Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sont tragic prince por elizabeth cry

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno aquí llegando con un nuevo fic esta vez como un especial de halloween, si y hoy el videojuego parodiado será castlevania. No me he pasado todos pero estoy comenzado, es una verdadera lástima que no encuentre fanfics en español de esta saga a pesar que tiene personajes muy buenos en ella. Y ser popular también, bueno aquí nuevamente dejando mi huellita para las personas que como yo no pueden llegar a satisfacer su lado fujoshi extremo.

Este es un universo semialterno, alucard ,dracula y Richter no son los mismo que aparecen en el videojuego, sus personalidad son muy distintas, el argumento estará ligado un poco a la saga original pero no tanto. A decir verdad no tienes que ser fanático para entenderlo, Si, el titulo es el mismo de una de mis canciones favoritas de la saga.

Agradecimientos a neko un amigo mío que me ayudo con mi ortografía  :D por eso quedo mejor que otras historias que escribo.

Los personajes siempre serán de konami, yo solo los pido emprestados para entretenerlas un rato.

Aka: ahora vienes a pedir permiso cuando nunca pones derechos de autor e.e

Eli: ejem…es que konami es konami

Ahora si mas interrupciones leean.

Allí en los bosques más profundos se encontraba un castillo. Según los habitantes de las aldeas más cercanas, un terrateniente vivía allí pero había hecho un pacto con el demonio y así fue como se volvió inmortal. Como algunas veces sucedían extravíos en las montañas de leñadores o otras personas se le echaba la culpa principalmente al castillo, se rumorea sobre el ya que esta historia se volvió leyenda por la cantidad de años que tenía, además nadie en la actualidad a encontrado el dichoso castillo.

 Pero la leyenda era cierta o al menos eso lo sabían secretamente la famosa familia Belmont, la cual  por hacer un pacto con dios prometió que todas las generaciones con este apellido serian cazadores de monstruo, cuya principal misión seria destruir a Dracula (así se le llamaba al terrateniente del castillo), el rey de las tinieblas.

Richter Belmont era el ultimo descendiente de esa afamada familia y como todos era cazador de monstruos su última misión como tal era descubrir el castillo de Dracula, pero no tenía muchas esperanzas… sus antepasados no habían logrado dar con el paradero de la fortaleza, aun así estaba en esos bosques sombríos en busca de la salvación divina.

Hoy era una de esas noches en que había una neblina densa que cubría todo el bosque volviéndolo más tenebroso de lo que ya era, pero Belmont era valiente y con su látigo en mano mas una buena fogata bastaban para poder desviar aquellos miedos. Había acampado cerca de un lago así tendría agua para las necesidades básicas al momento de levantarse. Se iba a disponerse a dormir cuando repentinamente le dio sed ya que  se había olvidado de llenar su cantimplora, Por lo que tendría que ir al rio a buscar un poco.  Cuando alzo la mirada noto algo sorprendente mas allá de los arboles que le rodeaban; al otro lado del rio se alzaba una fortaleza.
 No había duda, por la forma gothica de su arquitectura ese debía ser el castillo de dracula. Sin pensarlo dos veces tomo sus cosas, apago la fogata y se fue con dirección a este,  hoy era su noche de suerte había conseguido lo que sus antepasados dieron su vida años atrás por encontrar, pero ¿Cómo no la había visto antes?

 

……………………………………………

En un castillo cubierto con magia que hacía que fuera invisible a la vista de humanos, se encontraba una horda de seres sobrenaturales; momias, zombies, dragones y hasta hombres lobos, fantasma, súcubos y de todo lo que en el infierno te puedas encontrar, todos encabezados y regidos por el amo y señor de ese lugar… nada más ni nada menos que Dracula, el rey de las tinieblas. Este sujeto se encargaba de mantener a rayas uno de los portales del infierno, su deber era cuidar el castillo y mantener todo su sobrenaturalidad dentro de sí, aun así, Dracula tenía sentimientos como cualquier ser vivo ya que en su anterior vida fue un humano, por esto mismo rapto a una joven dama de quien se había enamorado y acto seguido tuvo un hijo, el cual bautizo como Alucard (es muy ególatra por eso le puso su nombre al revés :X).

 Por otro lado, su esposa murió joven por una enfermedad y a pesar de todo el poder que poseía Dracula  no la pudo salvar, ella fue llevada a las manos de Dios. Esto genero una  sobre protección  con su único hijo el cual había nacido en el castillo y nunca había conocido el mundo exterior.

El principe Alucard era un joven hermoso de aproximadamente 20 años de edad, nunca había salido al castillo y anhelaba hacerlo, pero el obstinado de su padre se lo impedía, aun así nunca habían peleado por semejante cosa. alucard entendía perfectamente los sentimientos de su padre, después de la pérdida de su madre él era lo único que le quedaba al rey de las tinieblas. Pero la oportunidad llegó.

-hijo mío…por favor acércate-dijo la voz firme pero cariñosa del rey de las tinieblas, tono que solo usaba con su hijo.
-¿Qué pasa padre?-le respondió Alucard, sin levantar la cabeza del libro que estaba leyendo. Se encontraban ambos, padre e hijo en el salón del té de aquel gran castillo. Alucard estaba sentado en un sillón igual que su padre el cual estaba enfrente del chico.
-me iré de viaje al inframundo. Tengo que hablar unas cosas pendientes con el rey de ese lugar…asi que tendrás que quedarte en el castillo solo -dijo Dracula. Alucard miro a su padre dejando el libro sobre la mesa, no podía créelo, por fin se quedaría solo en el castillo -tienes la edad suficiente para acerté cargo de todo pero no te preocupes, la muerte te ayudara…
-si, está bien. Padre… no te preocupes cuidare muy bien el castillo, nadie me vence en el arte de la espada -dijo alucard, muy seguro de sí mismo.

-sabía que podía confiar en ti, Despues de todo eres mi hijo -exclamo orgulloso el rey de las tinieblas-me voy esta tarde…

-entendido…-le respondió el menor.

Así fue como llego la tarde y el rey de las tinieblas se alistaba para ir de al inframundo por un portal secreto en la mansión

-Alucard regreso en 3 días…Muerte, tu guíalo -dijo al final el rey retirándose por el portar obscuro. Alucard le despidió con la mano y La Muerte se quedo mirando el portal como si nada.
- Bueno…debemos enseñarte que deberes tiene tu padre en el castillo -Dijo el ser espectral volviendo a la sala principal del castillo.- Sabes perfectamente que tu padre tiene un deber muy grande siendo el señor de este castillo. Aquí está la lista.

