Qué demonios le puede estar pasando a Malfoy para querer suicidarse?  ¡¡¿Suicidio?!!  La palabra me llego como un flashazo. Muy cierto al inicio lo intuí, pero la palabra en si da terror.  Me levante de golpe y voltee a ver la puerta de la habitación.  Como si esta me fuera a contestar.  ¿Un golpe más?  Naah no tiene caso, soy caso perdido.  

Me senté nuevamente en el sillón  y ahí sintiendo el calorcito del fuego de los leños de la chimenea cerré los ojos.  Al ver que Malfoy tardaba, me relaje y me sentí como aletargado.  Así estaba cavilando en mi interior cuando la puerta se abrió y sentí sus pasos acercarse a mi, voltee y le sonreí. 

 

-         ¿ya estás mejor?  -  me levante y así descalzo me dirigí a la cocina, el piso era de madera, así que por consiguiente  era cálido.  -  vamos, ven  -  lo guie sin esperar respuesta, si le daba tiempo a pensar  en menos de tres por dos el rubio  ya estaría afuera del departamento así como estaba. Así que lo mejor era no dar tregua.   -  iba a una cena, así que sabrás que ya no cene y mis tripas se comen unas a las otras.

 

-         Que vocabulario es ese Potter  -  trato de regañarme Malfoy, pero voltee y le sonreí para después enseñarle la lengua.

 

-         Solo estamos tú y yo, así que no debo preocuparme por el alto círculo social en el que nos movemos  mis vecinos y yo y que les den si se ofenden por como hablo.  -  le iba diciendo mientras me movía por aquí y por allá, sacando ollas, sartenes  y de paso abriendo la nevera para sacar ingredientes de quien sabe que cosa iba a preparar.

 

-         ¿sabes cocinar Potter?  -  dijo con un poco de gusto y asombro en la voz.

 

-         Claro  ¿tu no?  -  dije sin voltear a verlo, no quería ponerlo mas nervioso.

 

-         No…  -  fue lo único que dijo. Pero miraba ávidamente los movimientos que hacía al preparar lo de la cena.

 

-         Porque no me ayudas  -  lo inste a cortar verduras  -  toma el cuchillo y una tablilla  - le di unos jitomates recién lavados.  -  corta en pedacitos pequeños.

 

-         Yo… -  no dijo más, tomo el cuchillo y lo miro como si este se fuera a voltear contra él.

 

Mi bello némesis me ayudo a preparar la cena, preparamos entre los dos la mesa y comimos en medio de una platica ligera, procurando no tocar los puntos álgidos  y muy sensibles de mi hermosa visita, lo dejaría creer que se saldría con la suya. Ya llegaría el momento de hacer el interrogatorio.  Y entonces si, no lo salvara ni dios padre.

Así entre plática y plática, no nos dimos cuenta y el tiempo se nos fue de entre las manos. Claro pura platica banal, recuerdos de los amigos, del los cursos del colegio y finalmente del trabajo actual.

Eran las dos de la mañana cuando nos dimos cuenta de la hora. Yo sonreí por si Malfoy decidía dar por terminada la platica, cierto los dos estábamos agotados. Es que fueron muchas emociones para una sola noche. Lo cierto es que lo mire a los ojos y sin apartar la mirada de los míos, me pregunto.

 

-         Así que…Potter   -  se acomodo mejor en el sillón  y  dejando su copa en el suelo a sus pies,  siguió con las preguntas   - hemos platicado de casi todo, pero dime  ¿que haces viviendo en el mundo muggle?

 

-         Bueno…   -  suspire, para que darle vueltas al asunto, así que tome aire y dije la verdad  -  la verdad es que…  -  lo mire a los ojos y dispare  -  soy gay  -  no dije más esperando su reacción, si he de ser sincero hasta aguante la respiración,  esperaba una reacción negativa por parte del siempre príncipe de Slytherin, y como no dijo nada pues  seguí hablando  -  y eso en el mundo mágico todavía es intolerable, saben que existe y que muchos magos y brujas lo son. Pero vamos  -  sonreí resentido  -  que se puede esperar de una sociedad frustrada, vieja y de pilón amargada.

 

 

-         Vaya - dijo el rubio - así que ni a su héroe le perdonan semejante condición o preferencia sexual  -  suspiro mirando las llamas de la chimenea  -  si, son todos una bola de estúpidos viejos amargados, llenos de frustración que finalmente son igual que uno, pero como no tuvieron el valor para mostrar lo que en realidad son, mucho menos lo tienen para rebelarse,  es mas fácil esconderse y follar en la oscuridad, sacar todas tus parafilias a escondidas de la gente y seguir para delante mostrando una cara que no es la suya.

 

-         Si, así que lo mejor que pude hacer, fue escapar… - rectifique  -  no, escapar no es la palabra correcta,  solo decidí que en mi vida ya había habido mucho de líos, así que quería vivir en paz, disfrutar mi vida como no lo pude hacer en toda mi infancia y adolescencia.  Así que apenas salimos del colegio y sin pensarlo mucho compre este apartamento y me vine a vivir aquí, comencé un negocio igual aquí en Londres muggle que me deja buenos dividendos  y solo visito el mundo mágico, cuando siento la necesidad de visitar viejas amistades.  -  suspire y mirando al rubio le pregunte  -  ahora me toca a mi…  -  lo mire moverse incomodo  -  ¿dime porque te encontré en ese estado de total desolación…? 

El rubio tardo unos minutos en contestarme, y cuando lo hizo fue en forma de reproche.

-         ¿así que crees que darme una cena, una bata y un poco de consuelo te da el derecho de querer indagar en mi vida?

 

-         Lo siento Malfoy  -  dije a la defensiva  -  es solo que…bueno, me partió el corazón el haberte visto en semejante situación  -  lo mire y dije sabiendo que me iba a mandar a la mierda, insistí  -  nunca creí que fueras de esos que piensan en el suicidio como ultimo recurso…  -  no termine de hablar, porque el rubio en cuestión de microsegundos tomo su copa y me la arrojo a la cara, por suerte pude esquivarla y me hice a un lado escuchando como se estrellaba en el piso, asombrado mire como se levanto furioso y diciendo improperio y  medio, camino a mi recamara, resignado vi que no me quedo de otra más que seguirlo.

