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Nuestro secreto por hellblack_sasuke-

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Notas del capitulo:

Hola a tod@s 

Espero que estén muy bien. Aquí les traigo la actualización del fic.

A su vez estuve analizándolo y creo que nos dará al rededor de 20 a 25 capítulos ya que faltan muchas cosas.

De preferencia para que la lectura les sea más fácil ya que vamos de presenta a pasado y viceversa, en algún papelito anoten lo más significativo de cada una (si es que no tienen buena memoria xD) ya que la esencia del fic es esa. La historia se cuenta por medio de las fechas indicadas, puesto que al final, notarán su congruencia y la importancia que tuvo cada uno dentro de la misma.

En fin espero no haberlos confundido, y ojalá que les guste.

Gracias por leer ;D

Finales de abril de 2012

Era temprano en la mañana, no pasaban de las nueve. El chico estaba sentado en la cafetería, viendo, observando hacia la nada; se encontraba solo. Detrás de él, podía escuchar las risas cínicas de los que un día antes, le habían echado a perder parte de su vida; era tan molesto. Suigetsu hablaba y hablaba, como si realmente estuviera feliz. Hinata lo abrazaba, lo besaba, mientras los demás malditos los felicitaban y hacían estupidez y media para hacerlo enojar.

Estaba escribiendo; aunque en realidad no salía casi nada interesante de sus manos, sólo palabras malditas llenas de rabia y de coraje. Podía sentir, como lo volvían nada, como si hubiera sido basura, como si nunca hubiera existido… o como si estuvieran mejor sin él.

Pero tenía un alma de hierro, y no se dejaría vencer por semejantes patrañas. Aun no estaba acabado, tenía a Kakashi, en un rato más podría hablar con él, era sólo cuestión de tiempo. Se le oprimía el corazón porque durante la noche del día anterior estuvo llamándolo y nunca contestó; necesitaba verlo.

Además, la banca donde permanecía cómodamente resguardado, era su lugar favorito. La cafetería era su sitio consagrado y no iba a dejar de frecuentarlo sólo porque esas basuras estarían ahí.

Al fin comenzaba a tener un poco de inspiración, se estaba divirtiendo con un mini cuento que se le ocurrió en el momento sobre dos tortugas luchando para llegar al mar, cuando de repente, una mierda de esas llegó a cortar la poca iluminación cerebral que tenía.

-Sasuke, tengo que pedirte algo –la chica le hablaba como si nada. Apenas hacían menos de veinticuatro horas de discutir tan fuerte, pero ahí estaba, parada a un lado de él, platicando como si jamás hubiera pasado-

-¿Qué? –Le contestó de mala gana; como si no le importara, aunque de hecho no le interesaba en lo más mínimo aquello que con tanta urgencia le tenía que pedir-

-Voy a agradecerte mucho –esa mujer había cambiado su tono de voz, a ese que es tan odioso, que se cree superior a los demás, como si te hiciera el favor de hablarte. Algo que irrito a Sasuke por completo- que de favor, no le digas nada a nadie de todo lo que pasó… –en ese instante el chico no sabía si reírse, o enojarse de tantas estupideces que estaba escuchando en menos de tres minutos-

-No tienes por qué decirme que tengo que hacer y qué no. Yo sabré lo que hago –le daba la espalda-

-Pues es que enserio hazlo, porque no queremos que más gente se entere –se cruzaba de brazos y después, con la psique hecha añicos se levantó un momento de su asiento, la miró a los ojos y contestó- ¿Por qué no querrían, ah? ¿Por qué podría contar mi parte de la historia? ¿Por qué saldrían los secretos que cada uno de ustedes guarda Hinata? ¿Por qué todos verían la mierda que son ustedes? ¿A qué le temen desgraciada? ¡Contéstame¡ -Al subir su tono de voz y llamar la atención de algunas personas, pudo divisar que el nido de víboras le dedicaba una mirada retadora, a la cual contestó sin miedo alguno. Quiso fijarse en Suigetsu, pero éste último optó por voltearse, fingiendo que no sucedió nada- Así que antes de venir a soltar toda tu estupidez y veneno, piensa bien lo que vas a decir… porque te juro que ganas de reventarte la cara no me faltan –sin que nadie se diera cuenta, le dio un tirón fuerte de la blusa que traía puesta- no me hagas perder mi paciencia Hinata, porque estoy harto de ustedes… y si tantas ganas tienen de que no hable, ¿por qué no me lo dicen en mi cara si tantos pantalones tienen? –al final optó por tomar sus cosas y se fue. De algo estaba seguro. Esa gente malnacida era de las que ladraban sin morder… o al menos eso pensaría hasta encontrarse con Kakashi-

