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Nuestro secreto por hellblack_sasuke-

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Notas del capitulo:

Hola a todos. Aquí trayendo la actualización.

Esta vez Sasuke nos dará una sorpresa no muy grata.

También, comentarles que este capítulo de nuevo tiene canción, si gustan lo pueden ambientar o no. 

Cualquier comentario es bien recibido. 

Espero que les guste ;)

Cuando llegó a su casa, Sasuke estaba muerto, había sido una jornada larga especialmente para su salud mental, por lo que optó sólo por cambiarse de ropa e irse a dormir. Habían pasado muchas cosas, y  recibido demasiadas noticias tanto buenas como malas para un solo día. Tenía que dejar descansar su mente; pronto, logró quedarse dormido, ya ni siquiera pudo leer el mensaje que Kakashi le envió una hora después; pero el problema, era que sus sueños cada vez con más frecuencia se estaban convirtiendo en pesadillas, y esa noche no sería la excepción.

Transcurría el año 2010, eran finales de septiembre y todo estaba como siempre. Todos se encontraban en la cafetería como de costumbre.

Sasuke y Juugo estaban comiendo, mientras Kiba se acercaba lentamente a ellos y seguían una conversación irrelevante.

De la nada, Karin hizo acto de presencia; lo sorprendente y que hizo que todos los que estaban ahí, incluyendo Ten-ten y Shikamaru abrieran los ojos de par en par, era que había llegado con un chico bien conocido por todos ellos. Se encontraba en otro grupo, pero ciertamente lo tenían ya identificado.

-Hola a todos, chicos –la muchacha hablaba, ligeramente nerviosa, tomada de la mano de él- como les había comentado antes, me estaba encontrando con alguien desde hace algún tiempo. Hoy les quiero informar que se trata de Sai –sonreía leve a la par que miraba al joven que hacía lo mismo- y que oficialmente ya somos novios

-¡Amiga¡ qué alegría me da escuchar eso –contestaba Ten-ten, mientras que en el caso de Juugo y Kiba, no hicieron más que hacerle un poco de mala cara. Al final esos dos odiaban con su vida al muchacho que estaba parado frente a ellos, dado que además de tener malas referencias de él, se notaba a leguas que era del tipo de persona engreída, prepotente, burlona, payasa… y de las del tipo que los hacía vomitar.

Por otro lado, a Shikamaru le dio igual como siempre, y a Sasuke, no es que haya sentido lo mismo, pero fue un tanto irrelevante… igual ya lo sabía y hasta de cierto modo no le importaba. Simplemente saludó con educación y eso fue todo.

En ese momento jamás pensó que conforme pasara el tiempo, Sai se volvería tan importante en su vida… que para 2013 se convertiría en otro de sus calvarios.

Un año antes de conocerlo, tuvo que pasar por otro trago un tanto amargo. Eran los primeros días de preparatoria, y una vez establecida la relación con Juugo, éste comenzó a platicar con más gente; su idea era conseguir un poco más de amigos.

Lamentablemente, ¿quién pensaría que eso a la larga traería tantas consecuencias? 

Se encontraban en la clase de matemáticas; Sasuke se mantenía concentrado resolviendo unas ecuaciones, y para cuando volvió a mirar, su amigo venía con una chica más pequeña que ellos a uno de sus costados.

-¿Sasuke? –Le hablaba con tranquilidad-

-¿Quién es ella Juugo? –La miraba sólo de reojo; eso le bastó como para saber que no era buena compañía. Lo podía confirmar en los ojos de la muchacha. Notó su maldad y su envidia, pero sin embargo Juugo parecía contento de haberla encontrado-

-Se llama Ten-ten, estaba platicando un momento con ella y creí que sería buena idea presentártela. Él es Sasuke –le dedicaba una mirada a la joven, la cual contestó diciéndole su nombre al moreno. El chico ni se inmutó, sólo la sigo observando y enseguida continuó con lo suyo. Juugo comprendió que no tenía ningún interés, pero para no ser grosero, la invitó a sentarse y a hacer juntos los ejercicios que restaban.