 

-         Por favor Malfoy  -  lo encare, entrando tras el a mi habitación, cerré la puerta y me recargue en ella bloqueándole la salida.   -  lo siento  - me disculpe muy apenado  -  en verdad, perdóname  -  comencé a caminar hacia el, que estaba de frente a mi cama examinando su ropa  -   no quise ofenderte, ni mucho menos entrometerme en tu vida, pero es que si yo te había dicho la verdad de mi vida, pues…

 

-         Así que…  ¿esperabas una confesión de la mía?  Tu hablaste porque quisiste, no había nada escrito sobre que si tu hablabas yo también tenia que hacerlo  -  el no se había dado cuenta de que yo estaba a dos pasos de él, y el ya se había quitado la bata para comenzar a vestirse con su ropa, lo mire alelado y sin pensarlo…si, es que ese es mi problema…que no pienso.  ¿Qué, otro golpe?  YA DIJE QUE NO, porque voy a quedar como idiota a base de tanto porrazo.  Lo mire de arriba abajo, el solo llevaba sus bóxer… ¡hay mamá!  déjenme decirles que se veía tan sexy, y salive… y le quedaban como una segunda piel, no lo pude evitar y levante mi brazo, mis dedos temblaban ansiosos por tocar, por acariciar toda esa nívea piel, su cuerpo perfecto despedía un aroma tan…tan suyo, que me encendía por completo despertando así todos mis sentidos, todos mis instintos animales, si lo reconozco, soy muy dramático ¿pero que quieren?  me gusta.

Un hormigueo recorría mis dedos, ansiaba ya poner mis manos en ese cuerpo, baje la vista y vi esas hermosas nalgas respingonas, duras…casi me corro con solo observarlo, levante la vista y mi corazón se detuvo al instante al ver unos ojos grises observándome con reproche, no se si se dio cuenta, o si acaso vio mi paquete en todo lo alto, lo cierto es que me humille yo solo, ¡gemí!  Oh… ¿se dan cuenta?  ¡GEMI!  ¡Oh mi santo señor!  desaparece los últimos segundos de nuestras vidas. Bueno solo de la mía. Baje la vista avergonzado y cerré los ojos en espera de algún hechizo lanzado por mi rubio némesis.

Pero contrario a lo que esperaba, el golpe nunca llego.  Sentí de pronto una caricia en mi rostro, abrí los ojos y vi que su mano acariciaba mi mejilla, sentí ganas de llorar, pues de sus ojos escapaban lágrimas sin control. Levante mi mano y aprisione su mano entre mi cara y mi mano, después lleve su mano a mis labios y deposite un tierno beso en su palma. Suspiro y se acerco a mí y  me envolvió con sus brazos… ¡Merlín!  Que bien se siente estar así…ahí descubrí que ese era precisamente mi lugar.

 

-         Potter  -  comenzó a decir mi rubio… ¡oh por Merlín! ¿me escuchan, o más bien, me leen?  Ya les dije, son patético.  Ahora digo “mi rubio”,  si el lo supiera se echaría a reír.  Creo que en este momento no lo soportaría, en fin, me quede muy quieto para escuchar a que horas me mandaba al infierno, nunca me espere lo que me dijo a continuación.  -   ¿quieres hacer el amor conmigo?  -  lo confieso, lo deseaba y me quede helado, me congele en el momento menos apropiado y sin palabras.

 

-         Eh…  -  como idiota fue lo único que pude responder.

 

-         Entiendo que no  -  suspiro y me soltó, casi muero al ver que me alejo de sus brazos  y despacio camino hacia la puerta mientras se iba vistiendo en el camino. No pude evitarlo y cuando vi que llegaba hasta la puerta, corrí y me le abrace por detrás, rodee su cintura y escondí mi rostro entre sus omóplatos mientras mis manos recorrían su estomago, acariciándolo.

 

-         Draco  -  susurre su nombre y sentí como se tenso al instante  -  es lo que mas deseo,  hacerte el amor con todas mis fuerzas… deseo hacerte mío  -  suspire y dije con mi voz casi oculta entre su ropa  -  déjame poseerte… por favor.

 

Mi rubio sonrió, y sin soltarse del abrazo se giro y quedo de frente a mí, atrapado entre mis brazos, tomo mi mentón y levantando mí rostro me dio un beso  ¿saben a que me supo ese beso?   ¡A pura gloria!  Fue tan tierno, tan…si,  definitivamente ahí fue donde quede por completo atrapado.

 

-         ¿Draco, eres gay?  -  oh por Merlín lo se, soy un imbécil, como se me ocurrió preguntarle eso… pero que quieren, tenia que cerciorarme de que al final, no se burlara de mi y terminara humillándome, vaya pues, que no me tendiera alguna trampa.

 

-         Potter  -  sonrió con su rostro a escasos centímetros del mío, parecía que me iba a dar un beso, pero no, a contra labios me dijo  -  eres un idiota.

 

-         Si, lo soy  -  conteste con unas ganas de gritar que si, que si para hacerlo mío era necesario gritar que era el mas grande y reverendo idiota del mundo muggle y mágico,  yo lo gritaría a los cuatro vientos.  

 

En ese momento sentí que reventaría de felicidad… En ese momento hice el descubrimiento más grande del mundo… Si,  suspire…en ese momento descubrí que el amor existía. ¿Saben que me enamore como un total idiota de aquel rubio snob?  También descubrí que no requería toda una vida para hacerlo, no requería buscarlo por cielo, mar y tierra. A mi me basto solo una noche de lluvia para hacerlo,  fue sin querer y fue sin buscarlo,  si, yo me enamore en una noche lluviosa.

Me abrace a su cuerpo y quise llorar, mi corazón se inundo de algo cálido y ya no pude resistirme, alcance su boca y quise devorarlo. Lo mejor de todo es que el respondió con el mismo ímpetu a mis besos, a mis caricias.

Despacio caminamos de regreso hasta la cama, y lentamente nos desvestimos y   aprecie su cuerpo perfecto desnudo. Vi sus mejillas sonrosadas, si supieran…se veía adorable. Curiosamente yo no sentí vergüenza alguna, mi corazón sabía que era el indicado y me sentía feliz.

Si en ese momento el mundo desaparecía a mi alrededor me venia valiendo nada, si en ese mismo instante el mundo hubiera comenzado a desmoronarse afuera de esas cuatro paredes a mi no me hubiera importado menos.  Mi mundo entero estaba entre mis brazos.

