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Realidad Aleatoria por SHIRONEKO

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Notas del fanfic:

Aqui esta lo prometido, es una pequeña continuacion de un simple soldado.


Lamento la tardanza pero las tareas abundan en estos dias ¬¬ pero ni modo, importante charles xavier invitado vip en la historia, no pude resistirme y lo cole.

Notas del capitulo:

Espero sinseramente que les guste:


Las cursivas son dialogos hechos telepaticamente y pequeñas conversaciones de bucky con xavier.


Aclaracion bucky anque no lo persiva la actitud y acciones de sam calaron muy profundo en su dañada alma despues de verlo y entrentado momentaniamente y esto va tambien para sam pero el lo acepta de inmediato lo opuesto a nuestro soldadito. Pero no se preocupen cierto playboy lo mayudara a aclarar sus sentimientos xD


Sin mas que decir a leer


PD: Espero sus RW

Había estado vagando durante varios días intentado encontrar información que le digiera quien era, de dónde provenía, porque no recordaba nada, si esos fragmentos que asaltaban su dañada mente eran un vestigio de una verdadera vida, la cual le fue arrebatada cruel mente, si todas las sensaciones que lo invadían por segundos eran lo que los hombres llamaban emociones las cuales le fueron negadas desde siempre.


¡Todo era muy confuso y extraño!


He ir al instituto Smithsoniano, no había ayudado en nada, solo acrecentó sus dudas, sus inseguridades, las cuales eran nuevas para él, eran incomodas y molestas, jamás las había experimentado y no le gustaba como se sentían, le generaban un miedo irracional algo de lo cual no estaba acostumbrado y le asustaba, más de lo que estaba dispuesto a aceptar. Después de todo la historia que narraban en el instituto era pura fantasía, hay describían aun hombre fuerte, jovial, carismático hasta cierto punto encantador, confiado, lleno de vida. Algo totalmente opuesto a él, el soldado del invierno era tan diferente a ese desconocido, en todos los aspectos, aunque parecieran dos piezas de un todo, iguales idénticas eran tan diferentes como el agua y el aceite y él lo sabía.


El soldado del invierno estaba roto, vacío y hueco hasta tal punto que era imposible que alguien lo pudiese reparar, todos esos años de torturas habían calado tan fuertemente en su alma que no tenían reparación o al menos eso pensaba el ¿Quién quería lidiar con algo lleno de cuarteaduras, que a la larga dejaría de funcionar? Nadie deseaba hacerse cargo de algo tan complicado y él lo entendía, pero aun así deseaba encontrar el lugar al cual pertenecía, y esconderse debajo de montones y montones de cobijas y nunca salir.


Sentirse seguro y protegido.


 Aun recordaba los días que Zola lo torturaba en nombre de la ciencia, los látigos golpeando su piel desnuda dañándole hasta hacerlo gritar y retorcerse, los golpes y descargas producto del desobedecimiento, las miradas duras llenas de malicia de los hombre de batas blancas, las burlas de los hombres de traje y corbata, pero sobre todo las miradas de indiferencia que los demás a su alrededor le daban.


A nadie le importaba que el soldado del invierno sufriese después de todo, era un simple objeto, una herramienta sin voluntad ni vida, a quien le interesaría que se maltratara o rompiera.


A nadie, le interesara lo que le pasara, con tal que cumpliera con sus funciones todo estaba bien, pero para el asesino no era suficiente y nunca lo fue, solo que no sabía cómo expresarlo, a lo largo de su vida aprendió que esa clase de pensamientos producían dolor y era mejor callarlos.


Pero ya no quería callarlos, su presa estaba desbordándose y todo comenzó cuando tubo a ese hombre de brillante sonrisa y chispoteantes ojos frente suyo, las palabras llenas de incredulidad y dolor que le dirigían esa mirada de inmensa tristeza, fueron lo suficientemente profundas para perturbarlo.