Pasó alrededor de hora y media, Sasuke ya casi acababa con todas las cosas que la profesora había pedido; así que se le hizo fácil preguntarles a los otros dos. Pero cuando escuchó la respuesta de la chica que estaba sentada frente a él, se prometió así mismo que la mantendría lejos; comprobó lo que había pensado…

-Bien niños, sólo me falta hacer el ejercicio veinte, ¿tienen idea de cómo se hace?

-Yo recuerdo que tenemos un apunte de un ejercicio parecido –Juugo le contestaba a Sasuke- pero ni tu ni yo lo tenemos porque fue el día en el que no pudimos entrar

-¿Y tú lo tienes? –El menor le hablaba a la de cabello café

-Pues, creo que sí –se miraba algo renuente-

-¿Nos lo podrías pasar? Y ya acabamos todo para entregarlo –trataba de sonreírle aunque fuera un poco-

-Lo siento, pero no se los voy a pasar –ante la oración que acaba de decir, Sasuke quedó impactado y Juugo también-

-¿Cómo qué no? –El tono de voz del Uchiha había cambiado drásticamente- te estamos pasando todos los problemas, lo menos que podrías hacer, sería ayudarnos con esto

-¿Qué te sucede Ten-ten? Se supone que somos compañeros y nos debemos de ayudar –le decía el mayor-

-Sí –se levantaba de su lugar- pero eso no significa que los deje copiar

-¿A caso eres estúpida? –Sasuke lucía alterado- estás copiando todo… ¿pero qué te pasa idiota?

-Sasuke… –le susurraba el otro- jamás vuelvas si quiera a mirarme, niña estúpida

-No es mi culpa que no sepan resolver algo como eso –y así sin más se fue al otro lado del salón. Ante eso, una mirada de reprimenda se hizo presente para Juugo-

-Felicidades, excelente trabajo haciendo amigos –le hablaba con sarcasmo-

-No sé, qué pasó –el chico lucía totalmente descolocado. En verdad no comprendía que fue lo que le molestó a la otra, o por qué fue que los trató así. Se encontraba decepcionado. Aunque eso no impediría que un año después, ella se hiciera parte de ese grupo del mal.

-¿A caso no lo ves? Ella es mala, desde lejos se puede ver… pero eres idiota como siempre. Te he dicho mil veces que te fijes antes de hablarle a cualquiera. Por tu culpa, si estamos con la gente equivocada, acabaremos mal…

En ese instante el joven despertó. Abrió los ojos con el corazón bastante acelerado, podía sentir incluso sus pulsaciones en la cabeza. Estaba sudando, así que se levantó al baño para poder mojarse la cara y tranquilizarse por un rato. Seguramente el estar tanto tiempo solo en casa ya lo estaba afectando.

Además era muy fácil que tuviera ese tipo de sueños a causa del estrés de los últimos días, pero, ¿por qué tenía que estar recordando esas cosas? Le enfermaba que su subconsciente no lo dejara en paz y que cada vez que tuviera la oportunidad volviera a abrir las heridas que de por sí no estaban cerradas del todo.

Una vez que ya estaba sentado en la orilla de la tina, agachó la cabeza, cerró los ojos y comenzó a reflexionar acerca de todo lo que había sucedido. Esa manía ya la tenía repetida tantas veces, que no podía comprender por qué seguía haciéndolo; no era como que le calmara el dolor o le diera las respuestas que con tanta desesperación seguía buscando; pero sin embargo al parecer tenía la necesidad de seguir lastimándose con lo que ya había pasado. Por alguna extraña razón no estaba dispuesto a dejarlo ir; al contrario, era como si quisiera que viviera con él para siempre.

Sasuke conocía la respuesta al por qué de no querer olvidar, pero era algo que no le quería mencionar ni siquiera a Kakashi, dado que cuando éste lo escuchara, lógicamente se molestaría con él. Puesto que la verdadera razón, se encontraba al borde de la locura y el egoísmo.