Alucard la tomo y leyó, en ella estaba escrita una lista de tareas como por ejemplo alimentar a cerberos, vigilar a las súcubos, ver que los zombies estuviesen satisfechos, vigilar la cocina, mirar las cámaras de confinamiento, jugar con Bahamut… y una lista infinita de cosas más
-¡Va!...esto me lo sé de memoria. Yo soy el que ayudo a mi padre así que no es nuevo para mí-respondió confiado el chico y partió a ser sus quehaceres.

Pasaron unas horas y cuando estaba dando de comer a los seres más inferiores se acordó que era la hora de dar energía al farol que estaba en  la torre más alta del castillo o lo que era como un farol, ya que en vez de hacer resaltar el castillo hacia que  este fuese invisible. Cuando llego al cuarto abrió la puerta, ahora que lo pensaba nunca había estado aquí, pero las instrucciones eran muy claras: Solo tenía que buscar una fuente con mana y vaciarlo sobre el pergamino que conjuraba el hechizo. Fue así como  tomo el tarro y vacio el contenido sobre el pergamino, pero fue demasiado fuerte ya que este salió disparado hacia afuera del altar que estaba. Alucard angustiado lo busco rápidamente con la mirada ¿tan lejos había volado? Veía por todos lados, si el pergamino se  perdía la muerte le iba a ser un sermón del porte de un buque así que en cuclillas comenzó a buscarlo debajo de las mesas  hasta que lo encontró pegado en una esquina en la pared, así que lo saco de ese lugar y lo volvió a colocar en el lugar correspondiente, esperaba que  su torpeza no desencadenara en malas consecuencias
Ya casi todo estaba terminado y pronto tendría un tiempo para sí mismo. Lo último que le quedaba era ver la cocina.
-joven amo…-se hizo escuchar una voz femenina.
-oh!..Malévola -saludo el chico.
 Malévola era una bruja de antaño que formaba parte  de los seres sellados en este castillo, pero era uno de aquellos con los que se podía dialogar. Si, algunos son tranquilos como Malévola o cerberos, pero otros los problemáticos como los que  estaban sellados en el calabozo del castillo y ni siquiera Alucard los conocía en persona.

-¿Ocupado con los encargos como rey? -dijo la mujer de ropas obscuras.
-bueno…si pero no es para tanto -dijo el chico modestamente.
-me alegro que tu padre haya aceptado el hecho de que ya eres adulto….-dijo la mujer para apoyar al joven príncipe.
-si…me gusta pero…-dijo Alucard tristemente y miro uno de los grandes ventanales que había en el pasillo, la noche era bella ya que la luna llena se encontraba en el cielo haciendo caer una tenue y bella luz por todo el bosque.
-todo a su paso…se que quieres ver el mundo exterior, pero aun quizás no es el momento-le aconsejo la bruja.
-si lo sé…iré a ver la cocina, permiso… nos vemos luego-dijo Alucard dirigiéndose a su destino.

Después de cumplir el ultimo recado se traslado a su recamara, estaba cansado y quería recostarse  un rato aunque claro no podría dormir, los vampiros no duermen pero al menos podía reposar su cuerpo. Miro su escritorio y noto que  arriba de este sobresalía un gran y extenso libro el cual decidió tomar y se acostó en la cama nuevamente para poder relajarse leyéndolo, el libro lo había sacado de la extensa biblioteca de su padre en donde habian muchos libros de magia pero también había novelas antiguas y textos de historia, como el que tenia en sus manos. El libro era la única forma de estar en contacto con el mundo exterior, había leído en muchos libros sobre humanos lo que aumentaba su  curiosidad por saber cuál era la otra parte de su sangre. Su padre decía que los humanos eran seres egoístas, especialmente la familia Belmont; humanos caza monstruos que estaban empeñados en acabar con todo lo que no era igual a ellos. Dracula odiaba ferozmente a todos los que llevaban ese apellido y era principalmente el porque existia el faro de la invisibilidad, pero Alucard no tenía claro el odio de su padre por los humanos, aunque si algo estaba seguro era que  su madre fue humana, ella era buena y cariñosa… seguramente existían personas como ella y el  se empeñaría en buscarlas.

Muchos pasos comenzaron a sonar afuera en el pasillo, cosa que le llamo la atención al príncipe de las tinieblas así que decidió revisar. Repentinamente vio muchos zombis y otros espectros volar hacia la entrada  principal. Esto  lo alarmo.

-señor…-Escucho la voz de La muerte, quien avanzaba por el pasillo al igual que la horda de seres.
-¿Qué pasa, Muerte?-dijo el joven chico aun alarmado.
-nada señorito, solo entro una rata…-dijo el ser espectral.
-¿una rata?-pregunto Alucard un poco desconcertado. Pero la Muerte no le quería responder.
-Ara ¿en verdad entro un humano al castillo?-dijo una súcubo que pasaba con otras mas de su especie.
-si, vino un chico…y es muy apuesto-dijo otra más respondiéndole a la primera.
-espero que nos satisfaga, será mejor que nos apuremos antes de que los demás se lo devoren-dijo otra mas extraviada y todas se perdieron por el pasillo.

La muerte se disgusto,  tenían que venir esas mojigatas justo en este momento, y más aun se írrito cuando el joven príncipe salió disparado también hacia la dirección en que se dirigía la horda.
Alucard ignoro las protestas de la muerte. Por fin conocería a un humano en persona y solo eso le interesaba ¿Cómo será? ¿Agradable igual que su madre? Al menos eso esperaba.

 

………………………………………………………

-valla al parecer hay una fiesta en este castillo…-se hizo escuchar la voz de Richter mientras pegaba con su látigo para sacar de camino a los espeluznantes seres que salían de todas partes, tal vez fue un poco imprudente tirarse de cabeza a este nido de monstruos pero no importaba ya que Richter era un Belmont y como tal jamás retrocedería.
Después de un largo tiempo el Belmont logro salir  recién de la puerta principal, era sorprendente la cantidad de monstruos que había en ese lugar, seguramente el señor de la casa que debía ser Dracula estaba en la torre más alta de este castillo, así que decidió subir por las escaleras al siguiente piso. Subió hasta dar con un  pasillo en el que solo habían muchas puertas pero estaba vacío, no se veía ningún monstruo y  esto era extraño porque hace unos cuantos minutos no le dejaban de atacar.  Decidió ir hasta el final de aquel pasillo ya que  seguramente las escaleras estaba allí, pero solo encontró una puerta y esperaba que diera con las escaleras del otro lado, pero solo se topo de golpe con un cuarto lleno de bestias de distintas clases, todos lo observaban pero el que más le llamo la atención era el hermoso joven de ropas obscuras que contrastaban a su pálida piel de porcelana ojos afilados de color claro y cabellos de la misma tonalidad amarillo blanquecino, era perfecto y debía admitir  que ni siquiera las mujeres de su pueblo natal llegaban a tal belleza.

