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SUFRIMIENTO+DOLOR= PLACER por Jong06

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Érase un prostituto o Putito como la gente trivial le decía, llamado Luhan.

Como todas las personas que venden su cuerpo por placeres carnales de la gente, había nacido Casto e inocente, y durante su adolescencia había soñado con encontrar al hombre de su vida (rico, guapo, inteligente), casarse (vestido de novio), adoptar hijos ya que no era capaz de procrear o si (que serían famosos cuando creciesen) y vivir en una bonita casa (con vista al mar). Su padre era vendedor ambulante; su madre, una costurera, su ciudad en el interior de China tenía solo un cine, una discoteca, una sucursal bancaria, por eso Luhan no dejaba de esperar el día en que su príncipe encantado llegara sin avisar, arrebatara su corazón, y partiera con él a conquistar EL MUNDO pero soñar no costaba nada volverlo realidad sí que costara mucho pero eso era lo que Luhan no sabía.

Mientras el príncipe encantado no aprecia, lo que le quedaba era soñar despierto. Se enamoró por primera vez a los 11 años, mientras iba caminando  desde su casa hasta su escuela primaria local. El primer día de clases descubrió que en su trayecto: junto a él caminaba un chico que vivía en el vecindario y que asistía a clases en el mismo horario. Nunca intercambiaron ni una sola palabra, pero a Luhan empezó a notar que la parte que más le agradaba del día era aquellos momentos en la carretera llena de polvo, la sed, el cansancio; el sol en el cenit, el niño andando de prisa, mientras él se agotaba en el esfuerzo por seguirlo el paso.

La escena se repitió durante varios meses; Luhan, que detestaba estudiar y no tenía otra distracción en la vida que la televisión, empezó a desear que el día pasase rápido, esperando con ansiedad volver al colegio y, al contrario que el resto de los niños de su edad, pensando que los fines de semana eran aburridísimos. Como las horas de un pequeño son mucho más largas porque solo pasan 10 minutos con el amor de su vida, y miles de horas pensando en él, imaginando lo maravilloso que sería si pudiesen charlar.

Entonces sucedió.

Una mañana, el chico se acercó hasta él para pedirle un lápiz prestado. Luhan no respondió, mostro un cierto aire de irritación -_-  por aquel abordaje inesperado, y apresuro el paso. Se había quedado petrificado de miedo al verlo andar hacia él, sentía pavor de que supiese cuanto lo amaba, cuando lo esperaba, como soñaba con tomar su mano, pasar por delante del portal de la escuela y seguir la carretera hasta el final, donde, según decían, habían una gran ciudad, personajes de Doramas, Aidols, coches, muchos cines y un sin fin de cosas buenas.

Durante el resto del día no consiguió concentrarse en clases, sufriendo por su comportamiento absurdo, pero al mismo tiempo aliviado, porque sabía que el también se había fijado en él y que el lápiz solo era un pretexto para iniciar una conversación, pues cuando se acercó el noto que llevaba un bolígrafo en el bolsillo.

Espero a la próxima vez y durante aquella noche, y las noches siguientes, empezó a imaginar las muchas respuestas que le daría, hasta encontrar una manera oportuna de comenzar una historia que no terminase jamás.

 

Pero no hubo una próxima vez; aunque seguían yendo juntos al colegio, alguna veces Luhan unos pasos por delante con un lápiz en la mano derecha; otras, andando desde atrás para poder contemplarlo con ternura, el no volvió a dirigirle la palabra, y él tuvo que contentarse con amar y sufrir en silencio hasta el final del curso.

Durante las interminables vacaciones que siguieron, Luhan se despertó una  mañana todo mojado hasta le había salido un poco de sangre por su parte viril y él pensó que iba a morir. Decidió dejarle una carta diciéndole  que él había sido el gran amor de su vida y planeo internarse en la selva para ser devorado por alguno de los 2 animales salvajes que  atemorizaban a los campesinos de la región: el hombre lobo o la mula sin cabeza. Así, sus padres no sufrirían con su muerte, pues los pobres mantienen siempre la esperanza, independientemente de las tragedias que siempre le suceden. Pensarían que había sido raptado por  una familia rica y sin hijos, pero que tal vez volverían un día, en el futuro, lleno de gloria y dinero; mientras, el actual (y eterno) amor de su vida se acordaría de el para siempre, sufriendo todas las mañanas por no haber vuelto a dirigirle la palabra.