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Mayo 2012

-No sabes cuánto lo siento Sasuke –trataba de darle consuelo al chico que tenía enfrente, mientras estaban murmurando dentro de la biblioteca-

-Gracias Juugo, -suspiraba pesadamente, pero aun así trataba de sonreír, aunque le costara tanto trabajo- los médicos no están seguros de qué vaya a pasar. Mis padres están día y noche en el hospital… me aterra que no encontremos donadores, ¿sabes? Es sólo que… -agachaba la mirada- no quiero que Itachi muera

-No lo hará Sasuke –lo abrazaba con fuerza, intentando reconfortarle- verás que lograrán una solución en lo que consiguen otro riñón, ya lo verás. Tu hermano es muy fuerte, y el hospital donde está es muy reconocido… se pondrá bien –acariciaba su cabello-

-Me pregunto, ¿por qué en un momento como este? –El joven miraba hacia la nada, tratando de maquillar la tristeza e impotencia que lo embargaba desde finales de abril-

-Siento… como si todo fuera mi culpa –el mayor se hacía a un lado, dejando un pequeño espacio entre ambos-

-¿De qué hablas? –El moreno le dedicaba una de esas miradas, divertidas, pero sacadas de onda, debido a lo que estaba escuchando- no tienes la culpa de nada…

-La tengo –se frotaba la cien- yo insistí en estar con ellos, te obligué a que fueras sus amigos y…

-Descuida… –interrumpía levemente- puede que esté enojado con todo el mundo, porque viví tres años de mi vida dentro de una burbuja de ilusiones y mentiras… pero jamás podría hacerlo contigo –en sus labios se asomaba una pequeña sonrisa- has sido el único que ha estado al pie del cañón conmigo… y que desde el primer día en que nos conocimos, nunca me dejaste ir.

Ciertamente sabes que para mí también eres mucho muy especial, y de hecho ahora, eres de lo más importante que tengo… por favor, no dudes de eso, ¿sí? Igual ya pasó, tampoco puedo hacer gran cosa –sabía en su interior que estaba mintiendo. Bueno, al menos era verdad que no estaba enojado con Juugo ni mucho menos, pero trataba de engañarlo, al decirle que todo había pasado y que lo superaría… no, sabía muy bien que un monstruo se estaba formando en su interior.

En general, desde hace años, concebía la idea de que todos tienen un poco de oscuridad. Tal vez unos más que otros, o más visibles en algunos… pero él no era la excepción. Al principio no terminaba de aceptarla, puesto que reconocía que podría llegar a hacer cosas malas, pero… actualmente en la posición donde se encontraba… le estaba dando la bienvenida.

Estaba haciendo de la oscuridad su amiga y más íntima confidente. Le estaba permitiendo entrar a su cuerpo, que se apoderara de él, que llenara cada una de sus venas y arterias, cada órgano, cada palabra y cada pensamiento. De ahora en adelante… simplemente quería ver arder al mundo.

Para ese momento, todo estaba de cabeza, ya ni siquiera contaba con el apoyo de Kakashi; peor aún, tenía que andar con cuidado, puesto que los rumores del romance febril que tuvieron, rondaban la sala de juntas de la dirección general de la preparatoria.

Así que aunque quisiera ver la destrucción mundial, tendría que aguantarse las ganas, y soportar dos semanas más de clases. Con sólo eso, al fin sería libre… exceptuando que tendría que dar el discurso de graduación, pero eso era harina de un costal diferente. Necesitaba cuestión de unos días para acabar la tortura.

Inicios de Agosto de 2010 (Dos años antes)

El ciclo escolar apenas empezaba y el joven lucía harto de presentarse una y otra vez frente a un grupo de gente obsoleta, que no hacían más que criticar todo lo que hacía o dejaba de hacer. A excepción de Sakura y Juugo, ese grupo lo hacía sentir… enfermo.

