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Más que ser afortunado por golddie

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Al salir del baño, Yongguk observó a ambos lados antes de tomar a Daehyun de la mano y llevarlo consigo. Cerró la puerta y apagó la luz, como si nada hubiera sucedido; solo cuando estaban por salir del sector de los baños una muchacha se cruzó con ellos, mandándoles una mirada extrañada.

“Tenía que vomitar”, soltó Yongguk, refiriéndose a Daehyun y el menor rápidamente se acopló al plan y le sonrió a la chica desconocida. Ella solo hizo un gesto de asco y siguió por su camino, dejándole el paso libre a los dos hombres.

Sus lugares en la barra habían sido ocupados, por una chica y un chico que hablaban animosamente, pero las mesas se habían vaciado un poco porque el acto de comedia ya había llegado a su fin, así que Yongguk no se hizo problema y se encaminó con Daehyun hasta una que fuera para dos personas. Se sentaron, uno al lado del otro en un asiento acolchado y a penas sus miradas se encontraron, sonrieron con complicidad.

“Así que, ¿qué vas a tomar?”, le preguntó Yongguk.

Daehyun se volteó, aparentando desinterés.

“Sorpréndeme”, le respondió, ante lo que el mayor negó con la cabeza por la actitud, pero de todas formas se movió para poder ponerse de pie.

“Iré a pedirlo a la barra”, le explicó, ante lo que Daehyun le miró con ojos grandes, “no vayas a escaparte”, bromeó, haciendo al menor reír un poco antes de que se perdiera de su vista.

Pero realmente era Daehyun el que tenía miedo de que Yongguk fuera a escapar.

El tiempo de espera pasó lento, al parecer Yongguk iba a esperar a ser atendido y que le entregaran los tragos antes de volver con él, así que Daehyun se había quedado sin mucho qué hacer más que mirar a las otras personas, ya que el show había acabado y el bar cerraría en dos horas más o menos. Era tarde, notó el muchacho, cuando buscó su celular en el bolsillo de su chaqueta, y se dispuso a checarlo un momento.

Yongguk apareció luego, con un solo vaso en su mano.

“¿Tú no quieres nada?”, le preguntó Daehyun algo decepcionado, aceptando el vaso que no estaba seguro de lo que era, pero era blanco y tenía una bombilla, así que no dudo en comenzar a succionar. Sabía dulce.

“No, tengo que conducir”, respondió, acercándose a Daehyun y pasarle un brazo por la espalda, acercándolo un poco a su cuerpo, “tomate tu tiempo”, le susurró.

Y el menor así lo hizo, disfrutó su trago en silencio, solo con la música de fondo. Yongguk le había preguntado si quería algo de comer, pero Daehyun se negó por cortesía; pues la verdad si tenía algo de hambre.

Luego de unos minutos, cuando Daehyun hubo acabado, a pesar de sus palabras anteriores, Yongguk le apresuró para salir del bar y llegar a su auto. Daehyun había reído, algo mareado, y cuando por fin estuvieron ambos dentro del vehículo, Yongguk se puso a conducir, pidiéndole al menor que se pusiera el cinturón de seguridad.

“¿Está bien si me parece sexy que seas así?”, le preguntó Daehyun en una luz roja, moviéndose hacia el lado y volteándose hacia Yongguk, casi recostado en su asiento.

“¿Así cómo?”, inquirió el mayor con curiosidad.

Daehyun rió.

“Como si fueras mi novio”, respondió seguido de una pequeña risa, “me tomas de la mano, me llevas mis tragos, y ahora me dices que me ponga el cinturón de seguridad”, explicó.

Yongguk no supo cómo responder, porque la verdad creía que no había nada qué responder, así que antes de que la luz se pusiera verde, se movió hacia Daehyun para depositar un suave beso en sus labios, luego poniendo en marcha su auto.

Al llegar al edificio del departamento, Yongguk dejó el auto en el pequeño estacionamiento que había atrás, diciéndole a Daehyun que le siguiera. Nuevamente volvieron a tomarse de las manos hasta que llegaron al piso de recepción.

Yongguk caminó hasta las escaleras, Daehyun mirándolo con una expresión cansada.