No llego a escribir la carta, porque su madre entro en el cuarto, vio las sabanas mojadas, sonrió y dijo: “Ya eres todo un hombre, hijo mío”. “WTF…como se le puede decir que lo que la mierda que me pasa es que ya me he vuelto hombre?” Luhan quiso saber qué relación había entre ser hombre y el hecho de amanecer todo húmedo pero su madre no sabía cómo explicárselo, simplemente afirmo que era normal y que ahora en adelante debía de tener cuidado. Luhan se quejó a San Siwon, pero acabo acostumbrándose a lo que le pasaba. Sin embargo, no conseguía acostumbrarse a la ausencia del niño y no dejaba de recriminarse por la actitud estúpida de huir de aquello que más deseaba. Un día, antes de empezarlas clases, fue hasta la única iglesia de su ciudad y juro ante la imagen de San Siwon que tomaría la iniciativa para hablar con él.

 Al día siguiente se arregló de la mejor manera  posible, poniéndose unos pantalones que su madre le había hecho especialmente para la ocasión, y salió, agradeciendo a San Siwon que por fin sus vacaciones hubiesen terminado. Pero el niño no apareció. Y así paso otra angustiosa semana, hasta que supo, por algunos amigos, que se había mudado de ciudad” Se fue lejos”, dijo alguien.

En ese momento, Luhan aprendió que ciertas cosas se perdieron para siempre. Aprendió también que había un lugar llamado “Lejos”, que el mundo era vasto, su aldea, pequeña, y que la gente interesante siempre acababa marchándose. A él también le habría gustado irse, pero todavía era demasiado joven; aun así, mirando las calles polvorientas de la pequeña ciudad en la que vivía, decidió que algún día seguiría los pasos del niño.

Los nueve viernes siguientes, conforme a una costumbre de su religión, comulgo y le pidió a San Manzanon que algún día le  sacase de allí.

También sufrió durante algún tiempo, intentando inútilmente encontrar la pista del chico, pero nadie sabía adonde se habían mudado sus padres. Luhan empezó a creer entonces que el mundo era demasiado grande, el amor, algo muy peligroso, y San Siwon, un Santo  que vivía en un cielo distante y que no escuchaba lo que los niños pedían.

Pasaron 3 años, Luhan aprendió geografía y matemáticas, empezó a seguir los Doramas mas candentes, leyó en el colegio sus primeras revistas eróticas por no decir pornográficas  full hentai, comenzó a escribir un diario en el que hablaba de su monótona vida y de las ganas que tenia de conocer aquello que le enseñaban en clases: océano, nieve, hombre con turbante, mujeres elegantes y llenas de joyas … Pero como nadie puede vivir de deseos  imposibles, sobre todo cuando la madre era una costurera y el padre no para en casa, en seguida entendió que debía prestar atención a lo que pasaba a su alrededor. Estudiaba para superarse, al mismo tiempo que buscaba a alguien con quien poder compartir sus sueños de aventuras.

A los 15 años se enamoró de un chico que había conocido en una procesión de Semana Santa. No repitió el error de su infancia: charlaron, se hicieron amigos y empezaron ir al cine y a las fiestas juntos. También se 

dio cuenta de que, tal como había sucedido con el niño, el amor estaba más asociado a la ausencia que a la presencia de la persona: vivía echándolo de menos, pasaba horas imaginando lo que iba a decirle en la próxima cita   y recordaba cada segundo que habían estado juntos, intentando descubrir lo que había hecho bien y en que había errado. Le gustaba verse a sí mismo como un chico experimentado que ya había dejado escapar un gran amor; sabia el dolor que eso causaba. Ahora estaba dispuesto a luchar con todas sus fuerzas por este hombre, por el matrimonio, porque este era el adecuado para el matrimonio, los hijos adoptados, la casa junto al mar. Fue a hablar con su madre, que imploro:

-          Aún es muy pronto, hijo mío.

-          Pero tú te casaste con papa cuando tenías 16 años. La madre no quería explicarle que había sido a causa de un embarazo inesperado, de modo que uso el  argumento “eran otros tiempos”, para zanjar la cuestión.

Al día siguiente fueron a caminar por los alrededores de la ciudad. Charlaron un poco, Luhan le pregunto si no le apetecía viajar, pero, en vez de responder, él lo agarro entre sus brazos y le dio un beso.