-“Es que sólo así puedo escribir. Es una noche perfecta para escribir” –se dijo así mismo repetidas veces. Después de eso siguió recordando, pensando, hasta que de sus ojos cerrados comenzaron a emanar lágrimas y de sus labios fuertes sollozos acompañados de lamentos- Suigetsu… -susurró tan bajo, que hasta apenas él pudo escuchar lo que dijo. Abrió la puerta del baño y aun con sus ojos cerrados se dirigió a la sala para buscar su computador. Parecía incluso un acto de sonambulismo, pero estaba lo suficientemente despierto como para seguir con los trabajos que le habían encargado en la universidad.

Si bien, en la mayoría de las ocasiones, las historias del muchacho eran alabadas por media facultad; la verdad detrás de ellas, era mucho más oscura de lo que parecía en realidad. El secreto de Sasuke para lograr ese tipo de narración y esa sensación de malestar que les dejaba a aquellas personas que lo leían, radicaba en ese sufrimiento y destrucción emocional que él mismo se producía; a eso era a lo que le llamaba “fuente de inspiración”. Pero mientras a la gente le gustara, no cambiaría su método, así terminara más cerca del borde del suicidio cada vez que acababa una historia.

Así se pasó toda la madrugada afinando y corrigiendo sus tareas hasta que dieron las ocho de la mañana. Se levantó y al pasar por uno de los espejos de la sala, notó las gigantescas ojeras que tenía por no haber dormido nada.

Como pudo se arregló para empezar otro día de escuela. Ya iba bajando las escaleras, cuando en ese momento lo recordó…

-“Por Dios, ¿qué estoy haciendo? –se decía así mismo para después darse un golpe fuerte en la cabeza- carajo, es sábado… –antes de que alguien más lo viera, subió rápido las escaleras para sentarse sin ganas en el sillón. Se quedó mirando la computadora un rato más, hasta que tuvo la sensación de querer escribir de nuevo. Como era de costumbre, se enfocaría en el pasaje más doloroso de su vida hasta ese momento. Ese capítulo llevaba como nombre: Suigetsu.

*https://www.youtube.com/watch?v=XPDEqUnNulg

En el nuevo ciclo escolar que pintaba maliciosamente para ser normal, fue volcado por un nuevo acercamiento a causa de Juugo. Desde el año anterior, el mayor ya había hecho migas con un joven, que si bien Sasuke conocía, aun no se tenían tanta confianza como para poder llamarse amigos; sin embargo, el destino se encargaría de eso muy pronto.

Al estar juntos en un mismo grupo, Suigetsu y Sasuke comenzaron a llevarse muy bien. Ambos eran inteligentes, atractivos, se veían bien juntos y tenían muchos intereses, tanto gustos en común. Empezaron a conocer más de las vidas de cada uno de ellos, desde que Suigetsu tenía una novia molesta llamada Hinata, que era causante de todos sus males y que a pesar de eso no podía dejarla por alguna enferma razón; hasta que el hermano de Sasuke entraba y salía del hospital debido al problema en sus riñones.

Los meses pasaron; era una ida y venida de emociones con el chico de cabellos plateados. Había días buenos y otros malos. Días en los que simplemente no le quería hablar a nadie, ni siquiera a Juugo, en los que peleaba con su novia tan fuerte que terminaban rompiendo para que a la mañana siguiente regresaran, días en los que estaba perfecto y amaba a todos…Era notorio que hasta cierto punto Suigetsu necesitaba de un tipo de atención más especializada, alguna ayuda psicológica tal vez, pero a pesar de eso, especialmente en Sasuke, existía una conexión un poco más fuerte; algo que no le permitía irse aunque el otro en muchas ocasiones lo tratara muy mal. El moreno generó un lazo sentimental tan fuerte con Suigetsu, que simplemente no quería salir de su vida.

Siempre se mantenía al pie del cañón con él; congeniaban tan bien, que incluso el otro lo decía y lo hacía notar frente a todos. En algún punto, le ponía más atención a Sasuke que a Hinata. Su relación era única; eran amigos, claro… pero en el fondo poco a poco el menor comenzó a darse cuenta que no era sólo simple amistad… detrás de eso incluso se asomaba una ligera obsesión de parte de ambos.