-¿así que tu eres el dueño de este lugar?-pregunto desafiante el joven de cabellos castaños.
-que descortesía…-dijo La muerte, quien estaba detrás del joven.
-¿Qué es lo que vienes hacer aquí humano?-esta vez hablo Malévola.
- solo vengo a ver a Dracula…-respondió sin vacilar el cazador, provocando el odio entre los monstruos por la arrogancia del joven
-¿eres un Belmont?-por fin hablo el joven príncipe.
-sí, Richter Belmont…-se presento el pelicastaño, esta vez los observadores temblaron del miedo, ahora entendían por que el chico había acabado con todos en la entrada.
-señor…-susurro La muerte al joven de cabellos claros-creo que debería…-alcanzo a decir pero el joven dio unos pasos al frente ignorándolo totalmente.
-si osas enfrentarte al señor de la casa estoy aquí…-dijo el príncipe, sorprendiendo a todos en la sala.
-¡pero señor!...-reclamo La muerte.
-por favor no se precipité, usted nunca ha sido así…-trataba de colaborar Malévola para hacer recapacitar al joven.
-no puedo hacerme respetar como dueño de este castillo si me acobardo y no peleo ante el…traed mis armas-ordeno el príncipe. Malévola y La muerte se limitaron a obedecer.

Richter por su lado aun no podía creer que ese hermoso y delicado joven pudiese ser Dracula, en verdad no le quería hacer daño, pero no había otra manera, debía cumplir con su objetivo
-espero que me diviertas…es una lástima derrotar una cara tan bonita
-¡que insolente!-bufo Malévola con odio.
-veremos quién es el ultimo en pie ¿De acuerdo?...- Dijo el joven de cabellos dorados.

Y comenzó la batalla. Belmont hizo el primer movimiento con su látigo intentado golpear al contrario, pero este se impulso hacia tras rápidamente a una velocidad sorprendente, la misma que ocupó  para golpear al  otro con su espada pero el hábil cazador también lo esquivo y contraataco con su látigo aferrándole uno de los brazos al otro para acercarlo hasta el,  a una distancia tan corta que pudo sentir su aroma –como esperaba, eres tu el que huele a rosas…-susurro Richter cerca del oído del otro.

Pero Alucard no se iba a dejar intimidar, así que con el escudo que tenía en su mano libre lo golpeo fuertemente haciendo que el joven Belmont retrocediera. Finalmente con su velocidad aprovechando el descuido y lo ataco, pero el chico de cabellos castaños logro esquivarlo pero aun así recibió daño en su brazo izquierdo el cual comenzó a sangrar.
Gritaron extasiando todos los monstruos sanguinarios del cuarto “¡Vamos príncipe!” “descuartízalo”, se escuchaban los gritos de la horda de seres místicos que apoyaban a su príncipe.

-bueno al menos tú tienes un club de admiradores-rio Richter reincorporándose-esta herida no es nada…solo estoy calentando.
-lo mismo digo…-respondió el vampiro.

Y retomaron la batalla entre bloqueos y esquivadas ambos eran igual de agiles. Repentinamente Richter se acerco y ocupo un hechizo de luz, todos los seres de obscuridad cerraron los ojos menos la muerte porque  era un ser neutral. Cuando paró el hechizo vio al frente suyo y el caballero de ropajes obscuras no estaba, ¿Qué extraño? ese hechizo no era suficiente para acabar con un monstruo de su calaña, pensó el joven. Pero una neblina en el techo le llamo la atención, está bajo y cuando se disipo el joven príncipe apareció.

-¿así que puedes evitar los hechizos de esa manera? No se esperaba menos del señor de las tinieblas- Dijo el cazador. Ni en toda su corta vida había visto esa clase de poderes.
-al parecer no tienes experiencia con vampiros-le respondió el joven e cabellos claros.
-¿Cómo quieres que tenga experiencia?...no hay muchos vampiros en el mundo - le respondió mosqueado el joven pero su tono sonaba algo débil.
-¿te cansaste ya? -pregunto Alucard dándose cuenta del estado del joven.
-¡claro que no! siga…-pero antes de completar la frase el joven pelicastaño se desmayo.

Antes los ojos sorprendidos de todos los seres mágicos, Alucard también lo estaba ¿Qué había sucedido? Una idea le paso por la mente y observo el filo de su espada ¿Cómo no se dio cuenta? Estaba llena de un líquido casi invisible seguramente veneno -¡oigan! ¿Quién de los dos lo hizo?-dijo completamente molesto el vampiro, se dirigía a Malévola y La muerte.  Ambos seres se hicieron los indiferentes ante la pregunta-respondan…-Alzo aun más la voz.

-señor…lo siento pero no nos queríamos arriesgar  a perderlo- hablo Malévola.
-¿No confías en mi tanto como en mi padre?-exclamo aun mas disgustado Alucard, nunca lo habían visto así de  corrompido, hasta los demás monstruos abandonaron la habitación porque el enojo del príncipe los espantaba. Finalmente se acerco al cazador y lo tomo en brazos bajo la mirada atónica de la muerte y la bruja-¿Qué veneno usaste?-exigió el príncipe.

-no es un veneno es un paralizante…- le respondió Malévola- se le quitara después de unas horas
-¿puedo confiar en tus palabras?-pregunto Alucard, temía que le estuviese mintiendo para proteger el castillo.
-lo juro…córtame la cabeza si no es así-le respondió la bruja para que confiase en ella.-
-confió en ti…-dijo después de un rato y salió con Richter en brazos hacia la puerta, lo pondría en su habitación pues no confiaba en los demás monstruos, seguro se lo devoraban si lo dejaba solo.

………………………………..

Se removió con pereza, tenía todo el cuerpo adolorido. Estaba en una cama suave más suave que la que tenía en su pueblo natal. Una mano fue puesta en su  cabeza, suave y delicada.

