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Más que ser afortunado por golddie

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Debía reconocer que la idea de su hermano fue mucho peor de lo que le había parecido el día anterior. Yongguk despertó con un ligero dolor de cabeza, que se agravó cuando Daehyun le rechazó el desayuno y se fue, así que solo tuvo una hora para arreglar sus cosas, arreglarse él mismo e ir a la universidad.

Era impensable llegar tarde su primer día de profesor.

Se reunió con el director y el decano de la facultad. Yongguk era profesor de matemáticas, específicamente de cálculo avanzado, así que tendría clases todos los días de la semana pero en horarios distintos: ese día martes, por ejemplo, tenía que dictar sus clases de 3 a 8 de la tarde. El día que entraba más temprano era a las 8 de la mañana los jueves, sin embargo, era libre de irse al medio día.

Yongguk estaba emocionado. Era el primer trabajo que había podido conseguir después de haber estado casi un año completo buscando algún lugar donde ejercer.

Su pasión por ser profesor nació de su abuelo, que también era profesor, y cuando Yongguk era un niño su abuelo le contaba toda clase de historias sobre niños traviesos y a veces le enseñaba un par de cosas, así que él quería ser igual; con la diferencia de que él enseñaba en la educación superior y su abuelo enseñaba en la educación básica.

Yongguk tenía una hora para repasar su primera clase, por lo que fue a su oficina. (Su oficina, pensaba con felicidad.) Ahí notó lo vacía que estaba: contaba con un amplio escritorio, una silla y varios estantes vacíos, pero estaba seguro que conforme se fuera sintiendo a gusto iría decorando poco a poco con su propio estilo.

La primera clase sería simple, es decir, al ser la primera clase (y además su primer día) intentaría mostrarse como alguien accesible y a quien se le puede hacer preguntas cuando era necesario, pero que ningún alumno se saldría con la suya si intentaba pasarse de listo. Ese era su plan, y esperaba poder lograrlo.

Al cabo de 40 minutos, Yongguk ordenó sus cosas y salió en dirección a la sala de clases, guiándose por su horario en mano. El campus era enorme, así que tardó 10 minutos en llegar al edificio donde se impartiría su clase.

Al llegar antes, se sentó en la silla y fue saludando a los alumnos que entraban con una sonrisa ligera, algunos de los muchachos mirándolo con curiosidad y otros sin darle mucha importancia.

La clase resultó mejor de lo que esperaba. Al parecer ese curso era bastante participativo ya que le hacían preguntas sobre lo que enseñaba y ninguno se mostró reacio a presentarse cuando les pidió que lo hicieran. Yongguk intentaría aprender el nombre de todos, al menos como una pequeña meta personal.

Sin embargo, en la segunda clase que impartió, una hora después de la buena experiencia de la primera, tuvo una sorpresa.

Yongguk nunca se lo cuestionó, porque había sido algo espontaneo, pero cuando vio a Daehyun (el mismo Daehyun que gritó su nombre precisamente la noche anterior) sentado en su salón, algo en su mente hizo click y entendió muchas cosas.

Su rostro se puso rojo, y también el de Daehyun. Yongguk estaba explicando un ejercicio, pero en el momento en que sus ojos se encontraron, se quedó en silencio.

“Disculpen”, musitó, al notar las miradas curiosas de los otros alumnos ante su mudez. Siguió con la explicación, intentando detener el latido de su corazón por la sorpresa (que no podía calificar como agradable o desagradable).

Se vio en la necesidad de terminar la clase un poco antes, cerca de 20 minutos antes, porque simplemente no podía concentrarse lo suficiente para decir que estaba haciendo su mejor esfuerzo, pero los alumnos no parecieron haber sospechado (o, mucho menos, descontentos), pues Yongguk se excusó en que era el primer día y no quería darles un rato muy difícil.

Yongguk se sentó, mirando sus notas en el escritorio y esperando a que los alumnos se fueran. Aparentó tranquilidad hasta que la puerta se cerró y soltó un fuerte suspiro.

Sus manos cubrieron su rosto en un patético intento de encerrarse y no estar en contacto con la realidad.