¡El primer beso de su vida! ¡Como había soñado con aquel momento! Y el paisaje era especial, las garzas volando, la puesta del sol, la región semiárida con su belleza agresiva, el sonido de una música a lo lejos. Luhan fingió reaccionar contra el impulso, pero después lo abrazo y repitió aquello que había visto tantas veces en el cine, en las revistas y en la tele: restregó con violencia sus labios contra los de él, moviendo la cabeza de un lado a otro , en un movimiento medio rítmico, medio descontrolado. Noto que, de vez en cuando, la lengua del chico tocaba sus dientes, y lo encontró delicioso.

Pero el dejo de basarlo de repente.---¿No quieres?----Pregunto

¿Qué debía responder?, ¿Qué quería? ¡Claro que quería! Pero no se debo comportar de esa manera, sobre todo ante su futuro marido, o se pasara el resto de la vida desconfiando porque él lo aceptaba con tanta facilidad. Prefirió no decir nada.

Él le abrazo de nuevo, repitiendo un gesto, esta vez con menos entusiasmo. Volvió a parar, sorprendido, y Luhan sabía que algo malo iba a pasar, pero tenía miedo de preguntar. Lo tomo de la mano y caminaron hasta la ciudad, charlando sobre otros asuntos, como si nada  hubiese pasado.

Aquella noche, escogieron algunas palabras difícil---porque creía que todo lo que escribía seria leído algún día ---- y segura de que algo muy grave había ocurrido, anoto en su diario:

Cuando conocemos a alguien y nos enamoramos, tenemos la impresión de que todo el universo está de acuerdo; hoy sucedió en la puesta del sol. ¡Sin  embargo, aunque algo salga  mal, no sobra nada! Ni las garzas, ni la música a lo lejos, ni el sabor de sus labios. ¿Cómo puede desaparecer tan de prisa la belleza que allí había hace unos pocos minutos?

La vida es muy rápida; hace que la gente pase al cielo al infierno en cuestión de segundos.

Al día siguiente fue a hablar con sus amigos. Todos lo habían visto salir a pasear con su  futuro “novio”; después de todo, no es suficiente tener un gran amor, también es necesario hacer que todos sepan que eres una persona muy deseada. Sentía muchísima curiosidad por saber que había pasado, y Lu, muy orgulloso, dijo que la mejor parte había sido cuando su lengua le tocaba los dientes. Uno  de los chicos se rio.

-¿No abriste la boca?

De repente, todo estaba claro, la pregunta, la decepción.

-¿Para qué?

-Para que la lengua entrase.

-¿Y cuál es la diferencia?

-No tiene explicación. Se besa así.

Risitas escondidas, aires de supuesta compasión, venganza conmemorada entre los chicos que jamás habían tenido un pretendiente. Luhan fingió que no  le daba importancia, también rio, aunque su alma estaba llorando. Secretamente blasfemo contra el cine, donde había aprendido a cerrar los ojos, a agarrar la cabeza del otro con las manos, a mover la cara un poco hacia la izquierda, un poco hacia la derecha, pero que no mostraba lo esencial, lo más importante. Elaboro una explicación perfecta (no me quise entregar ya, porque no estaba convencido, pero ahora he descubierto que tú eres el hombre de mi vida) y aguardo a la próxima oportunidad.

Pero no vio al chico hasta 3 días después, en una fiesta en el club de la ciudad, tomando de la mano de uno de sus amigos, era el mismo que había preguntado sobre el beso. Luhan de nuevo fingió que no tenía importancia, aguanto hasta el final de la noche charlando con sus compañeros sobre artistas y otros chicos de la ciudad, fingiendo ignorar algunas miradas compasivas que de vez en cuando uno de ellos lanzaba. Al llegar a casa, sin embargo, dejo que su universo se derrumbase, lloro toda la noche, sufrió durante 8 meses seguidos, y concluyo que el amor no estaba hecho para él, ni el para el amor. A partir  de  ahí, empezó a considerar la posibilidad de volverse sacerdote y dedicar el resto de su vida a un tipo de amor que no hiere ni deja marcas dolorosas en el corazón, el amor de San Siwon. En el   colegio hablaban de misioneros que se iban a África, y el decidió que allí estaba la solución a su vida vacía de emociones.

Hizo planes para entrar  al sacerdocio, aprendió primeros auxilios (ya que, según algunos profesores, moría mucha gente en África), se dedicó con más ahínco a las clases de religión, y comenzó a imaginarse como un santo de los tiempos modernos, salvando vidas y conociendo la selva donde Vivian tigres y leones.

Pero aquel año, el de su decimoquinto aniversario, no solo le había reservado el descubrimiento de que el beso se da con la boca abierta, o que el amor es sobre todo unas fuentes de sufrimiento. Descubrió una tercera cosa: La masturbación. Fue casi por casualidad, jugando con su sexo mientras esperaba que su madre volviese a casa.

