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El chico del bosque y el chico del mar por Sinimeg

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Notas del capitulo:

Siento la tardanza, pueden masacrarme, torturarme y servirme de pasto a los demonios si lo desean TT.TT

Entro en mi adorado apartamento con una sonrisa de felicidad, creo que jamás había sonreído así, es agradable hacer lo que te da la gana cuando te da la gana. Coloco mis cosas en sus respectivos lugares y me tiro a la cama, escuchando el rechinar de los viejos muelles, ¡Cómo he echado de menos esto! A pesar de haber sido pocos días, a mi me han parecido siglos. Y por primera vez en mucho tiempo, me da igual tener que levantarme pronto para ir a la universidad, las clases son el cielo en comparación con los entrenamientos de Valek, aunque seguirá habiendo mucha gente... Que se seguirá burlando de mi... Además mañana tengo que ir a trabajar... ¡Llegaré tarde a casa! Rayos, olvidé todo lo malo de mi vida. De todos modos, no puedo quedarme durante mucho tiempo en este apartamento, ya que Gabriel podría encontrarme fácilmente ¿Y ahora qué demonios haré? Esto me pasa por no idear un plan de fuga en condiciones. Bueno, de momento seguiré como siempre, y si me encuentran... Ya veré como me las apaño. 

Mera se restriega contra mi, y maúlla, exigiendo su comida. Le rasco sus orejas, para después dirigirme a la cocina, debería de quedar un poco de comida, tanto para ella como para mi, ya iré a hacer la compra si eso. Después de servir la cena, decidí ver una película para relajarme un poco, puse una de mis favoritas, cádaver a los postres. Adoro como mezcla el misterio y el humor, realmente es una gran película a mi parecer ¿Me pregunto si a Gabriel le gustara...? No, no debes pensar en él, ni en qué demonios estará haciendo ese chico tan serio y dulce a la vez que te puede dejar K.O con tan solo mirarte a los ojos, y ese cuerpo esculpido por dioses es realmente...¡¿QUÉ MIERDAS ME PASA?! YO NO SOY ASÍ, ME IMPORTA UNA MIERDA QUE HAGA ESE MALDITO SECUESTRADOR DE GABRIEL... N-No es como si me preocupase por él, hmp, claro que no, se pued ir a la mierda... Bueno, creo que mejor me voy a dormir, ya terminare de ver la película otro día. 

 

Me despierto asustado, sudoroso, otro mal recuerdo de mi infancia. Me llevo la mano a la cabeza, me quedo inmovil durante unos instantes, hasta que suena el despertador, señal de que es hora de empezar el día. Me levanto con pereza, realmente me gustaría seguir durmiendo, ya que siento como si no hubiese descansado nada de nada, me voy a duchar tranquilamente, ya que no me importa mucho llegar tarde, seguidamente voy a desayunar, ya vestido, dejándole comida a Mera en su platito. Cuando termino, me pongo los zapatos, uno de mis secretos no-tan-secretos es que me gusta andar descalzo, y aprovecho cualquier momento para descalzarme. Salgo por la puerta, sin preocuparme mucho que Gabriel o cualquier otra mafia este esperándome, que pase lo que tenga que pasar. Llego a la universidad por los pelos,nada mas entrar comienzan las burlas y los comentarios maliciosos, yo los ignoro como mejor puedo, siguiendo adelante, con la cabeza baja, apretando los puños de humillación, frustración y rabia. Había olvidado lo que se sentía, ¿Ves? Me mimas un poco y ya olvido a donde pertenezco, jajaja, que error por mi parte ¿Y ahora estoy esperando a que Gabriel venga a por mi? Si solo era su puta, estoy seguro de que puede encontrarse una mil veces mejor en cualquier sitio. La única razón por la que él vendría a por mi es por haberle hecho malgastar su tiempo y su dinero, lo único que puedo esperar de él es un balazo en la frente, que es lo que yo siempre he estado deseando ¿Verdad? Dejar este mundo, una lástima que sea demasiado cobarde para hacerlo yo mismo, si es que ni para eso sirvo, me doy asco. 

Las clases pasan lentamente, ante las bromas de mis compañeros que me niego a describir, debido a lo denigrante de la situación, ¿Quién diría que los estudiantes de universidad podrían ser tan inmaduros? Cuando por fin terminan salgo corriendo con la mochila a cuestas, por que a este paso llego tarde al trabajo. Me reciben con desagrado y el ceño fruncido, es agradable sentirse así de querido en la vida. Empieza mi larga jornada en el restaurante, sí, soy camarero, uno bastante torpe cabe decir. Me paso recogiendo pedidos y sirviéndose los a los clientes, que no dejan pasar la oportunidad de hacerme alguna que otra jugarreta, ¿Por qué coño le caigo tan mal a la gente? Detesto mi vida.

POV GABRIEL (Sí, aunque no lo parezca)

Me voy a cargar a ese chico-gato en cuanto lo encuentre ¿Cómo se atreve a desafiarme a mi y a mi familia? Sobre todo teniendo en cuenta que nos molestamos en protegerle. Ese maldito niño desagradecido... Espero que no le pase nada, estando a la intemperie sin que nadie le proteja. Mis hombres ya están peinando la zona para encontrarle, espero que nuestras familias enemigas no lo encuentren antes, quién sabe lo que podrían hacerle. Tsk, ese niño imprudente... Y mira que se lo advertí, si al menos supiese defenderse apropiadamente y no contase solámente con su lengua afilada. Una pequeña sonrisa se forma en mis labios, de verdad que adoro la forma de ser tan discretamente indomable de ese chico. A saber que cosas le estarán pasando por su imaginativa cabeza, ya ansío tenerlo de vuelta, preguntarle en qué está pensando, y saber el por qué de que siempre esté triste.