A mitad de año los problemas iniciaron cuando Suigetsu se aisló de nuevo y dejó de hablarles a todos, incluidos Sasuke, Hinata y Juugo, con quién entabló una pelea que se fue hasta los golpes y que seguramente los mantendría alejados por un buen tiempo. Ciertamente el moreno se aprovechó de ello para acercarse de una manera más íntima al otro. Le costó trabajo, y mucho, pero después del primer beso, valió la pena… al menos el poco tiempo que duró.

-¿Qué haces aquí Sasuke? –Le contestaba de manera seca-

-No pienso quedarme sentado sin hacer nada, mientras veo cómo te destruyes…

-Sabes que no hay remedio para estas cosas. Además –suspiraba profundo- puede que tú me perdones, pero los demás dudo que quieran volver a hablarme…

-Es sólo cuestión de que les des tiempo de asimilar la situación. Todos te queremos –sonreía suavemente-

-Sasuke… ¿por qué haces todo esto por mí? –lo miraba serio-

-Simplemente lo hago, porque eres una persona muy importante para mí –ante eso el otro no hizo más que sonreír ampliamente-

-Es verdad… siempre has estado ahí. Incluso ahora, haz sido el único que ha venido a buscarme…

-¿No has recibido noticias de los demás? –Fruncía el ceño-

-Para nada. Es la forma que tengo para darme cuenta, que en verdad no les importo…

-No es que no les importes –se acercaba un poco a su rostro- es sólo que no saben cómo vas a responder. La última vez te peleaste muy fuerte con Juugo.

Es normal que estén confundidos.

-De quién más me duele es de Hinata… -hablaba con un deje de suma tristeza. Algo que ciertamente hacía molestar a Sasuke por dos cosas muy importantes. La primera, porque esa mujer le hacía más daño que bien por todas las cosas que hasta el momento había visto. Para él, no era más que una sucia trepadora y oportunista que sólo se aprovechaba de Suigetsu; y la segunda, era que a pesar de todo lo que ella le hacía, pareciera que el la seguía queriendo; por más de que Sasuke lo intentara, no podía lograr que el otro por fin le hiciera caso.

Esa era la verdad, Sasuke se había enamorado de él-

-Hemos platicado muchas veces de esto, ¿cuándo entenderás que no te hace bien? Ahora que han terminado por milésima vez, ¿para qué quieres regresar con ella? ¿Para qué te ponga los cuernos en tu cara? ¿Para qué te haga sufrir como de costumbre? Puede que estés bien con ella dos días y después un mes mal; no tienes nada seguro… hemos visto tantas veces que sólo te usa y se aprovecha de ti… me duele mucho ver que no te das cuenta –acercaba su rostro un poco más. Cierto era que le enfermaba verlo así, pero también le molestaba que Suigetsu no se fijara en él- Existimos más personas, y lo sabes…

-Tienes razón Sasuke –de buenas a primeras con una de sus manos, acarició el rostro del moreno. El chico en cuestión le dedicó una mirada y después susurró- sabes que lo que siento por ti, es más que amistad, ¿no?

-Creo que tú estás consiente de que te correspondo completamente –lo miraba con tristeza- pero no puedo estar contigo de esta forma…

-¿Por qué? –Se notaba la tensión en el ambiente-

-Es que no quiero lastimarte después… yo te amo tanto Sasuke, que no quisiera lastimarte

-Pero, ¿cómo podrías lastimarme? –Le dedicaba una mirada dulce- eres buena persona –acomodaba su cabeza en el pecho del otro-  e incluso lo has dicho, me amas como yo a ti…

-¿En verdad piensas eso? –Le hablaba un tanto sorprendido, puesto que no esperaba esa respuesta-

-Digo lo que pienso, y para mí, esa es la verdad –colocaba una de sus manos en el hombro del chico, acariciándolo suavemente, a lo que este respondió tomándolo del mentón, acercándolo a sus labios-

-Esto, es lo que hace que me gustes tanto, Sasuke… -acariciaba su espalda con un poco de rudeza-

-¿El qué? –No podía evitar sonrojarse, un poco por la cercanía y la mirada que le dedicaba. Si algo que le encantaba, era ese juego con los ojos que ambos tenían.  Nadie más podía entenderlos, así que se hacía algo único e íntimo para ambos-

-Tu forma de ser… me vuelve loco –susurró eso último en los labios del moreno para después terminar por besarlo. Primero fue un tanto sutil, pero después se volvió potente, pasional… hasta que ambos quedaron sin aire.

