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Más que ser afortunado por golddie

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Notas del fanfic:

Disclaimer: B.A.P. no me pertence, ni a ninguna de sus fans, son almas libres hasta lo que TSEntertainment permita.

{!} Advertencias: sexo casual en un espacio público, no sé si haré segunda parte, final predecible.

(por cierto, Yongguk sigue manteniendo sus tres años más que Daehyun, no los imaginen como si fuera más que eso(?))

En defensa de Yongguk, él no acostumbraba hacer eso. Eso; ir a un bar y mirar y beber, y mirar y sonreír, y beber más. Todo fue idea de su hermano, quien al verlo en un casi ataque de nervios porque al día siguiente a ese sería su primer día como profesor de universidad, le dijo que él mismo le daría el dinero para que se fuera a tomar un par de tragos.

Era algo fascinante. Cómo su hermano solucionaba las cosas sin hablar porque era problemático, mas darle dinero para alcohol era menos problemático. Seguramente si su hermana hubiera estado en la casa de sus padres en ese momento, hubiera intentado calmarlo hablando con él, pero tal no era su suerte.

Así que estaba ahí por eso. Realmente a Yongguk no le molestaba estar solo en un bar; de hecho, lo prefería, pues si hubiera ido con su hermano, las personas no les quitarían la mirada de encima porque hey mira son iguales, y demás cosas que ha oído prácticamente toda su vida.

Si iba a relajarse, prefería estar solo.

Además, no les estaba yendo tan mal.

Un muchacho le miraba de vez en cuando. Estaba sentado a dos mesas de la barra (donde Yongguk estaba en ese momento) y estaba solo. La atención de todo el mundo estaba en una comediante que contaba chistes o historias en un escenario algo lejos de Yongguk, y Yongguk no podía escuchar bien qué es lo que decía, pero tampoco estaba ahí por eso así que no le daba mucha importancia. A veces reía, producto del alcohol, al mismo tiempo que los que sí la escuchaban atentamente, pero su humor era algo distinto. Aún si la escuchara, probablemente tampoco reiría de lo que decía.

Tuvo que pasar tiempo (tres rondas de chistes y un vodka) para que el muchacho de la segunda mesa se le acercara. Más bien, se acercara a la barra, diciéndole al barman que le sirviera algo que Yongguk no alcanzó a escuchar. El barman asintió de inmediato, moviéndose con habilidad entre las botellas que estaban a su espalda para preparar el trago.

Las luces del bar estaban bajas en la zona de las mesas, queriendo iluminar el show principal, pero las luces de la barra estaban a media intensidad para que así el barman pudiera ver bien las caras de los comensales pero sin pertubar el ambiente general del lugar.

Y así Yongguk podía observar bien el rostro del muchacho.

No quería ser rudo y quedarse mirando, así que tomaba pequeños vistazos cuando alzaba su vaso para beber.

Él pensó que el chico era guapo, a pesar de que no miraba hacia su dirección y solo esperaba su trago mirando la barra, probablemente planeando volver a su mesa. Tenía la piel una tonalidad más oscura que Yongguk, su cabello era de un castaño intenso, aunque sus raíces delataban que era un color temporal. Pero lo que realmente llamó la atención de Yongguk, fue su fuerte quijada y que tenía labios rosas, que no podía dejar de mirar.

Y, en serio no podía dejar de mirar. Aparentemente tanto tiempo había estado así, que el muchacho se volteó a mirarlo, notando que era observado por al hombre a su lado.

El chico alzó una ceja y sonrió de lado divertido, como esperando que Yongguk dijera algo.

Yongguk aclaró su garganta.

“¿Eres lo suficientemente mayor como para estar aquí?”, inquirió, queriendo hacer una broma.

El otro frunció un poco el ceño, como pidiendo una explicación.

“Te ves muy joven”, aclaró luego, no queriendo que lo mal interpretara.

“Uhm”, musitó el muchacho a su lado, y pronto el vaso del trago que había pedido estuvo en frente de él, “sí, lo soy, ¿qué hay de ti? ¿Eres lo suficientemente joven como para estar aquí?”, le devolvió con una sonrisita, apartando la vista y bebiendo un poco con los ojos cerrados, deleitándose con el sabor.

Yongguk rió un poco.

“Mocoso”, musitó entre dientes, lo suficientemente alto como para que el otro escuchase.

El muchacho rió por la forma en que era llamado, sorprendido.

“Eso no es amable”, le dijo a Yongguk.

“Llamarme viejo tampoco lo es”, devolvió, mirando al otro a los ojos.

Por fin podía apreciar el rostro del chico, confirmando así, que era aún más guapo de lo que se veía en la oscuridad de antes.