Y como si ya nos conociéramos,  como si no fuera la primera vez, el me condujo hacía el centro de la cama, me acosté y el se acomodo a mi lado, comenzamos a besarnos muy lánguidamente, suspire disfrutando de su sabor. 

Lo abrace por el cuello  evitando que se alejara de mi, me regalo  una de esas sonrisas típicas de él,   y en ese momento supe que el Draco Malfoy que yo siempre conocí en el colegio, el verdadero Draco Malfoy  había regresado,  ese era el Malfoy que yo quería… el autentico,  no ese guiñapo  remedo de mi rubio hermoso.  ¿Saben, nunca había experimentado tal sentimiento? 

Pero el sentir como sus dedos comenzaron a acariciar lentamente mi torso, mis brazos, sentir el calor de su mano sobre mi pecho, primero acariciando y después pellizcando mis tetillas,  era una maravillosa sensación que no deseaba perder nunca más.

Cómo entre beso y beso sus manos bajaban y subían tocándome todo y más si se podía, sentir como pasearon sus manos suaves por mi vientre hasta llegar a mi entrepierna, casi aúllo de la mas pura felicidad, su boca abandono la mía  y comenzó  a besar mi cuello, mi garganta, mordisqueó mi manzana de adán, y si, realmente estaba yo en el paraíso con mi serpiente personal.

Con su nariz fue acariciando mi piel, y mientras la olía le daba pequeños besos, y mientras murmuraba no se que tantas cosas yo estaba en el limbo, así que prestaba muy poca importancia a las palabras, además el susurraba, no es como si quisiera que yo me enterara de lo que decía. Acaricio todo mi cuerpo, lo venero…en realidad no se que demonios me pasaba, lo quería dejar hacerme todo lo que él quisiera.  Bueno,  siendo sincero  la verdad es que si lo deje hacerme de todo, y por fin cuando decidió ya darle atención a mi entrepierna,  se hinco entre mis muslos y con devoción acaricio mi muy despierto miembro, se agacho y casi muero cuando vi que aspiro con suavidad mi aroma, con su nariz jugo con mi bello púbico  y casi grito, cuando sentí como paseo su lengua por todo lo largo de mi hombría, jugo con el hoyuelo del glande, lamio la vena que con fuerza palpitaba engrosando aun mas a mi amiguito.  Sentir como chupo mis testículos y paseaba la lengua por todo el escroto…morí.

Sentir ese calor, esa humedad tan deliciosa rodeando mi pene, era subir al cielo y bajar.  Comenzó a bombearlo con fuerza, hasta casi llevarme al delirio, tanto que no pude evitar rogarle…

 

-         ¡tómame, Draco hazme tuyo!  -  sentía que el aliento me abandonaba. Yo rogaba  ¿no se supone que yo quería tomarlo a él?   -  por favor,  Draco… 

 

-         Eres un ansioso, Potter  -  sonreía el muy ladino, mientras sus dedos se introducían una y otra vez en mi parte más intima, me estaba preparando para no lastimarme, era tan tierno pero me tenía tan al borde que ya no soportaba y lloriquee ¡por Merlín, que ahora si muero de vergüenza!   Se rio de mi, pero eso en ves de avergonzarme me lleno aún mas de felicidad, mi rubio había vuelto, no ese guiñapo que estuve a punto de atropellar  y lo mejor de todo es que ahora era mío.

 

-         Si, soy lo que quieras Draco  -  suplique  -  pero por favor, por favor, por favor…tómame   -  lo mire a la cara y estirando mis brazos tome su rostro y lo guie hacia mi boca, lo deseaba, deseaba que ese rubio me tomara, que me rompiera, nunca lo había echo de esta forma, pero con él…con él lo deseaba, deseaba que fuera el quien se adueñara de mi interior, de mi cuerpo, de mi vida...pues de mi corazón ya lo había echo.   -  después de haberlo besado con pasión, lo mire a los ojos y le dije muy serio  -  por favor Draco…ámame.

 

El ya no dijo nada, me miro directamente a los ojos y me sonrió, me beso muy lentamente mientras sus dedos abandonaban mi interior, provocando que mi cuerpo protestara estremeciéndose al sentirse vacío. Unos segundos después, sentí como su miembro erguido en todo lo alto, invadía mi cuerpo muy despacio  tratando de no hacerme daño. Me quede sin aliento, sin respiración, hasta que lo sentí hasta el fondo de mi ser, por inercia mis piernas lo abrazaron provocando que el me llenara por completo. Sentí con placer como sus testículos tocaron mis nalgas.

Podía sentir todo su cuerpo pegado al mío, me abrace nuevamente a su cuello y sin poderlo evitar, de mis ojos escaparon unas lagrimas, suspire muy fuerte y el se preocupo al ver mi rostro bañado en llanto, me beso y sin decir nada me pregunto inquieto si estaba bien, le sonreí en medio de mi llanto y esa fue la señal para que hiciera de mi lo que quisiera, al sentir que ya no podría ir mas adentro, se quedo quieto esperando en lo que mi cuerpo se acostumbraba a la invasión. 

Le di un beso en la nariz y en un susurro le dije…

 

-         Estoy bien,  muévete ya  -  hipé sin quererlo y se acerco a mi oído y me dijo con preocupación.

 

-         ¿estas seguro de que estás bien?  -  le conteste con un movimiento de cabeza y me dijo  -  Harry…  -  su aliento acaricio mi sensible piel y me estremecí  -  ¿esta…  -  gimió nervioso en medio de una embestida  -  esta es tu primera vez? 

 

-         De esta forma…si  -  no me contesto, solo me abrazo mas fuerte y embistió con mas fuerza, tocando mi punto mas sensible, provocando que gritara al sentir como una corriente eléctrica. Abrí los ojos asombrado de sentir tal sensación, se rio de mi pero no me importo, lo bese con ansias,  ¿saben? era maravilloso todo lo que este rubio me hacía sentir.

 

Nunca en toda mi vida creí vivir algo así. Bien me lo había dicho una amiga muy cercana, Hermione Granger. Todo era cuestión de que llegara el indicado. Le pregunte que como lo sabría y me contesto que mi corazón me lo indicaría. Y  ¿saben que?  Que tenía toda la razón.