Después de ese día, nada volvió a ser igual. El mayor problema de todos, además de que duró por muy poco tiempo. Fue que el corazón de Sasuke, fue destruido por tercera vez. Primero Naruto, después Juugo, y ahora él…

Pero no estaba por acabar, de hecho, apenas estaba comenzando. Después seguiría Kiba, de nuevo Suigetsu, Kiba otra vez… y después todos los demás…

Noviembre, 2010

Era un jueves cualquiera, alrededor de la una y media de la tarde, los chicos después de esperar por media hora al profesor, decidieron tomar sus cosas e irse; seguramente éste no llegaría.

Suigetsu y Sasuke se encontraban en el balcón del edificio platicando de cualquier cosa banal, cuando notaron que alguien más se acercaba

-¿Piensan irse ya a sus casas? –El joven de cabello café hablaba suavemente; desde que se habían conocido hace apenas tres meses, Sasuke tenía una pequeña obsesión con él, como con casi todos los demás. Sin embargo cada una era diferente, y en el caso de Kiba, vaya que relucía por la tensión incluso sexual que se sentía en el ambiente cada vez que se veían.

El problema era que como siempre, existían muchas cosas en juego, una de ellas, él tenía novia. A penas llevaban unos meses saliendo, pero a pesar de todo, tal vez por algún momento, Kiba sintió algo verdadero por Sasuke; y como todos los demás, prefirió irse por lo fácil y lo seguro, antes que luchar por él.

-Creo que aún nos quedaremos un rato por aquí –contestó Suigetsu- estás de acuerdo que vivo muy cerca, así que iré a comer con Juugo y los demás, ¿vienes?

-Será para otra ocasión, tengo que ir a la biblioteca por unos libros –le contestaba con educación-

-Bueno, entonces después…

-¿Y tú Sasuke?

-No lo sé –respondía sin emoción- supongo que también me quedaré…-después de escuchar su respuesta, Kiba sonrió ampliamente-

-¿Podrías acompañarme a la biblioteca entonces? –Acto seguido de eso, se dirigieron hacia el lugar.

No había mucha gente, y no mencionaban palabra alguna, hasta que el de pelo negro decidió romper el hielo-

-¿Qué libros estamos buscando exactamente? –Decía conforme pasaban de hilera a hilera de libros viejos. Subieron hasta el tercer piso y en algún momento, Kiba al fin se detuvo-

-Los de química, y aquí están… –le hablaba sin mirarlo, le pidió que le ayudara a buscar un autor en específico, y cuando Sasuke lo encontró, la sorpresa se hizo evidente.

El menor estaba a punto de entregarle el artículo buscado, cuando Kiba lo sujetó del brazo, lo giró y le robó un beso. Un beso que casi no se sintió y que duró probablemente menos de un segundo, por lo que ante su sorpresa y el nerviosismo del otro, éste último decidió besarle de nuevo, pero en esta ocasión le propició un beso de verdad. Empujó a Sasuke contra el estante, le mordió los labios y cuando ya no tenía aire, le sonrió, tomó su mano, la besó… y la ilusión que crearon en ese momento terminó- Sabes que me gustas, y no puedo evitarlo… pero tampoco puedo dejarla

-Comprendo… -Agachaba la mirada y sin decir nada más se dirigieron a la sección de préstamos y salir con los dichosos libros- pero dime algo, ¿Por qué? –El chico espetó en un leve susurro-

-Es sólo, que no me siento preparado, para estar contigo –usaba ese tono de voz que volvía loco a Sasuke, pero sin embargo lo hacía sentir, como un simple objeto de aparador. El que pueden usar, cuando están cansados… el plato de segunda mesa-

-¿A qué te refieres? –Trataba de hablar sin demostrar emoción alguna-

-Me vuelves loco –se giraba a verlo- todo de ti me fascina, y muero por estar contigo. Pero considero que no estoy a tu altura todavía. Sólo mírate… eres perfecto –tomaba una de sus mejillas- pero ahora mírame a mí. ¿Cómo podría darte todo lo que necesitas?