Cuando terminó su  clase, notó que se le habían caído unos papeles al suelo, estaba a punto de recogerlos, cuando alguien más lo hizo por él.

-Interesante presentación, Uchiha Sasuke… –a pesar de que no parecía ser la gran cosa, su actitud y la forma en la que hablaba, lograba llamar la atención del chico- ¿Y tú eres? –Dado que se encontraba en un proceso de reconocimiento e interacción intrapersonal, no pudo evitar verse sorprendido ante tal acercamiento-Oh claro, me parece que te has perdido la introducción –le estrechaba la mano- soy Inuzuka Kiba, es un gusto conocerte. Lamento importunarte ahora y si sueno muy extraño, me disculpo de manera anticipada… –definitivamente esa actitud lo atraía, como las moscas a la luz; a pesar de que saben que les hará daño, no pueden evitarlo. Sasuke se sintió de la misma manera en ese momento- pero, durante tu presentación, mencionaste que te gusta escribir, –le dedicaba una sonrisa bastante educada, refinada, pero también seductora, un claro indicio de que estaba coqueteando con él- entonces, lo que quisiera saber, claro si no te parece muy pronto, es que… ¿podrías permitirme el placer de leer tus escritos? –El chico menor no pudo más. Sintió el “flechazo”. Era claro que el sujeto que tenía enfrente era de los lucidos que también les gusta creerse, pero su voz y la actitud… no podía ser que estuviera cayendo en esos juegos que tanto odiaba, pero sin embargo, con un ligero movimiento de cabeza, aceptó- Puedo dártelos mañana… si gustas –trataba de parecer serio, era hora de utilizar todas sus artimañas Uchiha… definitivamente, no se le podía ir vivo. Tenía que caer ante él. Y si pensaba que su sonrisa fue capaz de seducirlo… pues aquí venía la artillería pesada. Le dedicó esa mirada… la que sólo ocupa en situaciones importantes… al segundo era obvio quién había ganado el combate. Nadie podía vencer esos ojos negros que poseía.

Seguramente pensó que un juego nuevo iniciaría, una actividad, que después se convertiría en supuesta amistad. Pero lo que nunca se le ocurrió, era que ese día, marcaría otro de los hechos, que formarían parte de la enorme bola de nieve, que lo aplastaría dos años después.

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Época actual

-Te veo en la universidad… –hablaba con un suave tono de voz, eran cerca de las ocho de la mañana. Había recogido sus pertenencias, y con una playera que alcanzó a colocar dentro de una pequeña mochila que usaba de manera recurrente; salió a la cocina por un poco de leche fría. Cuando terminó, se dirigió a lavar rápidamente el vaso.

Kakashi se estaba bañando, apurándose lo más que podía, puesto que se despertaron algo tarde después de la pequeña desvelada que se dieron la noche anterior.

Sin embargo, el adulto había insistido en llevarlo de vuelta a su casa, pero el joven se mostró renuente dado que a esas horas de la mañana había demasiado movimiento en el edificio de departamentos donde habitaba. Dadas las circunstancias no quería tener problemas o mal entendidos de ningún tipo.

Después de decirle que se iba, cerró la puerta tras de sí. Bajó por el elevador, salió sin llamar la atención y corrió para alcanzar al autobús que ya se iba.

Llegó a su casa alrededor de las nueve; se bañó, cambió, desayunó, tomó de nuevo sus cosas y se dirigió a la universidad en su coche.

Tardó media hora en llegar, estacionó con cuidado y se encaminó a sus clases. No vería a Kakashi hasta alrededor de las tres de la tarde.

Cuando entró a su salón, se sentó en el mismo lugar de siempre y con la misma frialdad que acostumbraba, por lo que nadie debería de sospechar nada; lo mismo hizo el otro, que simplemente pidió los trabajos que había encargado unos días antes.

Algunos de sus compañeros pasaron a narrar sus historias, se comentaron y debatieron en la clase, para después terminar su día.