Nunca lo admitiría, pero muy en el fondo deseo que ese hombre lo liberase de su infierno personal, que esa mirada que reflejaba mucho lo consolara y curada cada una de sus cuarteaduras, que le trasmitiera la protección que anhelaba que le digiera con suaves palabras no se encontraba solo ¡Pero qué tontería, estaba pensando! El no merecía ni la mínima compasión, había arrebatado tantas vidas en tan pocos años que todo lo que le ocurría era justificado, era un asesino despiadado y cruel, que no merecía menos.


Y lo sabía, claro que lo sabía.


Aun así, anhelaba algo de cariño, que le demostraran que era más que un arma, ya no quería seguir sufriendo, esa era una de las razonas que lo impulso a indagar sobre su pasado desentrañar el misterio que rodeaba su existencia, y que tanto Zola junto con esos hombres intentaron desesperadamente alejarlo. Deseaba algo mejor, un nuevo comienzo, ser envuelto por esa sensación cálida y reconfortable llamada amor, volver a ser humano, recuperar la vida que le arrebataron dejar salir las miles de sensaciones y sentimientos que fueron aguardados bruscamente sin consideración, ya no quiera ser una simple arma no pensante, anhelaba algo mejor, suplicaba un poco de cariño algo de ternura y compasión así es como decido buscar quien era y del por qué termino así.


Todo desde hay resultaba complicado, encontraba la misma información inútil, sobre ese sargento Barnes, el sujeto que se parecía tanto a él, pero que estaba seguro que eran personas distintas y como si fuera capricho del destino junto a ese hombre se encontraba Rogers, como si ambos fueran cercanos y no pudieran vivir el uno sin el otro, siempre juntos.


¡Unidos!


Era algo que jamás había visto, siempre está a acostumbrado a estar solo, que una muestras tan grande de afecto como esa le perturbaba, el soldado del invierno siempre estaba solo, aunque hiciera las misiones acompañado era el, el que hacia todo, el que se lastimara, sufría en silencio y reprimía todo sentimiento humano. Aun así cuando observo la forma en la que miraba el rubio a Barnes, entendió lo que era el cariño entre hermanos, por primera vez en su vida comprendió lo que era tener a alguien que se preocupaba por ti, que estaba en las buenas y en las malas.


Y lo envidio, porque el soldado del invierno nunca tuvo a nadie que se preocupara por él, que lo cuidara cuando estaba sufriendo, cuando en esos días no podía mover el cuerpo sin sentir el inmenso dolor que lo recorría, cuando lo encerraban en el oscuro cuarto lleno de humedad, sin ventanas, ni muebles salvo el montón de paja mojada y sucia que estaba amontonada en una de las esquenas del cuarto, deseaba que alguien mitigaba la soledad y el miedo que lo envolvía, que lo consolaran.


Pero nadie llegaba al contrario todo el sufrimiento y dolor aumentaban hasta volverse insoportables y eso dolía mucho más que los maltratos que a diario recibía, pero aun así él inconscientemente no se rendía ni se dejaría doblegar por ellos, aunque eso significara más sufrimiento y dolor inimaginables.


Todo comenzó a empeorar cada día, desde que decidió buscar las respuestas que le fueron negadas desde el inicio y él lo sabía no por nada era el mejor, los de Hydra estaban cazándolo a cada minuto recorrido ellos se iban acercando más y más a él, no esperaba menos después de todo ellos estaban en todas partes “corta un cabeza y dos más la remplazaran” eran la plaga del siglo veinte, cada uno de sus miembros estaba ubicado en los puestos más altos alrededor del mundo, siempre atentos, observando cada pequeño acontecimiento que sucedió en su mundo.


¡Estaban buscando, localizando!


Solo venían a recuperar su preciosa arma, la herramienta que según ellos destruirían a los enemigos, doblegaría el sistema tan imperfecto que los insignificantes seres formaron y les entregaría el dominio del mundo ¡Pero él no regresaría! No quería hacerlo, de solo pensar el tremendo castigo que le esperaba por desertar, le daba pánico, miedo a experimentar de nuevo ese infierno ser encontrado por ellos, el soldado del invierno no soportaría más dolor ni sufrimiento ya no quería esa vida y lucharía por conseguir algo mejor de eso estaba más que seguro.