“Soy Daehyun”, le informó el susodicho luego de reír un poco, y sentándose bien en el asiento que había estado usando, como confirmando que iba a conversar con él aunque no quisiera.

Pero Yongguk sí que quería.

“Yongguk”, soltó, tomando su vaso y alzándolo cerca de Daehyun, “salud”, deseó, ante lo que el menor aceptó haciendo que sus vasos chocaran suavemente, provocando un sonido de cristal contra cristal.

El resto de la conversación pasó, y ninguno de los dos recuerda bien qué decían. Yongguk solo se quedó con que Daehyun estaba ahí esperando a que un amigo (ahí Yongguk le miró con una expresión que Daehyun tuvo que clarificar que no era su novio, solo un amigo) pero no había aparecido vaya a saber Dios por qué. Además le confesó que realmente no quería estar con él, así que a los cinco minutos en que no apareció, se iba a ir, pero justo en ese momento Yongguk había entrado y Daehyun no pudo evitar pensar que se sentía con suerte.

En un momento cuando los dos ya estaban algo mareados, Yongguk invitó un trago al otro, alegando que sería el último de la noche, y Daehyun le sonrió de cierta forma que le hizo pensar a Yongguk que aunque fuera el último trago, no iba a ser el adiós entre ellos.

“Espero estés consciente de las consecuencias, Yongguk-ssi”, le dijo el menor, aceptando la invitación.

“¿Y qué consecuencias serían esas?”, le preguntó divertido.

Al escuchar eso, Daehyun se acercó un poco hacia él, mirándole directamente a los ojos.

“Sigo la política de que si acepto un trago, es aceptar que me lleven a un lugar más privado”, le explicó con voz más grave, más seductora.

Yongguk no rió, pero sí sonrió de lado.

“¿Entonces dejarás que te lleve a un lugar más privado?”, le preguntó, y al segundo sintió cómo Daehyun pasaba una mano por su muslo y le acariciaba lentamente, haciéndolo estremecer.

“Solo si así lo quieres”, susurró, moviéndose aún más cerca, “¿o no eres lo suficientemente joven como para hacer eso?”, le preguntó en un hilo de voz, muy cerca de su oído.

Yongguk frunció un poco el ceño.

“Lo soy”, se defendió, volteándose un poco para mirarlo a los ojos, muy cerca, “ven acá”, le ordenó, atrayéndolo un poco de su cintura y haciendo fuerza para que se acercara a él para poder darle un beso en los labios.

Daehyun le había faltado el respeto llamándolo viejo muchas veces esa noche, así que tenía que besarlo con pasión, demostrándole que era joven (y lo era). El menor pareció encantado cuando Yongguk se inclinó hacia un lado para poder profundizar el beso, por lo que llevó sus manos a sus hombros y soltó un suave gemido en su garganta, que solo el mayor logró escuchar.

Los labios de Daehyun eran igual de lindos de besar como lo eran de mirar, Yongguk notó, y el cuerpo del menor era más pequeño de lo que había logrado apreciar desde su lugar sentado, lo cual le agradaba, demostrándolo en ligeras pero sensuales caricias en su espalda baja.

El beso iba perfectamente normal, hasta que Yongguk sintió una de las manos de Daehyun caer en su entrepierna.

Atrevido. Fue lo único que pudo pensar con una sonrisa.

Por la posición en que estaban y la mayoría enfocándose en la comediante que aún no terminaba su rutina pero tenía la atención de muchos, nadie podía realmente notarlos besándose (el barman los había visto, pero no dijo nada, yendo hacia el lado opuesto de la barra), y mucho menos a Daehyun tocándole por debajo de la cintura, pero aun así Yongguk quería ser discreto, por lo que se separó del menor y apartó su mano, sosteniéndola de la muñeca.

Daehyun le sonrió, pero detectó una pista de nerviosismo por haber sido detenido. Yongguk no quería que lo mal interpretara.

“¿No puedes esperar? Aún ni hemos bebido”, le dijo con voz suave.

El menor negó con la cabeza, y aprovechó el agarre que el otro tenía sobre su muñeca para llevar la mano de Yongguk hacia su propia entrepierna.

“No puedo esperar”, confesó como si le estuviera pidiendo que hiciera algo.

Pero Yongguk tenía decencia.

“Vamos al baño.”

El baño de un bar no era precisamente el lugar ideal para hacer algo más que orinar, pero cuando cerró la puerta con pestillo, asegurándose que nadie estuviera prestándoles atención, y Daehyun se puso de rodillas sin que le tuviera que decir absolutamente nada, Yongguk no tenía nada de qué quejarse.

Las manos del menor desabrocharon su cinturón mientras Yongguk se afirmaba en la fría pared del baño, acariciando la mejilla del joven a sus pies, quien con una sonrisa lasciva se movió lo suficiente para poder succionar su dedo pulgar.