-Pero yo no necesito más que… -lo tomaba de la mano, para después educadamente ser soltada por el otro-

-No tengo ni dinero Sasuke. Seamos honestos, si no puedo alcanzarte, ¿cómo podría estar contigo? Soy tan inferior a ti, que yo mismo sé que no podría hacerte feliz…

-Pero tú cómo puedes saber que…-de nuevo el joven era interrumpido-

-Espero algún día poder ser esa persona tan especial… -le dejó una triste sonrisa. Eso fue lo único que quedó…o al menos en ese momento.

A pesar de que las cosas no se habían dado, el error de Sasuke fue seguir ahí. Creando falsas ilusiones, falsos mundos alternativos con Kiba. Viéndose a escondidas, como si fueran amantes. A pesar de que nunca se besaran, o nunca hicieran algo más que comportarse como amigos… como su pañuelo de lágrimas. Sasuke decidió quedarse ahí, porque en el fondo pensaba que tal vez, sólo tal vez, en algún momento de la historia podría quedarse con él.

Pero la realidad era, que Kiba lo miraba solamente como eso… aquél que puede desecharse cuando ya no es necesario. Usarlo sólo cuando tenía ganas, y olvidarlo cuando no fuera útil. Su plato alternativo, su prostituta personal. Y el chico estaba dispuesto a eso; podría ser su amigo, cómplice, amante, sirviente, esclavo, podría ser lo que Kiba quisiera que fuera; porque  necesitaba aunque fueran restos de amor, su mayor deseo era ese… ser amado por alguien; a pesar de que eso implicara que fuera a medias.

En el fondo, Sasuke sabía muy bien que estaba entrando en esa clase de círculo vicioso. Los errores que cometía con Suigetsu, también los estaba produciendo con Kiba; en ambos casos, sólo los esperaba a que le dieran pedazos rotos de amor. Aunque fuera sólo su amigo con derechos, nada de eso importaba si le daban por lo menos un pedacito, un poco de amor… incluso si no era sincero.

También estaba consiente que en realidad, tal vez ni siquiera había eso… a lo máximo que podía aspirar, era realmente a que los atraía de manera sexual y nada más.

Quiénes tenían su verdadero amor no los valoraban y simplemente hacían sentir a Sasuke… como una prostituta mal pagada. Sin embargo, le gustaba. Prefería sufrir por ellos que por Naruto. La razón por lo que maquilaba todo, era para dejar de pensar en él. Después de terminar en ese mismo año 2010, Sasuke estaba buscando salidas, botes de salvación, clavos que sacaran a otros clavos… para que Naruto ya no le doliera.

Pero si las cosas terminan mal, ¿cómo podría vivir en paz consigo mismo? A pesar de que su relación se fue por una alcantarilla, no tuvo el valor de afrontar la situación. Aunque, ¿alguien realmente la tendría si se ve tan acorralado como él? Tal vez las decisiones que tomó no fueron del todo correctas, pero quería terminar como fuera con el rubio.

Después de golpes, insultos, peleas peligrosas, llantos, sufrimiento… ya no quería seguir más con él. La única manera de que lo dejara en paz era desapareciendo completamente de su vida. Y después de mil discusiones más, escándalos en la escuela y muchos dramas, por fin Naruto dejó de molestar a Sasuke. Seguramente la gota que derramó el vaso, fue cuando el chico de cabello rubio, en un arranque de ira, empujó al moreno por las escaleras a propósito. Afortunadamente el chico no presentó lesiones graves, pero las heridas del alma, ¿quién se las podría quitar? Pasando esos tragos tan amargos, quería olvidarlo. Como si Naruto jamás hubiera existido. Probablemente ese fue el primer de muchos errores cometidos, pero ¿cómo podría saberlo? Son cosas que suceden y se debe aprender de ello. Aunque  la inestabilidad emocional de Sasuke, no le permitió verlo de esa forma, y por ello, tomar ese camino… en donde sólo el más malo gana. Donde mientras menos sientas es mejor, donde la idea es sólo divertirse y ya. Para una noche, para un día, para un rato… no quería tomarse ninguna relación enserio, a pesar de que en el fondo rogaba para que alguien lo quisiera con locura… para dejar de sentirse vacío… para eso era el dolor. Para darse cuenta que en verdad seguía vivo. Después de Naruto, su vida cambió y su corazón también.