-al parecer la fiebre bajo…rayos me asuste pensé que malévola de verdad me había mentido-se hizo escuchar una fina voz que le agrado mucho. Abrió los ojos solo para toparse con  su contrincante, se exalto he intento moverse pero no lo podía hacer, sus músculos estaban entumecidos-tranquilo…no intentes moverte aun el veneno no ha pasado-dijo el príncipe.

-¿Qué me hicieron?-dijo jadeando aun por el dolor.
-lo siento no me di cuenta del veneno que le habían puesto a mi espada-se disculpo el bello joven-en verdad no quería que murieras.
-¿de qué estás hablando? Yo soy un cazador de monstruos…deberías haberme matado o si no lo hubiese hecho yo…-le dijo el chico.
-¿Por qué haces esto?-pregunto Alucard. No entendiendo el objetivo del chico.
-porque es mi legado…todos los Belmont siguen la tradición de matar a monstruos y principalmente a Dracula, por la leyenda…-dijo el joven.
-esa leyenda que dice que le vendieron el alma a dios y que si no cumplen el derrocar a Dracula sus almas jamás podrán descansa… -le completo el vampiro.
-si esa misma… ¿Cómo lo sabes?-pregunto Richter
-bueno como vez hay mucho tiempo en el castillo y me dedico la mayor parte del tiempo a leer…
-ya veo…bueno ahora te respondí tu pregunta. Respóndeme tu a mi ahora, ¿Por qué me salvaste?

El vampiro quedo dudoso con la pregunta ¿Por qué lo salvo? No lo había pensado… esperen, si lo había pensado inconscientemente- perdón aun no me he presentado soy Alucard, el hijo de Dracula…hijo de una mujer humana.
-¿eres hibrido? -nunca había visto uno ni sabía que los vampiros pudiesen procrear, ni mucho menos hacerlo con una humana.
-si lo soy…mi padre se enamoro de una humana y de esa relación naci yo, mi madre murió hace muchos años atrás por una enfermedad. Yo nunca he salido del castillo…siempre he tenido el deseo de conocer más humanos…por eso tal vez te rescate, solo quería conversar con uno.

Un silencio se hizo en el cuarto,¿Qué nunca había salido de este castillo? ¿Desde que nació?, no se lo podía creer

-¿entonces no conoces el mundo mortal?-Pregunto al final. Alucard respondió con una afirmativa, asintiendo con la cabeza -eso está muy mal…el mundo exterior es hermoso.
-¿verdad?...sé que hay bosques grandes, valles amplios, desiertos candentes y fríos… ciudades de cemento con construcciones hermosas y el océano es gigante-dijo rápido el vampiro todo lo había leído en libros.
-oye tranquilo. Si, hay de todo eso…-le interrumpió el cazador ya que el otro chico estaba muy animado e ilusionado, parecía un pequeño pajarillo en una jaula; sabía que había haya afuera, pero la libertad nunca la tendrá-está bien…te contare más cosas…-dijo esta vez por fin sentándose en la cama, se había pasado el efecto de entumecimiento pero un sonido de su estomago le hizo avergonzarse, Alucard le quedo mirando sorprendido-jeje…lo siento tengo hambre ¿Qué hora es?-pregunto ya que nos sabia cuanto tiempo estuvo dormido.
-ya es de mañana…-le respondió el vampiro-pediré algo de comer…tu látigo está arriba del escritorio-y tras decir esto se fue de la habitación.

Richter  se quedo en el borde de la cama intentando mantener la vista fija, aun hacia efecto el veneno ese… estuvo a punto morir, menos mal que Alucard no era un vampiro sanguinario,  aunque tampoco iba a confiarse tan fácilmente, aun no conocía nada de este castillo.
 Cuando se sintió mejor miro donde estaba su látigo y notó que al lado de este estaba un cuadro, en ella aparecía una hermosa mujer de cabello claro, ojos del mismo tono y tenia piel de porcelana. Esas descripciones eran las mismas de Alucard, así que intuyo que debía ser su madre, al menos la historia que le había contado resultaba ser verdadera.

-ese cuadro pequeño lo hice yo…es como recuerdo a mi madre-le asusto una voz. Alucard había regresado rápidamente-ya le pedí a los sirvientes que trajeran   algo de comer.
-vaya yo pensé que era un fotografía… dibujas muy bien, ella se parecía mucho a ti -comento Belmont tomando su látigo del escritorio.
-no debes estar preocupado, di  la orden de que no te atacasen…como ya te dije no estoy interesado en matarte-le aclaro Alucard, ya que el chico se veía tenso.
-¿en serio lo hiciste?...no debiste hacerlo, yo puedo defenderme perfectamente-dijo con esa modesta arrogancia que había presentado anteriormente en batalla.
-si lo sé…se corrió rápidamente la voz de que un Belmont había llegado al castillo, los espectros más débiles ni quieren Salir -agrego alucard un poco preocupado ¿estará bien dejar suelto a Richter por ahí ? Más que por la integridad del joven estaba preocupada por la de sus sirvientes.
-¿vaya, así que aun recuerdan mis antepasados?-dijo Richter con sorna.
-debe ser así…-le respondió alucard.
-la comida esta lista…-se escucho la voz de un zombi atrás de la puerta. Alucard la abrió, dejando ver al ser que sostenía una bandeja en sus manos.
-gracias…-dijo Alucard recibiendo la bandeja.

El ser intento ser una sonrisa torcida, y miro adentro del cuarto especialmente a Richter el cual le devolvió la mirada, el espectro se asusto tanto que salió corriendo por el pasillo, dejando sorprendidos a ambos chicos.

-vaya, en verdad les das miedo…-comento el hibrido.

Eso era extraño, pensó el joven de cabellos castaños, era extraño que le conocieran tanto los seres de ese castillo, aunque de la manera que entro fue brusca  no podía haberse ganado solo con eso el miedo de la mayoría de los seres en el castillos. No era solo por su persona, más bien era por el apellido, pero, ¿Por qué? Se supone que sus antepasados jamás había llegado a Dracula, al menos eso fue lo que le conto su líder.
Alucard por su parte veía muy pensativo al joven, no sabía cómo interrumpirlo para no ser descortés pero la cena se iba a enfriar. No fue necesario hacerlo ya que Richter se dio cuenta solo y tomo la bandeja.
-gracias, por ser  amable conmigo Alucard…-dijo el Belmont, con una sonrisa que  se le apago cuando abrió la tapa de la bandeja. En el plato había una clase de sopa obscura y viscosa, en ella flotaban cosas que no se podían describir.
-¿pasa algo?-pregunto Alucard al no ver comer al cazador.
-¿en verdad comes esto?-pregunto un tanto corrompido el joven Belmont.
-si…¿ustedes no lo comen?-dijo Alucard como si fuera lo más normal del mundo.