En ese momento ni siquiera recordé que tenía un novio, mucho menos que esa noche en especial me había citado en un restaurante muy lujoso para decirme algo muy importante.

Déjenme aclararles algo, no es mi costumbre ir de noche recogiendo gente en mi coche después de casi atropellarlos y terminar llevándolos a mi apartamento  para al final terminar teniendo sexo. ¡NO, ASÍ NO SOY YO!  Si…bueno, reconozco que soy muy dramático, y muy sensible…pero les juro que esta es la primera vez que me pasa algo así.

Esa noche no recordé ni mi nombre, si no es que Draco lo grito en medio de su orgasmo mientras yo al mismo tiempo gritaba el suyo.

-         ¡Harry!   -  y se estremeció entre mis brazos mientras se descargaba dentro de mi y me besaba con una  pasión desmedida, que puedo decirles…  ese había sido el mejor orgasmo de toda mi vida, unido al de él sentí que mi corazón explotaría.  Sonrío como idiota y me doy cuenta de que estoy hablando como todo un Hufflepuff. 

 

-         ¡Draco!   -  estoy seguro que nunca en mi vida, jamás, entiéndanme  ¡jamás!  imagine que viviría algo así, mucho menos que seria con el chico que fue mi némesis en el colegio. ¿saben? no me arrepiento de nada… en ese momento espere mientras rezaba por mi felicidad, que el tampoco se arrepintiera de nada.

 

Al terminar de recuperar la respiración, nos acomodamos bajo las sabanas, mi rubio recostado sobre su espalda y yo recostado cómodamente en su pecho. Por un momento sentí vergüenza de  todos los pensamientos que iban y venían dentro de mí, que bueno que no escuchaba todo lo que pensaba, ya que me sentía todo un virginal chico. Sonreí, me sentí idiota, pero mi rubio sintió el pequeño movimiento, producto de mi risa y acariciando mi cabello pasando suavemente por mis hombros, mi espalda, hasta que travieso su mano llego hasta mis nalgas y las acaricio suavemente. Les dio una pequeña nalgada y me pregunto finalmente.

 

-         ¿eras virgen Potter?   -   seguía acariciándome.  Suspire muy largo.

 

-          ¿Se noto mucho?  -  ¡por Morgana!  Pero si hasta parecía que me estaba disculpando.  Parecía una de esas colegialas enamoradas.

 

-         Algo…  -  sonrió mientras me abrazaba muy fuerte y me daba un beso en el cabello.  Ese momento intimo era ideal para platicar muy bajito, y así lo entendió él al igual que yo, porque comenzó diciendo  -  cuando…  -  le costo pero siguió  -  cuando casi me atropellas…  -  fue su turno de suspirar  -  tenias razón, no estaba nada bien y quería morirme…   -  trago duro  -  pero quiero que sepas que jamás, nunca pensé ni por equivocación en el suicidio.

 

-         Yo lo siento  -  murmure bajito, pero sin la intención de matarle la musa.  -  no fue mi inten…   -  me interrumpió poniéndome un dedo sobre los labios.

 

-         Shhh…  -  me dio otro beso, esta vez levanto mi mentón y me lo dio en los labios  -  yo lo se, solo déjame hablar.

 

-         Está bien.  -  y me abrace a su cuerpo después de darle un pequeño beso en el pecho.

 

-         Durante un año tuve una relación oculta, desgraciadamente cuando te enamoras todo el mundo puede darse cuenta porque te vuelves un idiota…  -  se quedo callado por algunos minutos, tanto que pensé que se había dormido, iba a hablarle cuando lo escuche de nuevo  -  mi padre lo descubrió  -  sonrió burlón  -  claro que si esta hubiera sido una relación “normal”  -    hizo la mueca con los dedos entre comillas  -  tu sabes…una relación hetero, con alguna bruja de su preferencia no habría dado ningún problema. El problema surgió cuando descubrió que su hijo  se acostaba con otro hombre  -  suspiro dolido  -  si, su único hijo era gay…

 

-         Draco…   -  dije con pesar.

 

-         Bueno, creo que ya te diste cuenta, verdad?  -  dijo mordaz.  -  el caso es que me corrió de la mansión.   Para mi eso no fue ningún problema, hasta que llegue a la casa de mi novio, pensando ya en quedarme a vivir con él, pero…

 

-         ¿pero…?  -   no pude evitar decirlo.

 

-         Tontito  -  me beso con pasión nuevamente.  -  déjame terminar  -  acaricio mi cabello y prosiguió  -  el problema fue que…  -  reconoció en su interior que le iba a costar hacer esa confesión, pues era bastante humillante.  -   el problema… fue que el estaba con alguien más, no en ese momento, pero sentimentalmente ya tenia pareja, y no era yo…  -  ya diciendo lo primero, lo demás fue mas fácil de hablar  -  resulta que lo encare y me grito  a la cara, que yo no era nada para el…

 

-         Maldito  -  murmure.

 

-         Y después de decirme que realmente solo me había estado utilizando, que deje de servirle en cuanto padre supo de mi preferencia sexual y me corrió de la mansión.  -  volvió a suspirar  -  me dijo que el realmente estaba enamorado del que en este momento era su pareja y que lo que realmente el pensaba, era  echarle mano a las bóvedas de Gringots de mi padre, estaba manipulándome  para que pasara a su nombre algunas de esas bóvedas.

 

-         ¡Merlín!   -  dije asombrado.

 

-         Pues si,  me enamoro, me utilizo  y me tiro…  -  bostezo  -  me quede  solo con mi nombre y lo que traía puesto, todo eso sucedió  esta noche.  -  me abrazo un poco mas,  se estremeció un poco y prosiguió  -  así que cuando casi me atropellas,  iba huyendo porque acababa de recibir la humillación mas grande de mi vida.

 

-         Draco…   -  comencé a hablar, pero en ese instante tocaron el timbre del apartamento  -  no hagas caso, si no abrimos sabrán que no estamos   -  lo mire con amor  -  ¿puedes decirme quien fue…? 

 

-         Fue un Slytherin  que conocía… no  -  rectifico  - que creí conocer de toda la vida - cerro los ojos y finalmente dijo  - me grito que esta noche pensaba pedirle matrimonio a la persona que el verdaderamente amaba, tu debes de conocerlo, el se llama…  -  pero no lo dejaron seguir, pues el timbre no dejaba de sonar, parece ser que quien estaba del otro lado de la puerta, se había quedado pegado al aparatito.

