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Nuestro secreto por hellblack_sasuke-

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Notas del capitulo:

Hola a todos. Espero que hayan pasado unas felices fiestas.

Aquí les dejo el capítulo.

Considero que en unos diez u once capítulos más, terminará la historia.

Como siempre cualquier comentario es bien recibido. :)

Pasaron cuatro días, y al parecer el menor no saldría del hospital hasta el viernes por la noche; aunque en realidad ya se encontraba fuera de peligro, Kakashi no podía evitar estar nervioso. No lo había visto, ni escuchado; la última vez fue cuando llamó a emergencias, y de sólo recordar el cuerpo inerte y frío de Sasuke, se le congelaba la sangre.

Afortunadamente Sakura lo mantenía al tanto de la situación, pero era claro que no podía ser lo mismo… tenía que verlo con sus propios ojos, pero ¿cómo? Si la madre del chico estaba con él. Por un lado, ese hecho le daba alivio a Kakashi, pero por otro, no la podía ver más que como un obstáculo que impedía estar con su amado.

Además una serie de cosas habían pasado. Como lo temía, dentro del grupo de chicos de intercambio, se encontraba Uzumaki Naruto, el mismo que fue un dolor de cabeza para Sasuke durante tantos años. ¿Por qué la vida era tan injusta con el pobre moreno? ¿Cómo le iba a decir que tendría que compartir el resto del semestre con esa sabandija? –El hombre tiraba levemente de su cabello en un acto de desesperación; al final también era algo que lo afectaba. Ver de nuevo a ese niño le produciría un malestar permanente, si de por sí ya le daban ganas de vomitar de tan sólo imaginarlo… El simple hecho de recorrer en su cabeza unos años atrás de recuerdos, le resultaba muy desagradable, pues el rubio fue quién le enseñó las fotos incriminatorias y además de todo hasta lo besó.

¿Qué pasaría ahora? ¿Regresaría con esas malas intenciones? ¿Sería más malvado con Sasuke? ¿A caso el endemoniado niño lo hizo a propósito porque sabía que ambos estaban ahí? ¿Cuáles eran sus intenciones? ¿Sólo iría a estudiar? ¿Todavía tendrá las fotos? ¿Y si los chantajea?

Una ola enorme de preguntas de ese tipo se realizó el peliplata durante toda esa semana. Quería hablarlo con Sasuke, pero ¿su mente aguantaría? Ni siquiera estaba seguro de qué tan sensible estaba… ¿cómo podría abordar el tema con él?

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Marzo, 2013

-Lo siento mucho Sasuke –le hablaba desde el otro lado del escritorio. Se encontraban ellos dos solos. El hecho sucedía un mes antes de que Kakashi le rompiera el corazón- pero verás que se recuperará

-En verdad eso espero –el joven en cuestión apretaba los puños con fuerza, tratando de no llorar- a este paso necesitará un donante, y las listas de espera son eternas… no va a llegar a tiempo

-Debes de tener fe –el hombre se levantó y lentamente se acercó al otro que se encontraba en uno de los pupitres. Se sentó a su lado y continuó- sabes que estoy aquí para ti, ¿verdad?

-Lo sé –trataba de sonreír aunque fuera por un momento- pero creo que se ha juntado todo… y para colmo esa bola de imbéciles…

-Sólo resiste un poco más ¿sí? –Suavemente levantó una de sus manos y la colocó en el rostro del menor para limpiar las lágrimas que caían hacia el suelo- no llores, todo estará bien. Me tienes a mí, y juntos afrontaremos la situación ¿de acuerdo? –Se aproximaba para depositar un tierno beso en la frente del muchacho- con respecto a esos niños maleducados y envidiosos, no les hagas caso… todo caerá por su propio peso, ¿entendido?

-Pero, ¿y si no cae? ¿Qué voy a hacer Kakashi? –le respondía con suma preocupación-

-No pienses eso… pero si llegase a pasar de esa forma, encontraremos la solución –Entrelazaba la mano que tenía libre con la de Sasuke- saldremos de esta –y con una enorme sonrisa en el rostro lo besó. Después de platicar un rato más, Kakashi debía ir a una junta, pero ciertamente le dio tanta tristeza ver al chico de ese modo, que antes de retirarse le dejó un chocolate, que el muchacho conservaría por siempre-

-Gracias, por todo… -dijo en un leve susurro que se fue con el viento de esa mañana-

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Época actual

Kakashi esperó hasta el sábado por la noche, justo una semana después de lo ocurrido para mandarle un mensaje a Sasuke. Afortunadamente no tardó mucho en contestar.