Unos minutos de silencio pasaron viéndose ambos hasta que Richter se levanto de golpe y salió a paso firme por el pasillo, Alucard le siguió
-¿En dónde está la cocina de este lugar?- exigió firmemente el cazador.
-está bajando las escaleras…-dijo un sorprendido Alucard ¿Qué le pasaba? ¿Por qué el cambio de humor?

Finalmente llegaron a la cocina y de una patada un molesto Richter la abrió. El chico miro fijamente a los zombies y otras criaturas mágicas que limpiaban la cocina la cual era un poco lúgubre y aun que la limpiasen toda su vida quedaría igual. Las criaturas le miraron y algunas salieron  huyendo por la puerta de atrás del castillo, menos un ser grande y con un gorro de chef, de sus costados salía no solo uno si no dos brazos mas a parte de los normales.

-¿Quién irrumpe mi cocina? Solo el señor del castillo y su hijo tienen el derecho de irrumpir mi lugar de trabajo-dijo tomando unas cuchillas para cortar carne con cada una de sus manos, Richter ni se inmuto ante esto, solo lo miro con sorna.
-señor no creo que sea buena opción…-comenzó a decir un zombi al lado del gran sujeto.
-callate…yo si defiendo mi lugar de trabajo -dijo el gran zombi.

Tras esto se lanzó hacia el joven de cabellos castaños, quien ni se inmuto. Tomo su latigo y lo enrollo en el cuerpo de aquel ser sin vida, acto seguido tiro fuertemente así el impulso del zombi mas sus fuerzas lo lanzaron hacia fuera de la cocina llegando a chocar contra el muro que estaba al final del largo pasillo. “De un solo golpe…” pensó Alucard sorprendido, el chef de la casa no era tan sencillo de amedrentar.

-hey tu…-dijo Richter dirigiéndose al zombi pequeño que estaba advirtiendo al chef, esta estaba temblando-¿hay comida comestible aquí?-pregunto con una cara que daba miedo y estirando su latigo entre sus manos.
-¿comestible?-pregunto con miedo el ser.

-si comestible…pan, verduras, carne de procedencia… ¿normal?-respondió el chico de cabellos castaños.
-bueno tenemos verduras y pan… -soltó por fin el zombi aun temblando mas.
-eso bastara…-dijo con una sonrisa el Belmont y comenzó a buscar las cosas que le servirían. En pocas palabras estaba cocinando, el zombi se había retirado asustado y Alucard se quedo en la habitación interesado en lo que hacia aquel hombre. Comenzó a picar las verduras y mezclar cosas. Al final todas las verduras quedaron acomodadas en el pan e incluso se preparo un jugo. Finalmente lo sirvió en la mesa que Alucard identifico era de los empleados.
- Ven, Alucard también prepare para ti…

El mitad vampiro se sentó a la mesa al frente de Richter el cual ya estaba comiendo tranquilamente, Alucard miro la comida que era algo extraña para él.  
-no te preocupes no tiene nada raro-dijo Richter notando las dudas de su compañero.
Alucard no quería ser descortés con el chico, al final y al cabo le había preparado la comida, la tomo y le dio mordisco su expresión cambio de una seria a asombrado-sabe muy bien…
-gracias..Aunque solo es un sándwich, se cocinar cosas más sabrosas-comento el peli castaño, viendo como Alucard comía gustosamente-¿en verdad nunca habías degustado comida humana?-pregunto al final.
-nunca había comido nada del exterior…como te dije nunca he salido, solo como lo que los sirvientes me hacen de comer.

Richter estaba anonadado ¿en verdad este chico tan hermoso comía esas cosas repugnantes? Si llegase a ver a Dracula de seguro le diría unas cuantas cosas sobre nutrición.

……………………………….

La tarde había caído pronto iba ser de noche y Alucard junto a Richter se encontraban en Lel patio jugando con Cerberos.  Richter en un momento le tuvo miedo y pelearon pero después de ganarle el perro de tres cabezas dejaba hasta que montara sobre su lomo, por otro lado Alucard observaba algo sorprendido la escena ya que nunca pensó que cerberos se llevaría bien con un humano. Había sacado sus utensilios para el dibujo, era lo que hacía siempre cuando llegaba esta hora del día. Generalmente dibujaba el paisaje o a los seres que recorrían el castillo. Incluso un día dibujo a La muerte y Malévola pero ahora tenía una vista muy distinta, no solo era cerberos llevando en su lomo a un humano, si no también el cuerpo bien moldeado de Richter que podía ver gracias a que el chico de tanto jugar le había entrado calor y se había sacado el abrigo azulado que llevaba dejando a la merced del vampiro un panorama agradable para sus ojos, aunque era extraño, no debería sentirse así por un humano y menos por un humano varón.

-¿Qué dibujas Alucard? ¿Puedo ver?-escucho la voz de Richter  y automáticamente Alucard cerro su cuaderno de bocetos- Vaya…que pesado -dijo disgustado el pelicastaño.
-perdón es que no me gusta que miren mis proyectos sin terminar…-se excuso Alucard rápidamente. Debía mentir ya que no mostraría que lo estaba dibujando a él, sería vergonzoso.
-Todo un profesional…-comento el pelicastaño sentándose al lado de Alucard.

Alucard por su lado estaba nervioso. Algo en el joven cazador le atraía y no sabía lo que era, ¿era el físico, su personalidad, el semblante?, algo le hacía no sacar la vista del joven aventurero, eso era, El que fuese aventurero, esto le llamaba la atención que Richter, que  fuese tan libre y extrovertido, era totalmente opuesto a su persona.

Por su lado Richter sin ningún motivo fijo, acerco su rostro al de Alucard, el cual sentir tal cercanía solo provoco aumentar sus nervios. Quedo totalmente congelado mientras Richter se acercaba cada vez más, pero repentinamente el mismo se hizo hacia atrás.