“¿No podemos tomar el elevador?”, le preguntó, haciendo un puchero al cual Yongguk no cedió.

“Mi departamento está en el piso siguiente”, explicó, volviendo a tomarlo de la mano al notar que el joven estaba algo tambaleante, así que le quiso ayudar a subir.

Cuando Yongguk abrió la puerta de su piso, Daehyun de inmediato se encontró contra una pared y sonrió por la agresividad del beso que le siguió, haciéndole quejarse de inmediato por la actitud. Escuchó la puerta cerrarse, y cómo Yongguk lo separaba de la pared, caminando con él de espaldas y sin dejar de besarse por un lugar que Daehyun no conocía. Las manos de Yongguk no se quedaban quietas, pero a la vez eran firmes contra su cuerpo y así guiarlo hasta la habitación.

Pero Daehyun tuvo que pedirle un receso.

“Realmente necesito orinar”, le dijo, arrancándole una sonrisa al mayor por lo franco que había sido.

Lo guió hasta el baño, Daehyun asegurándole que podía arreglárselas solo cuando el mayor le preguntó si necesitaba ayuda. Yongguk le esperó afuera, porque ahora que lo pensaba, él también necesitaba usar el baño. Cuando el menor salió, Yongguk le indicó dónde estaba la habitación y que le esperara ahí, y como única respuesta de otro fue el asentimiento de su cabeza y el que se pusiera a caminar hacia la dirección que le había señalado.

Luego, cuando Yongguk salió del baño y caminó a su habitación, debía admitir que una parte de él esperaba que Daehyun estuviera desnudo sobre su cama, esperándole deseosamente. Sin embargo, el menor solo estaba sentado sobre su cama, mirando con cuidado su habitación que por la oscuridad de la noche a penas se veían las pinturas en sus paredes, pero Daehyun parecía poder verlas de todas formas.

Yongguk caminó hacia él, poniéndose en frente y sosteniéndole las mejillas para que le mirara. Daehyun le sonrió le lado antes de que sus labios se volvieran a unir. Sintió al menor tanteando su cuerpo por sus ropas, para luego pasar sus manos por debajo de su camisa, gimiendo en su garganta cuando tocó sus abdominales con la yema de sus dedos.

Al separarse, Yongguk le sostuvo de sus costados y le movió más al centro de su cama perfectamente hecha, poniéndose él sobre Daehyun para seguir besándolo.

El menor le rodeó el cuello y correspondió el beso lo mejor que podía. Para Daehyun besar era algo que podías aprender a hacer de manera automática después de un poco de práctica; solo bastaba con entender a qué iba llevar el beso y así podía saber qué hacer y qué no. En ese caso, como era seguro que él y Yongguk iban a intimar, no se contenía: le lamía, y se dejaba lamer, mordía a veces y se dejaba morder, succionaba el labio inferior del mayor y gemía cuando Yongguk se lo hacía a él.

Al separarse, Yongguk ya tenía la respiración agitada. Se levantó para poder quitar su camisa y Daehyun se incorporó con él porque necesitaba tocar la piel del mayor, con manos y labios. Yongguk le dejó hacer, acariciándole el cabello y así animarle a continuar con los besos que dejaba por todo su torso, su piel poniéndose más sensible por el trato delicado pero inconsistente que recibía, así que cuando Daehyun se apartó, Yongguk rápidamente llevó sus manos al cuerpo de Daehyun, quitándole su chaqueta y luego su playera, para luego recostarlo de nuevo en la cama. Le besó el cuello mientras sus manos seguían bajando por su cuerpo, tocándole, pero a la vez deseando encontrar aquello de Daehyun que había tenido entre sus manos en su aventura del baño, añorando sentir su sensible piel contra sus dedos.

A ese punto, Daehyun no podía dejar de gemir. Tenía su cabeza hacia un lado, exponiendo su cuello a los hambrientos labios del mayor y sus manos no sabían qué más hacer que aferrarse a los hombros de Yongguk como si fuera su cable a tierra del placer que estaba sintiendo. Sus ojos estaban cerrados, al igual que sus piernas estaban cerradas alrededor de las de Yongguk.

