El sol salía en Japón, saludando a un nuevo día, el viento soplaba levemente, llevandose consigo a algunas cuantas hojas las cuales danzaban sin preocupación por donde el viento las llevase, erán ya las 6:00 am, en unos condominios departamentales, vivía mucho tipo de gente, maestros, abogados, estudiantes, Jefes de departamento de ventas tal vez, así es, en uno de estos departamentos vive el, siendo mas precisos habita en el Departamento 274, ahí moraba un oso, no de esos osos adorables de felpa que todo niño gustaría tener, no, ese oso posee un muy mal caracter, todos en su trabajo le temen, le acusan de gruñon y amargado, pero es que nadie se ha puesto a tratar de conocer su historia, a ver mas alla de esos ojos asesinos, tampoco es como que a el le importara, a el solo le interesaba su mejor amigo, no se podía sentir mas pesimo que ahora, tenía el corazón despedazado, nadie sospechaba o siquiera se preocupaba por ello, pero no es que le interese, al contrario le hacia sentir mejor asi, perderse en el alcochol y despues ir a casa y dormir, esta era su rutina despues del trabajo.
Su familia se empezaba a angustiar por verlo decaido aunque el lo negara una y otra vez, su madre le decia que debería dejar que su corazón cerrara aquellas heridas, que dejara que pasara el tiempo, que si fracasó una vez, siguiera intentando, pero el no escuchaba, solo... Solo se negaba a dejar de amarlo tanto, si, había renunciado fervientemente a que Masamune le viera con fines amorosos, pero, que importaba?, el estaba feliz con solo ser su mejor amigo, con ser la persona mas importante en la vida del ojicobre, esto era lo que en su mente se paseaba una y otra vez.
Su cuarto y demás parte de su domicilio estaba en total silencio, poseía pocas cosas, todo estaba sencillo aunque con los estantes llenos de libros acomodados a la perfección por tamaño, editorial, autor, color, grosor, tema, trama, en fin, solo un amante a la literatura podria tener tanto cuidado en ello, todo estaba impecable, sería dificil creer que estuviera deprimido.
En la sala, de un color azul palido, dormía un gato de como unos 10 años, su pelaje era color negro y blanco, se veía que no pasaba descuidos por su amo, estaba felíz, gordito y saludable en lo que cabe, tenía comida y agua, su arena estaba limpia, el despertador sonó,Sorata levantó las orejas y se bajó enseguida del sofá para ir a despertar a su amo, o cersiorarse de que despertara.
Y ahí, en aquel oscuro cuarto, acostado boca abajo con el torso desnudo, la respiración serena, el entrecejo fruncido y sus bellos rasgos relucientes, tenía la mejilla recostada en la almohda, las sabanas le cubrían después del abdomen para abajo, Sorata entró al cuarto y se subió a la cama, el despertador aún sonaba.
- Nyawrrr rrrawwwrrr - Se restregó en su cabello, dejaba que su ronroneo sonoro vibrara cerca del oido del azabache-
El despertador seguía sonando con el TITITI TITITI cada vez más insistente, Sorata igual hacía todo por despertarlo, tocarle con la pata la mejilla, mordisquear su oreja, hasta paseó la cola por la nariz del ojiazul haciendo que este frunciera mas el entrecejo, pero logrando que despertara.
- Hmmmmnnn ya ya ya desperte- abrió los ojos un poco y estiró la mano hacia el despertador para callarlo, Sorata se bajo al regazo el humano y se sento en sus cuartos traseros mirandole moviendo la cola suavemente, Yokozawa se sentó de golpe tallandose los ojos soltando leves gruñidos, ahira se podía apresiar muchisimo mejor aquel hermoso cuerpo de suave y tersa piel blanca- Buenos días Sorata
Sorata cerró los ojos y soltó un alegre Nyawrr en respuesta, después de reclamar un poco de caricias matutinas y soltar sonóros ronroneos de gusto, Sorata se bajó de la cama y dejó que Takafumi se incorporara, llevaba puestos solamente unos ajustados boxers color negro, si algo tenía Takafumi de super atractivo eran aquellos firmes y tersos gluteos que poseía, el boxer ayudaba muchisimo, caminó casi arrastrando los pies a tomar un baño luego de tomar unos boxers limpios, un pantalón negro de vestir y una camisa de manga larga que usaba para el trabajo, se dió un rico baño caliente, ahí mismo en el baño se puso la ropa, se puso desodorante, se hecho un poco de colonia y salió al cuarto acomodandose la ropa dentro del pantalón y abrichandose el cinturón, abrió las cortinas y ventanas dejando entrar el aire con sentimiento otoñal.