“¿pero qué rayos estaba haciendo? Se pregunto así mismo asustado el Belmont ¿Por qué se había acercado tanto? ¿Pensaba besarlo? ¿Pero qué rayos?...sus pensamientos le atormentaban el hecho de que de solo querer besarlo era malo era un vampiro, el príncipe de las tinieblas y por sobre todas las cosas ¡era un hombre! (eli: ¿lo que lo hace perfecto?). Alucard por su lado estaba algo choqueado ¿que había sido eso? No lo tenía muy claro.
Sin previo aviso una explosión se hizo escuchar. Provenía del interior del castillo, por lo que  Alucard se levanto rápidamente y fue hacia el lugar de los hechos, por supuesto Richter no se iba a quedar fuera y le siguió.
Cuando llegaron al castillo todos los espectros estaban perturbados y corriendo de un lado a otro, Alucard estaba sorprendido; vio a Malévola correr por el pasillo principal y decidió preguntar qué pasaba.

-príncipe lo que pasa es que se a despertado…el único ser en que no se tenía ningún dominio… Galamoht…-dijo la bruja.
-¿Qué?...-exclamo Alucard sorprendido.
-¿Quién es ese tal Galamoht?-pregunto Richter un tanto dudoso, aunque según la expresión de todos este debía ser muy fuerte.
-Galamoht es un ser de la mitología egipcia tan poderoso que hasta se le fue encerrado en este castillo…por el mismísimo demonio-dijo Malévola
-¿Qué debo hacer Malévola? ¿Lo enfrentaremos?-dijo Alucard seriamente sabía que no tenía ninguna oportunidad, ni su padre podía controlarlo.
-no te preocupes yo y La muerte trabajamos en eso -dijo la mujer.
-no vayan solos, ni ustedes podrán…-declaro el chico de cabellos claros.
-pero señor…-intento protestar la bruja pero la mirada de Alucard era muy decidida -¿desde cuándo te  volviste tan obstinado? Está bien vamos…-se resigno finalmente.
-yo también voy…-le dijo Richter.
-¿Qué? Esto no tiene que ver contigo…-le protesto Alucard no quería que se entrometiese.
-vamos ¿no confías en mi? He demostrado que soy más fuerte que los monstruos de este castillo…-le respondió
-vamos ni tu apellido te salvara esta vez…esta fuera de los limites de cualquiera-dijo la bruja un tanto  fastidiad
-No voy a pelear solo…Alucard va conmigo, se de lo que es capaz después de que nuestras armas se encontrasen. De seguro los dos tenemos oportunidad -les respondió Richter,  aunque Alucard pareciese delicado en pelea no mostraba debilidad alguna. Podía igualarse  a su nivel.

-podría ser…- dijo la mujer un tanto insegura “un Belmont y el príncipe de las tinieblas juntando fuerza… esto es un tanto irónico, pero podría servir” pensó la mujer- bueno… esta decidido vamos hasta la recamara de Galamoht, seguro La muerte esta cansándose de retenerlo -dijo la mujer y acto seguido batió el báculo en el aire que siempre llevaba consigo y rápidamente fueron trasportados todos.

Richter abrió sus ojos sorprendido al llegar,  este lugar nuevo era como el infierno; todo era de color rojo las paredes parecían estar hechas de carne humana y  lo peor era que si agudizabas el oído podías escuchar lamentos ¿Dónde rayos estaban?

-humano…-dijo Malévola a Richter- felicidades, has conocido la entrada al inframundo…esto es un portal que conecta a ese lugar. Es lo más cercano al infierno en la tierra- aclaro la mujer al ver al pelicastaño con dudas.
-alli esta La muerte…-dijo Alucard y todo miraron al frente. La muerte estaba levantando sus manos, había hecho un conjuro para poder inmovilizar al espíritu gigante que llevaba un atuendo muy egipcio y poseía una cabeza de perro pero con cuerpo humano, se parecía al dios Anubis de la religión egipcia.
-sera mejor que interceptemos antes de que el hechizo de La muerte se rompa…-se adelanto Malévola, pero ni siquiera termino de dar un paso cuando el monstruo se libero del conjuro y comenzó a atacar con su báculo el cual lanzaba rayos a todas direcciones, uno le llego de lleno a la mujer, por suerte Alucard y Richter los lograron esquivar. - ¡Malevola! - exclamo preocupado Alucard.

Por mientras Richter fue de lleno a confrontar al semi dios, a quien le intento pegar con su látigo pero de poco sirvió, el ser ni se inmuto. Este  intentaba golpearle con su arma pero el Belmont lo esquivaba con facilidad, “no era broma que este ser era muy fuerte”, pensaba el joven.

En eso Alucard se vuelve vapor y traspasa una de las piernas del jefe poniendo entre ambos y comenzó a darles con su espada haciendo que el ser perdiera el equilibrio y se agachara, en eso Richter sube por los hombros del ser y llega hasta la cabeza donde empieza a darle una seguidilla de golpes y por ultimo invoca un conjuro sorprendente ya que la luz lo envolvía y se podía ver claramente que entre esa luz dibujaba una cruz.

Finalmente el ser dejo de moverse por lo que  los chicos pensaban que era todo, pero no, el ser se levanto y de su cuerpo comenzaron salir rayos que golpearon directamente a los jóvenes haciéndolos volar y nuevamente el ser estaba como si no hubiese recibido ningún daño.

-no puede ser le dimos con todo ¿Cómo puede  verse ileso?-dijo confundido Richter, ademas ellos había recibido mucho daño con un solo golpe, en verdad ese ser era imparable.
En eso Galamoht se abalanzo sobre ellos pero fue retenido por La muerte y Malévola, los cuales formaron un campo de protección-rayos sabía que no podrían…-se quejaba Malévola.
-lo sabia no somos lo suficiente para el…creo que no hay mas opción-dijo La muerte, todos quedaron dudosos-que me perdone el señor de las tinieblas pero…Alucard debe despertar sus verdaderos poderes-concluyo.
-¿mis verdaderos poderes?-dijo confundido el chico.
- lo bueno es que tenemos la clave justo aquí…-siguió comentando La muerte-espero que no te moleste donar un poco de tu sangre Belmont-esta vez se dirigió al pelicataño.
-¿mi sangre?-cada vez estaba más confuso Richter.      
-no te atreverás a…-dijo la bruja un poco alterada.
-si exacto es hora que sea un vampiro hecho y derecho…-respondió la muerte-Alucard debes beber de la sangre del Belmont es nuestra única posibilidad…-le ordeno aunque ni el mismo sabía si sería suficiente.
-¿Qué?...-exclamo sorprendido y asustado Alucard.
-a entiendo…los vampiros son más fuertes al beber sangre humana-por fin comprendió el pelicastaño. Era un buen plan y no había mejor solución si Alucard era fuerte normal ni imaginar cómo sería si llegase estar bien alimentado-bueno Alucard, ven…
-¡no!...-se quejo el príncipe-me niego totalmente…
-¿Qué?-dijeron los tres presentes.
-oye no tenemos mucho tiempo, esos dos no aguantaran por siempre…-protesto Richter.
-tú no entiendes…si hago eso estaría negando mi lado humano y  por lo tanto a mi madre también -seguia negándose Alucard, con la cabeza agachada.