Sasuke recorría el pasillo trasero de la escuela para entrar al estacionamiento, cuando escuchó que alguien le llamaba. Giró su rostro y lo vio

-¿Qué se supone que haces? –Su mirada y la forma en que le hizo la pregunta, provocó que Kakashi sonriera levemente-

-Descuida, me cercioré de que no hubiera nadie…

-¿Cómo la última vez? –El chico trataba de seguir caminando, para no levantar sospechas-

-Te fuiste tan rápido que no me diste tiempo de darte esto –intentaba caminar al mismo ritmo que el menor. Cuando al fin lo alcanzó, hizo que se frenara por un instante, y tomándolo de la muñeca, abrió la palma de su mano y procedió a entregarle un juego de llaves.-

-Oh… no –respondía tajante- otra vez no –se dirigía a su coche, visiblemente afectado por la escena que anterior- Ni lo sueñes Kakashi. No me voy a prestar a cometer los mismos errores que la última vez… -de su mochila sacaba las llaves del automóvil que manejaba, lo abrió, pero antes de subirse el otro lo interrumpió-

-Sasuke –ladeaba su rostro- el hecho de que te entregue un juego de llaves, no quiere decir que estés condenado a muerte, ¿sabes?

-Pero es como la… señal, de un mal augurio… estamos haciendo exactamente lo mismo que antes. Tengo el presentimiento de que si lo repetimos de esta forma… cosas malas saldrán…

-El primer paso, era empezar sin miedo, ¿lo recuerdas? –Le dedicaba una suave mirada- de ahora en más todo será diferente. Pero aun así quisiera que las tuvieras… sabes que es necesario

-Tú… -le regresaba una mirada destellante en odio, pero sin embargo y sin que nadie viera, las tomó y guardó de inmediato- si vuelve a pasar algo… ya verás –sonaba en tono amenazante- mañana iré a tomar un café con Sakura…

-Está bien –decía tranquilo- entonces, ¿cuándo quieres que te vea?

-¿Está bien si te aviso más tarde? Estaré bastante ocupado… -desviaba la mirada-

-No hay ningún problema, dime si necesitas algo…

-Por cierto, regresan pasado mañana –Se adentraba a su coche restándole algo de importancia. A lo que realmente se refería, era a que su hermano y padres estaban próximos a llegar; eso también significaba que no podrían estar juntos durante algunos días o semanas-

-Sabes que ese no es ningún problema para mí –En un gesto amable, revolvió los cabellos del menor, incluso de forma paternal, para evitar malos entendidos- Te veré cuando puedas, ¿de acuerdo?

-Está bien –prendía el motor- nos vemos entonces…

-¿Sasuke? –Trataba de llamar su atención, a lo que el chico sólo lo miró- te quiero… -el otro joven lo miró incluso, tiernamente- yo también te quiero –y arrancó directo  a su casa.

Cuando llegó, se cambió de ropa a un pijama de tela ligera en color gris, prendió su reproductor de música y estuvo escuchándolo hasta que se cansó y dieron las diez y media de la noche.

Se preparó algo ligero de cenar, no pudiendo evitar recordar, todas esas memorias que pasaban diariamente en su mente, a la velocidad de la luz.

Junio de 2007

Eran días cercanos al fin de cursos, Sasuke se encontraba en segundo año de secundaria. En esos momentos sus únicas preocupaciones eran la escuela, y hasta cierto punto su hermano, ya que últimamente había estado muy delicado de salud. Realmente no tenía muchos amigos; era una persona incluso tímida; sobresaliente al momento de participar y realizar los ejercicios, pero bastante cohibido y solitario. Tenía un humor bastante arisco, de hecho la mayoría lo catalogaba cerca de ser una persona demasiado amargada para su edad, que no disfrutaba de nada, y que prefería mantener distancia de todos los demás.

Aunque claro, en la vida siempre había excepciones, y con él dicha regla también aplicaría. En el plantel, existía sólo una persona; a la cual siempre trataba de forma diferente, o al menos a partir de la segunda mitad del primer año de secundaria.

Su nombre, era Uzumaki Naruto. La primera vez que se conocieron, a Sasuke le pareció un ser demasiado fastidioso, y molesto; dado su dote de simpatía, alegría, felicidad y hasta a veces, ternura que provocaba en toda la gente que le hablaba o se animaba a hacerse su amiga.

En cambio, al chico rubio de ojos azules, su primera impresión fue de miedo… de hecho, bastante miedo; puesto que era completamente diferente. Siempre se cargaba con una mirada de odio hacia todo y  todos, era muy especial y quisquilloso con cualquier cosa, muchas ocasiones rayaba en la excentricidad, con un carácter bastante explosivo y maleducado… bueno, Naruto no tenía en realidad planeado, hacerse amigo de Sasuke.

