POV Alex
Me encuentro tumbado en "nuestra" cama escuchando música en mi pequeño iPod mientras pienso en maneras efectivas de escapar de aquí, pero no creo que ninguna me saliese bien, así que simplemente me relajo escuchando la tranquila y lígeramente sádica canción de "Blood like lemonade" y voy tarareando la canción que ya casí me sé de memoria. Después de que me declarase su pareja oficialmente, Gabriel me obligó a trasladarme a su habitación para "mayor seguridad", aunque eso no se lo cree ni el más estúpido de los mortales. De momento no ha intentado nada, pero teniendo en cuenta que eso ocurrió ayer, no es algo de mérito.
De repente alguien me quita un auricular, y yo casí me caigo de la cama.
-¿Te asusté?- Dice Gabriel con un brillo malicioso en los ojos que su cara no demuestra.
Mis ojos le acuchillan al escuchar la pregunta, y me hace querer responderle mal, con todo el veneno que llevo oculto, pero como siempre, mi cobardía me frena y solo desvío la mirada.
Se tumba al lado mío, y me susurra al oído con evidente lujuria un: "¿Que escuchas?" Que me suena bastante sexy.
Me quita los cascos suavemente, y empieza a acariciar mi torso, mientras con su lengua chupa y besa mi cuello, haciendo que leves escalofríos recorran mi cuerpo. Ahora ha bajado y esta chupando y mordiendo mis pezones, lo que provoca que yo empiece a gemir y jadear, pero una pequeña angustia se empieza a hacer notar en mi pecho, luego se empieza a transformar en miedo, y sabiendo lo que me va a pasar pongo mi brazo tapando mis ojos para que Gabriel no vea las lágrimas que pronto se empezaran a derramar, pero de algún modo él lo vé venir, así que me aparta el brazo y lame las lágrimas que ahora caen por mis mejillas y luego besa mis labios con delicadeza y dulzura, y yo pienao que no es justo, que me hace sentirme querido cuando es solo sexo.
-No te preocupes-susurra- No te haré daño, ni permitiré que nadie te lo haga jamás, así que ¿Me permites?
Yo, después de escuchar eso, y como soy un romántico empedernido, no soy capaz de negárselo. Asiento levemente con las mejillas ligeramente sonrojadas, cierro los ojos y que sea lo que Gabriel quiera. Él me va bajando los pantalones del pijama lentamente y enseguida ve mi miembro, porque yo duermo sin ropa interior 7///7. Él se relame como Mera, y procede a tragárselo todo, mientras con las manos masajea lo que no llega. Yo solo puedo retorcerme, gemir y jadear, es un jodido Dios haciendo esto. Él me observa, lo sé, y como quien no quiere la cosa me ofrece tres dedos para lubricar con mi saliva, algo a lo que no me niego, a ver si así consigo acallar mis gemidos. Pasamos varios minutos así, el mamandomela y yo lamiendo sus dedos como si no hubiese mañana, hasta que por fín llego al orgasmo, lo que me provoca que un gemido bastante sonoro, a pesar de los dedos, se me escapara y que un espasmo me paralizará momentaneamente. Gabriel se traga toda mi esencia y después se relame como si nada, saca los dedos de mi boca y me mira con advertencia.
-Esto te va a doler, así que relájate todo lo que puedas y no dolerá tanto.
Yo asiento, aunque sinceramente, no creo que esto sea peor que el entrenamiento de su "querido" Valek. Empieza a introducir el primer dedo, es molesto, pero no doloroso. Empieza a moverlo lentamente, y cuando ya me he acostumbrado al punto de gemir, mete el segundo y casi se me escapa una palabrota, pero aguanto, y como antes, en cuanto me acostumbro vuelvo a sentir un decadente placer, hasta que decide joderme, en todo el sentido de la palabra, y mete el tercer dedo, que con ese sí que emito una palabrota, lo que provoca que Gabriel suelte una risita divertida y mientra él mueve los tres dedos en mi interior, yo insulto reiteradamente a su madre, hasta que encuentra mi próstata, así que con un gemido y un placer cegador, empiezo a insultar a su padre. Cuando ya estoy lo suficiente dilatado saca los dedos de mí, a lo que reprocho con un gruñido, y se empieza a introducir en mí, y mientras lo hace, yo empiezo a insultar a toda su familia, incluidos sus subordinados y sus antepasados. Cuando ya esta totalmente dentro de mí le digo entre dientes: "No te muevas, o si no te juro por lo que más quieras que te castro o te convierto en eunuco"
Él me mira sorprendido y emite una risita nerviosa. Cuando ya me siento más o menos adaptado a su GRAN mástil me muevo lentamente, gimoteando por sentirlo tan dentro. Él se empieza a mover lentamente, y va aumentando el ritmo, provocando que ambos jadeáramos y gimiésemos como perras en celo. En una de esas, él me pone encima suyo y yo empiezo a cabalgarlo cuando encuentra mi próstata, y ahí yo ya empece a decir de todo. Él mevolvió a tumbar, y empezó a embestirme como si me quisiese romper, aunque no me importó mucho, lo disfrute como nunca. Cuando ambos llegamos al orgasmo nos dejamos caer en la cama, yo me acurruque sobre su pecho y mientras sentía sus caricias sobre mi pelo, me quedé dormido.
-Sueño de Alex-
-NO TE HE DICHO MIL VECES QUE LO ESTAS HACIENDO MAL, ERES UN INÚTIL-Me grito el hombre enfrente de mí, yo tenía 10 años.
Ví como el hombre sacaba unas esposas, un látigo, una fusta y varios cuchillos.
-N-n-no por favor, no lo volveré a hacer- mi rostro estaba pálido de miedo, y sólo podía temblar del miedo, al fin y al cabo sabía que escapar era imposible.
El hombre me desnudo, y me esposo a una barra de metal, y empezó la tortura. Me fustigó, me corto y meazotó, de manera que todo quedase marcado en mi cuerpo para siempre, y luego me echó agua con sal, para que las heridas me escociesen, y me dejó ahí, llorando, temblando y desnudo para que otro hiciese lo que quisiese conmigo, mientras se iba riéndose.
-Fin sueño-
-...EX, ALEX-Escuché que me llamaba alguien, y cuando noté una mano en mi hombro, me la sacudí y me alejé de él temblando y con los ojos abiertos como platos, hasta que me dí cuenta de que era Gabriel, mirándome con su cara seria de siempre y con el ceño lígeramente fruncido.
-¿Una pesadilla?- Me preguntó suavemente
-No...simplemente un mal recuerdo de mi infancia- Dije con una sonrisa falsa, no quería preocuparle.
Él frunció más su ceño y me atrajo a su pecho, se quedo así, abrazándome, me dí cuenta entonces de que estaba temblando.
-Todo esta bien, no voy a dejar que te hagan más daño.
No me soltó en lo que restó de noche, fué la noche que mejor he dormido en lo que llevo de vida.