Richter le quedo observando con tristeza, era mitad humano y estaba seguro que sabía que estaba mal alimentarse de otras personas, pero este era un caso especial-vamos…no haces nada malo,  te estoy donando sangre de  buena gana así que no cometes nada malo…-intentaba hacerlo recapacitar, en eso el escudo de protección se rompió y todos fueron golpeados por Galamoht. Richter se levanto rápidamente, tomo una daga pequeña y se rasgo un poco el brazo,  bebió un poco de su propia sangre  y luego corrió hasta donde estaba Alucard,  le tomo del rostro y le beso forzándolo así a beber la sangre. Cuando terminaron se separaron con brusquedad ya que Alucard le había mordido el labio inferior y le había dejado una herida considerable.
Alucard quedo en el mismo lugar, cosa peligrosa ya que Galamoht no perdió la oportunidad para acertarle un golpe que llego de lleno al joven príncipe.

-¡Alucard!-grito preocupado Richter pero luego se tranquilizo ya que Alucard había detenido el golpe del báculo solo con una mano.

Alucard en un momento desapareció dejando caer el golpe hasta el suelo, para solo aparecer arriba del brazo de Galamoht.
La apariencia del vampiro cambio, su aura se había vuelto oscura y sus cabellos le tapaban el rostro y unas alas de color negro invisibles para el ojo humano se alzaban de su espalda, en eso se volvió neblina y apareció frente del jefe, dándole  un golpe de lleno en toda la cara arrojándolo al suelo.

El ser en el suelo rápidamente se volvió a levantar pero no veía al vampiro en ningún lado, Richter se fijo que este estaba sobe la nuca del ser levitando. Tomo la espada y se la clavo en aquel lugar  haciendo que el ser chillara de dolor, para luego desplomarse.

Los presentes estaban anonadados, solo en unos minutos el indestructible Galamoht fue vencido. Alucard comenzó a descender al piso, por lo que  Richter se le iba acercar pero fue detenido por Malévola y La muerte.

-será mejor que te mantengas lejos…no sabemos cuánto de conciencia tenga el príncipe-le advirtió Malévola.
-la primera vez siempre es asi…-agrego La muerte.
-¿por qué me hicieron esto?...-se hizo escuchar la voz de Alucard- ¿por que? ¿¡por que!? ¡por que!-dijo mostrando su rostro lleno de lagrimas, luego  se volvió niebla y huyo por la salida hacia el castillo.
-¿estás contento?-dijo la bruja con enojo en sus palabras.
-…-La muerte enmudeció de pronto
-Alucard…-dijo con tristeza Richter, en verdad era en serio el tema de no beber sangre, se sentía culpable.

 

……………………………………………..

 

Su cuerpo ardía, estaba totalmente acelerado ¿Qué le estaba pasando? ¿Acaso esto significaba que se estaba volviendo totalmente un vampiro? Jadeaba, estaba caliente a más no poder. Llego a su cuarto y se hecho en el cama, debía bajar sus niveles de adrenalina pero le era imposible, menos con el olor que tenían sus sabanas, ¡maldición se le había olvidado que Richter había dormido allí! Y las sabanas aun tenían impregnado el olor de este, en verdad solo hacía que se excitara mas ¿Qué rayos le sucedía? Algo entre sus piernas comenzó a despertar cosa que le llamo más aun la atención, ¿esto también era parte del proceso? Pensaba el joven. En eso escucho unos pasos dirigiéndose a su puerta y luego sonaron unos golpes en ella.

-¿Alucard?-era la voz de Richter. Este era el peor momento para que llegase -se que estas ahí en verdad te pido disculpas te obligue a hacer algo asi…entiendo que querías mucho tu parte humana…
-esta bien…no pasa nada, solo vete…-grito Alucard, no es que estuviera molesto solo rogaba que Richter se fuese, solo pensar en él le excitaba mas y peor era escuchar su voz.
-¿Qué?... ¿qué clase de respuesta es esa? Yo me vengo a disculpar y tú te enojas-dijo disgustado y de una patada abrió la puerta. Enfrentaría a ese príncipe mimado ahora ya, pero al abrir la puerta se encontró con la imagen mas erótica que había visto, estaba Alucard echado en la cama boca arriba totalmente jadeando y con una erección evidente.
-¿Alucard? ¿Qué es lo que te sucede?-pregunto extrañado el pelicastaño también estaba asombrado.

-no lo sé…no logro tranquilizarme, creo que es el proceso del despertar-dijo con un tono muy erótico, Richter lo estaba mirando pensaba que se  derretiría en cualquier momento bajo los ojos de él.

En eso Richter se abalanzo sobre Alucard haciendo cualquier resistencia inútil, el semi vampiro comenzó a retorcerse debajo del cuerpo del cazador, pero era inútil lo único que hacía era que los roces le sacaran mas gemidos-por favor no…Richter no te acerques a mí, no sé lo que soy capaz de hacer en este estado…-dijo jadeando.
-¿Qué quieres que haga? tu me estas provocando…-se defendió el pelicastaño, maldición en verdad se veía muy sexy aunque era rar, a pesar de que  dijese que estaba caliente la verdad es que no era así, la temperatura de su cuerpo era fría, tal vez es solo la sensación.
Una mano inconsciente y escurridiza de parte de Richter, bajó hasta la erección que tenia Alucard y comenzó a desabrocharle el pantalón-espera ¿Qué haces?-se quejo el príncipe.
-si no hacemos algo con esto te seguirás sintiendo igual…-le respondió y comenzó a masturbarlo, los gemidos de Alucard no se hicieron esperar, se sentía muy bien-valla ¿ya estás tan mojado? ¿Te estabas tocando solo?-pregunto el pelicastaño.
-¿de qué hablas?....no entiendo-decía con apenas aliento el príncipe ya que esa mano no dejaba de subir y bajar por su hombría.
-¿en serio nunca te has tocado así?-pregunto Richter sorprendido por la ingenuidad del semi vampiro.
-nunca me había tocado de esa forma y menos me han tocado…-admitió el joven.