Pero siempre, las cosas pasan por algo. Y en ellos ese dicho tan popular también se cumplió.

Un buen día durante una práctica de Biología, la profesora decidió que sería una maravillosa idea ponerlos juntos, dado que, increíblemente el rubio se defendía mucho mejor que el pelinegro en esa materia. Por ello le pareció correcto unirlos, y ver si obtenían mejoras en su trabajo.

Ambos estaban algo sorprendidos… aunque para el Uchiha era más molestia que nada. Pero aun así, y con su coraje golpeándole el hígado, empezaron con el trabajo. Si bien todo marchaba como debía ser; la incomodidad de ambos se notaba a kilómetros, y no fue hasta que Naruto tocó un tema en específico, fue que llamó por completo la atención de Sasuke; hasta tal punto, que de un día a otro se hicieron buenos amigos.

El hecho de que lo fueran no quería decir que siempre se llevaran bien o que no tuvieran diferencias. Para ser más claros, conforme el tiempo avanzó, sin que ellos se dieran cuenta, o al menos eso aparentaba ser; comenzaron a formar una especie de rivalidad que los llevaría a dar siempre lo máximo en cualquier materia para no dejarse opacar por el otro. De cierta forma estaba bien, ya que los impulsaba a esforzarse; pero por otro lado, era una forma de incitarlos a la pelea, a dimes y diretes, celos e incluso un poco de envidia.

Sin embargo, debajo de eso, o así parecía también, existía una amistad bastante bonita o agradable; que así como ellos fueron madurando, ésta también. Hasta que ambos se dieron cuenta de la realidad de la situación. El sentimiento que tenían era más grande que una simple relación de amigos o de compañerismo, inclusive de hermandad… más bien parecía otra cosa.

Muchos de sus compañeros siempre hacían referencia a cuál era su verdadera relación dado a lo que veían en clase, pero nunca quisieron confirmar nada, porque ni siquiera ellos sabían lo que pasaba…

No fue hasta esa tarde de junio, que uno, se atrevió a hablar, sin saber que el siguiente paso que darían, sería su completa destrucción y aniquilación emocional.

-Bueno, supongo que eso sería todo por hoy, ¿no? –Hablaba con algo de nerviosismo que no era típico en él- fue… agradable

-Claro que sí Sasuke, siempre es agradable estar contigo –sonreía tan amplio, que podrías jurar que es de mentira cuando aún no lo has conocido. Pero cuando ya lo haces, esa sonrisa en especial, era de las más sinceras que tenía- Entonces nos vemos mañana en clase

-De acuerdo… no olvides la tarea de matemáticas… -trataba de hacer tiempo para estar aunque fuera unos segundos más con él-

-Ah –se golpeaba la frente- tienes razón, iré hacerla aunque creo que no dormiré por terminarla

-Deberías de ser más responsable –su voz sonaba cansada, ya que no era la primera vez que algo como eso pasaba-

-De cualquier forma no importa… valió la pena –colocaba sus brazos por detrás de la cabeza suspirando pesadamente-

-¿Naruto? –Lanzaba la pregunta al aire, como si quisiera que el viento se lo llevara, pero a pesar de que sus labios casi no se movieron, el otro logró escucharlo claramente-

-¿Qué pasa Sasuke? –Ladeó el rostro en forma amable e inmiscuida, para enseguida acercarse un poco más-

-Bueno, es sólo que me preguntaba… –los nervios se apoderaban de él, algo incomprensible, puesto que era Uchiha Sasuke, ¿cómo podría pasar semejante vergüenza? Así que antes de comenzar a tartamudear o a que le sudaran las manos, simplemente lo sacó- es que la verdad es que me gustas mucho y quisiera saber si quisieras andar conmigo –sin más, se calló dejando sus ojos hacia el suelo. Sabía muy bien que el rubio lo había escuchado con santo y seña, pero que seguramente no sería correspondido. Pero esos pensamientos cambiarían en menos de lo que cantaba un gallo-

-Sasuke… -el joven se quedó asombrado mirándolo por unos breves segundos, pero después de sonreír ligeramente de lado, levantó el mentón del moreno y simplemente lo besó- ahí tienes mi respuesta –y con una maravillosa sonrisa, el azul se encontró con el negro, para crear una mezcla mágica y pasional.