“Uhm”, soltó Yongguk, esperando que Daehyun se apresurara.

Fue como si le leyera la mente, pues el muchacho que hace una hora jugaba con él a un duelo de miradas, terminó por bajar sus pantalones hasta sus pies, sin esperar en hacer lo mismo con su ropa interior.

“Vaya”, musitó Daehyun, mirando hacia arriba con una sonrisa cuando su erección estaba a la vista.

Yongguk miró hacia abajo.

“No hables”, le dijo al menor, quien quiso reír por la impaciencia, pero contrario a eso, asintió y sin darle mucha espera, una de sus manos se movió para sostenerle y poder lamer la punta de su miembro con la parte de debajo de su lengua.

Fue lento y a la vez sensual el modo en que Daehyun le hacía eso. El muchacho no apartaba la vista de sus ojos, lo que Yongguk amaba y le excitaba aún más: no todas sus parejas sexuales hacían eso, así que él realmente lo agradecía. Y Daehyun también parecía disfrutarlo, pues cada vez que estaba muy muy adentro, él gemía con fuerza, haciéndole sentir las vibraciones de su garganta, y cuando necesitaba respirar mejor, lo sacaba completamente de su boca y lamía toda la extensión, a la vez soltando aire caliente sobre su piel sensible.

El trato se repetía, y Yongguk estaba perdido en las sensaciones y su vista, gimiendo y gruñendo porque todo lo que el menor le hacía le encantaba, pero cuando recordó que estaban en un baño, tuvo que pedirle que se apresurara.

“Me gusta tomarme mi tiempo”, respondió Daehyun, algo frustrado por el recordatorio.

“A mí también”, contestó Yongguk, pero contrario a sus palabras, una mano bajó para sostener la cabeza del menor desde la nuca y forzarlo un poco hacia su entrepierna, “pero así es la vida.”

Daehyun rió cuando volvió a tenerlo en su boca, haciendo a Yongguk gemir por la sensación. El muchacho lo estaba volviendo loco, y debido a la prisa que tenían, Yongguk no pudo evitar mover sus caderas hacia adelante para poder entrar en aquel caliente espacio y poder terminar de una vez. El muchacho no pareció molesto por ese acto de dominación, pues lo aceptó, solo quedándose quieto, con una mano acariciando su propia erección bajo sus pantalones, y lamiendo el miembro del mayor cada vez que pasaba por sus labios.

Pronto, Yongguk lo sintió venir. Esa agradable sensación en su estómago, pero centímetros más abajo.

“Voy a correrme”, advirtió en un susurro.

Daehyun gimió por sus palabras.

“¿No tienes condones?”, preguntó Daehyun, apartándose para seguir estimulando a Yongguk con su mano, usando la saliva de antes como lubricante. El mayor negó con la cabeza, pero sin entender bien la pregunta tampoco, demasiado concentrado en su próximo clímax.

Daehyun con la mano que no usaba buscó en los bolsillos de su pantalón trasero, encontrando uno y poniéndolo en Yongguk rápidamente, porque a pesar de que estuviera excitado y no pudiera pensar bien, aun así no quería dejar sucio el baño de algo así.

Yongguk terminó en el condón con un fuerte gruñido, y cuando logró tranquilizarse un poco, Daehyun tiró el condón a la basura.

“¿Siempre vas así de preparado?”, le preguntó Yongguk, subiendo sus pantalones hasta sus caderas, sus manos buscando las extremidades de su cinturón.

“Solo cuando me siento con suerte”, respondió Daehyun, acercándose y apartando las manos del mayor, y así ser él quien cerrara la hebilla.

Yongguk le sonrió de lado, atrayéndolo a su cuerpo con sus dos manos desde su cintura.

“Creí que solo te ibas a juntar con tu amigo”, le dijo antes de besarlo. Daehyun respondió de inmediato, y sus manos pasaron bajo su camisa, tocando sus firmes abdominales, y al simple toque Daehyun se quejó en su garganta, separándose de él.

Yongguk notó que el menor seguía duro bajo sus pantalones, y eso no podía ser después de lo que él había hecho, así que dio unos pasos para ahora poner a Daehyun contra la pared, acercándose para besarle el cuello suavemente.

“¿No me digas que a eso venías?”, le preguntó Yongguk, con intenciones de seguir la conversación, pero seguía besando la piel del cuello del menor y sus manos bajaban por sus costados (sin interrumpir los suaves toques de las manos de Daehyun contra su estómago) y luego sostenerlo fuertemente de sus caderas.