“Yongguk”, le llamó Daehyun, cuando las manos del mismo le quitaron sus pantalones.

Yongguk miró hacia abajo. Se había afirmado en sus rodillas para poder quitar la ropa del menor con mayor facilidad, así que tenía una vista privilegiada del cuerpo de Daehyun, quien le miraba de vuelta con ojos acuosos y manos a los lados de su cabeza, en una posición tan sumisa que llevó corrientes de placer a su entrepierna.

“Dime”, musitó el mayor, sin querer perder tiempo, así que quitó la ropa interior del otro sin esperar a que Daehyun le dijera algo si quiera.

“S-solo que-”, musitó, siendo interrumpido por un fuerte gemido cuando Yongguk sostuvo su erección en su mano, pasando su pulgar por la sonrosada punta y bajar a su nivel, ofreciéndole besos en su cuello. Daehyun abrió aún más sus piernas, tirando la cordura por la ventana, “que creo que estoy algo ebrio”, confesó en secreto a Yongguk, pero realmente nadie más iba a escuchar.

El mayor soltó una grave risa justo en el oído de Daehyun por lo dicho.

“Lo noté”, soltó con una sonrisa, “¿quieres que pare acaso?”, inquirió, dejando de tocar al menor por un momento, como haciendo énfasis en lo que quería decir.

Daehyun negó fuertemente la cabeza.

“No lo digo por eso”, soltó, moviendo sus caderas, buscando fricción, “es por si hago mucho ruido", explicó.

Yongguk volvió a reír, al mismo tiempo que el movimiento en su mano regresaba alrededor de Daehyun, quien le agradeció con un suspiro.

Antes de lo que Daehyun pudo notar, Yongguk estaba ya sin ropa entre sus piernas, con dos dedos dentro de él mientras que daba pequeñas succiones en su erección y testículos, así como si Daehyun se lo hubiese pedido. Luego, le vio moverse sobre él, y acomodó una almohada bajo su espalda baja, separando bien sus piernas y acercando su pelvis.

“¿Estás listo?”, preguntó el mayor, ante lo que Daehyun no pudo formular palabras, solo asintió de inmediato, y a los segundos sintió como Yongguk entraba en él, lo cual no era tan doloroso debido a la preparación que había hecho, sin embargo al parecer Yongguk no quería que le doliera para nada, así que con una mano volvió a jugar con su miembro, haciéndolo olvidar su disconformidad.

Yongguk no esperó mucho a que Daehyun se acomodara a él, comenzando a moverse despacio casi al instante, usando sus dos manos para sostenerle del inicio de sus piernas para hacerlo bajar por él. Daehyun por su parte cubría su rostro sonrojado con un brazo, mientras que intentaba encontrar el ritmo que el mayor había puesto a las deliciosas penetraciones, buscando que Yongguk le hiciera sentir que valía la pena el dolor de su brusco movimiento.

Estuvieron un largo rato así, sin que Yongguk pudiera hacerlo gritar, sin poder encontrar el lugar donde Daehyun necesitaba ser estimulado para que comenzara a sentir placer. Lo único que mantenía su miembro erecto era la ocasional caricia que Yongguk le ofrecía para evitar que se pusiera flácido.

“Ya sé”, musitó Yongguk, al darse cuenta que era imposible encontrar la próstata del menor en esa posición, así que salió de su cuerpo y lo levantó hasta que Daehyun era el que estaba en su regazo y él se inclinó hacia atrás, dejando que el mismo muchacho guiara el movimiento de sus caderas.

Daehyun reaccionó por instinto. Pocas veces había estado en esa posición, con sus piernas separadas sobre las piernas de otro hombre, pero su cuerpo se movía por sí solo, así que rápidamente tomó a Yongguk en su mano y lo dirigió a su entrada, bajando por su pene hasta que se sintió lleno, soltando y gemido de victoria ante eso.

