Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No hagas caso a los extraños por Nuxi

[Reviews - 39]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Ya queda poco para que acabe la historia. Calculo que uno o dos capítulos más. Me da pena que se acabe, le he piyado mucho craiño. Muchas gracias a todos por leer la historia y por apoyarla dejando sus reviews.

La luz de los faros del coche iluminaron la habitación. De golpe caíste al suelo. Eladi te había soltado. Te costaba enfocar la mirada en algún objeto. Todo eran pequeñas lucecitas. Todo daba vueltas. Estuviste unos cuantos segundos tirado en el suelo. Intentando recuperar el aire que momentos antes te era privado.

Eladi se apartó un metro de ti. Ya podías enfocar tu mirada. La dirigiste a Eladi. La cara de Eladi quedó iluminada durante unos segundos. Su mirada no estaba puesta en ti en esos instantes. Miraba la ventana. Él llevaba tiempo esperando esta visita. Años preparándola. Su venganza se vería completada en poco tiempo. La espera había valido la pena.

 Recuperaste tu visión normal. Tú no habías apartado la mirada de Eladi. Viste como su rostro se iluminaba esta vez de una alegría extraña. No sabías describirla con exactitud. Nunca antes habías visto una sonrisa así. También viste como cogía el cuchillo de plata.

Las luces del coche se apagaron y también su motor. La oscuridad se había apoderado de la habitación. Ya no veías nada en la estancia. Escuchaste los pasos de Eladi que se acercaba a ti. Había vuelto su expresión seria y calculadora pero con la oscuridad no la pudiste ver. Su cabeza estaba repasando por enésima vez el plan creado por él mismo ya hace mucho tiempo. Pero él no contaba con el factor sorpresa y la sorpresa la darías tú.

Te cogió del hombro con fuerza y con un solo empujón te dio la orden de que caminaras.

- Ahora nos veremos las caras los tres. Aquí las cosas no van a ser sencillas. Todos vamos a salir perjudicados. Menos yo, obvio. Lo tengo planeado. Así que vete pensando que Réquiem quieres para tu último adiós.

Todo esto te lo dijo a oscuras. Notaste su aliento en tu oreja mientras te lo susurraba. Su voz tenía un tono malicioso. Bajabais las escaleras. Ibas inseguro, no te dejaba ni cogerte al reposa manos de la escalera por la cual bajabais.

Notabas como toda la sangre de tu cuerpo se congelaba en tus venas. Tu cara palideció en cuestión de segundos. No te podías creer que eso fuera tu fin.

Tu siempre habías imaginado que Negi y tu llegaríais a la vejez juntos y juntos contaríais vuestras batallitas de jóvenes a vuestros sobrinos. En tu mente nunca había habido la posibilidad de que estos hechos pudieran suceder.

Ahora te dabas cuenta del valor real del tiempo desperdiciado sin haber hecho nada de provecho. Te sabía a poco lo que habías vivido hasta entonces. Sólo querías más tiempo para poder estar con los seres que quieres y haber hecho esas cosas tan molestas que están en tu lista de cosas pendientes. Antes nunca habías tenido miedo a morir pero ahora te aterrorizaba de solo pensarlo. Tenías tantos sueños y planes sin cumplir.

Bajabais las escaleras lentamente. Parecía que Eladi quería hacerse esperar. Te dirigía directamente hacia el comedor. Entrasteis. El comedor era la única estancia que estaba iluminada en esa casa.

Entraste delante de Eladi. Lo primero que viste fue a Dídac apoyado en la repisa de la chimenea. Con tu mirada buscabas a Negi. Sabías que estaba ahí aunque tu seguías rezando a todos los dioses existentes para que él no estuviera ahí. Pero tus rezos no fueron escuchados.