 

-         ¡Demonios! déjame ver quien es  y correrlo de una buena vez  - me levante y tome la bata que tiempo atrás traía puesta mi rubio, iba refunfuñando  -  no se quien es capaz de salir en medio de esta lluvia y a esta hora  -   le sonreí  y lo amenace  -  no te levantes, que quiero terminar esta charla  -  le guiñe un ojo y salí del cuarto.

 

Abrí la puerta sin cerciorarme de quien tocaba sin cesar.  Si, lo se traía embotado el cerebro cual vil Hufflepuff.  Abrí la puerta y ahí, parado frente a mi puerta mojando toda mi entrada pues venia chorreando agua, estaba mi novio.  Si lo se, ese novio del cual olvide hasta su existencia en cuanto mi corazón quedo  atrapado por el rubio ojigris. Me quede sin saber que hacer. Mi mente se puso en blanco hasta que él hablo.

 

-         ¿no vas a invitarme a pasar? - dijo algo molesto al ver que no hacia ni decía nada.   -  si quieres me quedo aquí, hasta que mi ropa se seque por si sola.

 

-         Oh lo siento  -  dije apenado haciéndome a un lado  -   ¿y porque vienes todo mojado?   -  le recrimine  -  ¿y tu varita? 

 

-         Lo siento amor, deje mi varita en casa,  -  dijo en tono mordaz  mientras se acercaba a darme un beso  -  porque como se supone que cenaríamos juntos y a ti te gusta hacer todo al estilo muggle…

 

-         Ah no  -  dije frenándole el reproche  -  a mi  no me vas a culpar te llame                                        y cancele nuestra cita, así que no tenias que venir hasta acá a ver si todo estaba bien…  -  fui interrumpido.

 

-         ¿me llamaste?  ¿Cuándo?  -  casi grito enojado.

 

-          ¿Ah… no lo hice?   -  hice una mueca -  creía que si lo había hecho.

 

-         Ni siquiera te tomaste la molestia de hacerlo, ni siquiera un mensaje…   -  bajo la voz  -  fui yo quien te llamo - dijo desconcertado  -  ¿ya lo olvidaste? pensé que te había ocurrido algún accidente.  Me preocupe mucho, es cierto que me dijiste que solo había sido un contratiempo pero estaba como loco, el solo pensar que podía perderte…  - se me acerco y a punto de abrazarme, di unos pasos alejándome,  el se dio cuenta y me reclamo.

 

-         ¿Harry, me estas rechazando?  -  dijo dolido  -  o es solo que estoy mojado.

 

-         ¿eh?  -  solo dije eso, reconozco que me destanteo su presencia  -  no, no, es solo que…  -  pero ya no pude decir nada más, pues Malfoy apareció en la puerta de la habitación, vestía unos pantalones de lana y una  playera que había tomado de cualquier cajón. Su rostro mostraba total desconcierto.

 

-         ¿Blaise?   -  dijo sorprendido  -  ¿Qué haces aquí?  -  hablo con rencor, mi mente no alcanzaba a procesar que era lo que estaba ocurriendo, hasta que como piezas de un rompecabezas encajaron poco a poco, y no fue necesario oír mucho de lo que se dijeron ahí los dos ex compañeros del colegio  -  ¿me has estado siguiendo?  - casi grito - ¿no te basto con humillarme en tu departamento, que vienes aquí, al de Potter a humillarme aun más? ¿no que ya no querías verme más en tu vida?

 

-         ¿Draco, que haces tú aquí?   -  dijo el moreno mirando a la vez a Malfoy y volteando a ver a Potter, comenzó a sudar y a gritar, dicen que la mejor defensa es el ataque y antes de quedar en evidencia delante de su novio, prefirió lanzarse con todo contra el rubio.  -  dime,  ¿Qué demonios haces tu aquí?  ¿acaso no tuviste las agallas para regresar a tu casa, o por lo menos para acabar con tu patética existencia?  ¿o es que tu papito ya no te recib…  -  pero no termino de hablar, a mi no me importo.  Yo solo veía el dolor en el rostro de Draco al darse cuenta de lo que pasaba ahí, me miro dolido y dijo, después de haberle dado tremendo cachetadon al italiano  hasta voltearle la cara. 

 

-         ¿Potter… tú eres parte de todo esto?  -  se volvió contra mi muy dolido.

 

-         ¿yo?  -  dije asombrado del giro que estaban dando las cosas  -  no tenia ni idea de que es “todo esto”  - dije entre comillas remarcándolo con los dedos, así que  voltee a ver a Zabini y le reclame yo también, pues a pesar de los reclamos y gritos que se estaban dando aquellos dos, descubrí que soy idiota pero no tanto, mi mente sumo dos mas dos…  -  Blaise…  -  por un momento rogué al cielo que mi mente estuviera confundida  -  ¿tu…  -  tartamudee  -  tu y Draco tuvieron una relación?  -  comencé a caminar con dirección al moreno  -  dime la verdad…  -  ya cerca de él, le grite  -  dime la verdad, tu tenias una relación con Malfoy? – lo tome de los hombros y lo zarandee con fuerzas  -  vamos habla.

 

-         Harry  -  Zabini tomo mis muñecas  y dijo angustiado  - amor ¿como puedes creer algo de lo que te diga Malfoy?  Tu ya lo conoces como era desde el colegio, un embustero  -  lo escuche hablar, pero mis ojos realmente estaban en la persona del rubio, vi sus ojos llenarse de agua y creí que…bueno, era lógico, no? Se quiso matar por él… así que creí que aun amaba a Blaise. Sin importar nada.  -  yo te amo Harry, tu eres mi vida  -  ya no importaba lo que dijera Blaise. Sentí mi corazón quebrarse, casi me pateo mentalmente, a punto estuve de darme un Avada Kedabra yo solo, como me fui a ilusionar con el rubio… suspire, y solté a Blaise, le sonreí a Malfoy y sin decir más me aleje con rumbo a mi habitación.