Así fue que de nuevo decidió tropezarse con las mismas piedras una y otra y otra y otra vez. Aunque los nombres cambiaran cada día, incluso cada seis horas, buscaba lo mismo. Quería a alguien que lo lastimara. Quería hacerse falsas ilusiones, a pesar de que se divertía un poco… al final siempre era lo mismo.

Puede que en su actitud no se notara, siempre era de piedra, como si nada lo derribara… pero la verdad era que no había día donde se sintiera cada vez más miserable.

Si bien su ego aumentada con cada nombre agregado a su lista de ligues, a su lista de hipocresía y a su lista de maldad. Nunca encontraba a alguien por quién de verdad valiera la pena luchar. Probablemente se debía a que los demás se daban cuenta de que no quería algo serio o formal, o podría ser que todos eran mucho más abominables que él; y que sólo lo miraban como mercancía. Pues una vez que lo tenían, como si fuera el viento, lo dejaban ir.

Simplemente eran las alertas, los semáforos rojos, de que Sasuke mismo, se puso el pie tantas veces… que propició los problemas que lo atacarían después…

Abrió los ojos de nuevo. Le dedicaba la mirada a uno de los cuadros que había pintado hace ya casi seis años que estaba colgado en la sala. Miró el reloj, eran casi las diez de la noche; pero estaba ahí, frente a su computadora, la cual marcaba el número de páginas que avanzó ese día. Personalmente era un nuevo récord… casi treinta en una simple tarde de sábado…

Se limitó a tallarse un poco el rostro, después de tanto desgaste; se levantó con calma dirigiéndose a su refrigerador. Tomó un poco de leche y se sentó a ver un rato el televisor.

En realidad no estaba ahí, su mente se encontraba en otro lugar, tal vez en otra dimensión. Intentaba hacerse a la idea, de que el semestre si bien estaba mejorando, ahora pretendía ser accidentado con las noticias que Kakashi le adelantó.

Seguramente la pregunta que se hizo toda la noche, fue, ¿por qué?

El chico, ya pasada la una de la mañana, se estaba debatiendo entre llamarle o no a Kakashi; era obvio que desde el día anterior trataba de mantener a raya un colapso emocional como él lo tenía plenamente identificado. Pero aun así, se sentía tan molesto de molestarlo… que no podía con su alma y sus pobres neuronas que parecía, podrían explotar en cualquier momento.

No era un simple ataque de pánico o de ansiedad… en verdad era una crisis; de aquellas en las que puedes hacerte daño a ti mismo… donde alucinas, no disciernes de la ficción…

Al poco rato, se recostó en su cama, la cabeza le daba vueltas, quería vomitar, el dolor era insoportable, sudaba tanto que rápidamente mojó el edredón que tenía debajo de él. Así que como pudo alcanzó su celular y decidió marcarle-

-¿Diga? ¿Sasuke? –La voz de Kakashi sonaba un tanto adormilada, eran casi las dos y cuarto de la mañana-

-Kakashi… -el chico trataba de hablar con normalidad, pero de inmediato el mayor se percató que algo no andaba bien-

-¿Qué sucede? ¿Dónde estás? –A la par que trataba de mantener al joven en el teléfono, encendió la luz de su recámara y comenzó a vestirse lo más rápido que podía-

-En, casa… necesito que vengas –su voz se estaba cortando-

-¿Qué ha pasado? –Sonaba alarmado- ¿alguien fue a molestarte? ¿Estás bien?

-Un… médico… -en ese momento, el chico tiró el celular. Aparentemente se desmayó y al no recibir respuesta, Kakashi lo primero que hizo es buscar sus llaves, montarse en el coche y tratar de entrar a la casa del chico como fuera.