Él comenzó a moverse de arriba hacia abajo, y Yongguk lo encontraba terriblemente sensual. Daehyun tenía un hermoso cuerpo, ligeramente marcado en músculos, pero a la vez mantenía esa ilusión de ser más pequeño, más sumiso, por su forma de actuar. El menor soltaba gemidos al cielo, su trasero rebotando en el inicio de sus muslos, dejando ver dónde sus cuerpos se unían cuando iba hacia arriba, y sus manos se sujetaban de sus rodillas: Yongguk se sentía casi enamorado. Sentía que quería durar por siempre si iba a tener a ese muchacho sobre sí y soltando sonidos de placer, amando lo que su miembro le daba.

Una mano de Yongguk llegó a sus caderas, sosteniéndolo ahí por un momento, solo necesitando tocarlo. Daehyun se movió hacia adelante cuando sintió su tacto, juntando sus pechos y besándose con pasión, un beso de lenguas y saliva producto de la poca paciencia que tenían en ese momento. Yongguk sostuvo a Daehyun, separando su trasero y afirmó sus pies contra la cama, usando esa fuerza de piernas para comenzar a penetrarlo con estocadas cortas y rápidas.

Daehyun gritó, fuerte y desde el pecho.

Yongguk se detuvo, algo asustado, pero el menor buscó sus ojos con la mirada llena de lágrimas.

“No, no, sigue”, le pidió con algo de desesperación, pero Yongguk no era ningún sadista, así que hizo caso a lo que le pedía el menor de inmediato.

Daehyun gritaba cada vez que Yongguk tocaba muy dentro de él y tenía la reacción de querer alejarse de las embestidas, pero Yongguk le sujetaba fuertemente para que se quedara quieto. Pronto la cabeza de Daehyun cayó en un hombro del mayor, comenzando a sollozar del placer, sin poder contenerse.

“Hyung”, le llamó, Yongguk no se detenía, “hyung, voy a correrme”, le avisó en un gemido.

Pero Yongguk no quería eso, así que se detuvo.

El menor le miró de nuevo con sufrimiento, pero el mayor decidió no devolverle la mirada, así que se separó de él. Tomó a Daehyun de un hombro y lo puso boca abajo contra sus sábanas, ahora menos ordenadas por el movimiento, y él se bajó de la cama, atrayendo con sus manos las caderas del menor hasta el borde y así él ponerse detrás, con sus pies en el suelo.

Daehyun gimió en su garganta cuando su miembro rozó con la piel de su trasero. Yongguk sonrió, pidiéndole a Daehyun que separara aún más sus piernas, y el menor lo hizo de inmediato, ansioso por ser penetrado de nuevo y dispuesto a lo que sea para que así fuese.

Yongguk observó un momento lo que tenía en frente de él, pasando una mano por la espalda de Daehyun, apreciando cómo su cuerpo reaccionaba positivamente, temblando ligeramente.

“Hyung, por favor”, rogó el menor, moviendo sus caderas para incitarle.

Yongguk relamió sus labios. Con una mano guió su erección de vuelta a aquel caliente pasaje, solamente poniendo la punta, y no fue su sorpresa el movimiento de las caderas de Daehyun, comenzando a penetrarse él solo, con la fuerza que podía conseguir. El mayor decidió quedarse así un momento, observando al menor gimiendo por la forma en que él mismo hacía que entrase en él, solo poniendo una mano en su trasero para separarlo y así observar mejor.

“Hyung”, le volvió a llamar, con voz desesperada, “hyung, por favor, hazlo como lo hiciste antes.”

El aludido suspiró y salió del menor, buscando un condón en el cajón del mueble a un lado de su cama. Lo puso en él con lentitud, amando cómo Daehyun comenzaba a retorcerse un poco por la necesidad, pero tan pronto como estuvo listo, llevó una mano a la nuca del menor y le sostuvo abajo, haciendo que su rostro estuviera contra las sábanas y entró en él.

“Quédate así”, le ordenó Yongguk antes de empezar a entrar en el otro cuerpo de la misma forma que hacía antes. Con sus manos sostenía a Daehyun para que no se moviera hacia adelante o sus rodillas cedieran y así poder hacer que terminara de esa forma, tal como Yongguk quería.

Era excitante ver como tu pareja llega a su orgasmo, pudiendo observar todo desde arriba.