¡Intentaría cualquier cosa! Solo necesitaba tiempo pero irónicamente era lo único que no tenía, Hydra estaba cada vez más cerca, se había topado con algunos cuando estaba en las fronteras de Kansas, hace un par de días, fue relativamente fácil eliminarlos pero no por eso menos cansado, no había dormido ni comido bien en todo ese tiempo y su cuerpo ya le estaba cobrando factura, no soportaría tanto estaba consciente de eso pero aun así no deseaba parar, tenía la corazonada que si descansaba ellos lo capturarían.


Realmente quiera recordad esa vida que muy en el fondo presentía que estuvo rodeada de amor y sentimientos positivos, a comparación de lo vivido todo ese tiempo, tenía el derecho de recordarlo y no descansaría hasta saber la intrigante realidad, se juraba que nada ni nadie lo detendría, después de todo por eso decidió volver a New York sabía bien que el hombre de franjas y estrellas residía ahí o al menos eso era lo que había recabado en su búsqueda.


Estaba tan cerca de descubrir la verdad que casi podía saborearlo o ese sabor seria la sangre que se acumulaba en su boca con rapidez, era siento ahora podía recordarlo algunos agentes de Hydra lo habían acorralado algunos kilómetros atrás, estaba tan concentrado en combatirlos que no se fijó que uno de los soldados lo había apuñalado por la espalda a un lado del costado derecho, tenía que sincerizarse consigo mismo, no había sentido la puñalada, en verdad que no había dolido, por eso no le tomo importancia, golpeo al imbécil que se atrevió a atacarlo aplastándole el cráneo sin inmutarse por las suplicas del muchacho de un momento a otro todo su mundo empezó a dar vueltas, esta desorientado por la pérdida de sangre, no era una herida mortal pero en su condición era otra cosa.


Hay es cuando un recuerdo asalto su mente, recordaba estar bastante lastimado divido a una emboscada por el este de Misuri, su cuerpo le dolía a horrores su vista se nublaba a cada segundo y sus sentidos se apagaban uno a uno, hasta que todo su alrededor se consumiera por la oscuridad, que temió por un segundo no volver a despertar.


Lo único que recuerda el soldado del invierno era despertar en un cuarto amplio y espacioso bastante iluminado, sobre una cama mullida y calientita bien arropado su herida atendida y vendad adecuadamente, ya que las vendas no lo lastimaban a lado suyo una mesita con un vaso de agua junto algunas pastillas que a simple vista eran para prevenir infecciones y enfrente de él, un sillón de piel y sobre este un hombre de unos veinte tantos tez blanca, cabello castaño, algo bajito de estatura y de unos ojos azules brillantes quien leía calmadamente un libro de genética.


Por un momento entro en pánico pensando que los de Hydra lo habían capturado, pero se forzó a calmarse repitiéndose mentalmente que si lo hubieran capturado no estaría tan cómodo, sino que estaría sufriendo un mayor dolor tanto físico como emocional. Al no saber qué hacer, el soldado del invierno decidió incorporarse lentamente, la herida comenzó a molestarle debido al esfuerzo realizado, en eso una voz en su cabeza lo detuvo repentinamente.


-No deberías hacer eso, aun estas lastimado, recomiendo que reposes primero.-murmuro la extraña voz suavemente, sin saber porque volvió a tumbarse en la superficie mullida.-así está mejor, descansa yo te cuido ¡No estás solo!


Debió asustarle oír esa voz en su mente pero no lo hizo debido a que a lo largo de su vida el soldado del invierno ha visto diversas cosas que irían a cualquier otro hombre suicidarse, por eso esta peculiar situación no era alarmante no del todo. No supo si fueron las palabras o acciones del sujeto, pero el soldado del invierno decidió hacerle caso, se dejó envolver por el calor y tranquilidad del lugar poco a poco dejándose caer en los brazos de Morfeo.