-Boss, le hemos encontrado, en este momento esta en su trabajo de medio tiempo en un restaurante en tal calle. Pero hay una mala noticia, una familia enemiga también le ha localizado, y está dispuesta a cogerle como rehén ¿Qué hacemos jefe?

-... Llévenme hasta él

Mierda, las cosas se van a poner feas, aunque la verdad es que no se que esperaba, somos la mafia al fin y al cabo, esto acabaría pasando tarde o temprano. Uno de mis hombres se pone al volante, yo en el asiento trasero, y otro coche lleno de mis hombres detrás, a ver a que juego jugamos hoy.

POV ALEX

Ya solo quedan quince minutos para que acabe mi turno, me encuentro limpiando una mesa cuando de repente, cinco hombres bien vestidos y armados entran al local. Esto me da mala espina. Uno de ellos se acerca a mi, y yo me encojo, ¿Qué podría querer este sujeto de mi?

-¿Tu eres Alex? Ahora entiendo por qué ese mocoso te escogió a ti como su puta, eres lindo, incluso para ser un chico.

Al escuchar estas palabras algo se enciende en mi, la ira que estuve guardando por tantos años al fin aparece, cojo lo primero a mi alcance, que resulta ser un vaso y se lo tiro a la cara.

-Escúchame bien, gorila inflado a estimulantes, yo no soy la puta de nadie. Si tienes algún problema conmigo dímelo claramente, porque para decir tales bajezas puedes decirlas en cualquier burdel.

Vale, eso sonaba mejor en mi cabeza, al parecer tampoco tengo talento para insultar. De todos modos, parece que a estos gorilas no les ha gustado nada mi comentario, y vienen a por mi dispuestos a hacer el mayor daño posible, así que buscando una abertura, consigo escabullirme hasta la calle, ya puedo despedirme de este trabajo. Corro por las calles desiertas, con esos tipos persiguiendome, ahora sería un buen momento para que las grandes ideas empezasen a funcionar en mi cabeza, pero parece que no están por la labor. Giro a la derecha, sí, justamente donde hay un callejón sin salida, Alex, tu si que sabes. Y ahora lo que faltaba es que me pusiese a hablarme a mi mismo, si es que esto no puede ir mejor. De improviso, un coche negro con las ventanillas tintadas se para delante del callejón antes de que los matones me atrapen, y del vehículo se baja él, Gabriel, quien me dirige una mirada indiferente y fría, provocando que yo trague saliva, bajando la cabeza a modo de sumisión. En menos de un día he llegado a olvidar cuanto miedo puede dar si se lo propone. 

Cuando los dos bandos se encuentran, los cinco matones que me perseguían llaman a sus refuerzos, al parecer jamás tuve la oportunidad de escapar. Se arma una pelea a base de tiros, y de maestros de artes marciales sin posibilidad de escapar, ya que yo estoy en el fondo del callejón y para poder salir tendría que atravesar la pelea, y no, gracias. Je, es gracioso, yo deseando morir, aquí se presenta la oportunidad perfecta, y a pesar de eso, soy incapaz de dar un paso, el miedo ha agarrotado todos mis músculos, y solo puedo mantener la mirada fija en Gabriel, que está delante de mi, protegiéndome... ¿Por qué? No lo entiendo. Bueno, en este momento no es que sea el mayor de mis problemas. 

Fue visto y no visto, uno de los gorilas me apunto, y disparo sin remordimiento. Cerré los ojos, dispuesto a aceptar mi tan ansiado final, pero él... Él... Se interpuso entre la bala y mi cuerpo. No le dio en ningún punto vital pero... Aún así... Él no desperdició tiempo, y a pesar de que le acababan de disparar en el hombro levanto la pistola con aterradora calma, susurrando al tiempo que disparaba un quedo: "Cierra los ojos". Le obedecí, era lo mínimo que podía hacer por él, después de haber recibido un disparo que iba a mi nombre. Hasta que no termino la pelea no abrí los ojos, bueno, más concretamente hasta que no estuve dentro del coche que me llevaría de nuevo a la mansión. Estábamos el chofer, él y yo en un incómodo silencio bastante notable. Cuando llegamos a la mansión me agarró fuertemente el brazo con su mano buena y me guió hasta nuestra habitación con expresión molesta y ligeramente furibunda. Me tiro a la cama violentamente, yo me intente proteger la cabeza con mis brazos, esperando la paliza, él se sentó a horcajadas encima de mi, me cogio los brazos y los esposó al cabecero, después se levanto y se fue, dejándome tal cual en la cama.

Pasaron las horas, la verdas es que no se cuántas, hasta que él volvió, y apoyándose en el marco de la puerta, dijo algo con expresión seria.

-Tenemos que hablar

Notas finales:

Ta-daaaan

Espero redimirme con este capítulo, por favor acéptenlo.


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