-Lamento lo que te he hecho pasar. Mamá ya casi se va, al parecer encontraron un posible donante. ¿Puedes venir esta noche? –Una vez que leyó lo que el moreno le respondió, se sintió mucho más tranquilo; por un segundo creyó que tal vez ya no quería volver a verlo… o alguna de esas cosas locas que a veces se llegan a pensar.

Como lo pactaron, Kakashi se arregló para ir a la casa del chico, y cuando se dirigía hacia ese lugar, encontró un puesto de flores; no pudo evitar comprar un ramo, no muy grande, para no llamar mucho la atención.

Se sentía nervioso, una vez que se estacionó, subió las escaleras, tocó el timbre, las manos le sudaban, por alguna razón extraña se sentía ansioso; pero esos nervios se fueron en el momento en el que la puerta se abrió y antes de poder mencionar palabra alguna, el joven que estaba parado frente a él lo rodeó en un fuerte abrazo, haciendo que se adentrara en la casa, cerrando la puerta tras de si-

-Por favor, perdóname…-Sasuke seguía sin soltarlo y sin verlo a la cara-

-Tú no… -no podía evitar sonreír, mientras lo abrazaba con más fuerza- no tienes que disculparte

-Claro que sí… te he hecho pasar por tantas cosas… pretendo no ser infantil y las cosas me salen peor que a un niño pequeño

-Eso no es verdad –acariciaba su cabello- pero quisiera que me explicaras que fue lo que pasó, para poder ayudarte… y que no se vuelva a repetir

-Lo sé –suspiraba pesadamente-

-Te traje flores… -se las entregaba con delicadeza-

-Las pondré en agua antes de que se sequen, ¿dónde las encontraste? Son rosas japonesas… es raro encontrarlas por ahí –le dedicaba una enorme sonrisa-

-Supongo que tuve suerte –le respondía de la misma manera-

-Tal vez –hablaba desde la cocina dónde las colocaba en un pequeño florero-

-¿Tus padres están bien? –Le hacía la pregunta con tranquilidad-

-Después de que el doctor les dijera que estaré bien… sí –lo decía en un tono un poco más burlón, soltando el abrazo- en verdad lo siento Kakashi… no estoy seguro de cómo pasó

-Por lo que escuché de Sakura, fue un accidente… -su voz se volvía un poco más seria-

-Tú mismo sabes… -se detenía a la par que ambos tomaban asiento- que he llegado a tener tendencias suicidas, pero de ahí a hacerlo realmente por eso, hay un tramo muy grande. Supongo que hubo un detonante…

-¿Le dijiste a los médicos? –Lo miraba serio-

-Sí –le contestaba de la misma forma- aunque realmente no le dieron mucho peso. El psiquiatra me dijo que debería de tomar esto como una oportunidad para cerrar ese capítulo…como una terapia de shock. En estos días me ha estado ayudando con eso

-Comprendo –se cruzaba de brazos-

-Pero igual es un tratamiento que deberé seguir por lo menos dos años… -suspiraba de nuevo- me siento bien de todas formas…

-Al final necesitabas explotar… todos lo  necesitamos alguna vez

-De cualquier modo no puedo evitar sentirme apenado contigo… -se escuchaba con una voz muy apagada-

-No digas eso –se levantaba de su lugar para acercarse al menor- te dije que ahora corrieras hacia mí, y eso fue lo que hiciste esa noche

-Pero… -el mayor lo interrumpía-

-Nada de peros, si no lo hubieras hecho, quién sabe qué hubiera pasado, no quiero ni pensarlo. Gracias a que hiciste por primera vez algo que te he pedido hasta el cansancio, ahora estás mejor, y eso es lo que importa…

-Kakashi –susurraba su nombre-

-Es imposible no estar preocupado, necesitaba verte… te quiero pedir perdón por no poder ir a visitarte al hospital, pero con tu madre ahí yo no…