Uno par de horas después volvió a encontrarse con aquel extraño quien fiel a su palabra no lo había dejado solo y el temible asesino le agradeció en silencio, luego de un par de minutos en silencio que sorprendentemente no era incomodo el soldado del inverno se atrevió a preguntar con algo de inseguridad al pensar que aquel hombre pudiera herirlo y al estar demasiado cansado no pondría resistencia, sorprendentemente el sujeto le sonrió cálidamente, dicha acción perturbo un poco al asesino, prosiguiendo a responderle todas sus dudas e inquietudes; Charles era el nombre del amable extraño, le conto quien era de donde venía y del como lo había encontrado inconsciente y mal herido a unas cuadras de su casa siendo la buena persona que era, lo auxilio, al parecer no todos los humanos era malvados, el soldado del invierno se hizo una nota mental de no juzgar a todos por las acciones de pocos.


Charles era un sujeto fascinante, era muy cálido y amable, así paso un par de días en compañía del inglés quien se desvivía por atenderlo, hasta que el gran asesino se recuperó de sus lesiones había aprendida tanto en esos días, que en verdad no quería irse pero sabía que si permanecía más tiempo podrán a Xavier en peligro pues Hydra no descansaría hasta capturarle, antes de macharle volteo a verlo contemplando sus facciones y la mirada de tristeza con tintes de preocupación que le daba, sabía que estaba preocupado por él, pero aun así le daba su espacio y se lo agradecía.


Recordaba que antes de irse le pregunto del porqué lo había ayudado, siendo un completo extraño que era peligroso a la vista, porque arriesgarse a arruinar su vida, porque lo eligió, el profesor solo atino a sonreírle mientras suspiraba suavemente.


-Hay algo que puedo ver en ti.-dice al final, mirándolo directamente a los ojos.-estas herido al igual que yo


Hay es cuando lo entendí no era el único que había sufrido injustamente, aquel hombrecillo estaba igual o peor que el, y por alguna extraña razón que no llegaba a comprender, el soldado del invierno deseo poder ayudarlo. Con un suave gracias se retiró deseando que Xavier pudiera encontrar ese algo que mitigara el dolor.


Era algo irónico que en esas circunstancia recordara a la única persona que lo ayudo sin importarle el aspecto que tenía, Charles ese singular hombre le enseño en tan poco tiempo que era ser cuidado y apreciado como un ser humano, al lado del inglés no se sintió un arma, comprendió que tenía valor propio y eso lo alegro, se recargo por un momento en la muralla de ese frio callejón, respiración acelerada, sabía que en cualquier momento perdería el conocimiento y deseo no estar solo, deseo que Rogers estuviera hay para ayudarlo o en su caso aquel hombre de piel morena, ojos negros y sonrisa confiada, recordó brevemente empujo fuera del helicardie, la majestuosidad con la que volaba con su curioso equipo y las cosquillas que le producía su penetrante mirada, extrañaba esa mirada tan distinta a la Rogers, a la de Charles a cualquiera que se haya posado en su persona.


El soldado del invierno desea tantas cosas, que nunca se cumplirían pero que aun así lo tranquilizaban, lágrimas se deslizaban por sus maltratadas mejillas limpiando a su paso sangre, tierra y algunas hojas que se adherían a su piel, poco a poco deslizándose hasta tocar el frio suelo. Poso su cansada y rota vista en el oscuro e iluminado cielo de la inmensa cuidad, por primera vez en su vida no tenía fuerza suficiente para levantarse por sí mismo, algo curioso considerando todo lo que ha visto y vivido.


Deseo volver a soñar cosas aleatorias, sonrisas llenas de sentimientos felices, caras borrosas, palabras confusas junto con murmullos llenos de sensaciones extrañas y cosas de ese tipo.


Así el soldado del invierno no se sentiría tan solo.


Con esos pensamientos su mundo fue consumido en las tinieblas y no supo más de sí.

Notas finales:

Tan tan, no se preocupen en el proximo fic´s sabran que sera de nuestro adaorable Barnes solo pido pacienca la tarea a sido brutal y no tengo tanto tiempo como antes xO pero hago mi esfuerzo.

Ya saben aplausos, alagos, criticas, amenzas de muerte todo es bien resivido, que tengan un bien fin de semana y feliz dia de muertos.

PD: Lamento las faltas de ortografia, en este historia y en las que e publicado !mil gracias a las personitas que me han corregido!

xD


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