Aunque,  esa mezcla después de algún tiempo… iba a volverse tóxica y mortal para ambos.

Ya que salió de sus lúgubres pensamientos hundidos en el año 2007, decidió irse a acostar para descansar la cabeza un rato. No había sido un día cansado, pero de nuevo esas malditas inseguridades no lo dejaban en paz.

Se recostó hacia el lado izquierdo de la cama, no sin antes quedar de acuerdo con Sakura de tomar un café al día siguiente. Como buena amiga, sabía que ya habían pasado, muchas cosas en cuanto a él y su querido profesor.

Dado que el fin de semana se aproximaba y no tenían clases en viernes, la chica prefirió invitarlo a comer a su casa; especialmente para tener una mayor intimidad. Le mandó un último mensaje… y antes de que lo olvidara, dudó durante quince minutos, el mandarle o no, uno más a aquel hombre que literalmente lo volvía loco. Para su fortuna o infortunio, cuando estaba dispuesto a elaborar un nuevo texto, como arte de magia su celular vibró. Había recibido el mensaje que necesitaba leer.

No es que quiera asfixiarte. Pero quiero recuperar el tiempo perdido. Descansa, no olvides que te quiero.

Atte: KH

Prefirió dejarlo por la paz y no contestar, no estaba obligado a hacerlo, así que se durmió, pero eso no lo eximió de dejar de tener pesadillas.

En el sueño que pareció durar una eternidad, podía ver con lujo de detalle, todos los acontecimientos sucedidos con Juugo a mediados de Septiembre del 2009. Cuando se conocieron en Agosto del mismo año, el hombre en cuestión parecía más bien un acosador; así que Sasuke decidió poner las cartas sobre la mesa, y al enterarse de que Juugo estaba enamorado de él, no tuvo más opción que revelarle su secreto.

-Agradezco mucho tanto interés, y la devoción que me has dedicado –se sentía bastante incómodo en esos momentos a pesar de que estaba soñando- pero yo ya estoy saliendo con alguien más… tengo novio

-De acuerdo –a pesar de que trataba de evitarlo, su cara de tristeza no podía ser tapada ni con el sol- pero, eso no quiere decir que dejemos de ser amigos, ¿cierto?

-Bueno, especialmente por ti… es decir, si no te incomoda –se tronaba los dedos, como si se tratase de un tic nervioso- podemos estar como siempre…

-No hay problema Sasuke –le dedicó una sonrisa que hasta la fecha no sabe si fue verdadera, o mera mentira.

Durante el transcurso de éste, el chico de pelo negro pudo verse así mismo, asistiendo a sus clases en la preparatoria, todo se veía tan real que parecía más bien un recuerdo.

De repente, se encontraba detrás de la biblioteca, justo donde estaban los campos de futbol y futbol americano… hacia atrás de las gradas, nunca había nadie, siempre estaba tan vacío, que muchos alumnos lo tomaban como si fuera un hotel gratuito.

Lo peor era que ahí se encontraba, de buenas a primeras se estaba besando con Juugo. Ambos sabían que Sasuke estaba saliendo con Naruto, pero la situación cada vez se desmoronaba más, y el moreno había llegado al punto que no le importaba engañar al rubio. Al final, ¿quién se daría cuenta? Estando en diferentes escuelas y sin amigos en común, no pasaría absolutamente nada.

Se estaban dando un gran agasajo, realmente el más alto de ellos dos besaba como los dioses, le gustaba tanto sentir sus labios; tan salvajes, llenos de pasión y de vida, que no quería que se acabara nunca.

De hecho, habían elaborado un trato. Serían algo así como amigos con derechos, o un free, como lo quisieran llamar. Pero Juugo era tan cotizado especialmente por las mujeres, que incluso el otro podría jurar que sentía algo de celos… puesto que como no eran nada… podían hacer y deshacer como quisieran… y si Juugo un día no tenía ganas de hacer nada, por más que Sasuke lo intentara, no tendrían nada.