- Hmmm... Que mañana mas tranquila eh?
Dejó que los rayos del sol acariciaran su piel, esos profundos ojos azules que miraban a la nada eran realmente bellos sin duda, sacó de uno de los cajones de su comoda una corbata, esta de color azul zafiro, se la amarró al cuello acomodandose despues las muñecas, se puso el reloj, los calcetines de color negro, los zapatos estilo italianos de igual color, estabán bien limpios y lustrosos.
Sacó del closet su chaqueta de negocios color negra y su sobretodo color azúl rey, metío a su pantalón su cartera, sus llaves y su celular, a su portafolio sus apuntes, agenda y carpetas y su ordenador portable.
Al fín salió del cuarto y se encontró a Sorata esperandole para desayunar, le sirvio su alimento y agua y se preparó el su desayuno, fruta picada y unos huevos estrellados, después de comer se lavó los dientes y se dirigío a la puerta de salida.
- Cuida bien de la casa Sorata nos vemos en la noche
De camino al metro se encontró con unas cuantas colegialas que parloteaban sobre las futuras fiestas navideñas, que plenas, ellas esperan con ansias esas fechas y el, bueno para el es una epoca con mucho trabajo, después de tomar el metro llego a Marukawa, entró al edificio y tomó el asensor, dando el Buenos días cotidiano a sus acompañantes, entre estos una mujer de cabello naranja y ojos azules y también estaba un joven de cabellos chocolate y ojos azules.
- Como amanecio Yokozawa-san?
El que ahora le dirigía la palabra era el pelicafe Hatori Yoshisuki, no eran de cruzar muchas palabras pero se llevaban bastante bien.
- Bien gracias y usted?
- Oh!! yo de muy mal humor!!!
Hatori ibá a contestar pero le robó las palabras de la boca Aikawa-san, ambos la miraron, se notaba muy molesta por alguna razón.
- Pasa algo malo Aikawa-san?
- Problemas con Akihiko?
La mujer les miro asintiendo y cruzandose de brazos muy molesta, dando pequeñas pisadas desesperadas en el piso.
- Ugh! si! es frustante!! es mas terco que nada! ahora esta otra vez en su fase de "no voy a hacer nada" Así que voy a hablar con Isaka-san! necesito que me ayude!! Este Usami me esta sacando canas verdes
Ambos varones alzaron una ceja escuchandola y la aconsejaron levemente a sus puntos de vista, pero los tres coincidieron en que Akihiko estaba siendo muy infantil, después de despedirse cada uno se fue a sus respectivos destinos.
- Buenos días Yokozawa-san!
- Si, buenas
Henmi le recibía como de costumbre, sonriente y feliz, radiante, despierto, en fin fresco, después de que Takafumi tomara asiento Henmi le empezo a decir las nuevas noticias y avances antes de su llegada, Yokozawa checó su reloj, eran ya las 9:30 am, el tiempo estaba corriendo muy deprisa? o solo era su idea?, le dió sus nuevos labores a su subrodinado y se puso a trabajar en sus propias cosas, al medio día tenía que dar sus vueltas de rutina.
Era ya la 1:30pm, Yokozawa salia de la visita a Morimbo, todo andaba bien, estaba de regreso a casa cuando su celular comenzo a vibrar.
- Moshi moshi
- Oh Fumi-chan! que bueno que te encuentro!!
- Reika?
- Esa misma!! nee tienes tiempo? necesito hablar contigo en privado...
- Te parece si nos vemos en la noche?
- EXCELENTE!! te vere en el cafe Shikoni a las 8:00 pm
- Bien...
Después de colgar Takafumi se quedo mirando su celular por un buen tiempo, hacía mucho que no hablaba con Reika, que habría pasado ahora? No tenía idea, le estaba inquietando un poco, la escucho muy angustiada y preocupada, guardo su celular y continuo caminando a seguir sus visitas rutinarias, su día trancurrio normal, pero no podía dejar de pensar en la llamada de Reika, presentía que algo iba a pasar algo que le cambiaría la rutina o que le dejaría huella, pero...
Que sería?
CONTINUARA...