 

Los dos malinterpretaron las cosas, Draco porque creía que yo amaba a Zabini. El otro porque creía que su engaño me lastimaba, y tenía razón. Me lastimo que fuera capaz de lastimar a alguien como Malfoy, a utilizarlo de manera más vil  y sobretodo  me lastimo ver que el rubio amaba a Blaise, así que  yo ahí no tenía cabida. Ni con uno ni con otro.

Me encerré en mi cuarto y me quede con la mente en blanco. Acababa de tener la mejor noche de mi vida, acababa de perder felizmente la virginidad, pero sobretodo acababa de encontrar el amor,  porque si, descubrí  que el amor existía… y que lo había perdido… todo en una sola noche lluviosa.  Le acababa de perder el gusto a ese tipo de noches. Me deje caer hasta el suelo, recargado en la puerta no dejaba que nadie entrara. Y enterré mi rostro entre mis brazos y mis rodillas.  ¿Quieren que les diga la verdad?  Si, llore…llore como lloran los hombres, sin pena alguna.

No supe cuanto tiempo estuve ahí sentado, solo sentí que había perdido las nalgas en algún lugar del espacio, me levante despacio y por más que masajeaba mi trasero  no las sentía de ninguna forma, sonreí por lo estúpido de la situación.  Ansioso buscando mis nalguitas, siendo que lo que perdí fue mi corazón.

Vi el reloj y vi que ya casi amanecía, eran las cinco con cuarenta.  ¿Merlín, pues cuanto tiempo estuve aquí sentado? En fin, que decidí que aun tenía tiempo de una siesta. Pero antes tenia que verificar que aquellos dos se hayan arreglado… y que también se hubieran largado.

Salí de manera sigilosa a la sala, y cual fue mi non grata sorpresa que los dos, si, ambos estaban acostados en sendos  sillones.

Caminaba descalzo así que no hacia ruido,  me detuve entre los dos sillones y menee la cabeza de forma negativa, a punto estaba de seguir a la cocina cuando una mano me detuvo entrelazando mis dedos con los suyos. Iba a protestar cuando vi que Malfoy me hacia una señal con su dedo en los labios, indicándome que no hablara. Se levanto y sin soltar mi mano caminamos hacia mi habitación. Y ahí estaba yo de nuevo, dejándome conducir a mi cuarto. Entramos en silencio saco su varita y sello la puerta.

No lo voy a negar, mi corazón saltaba cual vil chapulín y amenazaba con abandonar mi pecho.  Trague saliva al ver que estábamos los dos solos y en medio de la semioscuridad de la noche.  Mi mirada me traicionaba, no quería mirarlo a los ojos, pero instintivamente  mis ojos  inconscientemente veian  insistentemente la cama.  Me ruborice cuando el se dio cuenta de que era lo que yo estaba viendo.

Se acerco a mi cual vil serpiente y me rodeo con sus brazos, yo la verdad…si me sentí indefenso, estaba paralizado.   Estaba muy vulnerable y no atinaba a decir nada, solo miraba sus ojos rogándole a dios y a todo buen espíritu que quisiera atenderme, que yo solo quería amar y ser amado.

Al parecer dios y todo buen espíritu estaban siendo benevolentes conmigo, pues Draco tomo mi mentón y lentamente me dio un beso, o más bien a punto estuvo de darme un beso porque gire mi rostro cuando a punto estuvo de tomar mis labios.

Suspiro y sonrió, mientras pegaba su frente a la mía  y me dijo  a contra labios.

 

-         Harry  -  me dio un beso en la nariz  y sonrió al ver que yo la arrugaba  -  ya me di cuenta de que tu no formabas parte de esto  -  me soltó y tomo mi mano, jalo de ella, caminamos  y nos sentamos en la orilla de la cama.

 

Lo se, reconozco que me puse muy nervioso.  Me sentía demasiado  frágil, en ese momento me pregunte en donde quedo mi arrojo Gryffindor, si, ese del que tanto alardean en esa casa…mi antigua casa.

Suspire,  no quería salir mas lastimado de esta…”pseudorelacion”. 

 

-         Yo…  -  me costo hablar, sin que se formara un nudo en mi garganta, así que carraspee  -  yo no se que paso ahí, en la sala  -  agache mi cabeza y mire fijamente mis manos, que no dejaban de retorcerse entre si. -  yo…lo único que se es que…tenia una relación de mas de dos años con un chico que me gustaba, pero que no amaba  -  suspire  -  y que hoy en la noche tras un casi fatal accidente me di cuenta de que…   -  me ruborice por completo   -   por fin había encontrado lo que hasta hace poco pregunte donde había quedado, mi arrojo Gryffindor.  Lo mire a los ojos y con toda mi turbación le confesé  -  de que si existía el amor a primera vista  -  comencé a temblar, pero me di el valor y continué  -   Draco yo…

 

-         Shhh  -  levanto su mano y tomo mi mentón, me miro a los ojos y dijo en medio de un susurro  -  existe Harry  -  me sonrió y su mirada tuvo un brillo espectacular - si existe Harry  y al igual que tu, yo lo descubrí también esta noche  -  suspiro  -  el amor a primera vista existe, puede que nos conociéramos de toda la vida, pero hoy descubrimos… ambos, que tu y yo, estamos…  -  tomo mi rostro entre sus manos y me miro fijamente a los ojos  -  Harry descubrí que quiero una relación contigo,  -  se acerco y me iba a besar, cerré los ojos y el beso nunca llego a mis labios, me sobresalte pues lo que llego a mis oídos fue una serie de golpes duros contra la puerta de la habitación. Zabini había despertado y estaba reclamando lo que pensó era de suyo… yo,  suspire abatido y me solté de esos brazos en los que tanto ansiaba perderme de nuevo.  Mmm…  ¿ya les dije que había encontrado mi arrojo Gryffindor?  ¿si? Bueno, pues lo iba a poner en práctica. Me levante  muy despacio, dejando a un Draco Malfoy con una cara de desconcierto y a la vez de pesadumbre. 

 

Este león había estado mucho tiempo dormido,  ya era hora de que dejara de estar como oso en hibernación.  Si es verdad lo que decía Malfoy, que era verdad que los dos habíamos encontrado “eso” que hace tan especial una relación.  Que él al mismo tiempo que yo, habíamos encontrado el deseo de seguir juntos a partir de esta noche, no iba a ser yo quien le dijera que no, mucho menos iba a dejar que otro se interpusiera.