¿Qué se supone que iba a hacer ahora? No llevaba ni tres horas en su trabajo y ya tenía una razón para que le despidieran.

¿Debería renunciar? Es decir, no podían expulsar a Daehyun, así que uno de los dos tenía que irse, porque estaba seguro que no iba a poder dar una buena clase con una distracción así cada vez que fuera a dar una lección a ese grupo de alumnos.

¿Qué pasaría si su cuerpo le traicionaba en medio de una evaluación, por ejemplo? Las imágenes de la noche anterior seguían claras.

¿Qué pasaría si Daehyun sacaba provecho de lo que sucedió entre ellos? No iba a darle poder a un muchacho solo porque era condenadamente hermoso y bueno en la cama.

“Yongguk”

La mente de Yongguk se apagó. No quiso mirar hacia el lado.

“¿O debería llamarte Profesor Bang?”, dijo luego, con voz en burla.

Yongguk se giró a ver la sonrisa torcida de Daehyun. Se veía exactamente igual que esa mañana, solo que parecía algo cansado; y no era para menos, después de todo durmió solo un par de horas.

A su lado.

“Señor Jung”, soltó, intentando actuar profesional, “¿puedo ayudarlo en algo?”, inquirió.

La sonrisa torcida de Daehyun se atenuó.

“La verdad es que sí”, musitó él, y Yongguk miró incrédulo y sin poder hacer nada cómo el muchacho se sentaba en su escritorio y cruzaba sus piernas, “tengo unas marcas en el cuello gracias a usted y me han molestado todo el día”, dijo, llevando una mano a su cuello y acariciarlo suavemente para hacer énfasis en lo que decía. “Hágase cargo, por favor.”

Yongguk se puso de pie bruscamente ante la voz sugerente del menor.

“Bájate de mi escritorio”, le ordenó.

Daehyun mordió su labio inferior para no reír.

“Te queda muy bien ser profesor, se nota que te gusta dar órdenes”, comentó, poniéndose de pie y quedando a propósito en frente de Yongguk.

Ambos se miraron a los ojos en desafío un momento, sin decir nada, hasta que Yongguk tuvo suficiente y se giró para recoger sus cosas ante la atenta mirada del menor.

“Te sugiero que te cambies de sección, Daehyun”, musitó, “nada bueno va a terminar de esto”, explicó.

Pero cuando Yongguk estaba dispuesto a irse, Daehyun le sostuvo del brazo y le forzó para que pareciera que le estaba a aprisionando contra el escritorio, cuando era Daehyun el que le mantenía en esa posición.

“Fui un idiota”, susurró Daehyun. Yongguk frunció el ceño sin entender, el otro continuó: “No debí haberme ido esta mañana... Anoche fue especial”, intentó decir, pero el mayor se deshizo de su agarre con fuerza medida.

“Eso lo dices porque ahora te conviene, ¿no?”, soltó, amargado, listo para salir del salón.

“Lo he pensado durante toda la mañana”, aclaró Daehyun, dando un paso y volver a quedar en frente de él. Sus ojos brillaban cuando Yongguk le miró. “No he podido dejar de pensar en ti. Es una fortuna que nos hayamos vuelto a encontrar, ¿no te parece?”, musitó.

Yongguk negó con la cabeza.

“Para nada.”

“–Yongguk”, intentó.

“Te sugiero que cambies de sección, sino yo seré el que cambie”, explicó.

“–Sé que quieres besarme”, soltó Daehyun con voz indignada.

Yongguk le miró por última vez antes de voltearse y salir del salón. No le gustaba que el menor actuara como si lo conociera cuando fue el mismo quien quiso dejar el asunto a algo de una noche.

Daehyun se quedó ahí, mirando el camino por el que Yongguk había salido y después de un momento suspiró cerrando sus ojos.

Notas finales:

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Les presento el inicio del plot real-original de este fanfic pero que nunca me animé a escribir ;;, desde ahora dejaré el fin en no-terminado(?) y me disculpo desde ahora porque sé que me voy a ir tardando en actualizar (aunque seguramente acabe al capitulo siguiente o subsiguiente), pero quería dejar esto subido para no perder el hilo. nos leemos<3


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