-No te preocupes –sonreía levemente- yo sé a lo que te refieres

-¿En verdad te sientes mejor? –Fruncía levemente el ceño. Aparentemente el chico se veía normal, como si nada hubiera pasado, aunque  Kakashi necesitaba cerciorarse de eso-

-Me siento mejor… fue una crisis muy fuerte… no podía diferenciar la realidad de la fantasía. Me estaba sucediendo todos los días de esa semana, pero no me pude percatar a tiempo

-Entiendo…

-Yo… -apretaba un poco los puños- estuve escribiendo algunas historias y… por un momento supongo que pensé que estaba dentro de una…

-¿Te creíste el personaje? –Recostaba sus brazos en ambas piernas-

-Sabes que para escribir necesitas vivir como si fueras el personaje… -desviaba un poco la mirada

-Lo sé pero… -hacía lo mismo que el otro chico-

-Es lo más cercano a lo que me pudo pasar esa noche. Los médicos lo creen y yo también…

-De acuerdo… ¿tu personaje se suicidaba? –Ahora le regresaba la mirada, hasta un tanto inquisitiva-

-No. Sólo intentaba dormir… -baja el volumen de su voz- quería dejar de escuchar todas las voces que lo atormentaban de noche

-¿Por qué lo atormentaban?

-Porque eran los demonios de su pasado, que iban cada noche a cobrarle por todos los pecados que había cometido –cuando terminó de hablar, el de pelo gris no pudo evitar sentir algo de melancolía acompañada de tristeza. Le quedaba claro que Sasuke aún no superaba la depresión que le provocó el ambiente tan hostil por el que tuvo que caminar durante la preparatoria.

Aunado a las malas noticias que le tenía con respecto a la situación con Naruto, estaba seguro que entonces, iba a requerir de un tratamiento con mayor calibre del que seguramente ya le habían proporcionado-

-¿Por qué no los dejas ir? –Le susurraba-

-No puedo –Estaba al borde de las lágrimas- no quiero salir de la depresión… porque sólo en este estado yo puedo…

-Escribir, ¿cierto? –Ante eso, el chico quedó atónito-

-¿Cómo sabes qué…

-Tal vez lo suponía… -suspiraba- pero no lo quería creer, puede que… siempre lo haya visto, pero… pensaba que te hacía bien sacar todo eso por este método… ya veo que me equivoqué

-¿Desde cuándo? –No podía ocultar su sorpresa-

-Desde que te vi escribiendo la primera vez… Sasuke, tú lloras cuando escribes. Te enojas, te deprimes… entras en un estado casi catatónico para poder hacerlo. Soy un idiota por permitirte hacer eso…

-Pero… -desviaba la mirada una vez más-

-A costa de tu propia salud… no puedes hacerte esto…

-Yo…

-Debe de existir otra forma…

-No puedo…. –agachaba la cabeza- de otra forma no puedo… necesito sentirlo

-Pero…

-Kakashi por favor –lo miraba suplicante-

-Cada vez que lo haces te destruyes emocionalmente, no puedo quedarme sentado sin hacer nada…

-No tengo otra forma…

-Pues idearemos otra forma –su tono de voz yacía molesto- debes de dejar de hacerlo así…

-Kakashi….

-No quiero llegar un día y encontrarte… -se pausaba por un momento. Le era imposible terminar lo que iba a decir. Comenzaba a perder los estribos. Se sentía tan imbécil de no haberlo visto venir-

-Nunca pasará…

-Apenas hace una semana tú estabas…. –con la mirada señalaba hacia la alcoba del menor donde lo encontró casi muerto-

-No debes exagerar tanto… contigo estaré bien –le tomaba una de las manos- por favor… no puedo dejar de escribir

-Sasuke… -Le dedicaba una mirada de tristeza-

-Por favor… -Le respondía suplicante-

-De cualquier modo, debemos encontrar otra manera. Además, tenemos que platicar acerca de algo importante –cuando Sasuke lo escuchó, supuso de que se trataba. De inmediato se tensó y apareció un gran vacío en su mirada-

-Naruto… ¿no? –El otro asentía-

-Su intercambio fue aceptado esta semana. Tomará clases contigo lo que resta del semestre –aun con una de sus manos enlazada a la de Sasuke, la apretujó un poco en señal de apoyo-

-Ya veo –no sabía ni que decir- ¿qué vamos a hacer? ¿Tiene clases contigo?