Abrí la puerta y deje pasar al moreno, el cual entro como animal herido. No se si esto debería aumentar mi ego, pero no, en realidad no lo hacia.  Al verlo reclamar algo que creyó poseer, mientras que al mismo y tiempo jugaba con el corazón y la vida de otra persona…

Lo encare firme pero suavemente…

 

-         ¿aun sigues aquí Blaise?   -  dije lo mas calmado que pude.

 

-         ¡claro que aun estoy aquí!  -  dijo de forma altanera y furiosa  -  ¡TU!  -  me señalo a mí  -   ¡tú eres mío!  -  no lo pude evitar y abrí los ojos de manera creo que hasta cómica, se me acerco y me tomo de ambos brazos, me zarandeo, esto para que  según él yo reaccionara, me miro a los ojos y dijo de manera… ¿suplicante?  ¿oigan, este hombre es bipolar, o que?  Primero me maltrata y ahora me suplica.  Y creía que el loco era yo…bueno, que por fin puse atención a lo que me decía entre sollozos  -  yo te amo Harry, tu eres toda mi vida  -  escuche sus palabras pero no hicieron ningún efecto en mi. Mi corazón no salto de gusto.  Suspire bajo y soltándome de su agarre  lo abrace y le susurre al oído,  y viendo que Malfoy no me quitaba la mirada ansiosa de encima, estaba esperando mis siguientes palabras y conteniendo la respiración. 

 

-         Blaise…  -  mi aliento en su oreja lo hizo estremecer y continué  -  no se si lo que dices sentir sea amor, no lo se, lo único que se y de lo cual estoy seguro, es que yo no podría continuar contigo  por varias cosas…  -   me separe un poco y lo mire a la cara  -  en primero lugar, porque esta relación es parte de una serie de engaños  -  continué al ver que intento protestar  -  segundo,  si tu me amaras como dices, ¡jamás!  escúchalo Blaise,  jamás hubieras comenzado una relación con Malfoy, mucho menos lo hubieras engañado de la forma tan baja en que lo hiciste.  ¡lo enamoraste!  Por dios, ¿en que cabeza cabe hacer eso? si se supone que tu me amas…  -  le reproche  apuntándole con un dedo en el pecho  -  aun no puedo creer que hayas actuado de manera tan vil…  -  me interrumpió con lagrimas en los ojos.

 

-         Harry…mi amor  -  tomo mi rostro en sus manos, mientras me miraba  a los ojos  -  si lo hice fue… fue pensando en nuestro futuro, tu mereces lo mejor.   -  suplico.

 

-         Ah no  -  dije muy enojado  -  a mi no me culpes de tus estupideces o tus engaños.

 

-         Harry  -  lloro  -   no puedes dejarme…no puedes…  -   de pronto soltó mi rostro y me abrazo con fuerzas y dijo  -  Harry cásate conmigo, yo te amo y no podre vivir sin ti, casémonos cuanto antes y vayámonos de aquí.  Yo te amo. Te amo Harry.

 

-         Lo siento Blaise  -  dije conteniendo un par de lagrimas  -  pero la verdad, no creo que sepas lo que es el amor  -  intente soltarme de su abrazo  -  el amor no engaña, no miente deliberadamente, el amor no traiciona y fue lo que tu hiciste conmigo…y con Draco.

 

-         ¿entonces tú me engañaste?  -  me miro con reproche   -  tu habías dicho que me amabas…

 

-         No, yo nunca dije que te amaba  - hay dios, esto es tan…agotador, pero continúe   -  y eso tu lo supiste desde el principio de nuestra relación, sabias de antemano que no estaba en ella por amor, desde el principio lo supiste…

 

-         ¡NO!   No puedes decir eso  -  dijo de forma desesperada el moreno  -  yo… yo pensé que al paso del tiempo…Harry pasaron dos años, no puedes…no puedes simplemente permanecer así, después de todo lo que hice para ganarme tu corazón  -  suplico desesperado  - yo siempre te ame desde el colegio -  volteo a ver a Draco y lo acuso  -  desde el principio odie a Malfoy por hacerte la vida imposible en Hogwarts,  pero como siempre fue el Príncipe de Slytherin no podía hacer otra cosa más que seguirlo como un maldito perro faldero.

 

-         Blaise…  -  dijo asombrado el rubio.

 

-         ¡SI, TE ODIO! - le grito el italiano a mi rubio, mientras lloraba de impotencia y frustración,  pero sin soltarme  - porque a pesar de todo el odio que le mostrabas a Harry en la escuela, siempre tuviste su atención  -  poco  a poco me fue soltando hasta dejarse caer al suelo -  no es justo…  -  sollozo - no es justo.

 

-         Lo que no es justo es lo que hiciste con tu vida en todo este tiempo Blaise  -  dije hincándome frente a él  -  no puedes ganar el amor a base de engaños, toda mentira siempre sale a flote.  -  suspire  -  y yo nunca te engañe, nunca.

 

-         Blaise  -  comenzó el rubio pero sin acercarse  -  lo siento, nunca pensé que tu…  -  me miro  -  tu nunca debiste tomar partido en el colegio, se que es muy tarde para decir esto pues lo del colegio ya paso, pero…  -  se sintió triste  -  esa era una pelea entre Potter y yo, a ti nadie te obligo a odiarlo…ni siquiera yo.

 

-         Blaise  -  continué yo  -  lo siento, en verdad lo siento  -  intente acariciarle el cabello, pero mi mano se quedo a medio camino,  no seria correcto hacerlo -  yo descubrí esta noche que…  -  se que le iba a doler mucho más, pero como dije, el amor no engaña  -  Blaise,   yo…  -  mire a mi rubio y termine de decirlo  -  amo a Draco  -  le sonreí a mi chico de ojos grises  - estoy enamorado de Draco Malfoy.

 

En verdad que el amor es ciego, porque en cuanto dije eso Blaise desapareció de mi vista. Deje de verlo, deje de sentirlo.  Mi rubio me sonrió y camino lentamente hasta a mí, me tendió su mano y me ayudo a levantarme y me envolvió entre sus brazos, suspire feliz. Como ansiaba perderme entre esos brazos. Como ansiaba perderme entre todas esas sensaciones que el provocaba en mi. Ansiaba perderme entre sus labios, entre todas sus caricias…si, estaba enamorado hasta la última de mis células.