“Mhh”, soltó Daehyun, y Yongguk casi ríe por el movimiento que hicieron sus caderas hacia adelante, buscando algún tipo de fricción.

Que Yongguk no iba a negarle.

Apartó las manos de Daehyun de su cuerpo para tener más espacio y comenzó a abrir sus pantalones, para bajarlos un poco, más o menos a la altura del muslo y le palmó por sobre su ropa interior, algo excitado por notar el pequeño punto de humedad y lo duro que estaba.

Todo por lo de antes.

“Yongguk-ssi”, musitó el menor, separando un poco sus piernas para que el otro tuviera más espacio.

Ante eso, el aludido no pudo resistir más y bajó su ropa interior, sosteniéndole en su mano de inmediato y comenzar a masturbarle así, usando lo ya secretado para lubricar un poco el tacto.

Daehyun gimió en su garganta, y parecía reacio a hacer sonidos más fuertes, por lo que se inclinó hacia adelante y descansó su frente contra el hombro derecho de Yongguk y morder su camisa para evitar sus sonidos de placer. Y pronto el mayor notó las manos de Daehyun deshaciendo los botones de su camisa y sus manos luego tocando toda la expansión de piel.

Tal parecía que disfrutaba tocando sus músculos, y a Yongguk le hacía bien el positivo golpe de autoestima.

“Yongguk-ssi”, le llamó, Yongguk se giró un poco para escucharle, “eres tan-nnh, tan atractivo”, confesó, conteniendo sus gemidos.

Yongguk se separó un poco, con su mano libre empujando a Daehyun contra la pared de nuevo, arrancándole un pequeño grito al menor por la sorpresa y por la actitud tan dominante.

“Podría hacerte mucho más que esto, Daehyun”, le dijo, deteniendo su mano por un momento y apegarse completamente al menor. Su erección contra su estómago, mientras que sus manos tomaron su trasero, “mucho más”, repitió, y con fuerza levantó las piernas del menor, poniéndolas alrededor de su cadera, y usando su fuerza de brazo para acomodarlo bien y que no fuera a caer. Sus pantalones se subieron un poco por la posición, sin embargo, seguían perfectamente abiertos donde tenían que estarlo para que Yongguk siguiera masturbándole a un ritmo rápido.

Ahora Daehyun no se contenía. No podía hacerlo. Aquel hombre lo estaba llevando a un orgasmo por su simple juego de manos en el baño de un bar, poniéndolo en esa posición sin que él pudiera objetar nada porque era de lo más excitante que había vivido. Además, Yongguk embestía contra él a veces, haciéndole entender a qué se refería con podría hacerte mucho más que esto, y al solo imaginarlo, Daehyun quería nada más que quitarse los pantalones y que el mayor lo tomara ahí mismo, sin preparación ni nada, le daba igual, porque Yongguk realmente le hacía sentirse de esa forma.

O podría ser que estaba ebrio, pero de todas formas, algo en sí le decía que si eso mismo hubiera pasado cuando estaba en sus cabales, estaría deseando nada más que darse la media vuelta y ofrecerse completamente al mayor.

Sin poder advertirlo, Daehyun terminó en la mano de Yongguk, cerrando los ojos y también cubriéndose la boca para soltar un grito ahogado en su garganta. El mayor le siguió tocando hasta que ya nada salía de su pene, y cuando eso sucedió se acercó un poco para darle un beso en los labios, volviendo a ponerlo de pie y sonriéndole amablemente.

Daehyun le vio moverse, hasta pararse cerca del lavabo, probablemente para lavar sus manos. Él se subió los pantalones, algo mareado por el reciente orgasmo que había tenido.

Se acercó, luego, a Yongguk y le acarició desde el hombro hasta su antebrazo, mirándolo a la cara antes de preguntar:

“¿Aún me vas a invitar ese trago?”, con rostro inocente.

El mayo rió un poco.

“Solo si vas a aceptarlo”, respondió con una sonrisa.

Daehyun sonrió de vuelta.

“Solo si aceptas las consecuencias”, contestó divertido, ante lo que Yongguk se miró al espejo y negó con la cabeza, soltando una risita.

“Lávate la cara y vamos”, le dijo, dándole espacio para que pudiera asearse.

Daehyun se miró al espejo por primera vez desde que salió de casa y se avergonzó ligeramente, pues estaba muy sonrojado y algo sudoroso en su frente. Totalmente no atractivo, así que hizo caso al mayor y lavó su casa, entusiasmado de que la noche no fuera a terminar ahí para él y aquel hombre que apenas conocía.

 

Notas finales:

 

 

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supongo que solo si varios piden continuación la haré, porque me gusta como queda solo así, pero bueno, a mí me gusta escribir (solo espero no arruinarlo). y, eso, ojalá les haya gustado~



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