Acostumbrada a hacerlo cuando era un niño, y le gustaba mucho lo que sentía, hasta que un día el padre le vio y le dio una paliza, sin explicarle el motivo. Jamás lo olvido aprendió que no debía tocarse delante de los demás. Como no podía hacerlo en medio de la  calle, y como en su casa no tenía una habitación para él solo, se olvidó de esa sensación agradable.

Hasta aquella tarde, casi  6 meses después de aquel beso. Su madre tardaba, él no tenía nada que hacer, el padre acababa de salir con un amigo, y a falta de un programa interesante en la tele, comenzó a examinar su cuerpo con la esperanza de encontrar algún pelo no deseado, que enseguida seria arrancado con una pinza. Para su sorpresa, noto una pequeña cosa en la punta de su parte viril; se puso a juguetear con él y ya no puedo parar; la sensación era cada vez más placentera, más intensa, y todo su cuerpo, sobre todo  la parte que estaba tocando, se estaba poniendo rígido. Poco a poco fue entrando una especie de paraíso, la sensación fue aumentando de intensidad, noto que ya no veía ni oía bien, todo parecía haberse vuelto amarillo, hasta que gimió de placer y tuvo su primer orgasmo.

¡Orgasmo! Si era un ORGAZMO la cual lo  ¡Gozo! Mucho que casi se desmaya de Placer -_-

Fue como si hubiese subido hasta el cielo, y ahora bajase en paracaídas, lentamente, a la tierra. Su cuerpo estaba bañado de sudor, pero él se sentía completo, realizado, lleno de energía. Entonces, ¡el sexo era aquello! ¡Qué maravilla! Nada de revistas pornográficas, en las que todo el mundo hablaba de placer pero ponía cara de dolor. Nada de necesidad de otro hombre, a los que les gustaba el cuerpo  pero despreciaban el corazón de uno. ¡Podía hacerlo el solo! Repitió una segunda vez, ahora imaginando que era un actor porno el que le tocaba, y de nuevo fue hasta el paraíso y bajo en  paracaídas, todavía más lleno de energía. Cuando iba a comenzar la tercera vez, su madre llego.

 Luhan fue a hablar con sus amigos sobre su nuevo descubrimiento, esta vez evitando decir que había probado por primera vez hacia horas. Todos, excepto dos, sabían de qué se trataba, pero ninguno de ellos había osado tocar el tema. En ese momento, Luhan se sintió revolucionario, líder del grupo, e inventando un absurdo “juego de confesiones secretas”, le pido a cada uno de ellos que contase su manera preferida de masturbarse. Aprendió varias técnicas, como hacerlo debajo de la mantas  en pleno verano (porque, decía uno de ellos que el sudor ayudaba)  usar una pluma de ganso para  tocarse en ese sitio (él no sabía el nombre de ese sitio), dejar que un chico lo hiciese (a Luhan le parecía innecesario), usar la ducha de bidet (en su casa no tenía, pero en cuando visitase a uno de sus amigos ricos, probaría).

En cualquier caso, al descubrir la masturbación, y después de usar algunas de las técnicas sugeridas por sus amigos, desistió para siempre de la vida religiosa. Aquello le daba mucho placer, y por lo que insinuaban en la iglesia, el sexo era el mayor de los pecados. Se enteró de algunas leyendas al respecto por sus propios amigos: la masturbación llena de espinillas, y podía conducir a la locura o demencia.

Aun así, corriendo todos los riesgos, continuo dándose placer al menos una vez  a la semana, generalmente los miércoles, cuando su padre salía a jugar cartas con sus amigos.

Al mismo tiempo, se sentía cada vez más inseguro en su relación con los hombres, y ansioso por marcharse del lugar donde vivía. Se enamoró una tercera vez, y una cuarta, ya sabía besar, tocaba y se dejaba tocar cuando estaban a solas con sus novios, pero siempre sucedía algo, y la relación terminaba justo en el momento en que por fin estaba convencido de haber hallado a la persona adecuada para pasar con él el resto de su vida. Después de mucho tiempo, termino concluyendo que los hombres solo aportaban dolor, frustración, sufrimiento, y con la sensación de que los días se arrastraban. Una tarde, mientras observaba en el parque a una madre jugando con su hijo de 2 años, decidió que podía pensar en marido, hijos y en la casa con vista al mar, pero que jamás volviera a enamorarse de nuevo, porque la pasión lo estropeaba todo.

Notas finales:

-_- 


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