Daehyun volvió a gritar como antes si es que no más fuerte. Yongguk notó que volteó su rostro hacia un lado para poder respirar, sus manos estaban a los lados de su cabeza sin querer tocarse, y una de ellas estaba cerca de su boca, como queriendo evitar que sus sonidos de placer se fueran a escuchar muy altos, pero fallaba miserablemente en su misión.

Yongguk lo sintió. El orgasmo de Daehyun llegó sin aviso y violentamente. El chico no gritó, solo se quejó, al parecer no pudiendo encontrar su voz para manifestar lo que estaba sintiendo. Yongguk lo sintió, porque de pronto las paredes de Daehyun eran demasiado estrechas, y él apenas podía seguir moviéndose, así que sin resistir más, se perdió al igual que el menor bajo él en el clímax, musitando el nombre de Daehyun, además de algunas groserías, porque no había sentido a alguien cerrarse así con él dentro hace mucho tiempo.

Las rodillas de Daehyun cedieron, así que casi cae de la cama si no fuera porque Yongguk lo tenía aún sujeto. El mayor salió de él, dejándolo recostado en su cama mientras él iba a botar el condón usado al baño.

Cuando regresó, Daehyun se había movido; ahora estaba dentro de su cama, inmóvil. Yongguk se acercó por detrás de él.

“¿Daehyun, estas bien?”, le preguntó en un susurro, ante lo que el menor asintió suavemente.

“Más que bien, en realidad”, respondió volteándose para darle una sonrisa, “ven conmigo”, le pidió luego, ante lo que Yongguk naturalmente no se iba a negar. Se movió hasta estar dentro de la cama y así dormirse a su lado.

Iba a ser algo de una sola noche, así que por qué no aprovechar el amor gratis que Daehyun le ofrecía.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La mañana siguiente Daehyun despertó, por fortuna, sin resaca. Abrió los ojos, notando que aún estaba algo oscuro para que fuera medio día, pero el fresco de la mañana estaba presente. Se removió un poco, apartando el brazo que Yongguk tenía sobre su cuerpo.

Daehyun se puso de pie y buscó sus ropas, empezando a vestirse al lado de la cama, sin mirar demasiado al hombre que dormía en ella.

Sabía que si se quedaba, las cosas iban a complicarse; lo mejor era irse sin hacer ruido y esperar que Seoul fuera una ciudad lo suficientemente grande como para que no fueran a verse nunca más.

Su plan era irse sin que Yongguk lo notara, pero cuando estaba subiendo la bragueta de su pantalón, el mayor se giró, encontrando a Daehyun semi desnudo a su lado. Yongguk frunció el ceño, algo confundido, pero cuando recordó lo sucedido se puso boca abajo, abrazando la almohada con una pequeña sonrisa.

“Pudiste haberme despertado si querías desayunar”, musitó Yongguk, intentando quitar la pereza de su cuerpo, “puedo hacer huevos”, soltó luego.

Pero cuando Yongguk miró hacia Daehyun, el menor le miraba de vuelta con expresión de circunstancias, al mismo tiempo que pedía perdón con sus ojos.

Entonces Yongguk entendió.

“Oh, ya veo”, comentó el mayor, cerrando los ojos, “quieres que sea algo de solo una noche, comprendo”, agregó.

Daehyun mordió su labio inferior suavemente por las palabras del mayor.

“Hyung, no es que-, no eres tú-, es…”, balbuceó Daehyun, pero Yongguk no iba a tener nada de eso.

“No te preocupes, te entiendo bien”, explicó, “¿necesitas dinero para el bus?”, preguntó luego, si iba a ser la última vez que viera a Daehyun no iba a quedar como un imbécil.

Pero el menor negó con la cabeza lentamente: “No”, soltó despacio.

“De acuerdo, cierra la puerta antes de irte”, le dijo Yongguk volteándose hacia el lado de la pared y cubrirse con las sábanas.

Daehyun suspiró, pero terminó de vestirse y sin mirar atrás salió de la habitación del mayor, para luego salir del departamento en sí.

Era mejor de esa forma.

 

 

Notas finales:

 

 

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espero les haya gustado a aquellos que esperaban segunda parte, y a los que no, también(?)


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