Busque con ansias sus labios, y al encontrarlos  y sentir su sabor, su humedad… sentí como esa lengua traviesa invadía y exploraba hasta el fondo de mi garganta.

No supe  cuando Zabini se levanto y salió de la habitación.  No se cuando fue que nos dejo solos. No se cuando fue que al vernos besándonos, se resigno a perderme y se fue.

Es verdad, en esta vida todos al final tenemos le que nos merecemos,  por lo que hemos luchado, por como nos hemos comportado…

Blaise Zabini obtuvo lo que inconscientemente busco y se gano,  el desamor y la desilusión de un amor perdido.  No supo luchar con buenas armas y perdió.  Perdió a Malfoy, me perdió a mi…quizá si hubiera actuado sinceramente desde el principio se hubiera ganado el amor de cualquiera de nosotros. A saber…

Draco Malfoy… ese rubio condenadamente sexy se gano mi amor…no.  Yo creo que inconscientemente los dos nos atraíamos desde el colegio.

El fue engañado por Zabini, pero creo que fue una manera de expiar sus culpas, descubrirle a su padre que era gay y perder a su familia a causa de eso…además de que lo lanzo de su casa sin ningún medio para sobrevivir…

Finalmente los dos descubrimos que nos amábamos, ah también descubrí, bueno no descubrí, Malfoy me lo dijo después.  Que su abuelo le había heredado varias bóvedas en Gringots a su nombre, pero eso a mi no me importaba, dado el caso hasta yo lo mantenía si fuera necesario. Vamos seria un pequeño lujo, pero…creo que lo valgo ¿no? 

 

-         Harry ya deja de decir y escribir tantas cursilerías, pareces un Hufflepuff  -  me dijo mi rubio amor  desde la cama, me sonrió seductor  -  y  ven a poner ese cuerpecito sexy entre mis brazos  -  lo mire desde donde yo estaba  sentado escribiendo en mi diario. O al menos había intentado escribir, porque lo que hice fue leer y recordar todo lo que puede pasar en una noche lluviosa. 

Sonreí al verlo, tan rubio, tan sexy, tan perfecto…tan mío,  porque aunque no lo crean, estaba tan enamorado como yo.

Me relamí los labios y me levante, me sonroje cuando al levantarme mi pijama desapareció en un segundo, mire a Malfoy con una sonrisa ladina, me guiño un ojo al mismo tiempo que sin mirar dejaba su varita en la mesita de noche.

Inconscientemente mis manos cubrieron  mis genitales, pero mi rubio me dijo al mismo tiempo que levantaba ambos brazos  y me invitaba a perderme en ellos.

 

-         No Harry  -  dijo mirándome fijamente  -  no te cubras amor  -  me sonrió  -  amo tu cuerpo perfecto, amo verte desnudo,  amo saber que puedo hacer con ese cuerpo todo lo que se me antoje  -  me guiño un ojo  -  y en este preciso momento se me antoja hacerte el amor y llevarte al paraíso una y otra vez  -  me acerque y tome una de sus manos mientras que con la otra levantaba las sabanas, al mismo tiempo que el palmeaba el lugar en la cama  -  ¿pero sabes que es lo que mas amo Harry?  - me dijo al oído cuando ya estaba cerca de él - amo saber que tu corazón es mío  -  me fue recostando hasta que finalmente me cubrió con su cuerpo  - amo saber que me perteneces en cuerpo, alma y corazón  -  ¿les pareció cursi todo lo que me dijo mi rubio?  A mi no, porque amo la forma en la que me dice cuanto me ama.  Y tiene razón,  sonreí feliz.  Porque yo también lo amo.  Así que yo no me quede atrás.

 

-         Draco yo te amo  -  suspire sintiendo ya su aliento sobre mis labios  -  y amo cuando me dices que soy el dueño de hasta el ultimo de tus pensamientos  -  si supieran lo que me hace sentir este hombre…suspire   -   no quiero separarme nunca de ti…

 

El sonrió y comenzó por besarme lentamente, suspiro al sentir como mi cuerpo se estremecía y sonrió muy ufano al saberse dueño de todos y cada uno de mis suspiros, de cada uno de los latidos de mi corazón…de cada una de mis caricias, de cada gemido que arrancaba de mi pecho cada vez que sus manos acariciaban toda mi piel, mi cuerpo vibraba, haciendo de él todo un coro de suspiros al sentir su lengua jugar con mis pezones, sentir como saboreaba toda mi piel y cuando finalmente tenia mi pene entre sus labios y chupaba cual si fuera un caramelo…era la gloria misma.  Despacio levante un brazo y con un ligero movimiento las luces se fueron apagando hasta quedar a media luz, suspire en medio de una caricia a mi parte mas intima…en medio de besos y caricias le repetí lo que sentía mi corazón en ese momento…

 

-         Draco, te amo, te amo con todo mi corazón.  -  dejo de lado el beso y sobre mis labios me dijo

 

-         Yo también Harry  -  suspire  enamorado  al escucharlo  -  yo también te amo.

 

Cuando termino de hacerme el amor una y mil veces más, cumpliendo con su promesa de llevarme al cielo y otra vez, me recosté agotado entre sus brazos, cerré los ojos para ya dormir, no lo pude evitar y sonreí al recordar que de esa noche a la fecha, ya habían pasado veinte años  y nosotros seguíamos tan enamorados como al principio.

De Zabini no volvimos a saber nada. 

No lo pude evitar y suspire amodorrado y decidí dejarme llevar por Morfeo entre los brazos de mi esposo.

Bueno, pues creo que hasta aquí quedo mi historia, les agradezco que la hayan querido compartir conmigo, esto se los digo a ustedes mis ángeles no a mi diario,  eche una ultima mirada al vacío, aspire con fuerza el aroma del amor de mi vida, constatando una vez mas que todo era verdad  y cerré los ojos quedándome dormido.

Abrí los ojos una ultima vez y mirando a la nada les pregunto una vez más…

-         ¿ahora entienden porque les dije que amo las noches lluviosas?   -  sonreí y yo mismo les conteste…  -  porque fue en una de esas noches en la que mi vida comenzó.

  

FIN

Notas finales:

pues realmente espero que les haya gustado, aunque sea solo un poco, cuidense mucho y nos seguimos leyendo. byeee


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