“¿En serio?” Pensó Richter levantándose para ver el cuerpo debajo suyo, estaba más que sorprendido esta era entonces su primera vez que sentía algo así, ahora se sentía un maldito pervertido al estar pervirtiendo un alma inocente, ¿pero enserio alma inocente? ¿Un vampiro?  Era de locos. Aun así era muy buena la vista, Alucard llegaba a ser muy atractivo y ahora sexy ¡por dios! ¿Qué pasaba con él? Era un cazador de monstruos y se estaba follando a un vampiro además ¡este era hombre! (eli: ya dije que era perfecto)

-¿Richter?...-susurro Alucard tenía vergüenza de decir que continuara, pero de verdad estaba muy ansioso y no podía reprimirlo más, sentía que explotaría en cualquier momento.

El aludido le quedo mirando y supo automáticamente lo que quería-¿quieres que siga?-aun asi quería que lo digiera ya que era vergonzoso, Alucard le miro algo fastidiado pero movió su cabeza como afirmación, en eso Richter le toma su miembro nuevamente y le comienzo  a masturbar, retomando los gemidos graves que hacía  Alucard, en verdad era hermoso..  pensaba el Belmont.

-más…más rápido - pedía entre gemidos el príncipe.

Richter le hizo caso pero le desabrocho la camisa rasgándola sin importar cuantos botones morirían en el camino, solo para ver aquel pectoral que a pesar de no ser muy distinto al suyo le excitaba, y su conciencia le exigía tocar y lamer y lo hizo; paso su lengua por los pezones del príncipe logrando mas gemidos de esos labios carnosos y enrojecidos. Subió hasta pasar su lengua por el cuello y el lóbulo de la oreja, siempre dándole atención al miembro de este.

-ahhh…Richter-gemía su nombre, en verdad todo era un deleite.

En eso el Belmont se da cuenta que también necesita desahogarse, pero antes debía prepararlo se separo de su cuerpo una vez más solo para abrir más aun las piernas del joven príncipe de las tinieblas el cual no entendía bien del porque hacia eso hasta que le quito totalmente sus pantalones dejando ver su entrada al descubierto.

-¿Qué intentas hacer?...ahí no…esta-pero el vampiro no pudo seguir con la protesta ya que comenzó a sentir un dedo que rozaba su entrada lo cual hizo sacar un gemido involuntario.

-vamos…no te preocupes eres humano así que este lugar, es totalmente “habitable”-dijo esta vez metiendo su dedo completamente dentro de Alucard y comenzó a moverlo, el vampiro por su lado solo sintió molestias.

-vamos sácalo…-dijo un tanto adolorido.

-ya pasara no te preocupes…-le alentó el pelicastaño y comenzó a mover una vez más la mano en el miembro del chico, movía ambas…  su dedo y la mano, haciendo que alucard se volviese loco no sabiendo descifrar lo que sentía. Después de un momento  las molestias se fueron y solo sintió placer. El sonido de sus gemido era alto y totalmente erótico, sentía como esa mano y dedos se movían más rápido sobre su cuerpo, era un deleite. En eso y  sin previo aviso se vino en la mano del pelicastaño, con sacudidas de su cuerpo, espasmos exquisitos que recorrían de la punta de los pies hasta su cabeza
-vaya eso si que fue rápido…-dijo el Belmont lamiendo su mano con la esencia de Alucard. Mientras este estaba con un hilillo de saliva escapándose de sus labios por tanto placer sentido.

-Alucard…-le llamo el Belmont y acto seguido le dio un beso en los labios, Richter hace un buen rato que quería hacerlo pero no se había atrevido, por miedo de incomodar aun mas a Alucard, sus lenguas se tocaban frenética sin cuidado alguno ya que Richter se le había olvidado que Alucard tenía unos colmillos afilados y por segunda vez en el día se volvió a cortar con ellos, fue el labio ahora , en verdad no podía hacerlo.

-disculpa…te corte sin querer-se levanto rápidamente Alucard para ver al Belmont.
-está bien eso me pasa por hacerte esto…-comento este con una sonrisa en su rostro.
-está bien yo quería esto después de todo…-dijo Alucard un tanto avergonzado.

-bueno si lo querías, ahora tendrás que aguantar hasta el final…-le contesto Richter con una sonrisa más amplia mientras lo volvía a tumbar en la cama-yo también necesito un poco de atención-dijo el joven abriéndose el cierre del pantalón y dejando salir su miembro el cual estaba muy hinchado. Abrió las piernas del príncipe de las tinieblas, para poder introducir su pene en la entrada de Alucard, este a su vez al sentirlo de poco intentando entrar hizo que arrugara fuertemente las sabanas con sus manos, se sentía a fatal pero nada ya estaba aquí quería también hacer sentir bien a Richter así que no importaba cuanto calvario soportara-vamos relájate Alucard…-exclamo ya asqueado y desesperado el joven de cabellos castaños, quería que fuera suyo ya.

En eso la puerta se abrió y ambos chicos miraron a ella un señor de unos 40 años de edad entraba de cabellos oscuros y mirada fría-¡pero qué rayos!- exclamo furioso.
-padre…-dijo Alucard como si nada.
-¡¿Qué?! ¡¿PADRE?!-exclamo sorprendido el Belmont.

 Se estaba follando al príncipe de las tinieblas…este castillo estaba lleno de criaturas raras y para ponerle la cerecita sobre el pastel, llega Dracula y los pilla él y a su hijo en una posición comprometedora…ahora se preguntaba el Belmont si lograría salir vivo de este castillo.

¿Continuación?

Notas finales:

Bueno chicos aquí se termina este especial, espero que les haya gustado quedo bien inconcluso pero bueno el final a su imaginación ¿habrá sobrevivido Richter a la furia de un padre sobre protector? ¿Alucard podrá ver el mundo exterior? Muchas incógnitas y  yo sin tiempo para escribir (malditos exámenes) tal vez lo siga si es que me piden

 

Akari: a mí me gustaría una continuación el lemon se quedo en la mejor parte.

Eli: como siempre tan pervertida.

Sin mas nos leemos!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).