Estaba en esa misma estancia. Detrás de un sillón de piel, con las dos manos apoyadas en el cabecero y la cabeza estaba gacha. Era Negi. Al escuchar vuestros pasos levantó la cabeza. Su pelo rojo tapaba la mitad de su cara. Sus ojos verdes demostraban preocupación. En ese momento entendiste de verdad las consecuencias que produjo tu imprudencia.

Tus ojos estaban posados en los de Negi. Estabais manteniendo un diálogo en silencio. En él pedías perdón y le decías lo mucho que lo querías. Tus ojos se llenaron de lágrimas. Amenazaban con salir y viajar por tus mejillas. Una lágrima traviesa lo hizo y fue a parar contra el suelo. No te dio tiempo a más. Un empujón de Eladi te volvió a la realidad. Te obligó a sentarte en un sillón.

Negi siguió todos tus movimientos sin moverse ni un centímetro. Vigilaba todo los movimientos de Eladi. Él sabía de lo que quería y de lo que podía ser capaz de hacer para conseguirlo. Él estaba preocupado por ti. Negi sabia que estando solo, podía dominar y controlar a Eladi pero contigo de por medio la cosa se complicaba. Y mucho. Él no quería que te pasara nada. Y menos por culpa de los fantasmas de su pasado. De mientras Dídac atizaba el fuego. Parecía que todo eso no fuera con él.

Te ponías cada vez más nervioso. Tu cuerpo volvía temblar. Nadie hablaba. Todo estaba en completo silencio. Eladi y Negi no paraban de mirarse. Detrás del sillón donde te encontrabas estaba Eladi. Tenía sus manos apoyadas en tus hombros. Él parecía bastante relajado.

Dídac paró de atizar el fuego. Se levantó y giró sobre sus pies. Ahora encaraba toda la situación. Su semblante era más serio del habitual.  Sus ojos se fijaban en Eladi y Negi. Él también les estudiaba en total silencio. La tensión se palpaba con gran facilidad en el ambiente.

Después de seguir varios minutos así. El primero en hablar fue Dídac.

-¿Qué pasa ahora? ¿Nadie dice nada?- Todas las miradas se posaron en él.- Eladi,  has estado planeando y esperando este encuentro durante años. Te he ayudado y hemos tenido que meter en medio de este embrollo a Almirall. ¿No es hora de que hables ya? ¿ Cuánto tiempo te vas a quedar así?

- Déjame disfrutar este momento, Dídac. No lo estropees. Tengo entre mis manos el instrumento de mi venganza. Negi ya sabe lo que quiero. No hace falta que se lo diga. ¿Verdad Negi? Estoy esperando una respuesta de tu parte. Cuanto más tiempo pase es peor para Almirall...  más ideas macabras que hacer a Almirall recorren mi mente. Tú sabes lo que hay que hacer para cambiarlas ¿Verdad, amor?

Poco a poco Eladi se fue poniendo a tu altura. Notabas que su mejilla tocaba la tuya. Una de sus manos te cogió de la barbilla con rudeza y te hizo levantar la cara, dejando expuesto tu cuello. Su lengua salió de su boca. Lentamente, la punta de su lengua lamió tu cuello. Eso provocó que se te pusiera la piel de gallina. Te recorrió un temblor de pies a cabeza.

Este acto hizo enrojecer de rabia a Negi que con gran rapidez se quiso abalanzar hacia Eladi. Pero a los dos metros de distancia se paró en seco. Notabas otra vez la punta del cuchillo en tu cuello.

 Esta vez Eladi hizo más presión hasta conseguir que unas pocas gotas rojas salieran de tu piel. Eladi se volvió a aproximar a ti. Lamió esas gotas. Su vista no paraba de estar puesta en Negi. Se estaba divirtiendo con toda esta situación.

Los ojos de Negi demostraban un gran odio. Nunca lo habías visto tan furioso. Tu estabas muy pálido. Te notabas frío. Tenías miedo. Tu mente estaba en blanco. Todo te parecía una horrible película de terror.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).