Eso en la vida real había pasado, ellos tuvieron cosas que ver cuando la relación con Naruto se estaba fragmentando, oficialmente Sasuke lo engañó con Juugo, pero eso era algo que sólo ellos dos sabían.

Inclusive en ese sentido, el mayor siempre le fue fiel. Fue por eso que el moreno depósito todo en él. Desde amistad y amor, hasta las más grandes confidencias, como la atracción que sentía hacia Kakashi, y lo que pasó con él. Juugo nunca dijo nada… absolutamente nada.

Sasuke sintió que despertaba, pero la realidad era que había entrado en otro sueño; parecía que había pasado un año, estaban en el 2010 y lo sabía muy bien porque por fin se había liberado de Naruto.

En el sueño podía ver, cómo había citado a Juugo detrás de las gradas, donde muchas veces se encontraron antes. Estuvo dispuesto a decirle que estaba preparado para empezar una relación con él; que le gustaba, que se encontraba enamorado y dispuesto para entrar en un noviazgo.

Pero como pasó en la vida real; en su pesadilla Juugo le decía que lo lamentaba pero el tiempo había pasado. Y ya no sentía esa atracción hacia Sasuke. Más bien lo veía ahora como un hermano pequeño que tenía que cuidar, y que todo lo que había sucedido… simplemente lo olvidara; ya que además iba a comenzar a salir con una chica… que para rematar, era el mayor hígado de Sasuke

-¿Pero cómo es posible? –Estaba estupefacto- yo te gustaba, yo… siempre pensé que…

-No todo gira alrededor tuyo Sasuke –desviaba la mirada- y lo siento, pero entre tú y yo ya no puede existir nada en ese sentido…

-Pero… -el chico estaba deshecho y tirado en el piso, llorando por alguna extraña razón; como si fuera el berrinche más grande de su vida-

-Lo siento mucho… -el otro se daba la media vuelta para irse-

-Entonces, sólo se trata de ilusionar y ser ilusionado, ¿no?

-¿Por qué no me lo explicas tú? –Sonaba un tanto frío pero sereno- siempre que decidimos algo, hay que pensar en las consecuencias. Yo te querré mucho, siempre será así. Alguna extraña razón me hace el no querer separarme de ti, aunque ahora no puedo más que brindarte mi amistad… si estás de acuerdo ahí estaré cuando te hayes más tranquilo y puedas hablar… sino, bueno comprenderé que no quieras saber más de mí… Pero, me gustaría saber si todo este drama  es porque realmente me quieres de esta forma… o es sólo una manera, de afrontar tu truene con Naruto –en ese instante otra voz interfería-

-Juugo, no deberías de ser tan cruel con él, ¿acaso no ves…

-Preferiría que no te metieras en esto –lucía realmente enojado- estoy de acuerdo en que estés aquí, pero es mejor que sufra ahora que le estoy diciendo esto, a que se haga esperanzas y le duela más después, ¿de acuerdo?

-Especialmente tú, me llamaste para mediar las cosas, y eso estoy haciendo, ¿ahora resulta que no te parece?

-No es que me parezca o no Suigetsu, pero no le des a Sasuke esperanzas que no existen –y después de haber escuchado la frase, simplemente despertó a mitad de la noche. De nuevo otro molesto recuerdo inundaba su mente. Si bien a esas alturas ya había superado la cuestión Juugo, el recordar esa parte de la historia, lo hacía sentir abochornado, puesto que ese fue otro secreto que le guardó, hasta en los momentos más peligrosos para sacarlo a flote.

Por lo que mejor se reacomodó en la cama y se volvió a dormir… sin dejar de pensar, si en algún momento… entre ellos también hubo hipocresía; porque incluso después de lo que pasó, sólo le bastaron dos días para superar la forma en que lo batearon y que volviera a la normalidad con Juugo, como si nada hubiera pasado. ¿A caso esa falta de importancia, los hacía lucir, como monstruos? ¿O es que siempre fueron monstruos?

El jugar y que jueguen contigo… ¿en qué te convierte en realidad, cuando de verdad lo disfrutas?

Notas finales:

En fin, ¿qué les pareció?

Aun falta descubrir la importancia de todos los demás personajes.

Y descuiden, pronto una nueva bola de nieve tratará de sepultar a Sasuke y a Kakashi... ¿saldrán vivos de ésta?

Nos vemos en el siguiente ;D


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