-La misma que tú tomas –se notaba preocupado. El joven soltó el leve bufido-

-Maldita sea… -suspiraba-

-Lo único que se me ocurre, es pedir que sea asignado con otro profesor. Tenemos sobrecupo en el salón, y un alumno más…

-Hazlo –su voz se tornaba seria- no quiero estar cerca de él. Mucho tendré el verlo todos los días, como para que además esté interfiriendo entre nosotros…

-¿Crees que haya sido casualidad?

-Lo dudo mucho –su cara había tomado un toque de enojo. Frunció el ceño y elevó por un momento la mirada- me pregunto, qué querrá ahora. Ya ha causado mucho daño, como para venir a meterse de nuevo en mi maldita vida

-Sabes que esta vez será diferente, ¿verdad? –Sasuke lo miró por un momento y después sonrió-

-Estoy seguro de que así será –tomó la mano de Kakashi que aún estaba suelta- ya no quiero pensar en esas cosas… lo único que deseo es estar un rato con mi hombre… -el mayor sonrió para sí mismo; a pesar de que tenía un mal presentimiento con todo eso, dejó engañarse por las mentiras que Sasuke le estaba diciendo. Ambos sabían que las cosas tomarían un rumbo oscuro, pero querían aprovechar el breve momento de estabilidad.

Más adelante hablaría con Sasuke para hacer algo al respecto con sus maneras tan desesperadas de lograr hacer buenas historias. Después arreglaría todos esos asuntos. Ahora, en ese instante, lo único que necesitaba, era besarlo, abrazarlo, sentirlo… amarlo. Toda la noche estarían sin dormir, estando ahí sin estar en realidad; devanándose los sesos por imaginar cuales eran los pasos de Naruto, aunque no lo pareciera los dos estaban muy preocupados… pero ya lo hablarían mañana o la siguiente semana. De momento, por fin Sasuke estaba lúcido, y no quería perder instante alguno, mientras su depresión y su estado natural de psicosis regresaban para atormentarlo de nuevo.

Enero, 2013

A finales de enero, el frío sigue siendo lo suficientemente crudo como para congelar a cualquiera. A las nueve de la mañana es cuando la temperatura desciende aún más. La clase había terminado, pero tenía la necesidad de buscarlo, aunque fuera para platicar solamente por un rato. A penas había llegado de su viaje, y sentía que lo estuvo extrañando hasta casi morir.

Corrió de un edificio a otro; seguía nevando, cada vez que exhalaba y tomaba de nuevo aire, su aliento se evaporaba hacia el cielo; le encantaba esa época, y aunque el frío calaba sus huesos, la emoción era mucho más grande como para olvidarse de eso un momento. Llegó a la puerta que estaba buscando, la tocó después de calmar un poco su respiración; cuando la abrieron, una enorme sonrisa emanó de sus labios, se encontraba feliz.

-Al fin, solos… -Kakashi desprendía una grata sonrisa a la par que colocaba el seguro del pomo de la puerta- te extrañé mucho –acercaba su rostro al del menor para besarlo suavemente-

-Yo también te extrañé… –le correspondía ampliamente. Enseguida se sentó arriba del escritorio que se encontraba al fondo de la habitación, abrió su mochila y sacó dos emparedados muy bien servidos- debes de tener hambre, ¿desayunamos?

-¿Tú los hiciste? –Le preguntaba con ternura; no podía evitar su felicidad. Caminó a la nueva posición del menor y tomó uno con sus manos, lo mordió y vaya que le gustó. Le agradaba esa sensación de hogar que Sasuke le transmitía- está delicioso Sasuke. Haré algo de café –al terminar de hablar el chico no puedo evitar sonrojarse. Bajó del escritorio y tomó al mayor por detrás a la altura de la cintura-

-No puedo esperar a llegar a tu departamento –se colocaba de puntas para besarle el cuello- pero debes de estar muy cansado… apenas llegaste hace unas horas…

-Para ti –se giraba- nunca estoy cansado –lo abrazaba con fuerza- tengo algo que seguro va a gustarte –el menor lo miraba con intriga-

-¿Qué es? –Arqueaba una ceja-

-La encontré cuando estaba caminando por un bazar. Realmente sentí algo de culpa al no poder pasar la navidad y año nuevo contigo –abría su portafolio, donde se asomaba un paquete de tamaño mediano; estaba envuelto en papel rojo y un moño de color dorado. Cuando Sasuke lo tomó en sus manos, notó que era algo pesado. Se decidió a abrirlo y su sorpresa no se hizo esperar-

-Kakashi –susurró su nombre- esto es… -no dejaba de ver el obsequio- hermoso….