Cuando llegó, buscó la segunda copia que tenían debajo de una de las macetas que se encontraban en la puerta de entrada. Una vez en su casa corrió a la alcoba del chico y lo halló ahí. Tendido, inconsciente y la respuesta a todas sus dudas-

-¿Qué has hecho Sasuke? –Habló de manera fuerte, llamando de inmediato a urgencias. El muchacho se había tomado todo un frasco de pastillas para dormir. Lo peor es que por la cabeza del chico, nunca pasó el momento en el cual se las tragó todas- ¿Qué has hecho? –una vez llegada la ambulancia, el mayor no sabía cómo actuar. ¿Qué debería hacer? ¿Ir con ellos a consta de contestar las preguntas incómodas siendo él su profesor? O ¿dejarlo como una llamada anónima e ir a verlo al día siguiente? Aunque de igual forma… alguien tenía que avisar a sus padres, pero no podía ser él. Por lo que antes de que cualquier cosa sucediera, tomó el celular del menor, buscó un nombre y llamó- contesta, por favor… contesta –decía una y otra vez; el personal del servicio médico ya estaba subiendo las escaleras-

-¿Qué pasó Sasuke? Estas no son horas de…

-¡¿Sakura?¡, por favor no cuelgues, soy Kakashi, ha pasado una emergencia con Sasuke

-¡¿Cómo?¡ ¿Qué clase de…

-No tengo mucho tiempo, por favor, Sasuke tomó una sobredosis de pastillas para dormir, acabo de encontrarlo. No puedo ir con él en la ambulancia…

-¿A qué hospital lo van a llevar? –La chica decía lo primero que se le venía a la cabeza. Ciertamente ya llevaba un rato dormida, y el que la despertaran con esa llamada, la dejó en un estado de shock

-Necesito que les llames a sus padres… -el hombre tartamudeaba- yo, yo… yo no sé qué hacer, no quiero abandonarlo pero… creo que lo llevarán al hospital general…

-Comprendo, -se levantaba de su cama- no tiene por qué darme explicaciones sensei. Pero necesita salir de ahí antes de que alguien pueda hacerle preguntas que no será capaz de contestar. Ahora mismo llamaré a sus padres-

Dichas así las cosas, Sakura hizo lo propio y Kakashi como pudo salió de ahí haciéndose pasar como un vecino cualquiera. Observó como a Sasuke lo bajaban en una camilla y se dirigían a máxima velocidad hacia el centro médico más cercano. No pudo evitar sentir un escalofrío y una tristeza abrazadora cuando escuchó a los paramédicos decir que se trataba de un intento de suicidio.

Pero, ¿en verdad lo era? ¿Cómo no se dio cuenta? Si se supone que él debía protegerlo, cuidar del chico… ¿cómo pudo pasar eso? ¿A caso no lo estaba haciendo bien? ¿De verdad todo era un error? Tenía emociones tan encontradas, agregadas a la sensación de impotencia de no poder estar con él…

Condujo a casa, el resto de la mañana se la pasó sentado en su sala, sin hacer nada más que pensar, darse cuenta de que lo que sucedía era real… no podía entender a Sasuke ni antes, ni ahora…sólo quedó a la expectativa, de que Sakura le mandara noticias… las cuales no llegaron, hasta bien entrada la noche del domingo-

-Descuide sensei, Sasuke-kun estará bien. Le hicieron un lavado de estómago. Pensaban que era un intento de suicidio, pero al parecer, fue un accidente. La madre de Sasuke-kun está conmigo en el hospital. Él ya recobró el conocimiento, lo primero que hizo fue tomar las fuerzas suficientes para preguntar por usted. No se preocupe, se pondrá como nuevo en unos días. –Después de haberlo leído, el primer impulso de Kakashi fue tomar su carro e ir a visitarlo; pero el mensaje era claro, su mamá estaba ahí. Por lo que volvió a su sillón y se quedó dormido, hasta casi las tres de la mañana.

-“Ese niño… va a matarme de un susto… un día de estos” –Se dijo así mismo antes de entrar en sueño profundo-

Notas finales:

Capítulo 13: "Fragilidad"

El verdadero problema de la historia ya llegó xD

Nos leemos en el siguiente.

Gracias por estar aquí hoy :)


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