-Me alegra que te haya gustado –besaba su frente- en verdad lo lamento

-Créeme que con esto, ha sido olvidado –le robaba un beso en los labios- de verdad, eres encantador… -le daba la espalda brevemente para observar mejor el regalo a contra luz. Simplemente estaba maravillado-

-Quería traerte una de esas muñecas que son muy famosas de allá, pero ya no tuve tiempo. El trabajo me absorbió demasiado…

-Juro solemnemente que esto es más que suficiente –le dedicaba una hermosa sonrisa. Tal vez era la primera ocasión en la que actuaba de esa manera- es maravilloso

-Está bien entonces –le respondía de la misma forma-  desayunemos mientras te cuento algo del viaje. Estoy seguro de que quieres saber todo, ¿no?

-Me alegra que me conozcas lo suficiente como para ahorrarme saliva explicando…-decía en tono burlón- ¿te cuento algo?

-¿Dime? –Le contestaba con curiosidad-

-Te amo…-lo dijo tan dulce, gentil, tan armonioso que Kakashi no pudo más que responderle de la misma forma. Lo besó de nuevo y ahí estuvieron al menos hasta las doce del día. Por la tarde, con sigilo partieron a su departamento, quedándose allí toda la noche-

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Época actual

Kakashi estaba casi sentado en la cama; eran alrededor de las seis de la mañana; tenía en sus brazos al moreno profundamente dormido, cubierto con las sábanas de seda hasta el cuello. Le acariciaba el cabello, pasaba su mano una y otra vez desde la nuca hasta sus labios; era increíble el sentimiento, el lazo tan fuerte que creó con él, que le parecía imposible estar de esa manera, pero era real.

Se le quedó viendo un par de minutos,  en verdad estaba enamorado, todo le parecía tan perfecto, como si fuera una obra de arte. Era prácticamente un hecho que Sasuke era su mejor historia, y jamás quería separarse de nuevo de él. Lo amaba con locura.

Echó un vistazo por todo el cuarto, buscando algún tipo de cambio en él; a pesar de que no encontró nada de que asombrarse, un sentimiento de melancolía lo inundó. Sintió su corazón acelerarse, con una ola de felicidad llegar hasta la zona más alejada de su cerebro. No pudo evitar sonreír.

En el aparador que Sasuke tenía en el fondo de su recámara, al lado de una ventana, se encontraban libros, algunos muñecos de tela, una lámpara de lava, entre otras cosas. Pero en la parte de arriba, donde la luz del sol iluminaba con toda su fuerza, yacía una bola de cristal; en el interior contenía algunas casas con un pequeño río, protegidas dentro de una gran fortaleza, se trataba de un kremlin, típico del país que Kakashi visitó durante un invierno. Además del gran detalle que tenía cada una de las casas que tomaban parte de la ciudad, si la bola se colocaba directo al sol, se producía un arcoíris que cubría todo el kremlin; lo hacía parecer un lugar de ensueño. Los pequeños humanos creados y unidos alrededor de todas las casas podían tener movimiento cada vez que se le diera vuelta a la caja musical que traía consigo. Simplemente era perfecta.

Sasuke la había conservado, durante todos esos años, a pesar de todo lo que había sucedido, el mayor recuerdo al que se aferraba era ese.

La bola de cristal que le regaló aquel día en su cubículo después de su viaje a Rusia.

Definitivamente, cuando Sasuke despertara lo mimaría con uno de los mejores desayunos de su vida. Todavía estaba oscuro, por lo que prefirió dormir un rato más con la conciencia tranquila. Todo estaría bien, no tendría por qué cambiar con la presencia de Naruto. Esta vez no.

Notas finales:

Bueno, espero que les haya gustado.

Gracias por llegar hasta aquí


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